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Un jamón tierno y jugoso es el plato principal perfecto para cualquier festividad. Es una carne versátil y sencilla de cocinar, aunque se necesitan un par de horas para todo el proceso. Puedes escoger entre un jamón crudo o uno curado (dependiendo del sabor que prefieras) y cocinarlo por una hora o por media hora, respectivamente. Si lo deseas, puedes añadir un glaseado dulce o picante para complementar su sabor salado.
Pasos
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Escoge el tipo de jamón. Puedes escoger un jamón fresco crudo, uno que haya sido curado para su preservación o un jamón ahumado. Algunos vienen envasados con sus jugos y otros en seco. Ambas variedades vienen con el hueso o deshuesados, e incluso puedes comprar uno previamente cortado en rebanadas para que sea más fácil servir. Si no estás seguro de qué jamón elegir, considera alguna de estas opciones más populares, cada una con un sabor diferente:
- Jamón crudo, fresco o congelado. Este es el tipo de jamón que nunca ha pasado por un proceso de cocción ni curado. Tiene ese sabor carnoso y propio del cerdo, similar al del lomo o la chuleta.
- Jamón curado. El jamón se puede preservar curándolo con sal. Por ejemplo, los jamones de Virginia se curan con una corteza gruesa de sal. El sabor salado es distintivo en los jamones curados.
- Curado y ahumado. También se utiliza humo para preservar los jamones, lo cual produce un sabor ahumado característico.
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Determina la cantidad que necesitas. El tiempo de cocción dependerá de la cantidad de carne que cocines. Ya que demora un tiempo en cocinarse (y que las sobras de jamón son deliciosas), lo ideal es considerar un poco más de lo que necesitas por cada porción. Estas son las cantidades que necesitarás en base al tipo de jamón que elijas: [1] X Fuente de investigación
- Si es deshuesado, necesitas 110 a 130 g (¼ a ⅓ de libra) por porción.
- Si tiene un hueso pequeño, necesitarás unos 130 a 220 g (⅓ a ½ libra) por porción.
- Si tiene un hueso grande, considera 340 a 450 g (¾ a 1 libra) por porción.
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Si viene congelado, debes descongelarlo lentamente. Es importante descongelar el jamón correctamente para que no quede congelado en el centro al cocinarlo. Si esto ocurre, el jamón no alcanzará una temperatura interna suficiente como para que sea seguro comerlo. Hay dos maneras seguras de descongelar un jamón:
- Método del refrigerador. Coloca el jamón congelado en el refrigerador el día antes de cocinarlo. Se irá descongelando lentamente pero se mantendrá fresco. Déjalo al menos 24 horas para que se descongele por completo.
- Método del agua fría. Si no tienes tanto tiempo, puedes sumergir el jamón en una olla grande con agua fría. Déjalo remojar por varias horas hasta que se haya descongelado por completo. Asegúrate de que el agua se mantenga fría para que el exterior del jamón no se caliente mientras el interior se descongela.
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Considera remojar el jamón curado. El jamón curado en seco se frota con sal para preservarlo. Al remojarlo por algunas horas antes de cocinarlo, lograrás quitar un poco de ese sabor salado para que quede más agradable al paladar. Para remojar el jamón, sumérgelo en agua y colócalo en el refrigerador. Déjalo así por 4 a 8 horas, dependiendo de qué tanta cantidad de sal quieras que conserve.
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Deja el jamón a temperatura ambiente antes de cocinarlo. Esto permitirá que el jamón completo alcance la temperatura adecuada al calentarlo. Sácalo del refrigerador dos horas antes la cocción y déjalo a temperatura ambiente.Anuncio
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Precaliente el horno a 160 °C (325 °F). Ya sea que el jamón sea curado o no, debe alcanzar una temperatura interna de 70 °C (160 °F). Al cocinarlo a esta temperatura por algunas horas, podrás asegurarte de que la parte exterior no quede seca mientras el interior se cocina.
- Si el jamón viene en lata o sellado al vacío, este ya fue cocinado completamente. Eso significa que puedes comerlo directamente del envase o calentarlo a unos 60 °C (140 °F) antes de servirlo.
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Coloca el jamón en una bandeja grande para horno. Utiliza un recipiente de cerámica, de vidrio o de aluminio que sea lo suficientemente grande para el jamón y con cierta profundidad para evitar que se derramen los jugos.
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Marca el jamón si planeas glasearlo. Marca solo la piel y la grasa, no la carne. [2] X Fuente de investigación Para una mejor presentación, puedes hacer cortes en un patrón de cruz. Esto permitirá que el glaseado penetre mejor en la carne y que el sabor también impregne el centro del jamón.
- Puedes saltarte este paso si compraste un jamón previamente rebanado.
- Si deseas condimentarlo con clavo de olor, inserta un clavo entero en cada una de las secciones de las marcas de los cortes.
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Cocina el jamón según la cantidad. Debes cocinarlo hasta que alcance una temperatura interna de 75 °C (165 °F). El tiempo de cocción dependerá de la cantidad y del tipo de jamón. Revisa la temperatura con un termómetro para carne para asegurarte de que no quede crudo. Estos son los tiempos aproximados de cocción:
- Jamón fresco : 22 a 28 minutos por cada 450 g (1 libra)
- Jamón ahumado : 15 a 20 minutos por cada 450 g (1 libra)
- Jamón curado (o de campo) : 20 a 25 minutos por cada 450 g (1 libra)
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Prepara el glaseado. Puedes hacer el glaseado mientras el jamón se cocina. Utiliza la receta que prefieras, ya sea dulce picante. Hierve los ingredientes en la cocina, luego reduce la mezcla hasta que quede espesa, pero fluida. Para el glaseado clásico de miel, utiliza los siguientes ingredientes:
- 2 cucharadas de mostaza
- 1 de azúcar
- 1/2 taza de miel
- 1/2 taza de vinagre de cidra
- 1/2 taza de mantequilla
- 1 taza de agua
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Glasea el jamón una vez que su temperatura interna alcance los 60 °C (135 °F). Esto debería ocurrir durante la última media hora de cocción, aproximadamente. Revisa la temperatura con el termómetro, luego saca el jamón del horno con cuidado y aplica el glaseado.
- Utiliza una brocha de pastelería para cubrir el jamón con el glaseado e intenta que escurra por las marcas de los cortes que hiciste.
- Vuelve a llevar el jamón al horno y termina la cocción hasta que la temperatura interna llegue a los 75 °C (135 °F).
- Si lo deseas, puedes colocar el jamón bajo la parrilla del horno durante los últimos 10 minutos para que la superficie quede dorada y crujiente.
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Déjalo reposar por 15 minutos luego de la cocción. Saca el jamón del horno y déjalo reposar en el mesón de la cocina. Cúbrelo con papel aluminio para mantener la humedad en el interior. La carne volverá a absorber los jugos durante este tiempo y el jamón quedará más rico y jugoso. Si te saltas este paso, es posible que el jamón quede bastante seco.
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Trincha el jamón. Utiliza un cuchillo de cocina muy bien afilado para trinchar el jamón, una vez que haya reposado. Es peligroso utilizar un cuchillo que no esté afilado, ya que puede resbalar mientras realizas el corte. Afila tu cuchillo con una piedra de afilar o un afilador especial, luego trincha la carne de la siguiente manera:
- Recorta algunas rebanadas del lado más delgado del jamón.
- Coloca el jamón del costado plano, donde cortaste las rebanadas. Esto creará una base estable para realizar los cortes.
- Haz cortes horizontales a lo ancho del costado del jamón, a partir de la parte externa hacia el hueso.
- Corta rebanadas en forma vertical a lo largo del hueso, de modo que estas caigan sobre la tabla de cortar.
- Repite el procedimiento del otro lado del jamón.
- ¡No botes el hueso! Es delicioso como base para preparar una sopa.
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Guarda las sobras. Luego de servir a todos tus invitados, puedes guardar lo que sobre hasta por 1 semana. También puedes guardar las rebanadas en el congelador (en un recipiente apto) hasta por 1 mes. Puedes utilizar estas sobras para preparar deliciosos sándwiches o alguna de estas recetas clásicas:
- Frittatas de jamón
- Cazuela de jamón con huevos
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Referencias
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