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Tener tu propio pozo te proporciona una fuente gratuita de agua fresca. Sin embargo, con el tiempo, el pozo se puede llegar a contaminar con bacterias y otros patógenos dañinos. Un tratamiento efectivo para esto es echarle lejía con cloro al agua del pozo, el cual matará todas las bacterias. Este proceso dura uno o dos días, así que lo mejor es prepararse para un uso mínimo de agua.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Prepárate para clorar

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  1. Es una buena idea clorar tu pozo por lo menos una vez al año, de preferencia durante la primavera. Además, hay muchas otras situaciones en las que es necesario clorar tu pozo:
    • Si notas un cambio en el color, olor o gusto del agua potable, o si los resultados de la prueba de agua anual muestran que hay bacterias en él.
    • Si el pozo es nuevo, se ha sometido recientemente a reparaciones o si se han agregado nuevas tuberías.
    • Si el pozo ha sido contaminado por inundaciones, o si el agua se pone turbia luego de una lluvia. [1]
    • Cloro: Obviamente necesitarás cloro para clorar tu pozo. Puedes usar pastillas o gránulos de cloro, pero podría ser más fácil utilizar una lejía con cloro doméstica estándar. Solo asegúrate de usar una sin perfume. Probablemente necesites hasta 40 litros (10 galones) de cloro, dependiendo del tamaño del pozo.
    • Set de prueba de cloro: Un set de prueba de cloro se puede usar para medir con precisión los niveles de cloro en el agua, en lugar de tan solo confiarse del olor. Estos sets de prueba se utilizan generalmente para las albercas y se puede conseguir en cualquier tienda de artículos para albercas y spas. Asegúrate de que te den gotas de OTO en lugar de tiras de papel, debido a que éstas son ideales solo para indicar los niveles de cloro en las albercas.
    • Manguera de jardín: Para recircular el agua en el pozo, necesitarás una manguera de jardín limpia. Algunas fuentes recomiendan usar una manguera con un diámetro de 1.3 centímetros (1/2 pulgada), en lugar de una estándar de un diámetro de 1.5 centímetros, sin embargo, tu elijes. Debes cortar el extremo macho de la manguera en un ángulo elevado.
  2. Con el fin de determinar cuánto cloro necesitas para desinfectar adecuadamente tu pozo, tendrás que medir el volumen de agua que contiene. Para hacer esto, tendrás que multiplicar la profundidad del pozo (en pies) por el número de galones de agua por pie cuadrado.
    • Para determinar la profundidad del agua en tu pozo, tendrás que medir la distancia desde el fondo del pozo hasta la cota del agua. Puedes hacer esto con la ayuda de un sedal y un peso de tamaño moderado. La cuerda se mantendrá tensa hasta que el peso toque el fondo, momento en el que la cuerda se volverá floja. Una vez que esto suceda, haz una marca en la cuerda con un pedazo de pita o cinta adhesiva, saca el sedal y mide el largo.
    • Como alternativa, puedes contactar a la empresa que se dedique a perforaciones y que construyó el pozo, ya que ellos siempre llevan un registro de todos los pozos con los que han trabajado.
    • El número de galones por pie cuadrado está relacionado al diámetro del revestimiento del pozo. Este número debería aparecer en la placa del pozo. Los pozos aforados generalmente tienen un diámetro de 10 a 25 centímetros (4 a 10 pulgadas), mientras que los pozos excavados tienen entre 40 y 65 centímetros (12 y 26 pulgadas). Una vez que sabes cuál es el diámetro de tu pozo, puedes usar esta tabla para definir cuántos galones por litro.
    • Ahora que tienes las medidas para definir la profundidad del agua en el pozo (en pies) y la cantidad de agua por pie cuadrado (gal/ pie), puedes multiplicar estos números para obtener el volumen total de agua en tu pozo. Tendrás que usar 1.5 L (3 pintas) de lejía con cloro por cada 380 L (100 galones) de agua en tu pozo, y 1.5 L más para tratar el agua usada en las tuberías del hogar.
  3. El proceso de clorar un pozo toma tiempo, normalmente 1 o 2 días. Durante este tiempo, no podrás usar agua del pozo para tareas domésticas del día a día, así que es importante que te organices para esto.
    • Durante el proceso de cloración, habrá más cloro en tu suministro de agua que en una alberca, volviéndola no apta para su consumo. Además, si utilizas mucho el agua, el cloro podría terminar en tu fosa séptica, donde éste matará a todas las bacterias necesarias para descomponer los desechos.
    • Por estas razones, tendrás que usar agua embotellada para beber y cocinar, y abstente de utilizar los lavabos y duchas. También debes intentar jalar la cadena del inodoro lo menos posible. [2]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Clora tu pozo

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  1. Dependiendo del tipo de pozo, probablemente tengas que abrir el tubo de aire para echar por ahí el cloro.
    • El tubo de aire debe encontrarse en la boca del pozo, Normalmente tiene aproximadamente 15 centímetros de largo y 1.2 centímetros de diámetro. Abre el conducto desenroscando la tubería de la junta.
    • Alternativamente, quizás puedas retirar la cubierta de la parte superior del pozo, para lo que quizás tengas que retirar unos cuantos tornillos.
  2. Una vez que tengas acceso al pozo, vierte cuidadosamente la cantidad correcta de cloro, sin tocar ninguna conexión eléctrica.
    • Sería bueno que utilices guantes y gafas de protección, así como un delantal al manipular cloro sin diluir.
    • Si algo de cloro te cae en la piel, enjuágalo inmediatamente con agua limpia.
  3. Conecta el extremo hembra de la manguera a la llave más cercana, luego lleva el extremo macho (apartándote a un ángulo) hacia el agujero que dejó el tubo de aire o directamente hacia el pozo.
    • Si la manguera no es lo suficiente larga para llegar al pozo, prueba conectando varias mangueras juntas.
  4. Abre la llave y deja que el agua llegue lo más alto que se pueda, y deja recircular el agua durante por lo menos una hora.
    • El agua que corre de la manguera hace que el agua que está al fondo del pozo fluya hacia la superficie, distribuyendo el cloro de manera uniforme.
    • Esto te asegurará que todas las bacteria en el agua del pozo estén expuestas al cloro y que las mate.
  5. Luego de que el agua haya estado recirculando durante por lo menos una hora, puedes probar el nivel de cloro en tu suministro de agua. Puedes hacer esto de una de las siguientes maneras:
    • Retira la manguera del conducto y utiliza el set de prueba de cloro para probar la presencia de cloro en el agua que sale de la manguera.
    • Alternativamente, puedes hacer correr el agua de alguna llave exterior para ver si puedes detectar el olor a cloro en el agua.
    • Si la prueba de cloro sale negativa, o no puedes oler cloro en el suministro de agua, sigue recirculando el agua por otros 15 minutos, luego revisa otra vez.
  6. Cuando detectes cloro en el agua, vuelve a colocar la manguera y gírala con fuerza para lavar cualquier residuo de cloro en el revestimiento del pozo y en la tubería de la bomba. Una vez que has hecho eso por 10 a 15 minutos, cierra la manguera y vuelve a colocar la tapa del pozo o reinserta el tubo de aire.
  7. Ve adentro y revisa la presencia de cloro en cada lavabo y ducha, utilizando ya sea el set de prueba o tu sentido del olfato.
    • No olvides revisar tanto las llaves de agua caliente como de agua fría y también recuerda hacer correr el agua de todas las llaves de afuera hasta que se detecte la presencia de cloro.
    • También debes jalar la cadena de cada inodoro de la casa, una o dos veces.
  8. Deja que el cloro se asiente en el suministro de agua por un mínimo de 12 horas, pero de preferencia 24 horas. Durante este tiempo, haz lo posible para usar lo mínimo de agua.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Elimina el cloro

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  1. Luego de 24 horas, el agua estará completamente desinfectada y podrás empezar el proceso de eliminación del cloro en tu suministro de agua.
    • Para hacer esto, conecta tantas mangueras como llaves externas tengas y ata los extremos a un árbol o cerca, aproximadamente a 1 metro del suelo. Esto facilitará el monitoreo del flujo de agua.
    • No hagas correr el agua cerca a la fosa séptica ni a otro elemento de drenaje, ya que no debes exponer éstas zonas al agua clorada.
  2. Abre cada una de las llaves y haz correr el agua al máximo de potencia. Intenta dirigir el chorro de agua hacia una zanja o hacia algún lado donde se contenga el agua.
    • Tan solo asegúrate de que la zanja no conduzca a un riachuelo o estanque, ya que el agua clorada matará a los peces, plantas y a cualquier otro ser vivo.
  3. Revisa el agua que sale de las mangueras periódicamente, para ver si hay cloro o no.
    • Utiliza el set de prueba de cloro para esto, ya que quizás no puedas detectar pequeñas cantidades de cloro, tan solo por medio del olfato.
  4. Aunque sea aburrido hacerlo, es importante que vigiles todo el tiempo el flujo de agua para asegurarte de que el pozo no se seque.
    • Si el pozo se seca, la bomba puede quemarse, y puede ser muy costoso cambiarla. Si ves que la presión del agua está disminuyendo, apaga la bomba y espera una hora antes de reiniciarla. Esto hace que el pozo pueda volverse a llenar.
    • Solo detén el flujo de agua cuando “todas los rastros” de cloro hayan sido eliminados, esto puede tardar 2 horas o mucho más, dependiendo del pozo.
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Cosas que necesitarás

  • Lejía con cloro
  • Set de prueba de cloro
  • Un sedal
  • Una manguera

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