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El ladrillo es un material fuerte y poroso que puede romperse si no lo manipulas o tratas cuidadosamente. Aunque una pared de ladrillos en interiores puede ser una superficie decorativa deseable, hace que sea difícil colgar cuadros o estantes en ella. Afortunadamente, hay varias herramientas que puedes usar para lograrlo, entre las que se encuentran los clavos para mampostería utilizados en proyectos pequeños y los anclajes de manguito para una sujeción más resistente.

Método 1
Método 1 de 3:

Usar clavos para mampostería

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  1. Los clavos para mampostería pueden soportar listones de enrasar, soportes de estantes o tablas de un grosor de aproximadamente 38 mm (1 1/2 pulgadas, el grosor de una tabla de 5 x 10 cm o 2 x 4 pulgadas). [1] Se fabrican para sujetarse en las uniones de la argamasa entre los ladrillos. Otra opción es usar anclajes de manguito para accesorios pesados o si necesitas sujetar un objeto directamente al ladrillo.
    • Si la pared es una sola capa de ladrillo con una superficie externa, los clavos pueden abrir grietas pequeñas en la argamasa y dejar que el agua se filtre. En lugar de eso, utiliza un adhesivo u otro método no penetrante o planea impermeabilizar el exterior.
  2. Están hechos de acero endurecido y generalmente son ranurados o roscados. [2] Los clavos comunes no penetran en la mampostería. Escoge clavos lo suficientemente largos para penetrar aproximadamente 30 a 40 mm ( 1 1/4 a 1 1/2 pulgadas) en la pared además del grosor de la tabla que sujetarás. [3]
    • Los clavos para mampostería cortados son una variedad de clavos con lados planos que se estrechan y una punta roma. Este tipo de clavos son menos propensos a partir la madera aunque no son estrictamente necesarios.
    • Otra cosa que puedes hacer es usar pernos cuando asegures metal delgado y plástico, o cuando apoyes una placa, un soporte para tubería u otro objeto que podría necesitar reemplazo. Los pernos dejan un extremo roscado que sobresale de la pared para que puedas sujetar el objeto con una tuerca fácil de quitar. [4]
  3. Si vas a clavar madera a la pared, taladrar los agujeros a través de ella facilitará el trabajo. Sostenla hacia arriba contra la pared y marca la posición de los agujeros cada 45 a 60 cm (18 a 24 pulgadas), con cada agujero situado sobre las uniones de la argamasa en lugar de los ladrillos en sí. Coloca la madera nuevamente sobre la mesa de trabajo y taladra a través de esas marcas con una broca ligeramente más pequeña que el diámetro de los clavos. [5]
  4. Antes de colocar la tabla de madera contra la pared, martilla un clavo ligeramente a través del agujero central con un martillo.
    • Si vas a usar clavos cortados, alínealos de manera que los lados estrechados estén paralelos a la veta de la madera. [6]
  5. Tanto los clavos para mampostería como los ladrillos son objetos quebradizos cuyos pedazos pueden saltar hacia ti si los golpeas en cierto ángulo. Usa gafas de seguridad para protegerte de las esquirlas.
  6. Coloca el objeto contra la pared con el clavo alineado sobre la argamasa en lugar de la cara del ladrillo. Usa el martillo de herrero pequeño para hacer que el clavo ingrese con fuerza en la argamasa. Golpea la cabeza del clavo directamente y mantenlo en un ángulo recto hacia la argamasa para minimizar las probabilidades de que se rompa. Martilla el clavo hasta que la cabeza esté alineada con la superficie de la tabla de madera. [7] Clava los clavos restantes del mismo modo.
    • Si tienes un trabajo grande o se te hace difícil martillar los clavos con un martillo de herrero, consigue un insertador de pernos. Inserta el clavo en el tubo hueco y golpea el extremo del insertador de pernos con un martillo. Eso te permitirá golpear los clavos con mayor rapidez y hacer que se mantengan rectos con menos probabilidades de quebrar la mampostería. También puedes perforar un agujero en la argamasa con una broca para mampostería. Usa una broca más pequeña que el ancho de los clavos. Si son demasiado sueltos para los agujeros, simplemente haz una mezcla de argamasa, introduce un poco en los agujeros con los dedos y martilla los clavos. Cuando la argamasa se seque, los clavos flojos se sostendrán en su lugar.
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Método 2
Método 2 de 3:

Usar anclajes de manguito

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  1. Estas piezas de sujeción no extraíbles tienen un escudo alrededor del vástago, el cual se expande para un encaje resistente. Elige anclajes que satisfagan tus necesidades:
    • Elige anclajes calificados para soportar cuatro veces la carga de peso u ocho veces si tienen que resistir una carga dinámica (que se mueva o vibre) o una carga de impacto (fuerza súbita). La capacidad de esfuerzo cortante es para las fuerzas paralelas a la superficie del ladrillo (una imagen para colgar), mientras que la carga por tracción es perpendicular (una tubería que cuelgue del techo).
    • Escoge un tamaño que pueda penetrar la distancia mínima recomendada en el ladrillo teniendo en cuenta el objeto que sujetes. Por ejemplo, un anclaje de 1 cm (1/2 pulgada) de diámetro tiene que extenderse al menos 6 cm (2 1/4 de pulgada) en la pared. [8]
  2. Puedes instalar los anclajes de manguito en las uniones de la argamasa o directamente en las caras de los ladrillos sólidos o huecos. Debido a que los anclajes ejercen una fuerza alrededor del ladrillo, es importante espaciar los agujeros para evitar poner demasiado estrés en un punto: [9]
    • Deja 10 diámetros de espacio entre cada par de anclajes. Por ejemplo, los anclajes de 1 cm (1/2 pulgada) deben tener una separación de 13 cm (10 x 1/2= 5 pulgadas).
    • Deja 5 diámetros de espacio entre anclajes y bordes sin soporte.
  3. Ponte las gafas de protección, protección para los oídos y guantes de trabajo resistentes que puedas usar para trabajos de albañilería. [10] Evita respirar polvo (el cual puede contener sílice y sustancias corrosivas) y usa un respirador especial con un filtro de clase N95 o mejor para trabajos más grandes. [11]
  4. Escoge una broca para mampostería exactamente del mismo diámetro que los anclajes. Taladra a través del objeto que sujetarás (si es necesario) y los agujeros marcados en la superficie del ladrillo. Puedes hacerlo de una manera más rápida y precisa con un taladro de percusión.
    • Verifica la información de fabricación de los anclajes de manguito. Algunos anclajes requerirán de un agujero con una profundidad exacta. Si los anclajes no tienen una profundidad máxima y el ladrillo es lo suficientemente grueso, taladrar aproximadamente 1 cm (1/2 pulgada) más de profundidad que los anclajes hará que penetren en una buena medida. [12]
  5. Sopla el polvo de mampostería de los agujeros con aire comprimido. Algunos taladros de percusión vienen con una herramienta para este propósito. Probablemente tengas que soplar el polvo a mitad del proceso de taladrado.
    • No soples el polvo con tu boca.
  6. Empuja los anclajes a través del objeto que vayas a sujetar y dentro de los agujeros que hayas perforado. Martíllalos en su lugar con un martillo si es necesario.
    • Si tienes anclajes de dos partes, inserta primero los anclajes y, luego, los pernos a través de su parte central. [13]
  7. Usa una llave inglesa o un desarmador para ajustar la tuerca o la cabeza del perno en el extremo del anclaje. De ese modo, empujarás los anclajes hacia afuera para presionarlos contra los lados del agujero. Continúa ajustándolos hasta lograr un ajuste preciso y la cabeza del anclaje esté alineada con la superficie. [14]
    • Puede resultar mejor ajustar todas las cabezas de los anclajes por etapas, un poco a la vez. [15]
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Método 3
Método 3 de 3:

Usar piezas de sujeción alternativas

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  1. Se enganchan sobre el ladrillo sin utilizar clavos. Sin embargo, el ladrillo y la grapa deben tener una altura muy similar para que encajen bien. Esto probablemente no funcione bien si el agujero sobre el ladrillo deja expuesto menos de 3 mm (1/8 de pulgada) de profundidad expuesta de la superficie superior del ladrillo o si forma una superficie curva debido a una unión de mampostería cóncava.
  2. Siempre y cuando la mampostería no sea tan vieja y suave, puedes reemplazar los clavos con tornillos para mayor seguridad: [16]
    • Escoge tornillos de al menos el doble de largo del grosor de la madera que sujetes.
    • Escoge una broca para mampostería cuyo diámetro sea igual al eje del tornillo sin incluir las roscas.
    • Perfora la madera junto con la mampostería.
    • Inserta y ajusta el tornillo hasta que esté firme. Evita ajustarlo demasiado.
  3. Hay varias resinas epoxídicas, masillas y cementos de contacto que pueden adherirse al ladrillo. Verifica las instrucciones del fabricante antes de comprar para encontrar un producto que funcione con el material que planees sujetar y que pueda resistir la temperatura, el peso y la exposición al clima esperados. Probablemente este aspecto funcione bien con cargas ligeras sobre superficies suaves de ladrillo, las cuales son difíciles de taladrar o clavar sin que se desmorone.
  4. Esta herramienta introduce pernos de acero endurecidos en la mampostería usando una carga de pólvora. Se usa raramente para proyectos del hogar, ya que la falta de entrenamiento o el modelo incorrecto de la herramienta podría ocasionar que el ladrillo se desmorone o salgas lastimado. Si tienes un poco de experiencia en construcción y un proyecto grande para terminar, eso podría ahorrarte mucho tiempo.
    • No uses una herramienta accionada por pólvora en ladrillo hueco.
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Consejos

  • Si esperas condiciones ambientales extremas, usa clavos u otras piezas de sujeción hechas de acero inoxidable. Puedes usar piezas de sujeción galvanizadas en la mayoría de las condiciones en espacios interiores.
  • Si quieres reducir el polvo de mampostería que respires, haz que un amigo sostenga una manguera justo sobre el agujero que hayas taladrado. El agua reducirá el polvo. Eso funciona mejor afuera. Sin embargo, puedes colocar un cubo de basura adentro con toallas debajo para atrapar el exceso de agua.
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Advertencias

  • El ladrillo suave puede desmoronarse si la pieza de sujeción está instalada directamente en la cara. Puedes mejorar la fuerza de la pieza de sujeción marcando el agujero con ácido y, luego, aplicando un adhesivo fuerte. Cada vez que sea posible, instala las piezas de sujeción en las uniones de la argamasa. De ese modo, ocasionarás menos daño en los ladrillos. Si la argamasa se daña, es fácil de reparar, tan solo humedécela y, luego, haz una mezcla nueva y aplícala a la unión que tengas que reparar.
  • No hagas esto si vas a alquilar la propiedad. El ladrillo y la argamasa son materiales delicados y es difícil parchar el agujero sin dejar una diferencia visible. Si tomas una esponja pequeña mojada y la pasas sobre cualquier reparación de argamasa, la argamasa vieja y la nueva lucirán de un color similar. A medida que la argamasa se seque y se oxide con los meses y años, se aclarará y con el tiempo lucirá como la argamasa vieja. [17]
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Cosas que necesitarás

  • cinta métrica
  • lápiz

Usar clavos para mampostería

  • clavos para mampostería
  • martillo de herrero pequeño
  • taladro con broca para mampostería

Usar anclajes de manguito

  • anclajes de manguito
  • taladro de percusión con una broca para mampostería

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