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El análisis de la escritura de mano es tanto un arte como una ciencia. Sea que quieras comprar muestras de escritura por diversión o con propósitos legales o forenses, vas a necesitar un ojo agudo. El primer paso es conseguir muestras, que normalmente incluyen una muestra en cuestión y varios documentos que se sabe que una persona escribió en realidad. Examina cada documento por separado y busca peculiaridades de formalidad, estilo y formato. Determina si las muestras comparten alguna de estas características sutiles y llega a una conclusión sobre la autoría de los documentos con base en lo que descubras.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Obtener muestras adecuadas

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  1. Si solo quieres practicar comparar escrituras, pídeles a tus amigos o familiares que escriban muestras. Haz que algunas personas escriban entre 2 a 3 notas cada una y pídeles que las mezclen antes de dártelas. Después, fíjate si puedes darte cuenta de qué notas las escribió una misma persona.
    • También puedes pedirle a cada persona que te dé una muestra que sepas que escribió y tratar de identificar cada una con la persona correcta.
  2. Si tu problema es mucho más grave, un juez puede ordenarle a una persona que proporcione muestras de escritura para compararlas. Un abogado te ayudará a saber qué opciones tienes y te recomendará a un analista forense profesional. [1]
  3. ¡El kit del asunto son los detalles! Cuando fuera posible, examina los documentos originales, pues revelan más detalles que las fotocopias. Es posible que el peso de los trazos, los retoques sutiles y otros detalles pequeños no se vean en muestras copiadas. [2]
    • Normalmente, compararás una muestra conocida con una cuestionada. Una muestra conocida es un documento que sabes que una persona redactó con seguridad. Una muestra cuestionada podría haber sido redactada por dicha persona o no.
    • Si no hay muestras originales disponibles, de todas maneras, podrás llegar a una conclusión en base a la forma de la letra, las idiosincrasias estilísticas, la disposición y otras cualidades visibles en documentos copiados.
  4. Los documentos requeridos son muestras que una persona prepara y entrega para su comparación. Las muestras recogidas, como las cartas y los formularios firmados, son documentos que alguien elaboró sin saber que se usarían en una comparación de escritura. Ambos tipos tienen ventajas y desventajas, así que utilízalos ambos cuando fuera posible. [3]
    • Sabrás sin duda que alguien compuso un documento requerido si es que lo ves escribiéndolo. Sin embargo, como sabrá que se va a usar para comparación, es posible que intente disfrazar su escritura.
    • Es menos probable que un documento recogido se maquille, pero no se puede estar completamente seguro de que la persona en realidad lo haya escrito.
  5. Escoge documentos conocidos que entren en la misma categoría de la muestra cuestionada. Por ejemplo, si tratas de descubrir si alguien escribió una carta completa que está en cursiva, compárala con una carta que sabes que la persona sí escribió. [4]
    • Te será más fácil comparar 2 documentos similares y los resultados serán más confiables.
  6. La escritura a mano cambia con el tiempo debido a varios factores. Si la muestra cuestionada tiene fecha, trata de compararla con una recogida que se haya escrito cerca de dicha fecha. Es mejor usar documentos requeridos si la muestra desconocida se escribió recientemente. [5]
    • Obtener muestras de una fecha similar es muy importante al momento de comparar muestras escrita por niños y personas mayores. La escritura cambia cuando los niños maduran y puede deteriorarse con la edad avanzada o enfermedad.
  7. Las personas no hacen sus firmas iguales todas las veces. Si tienes suficientes muestras, podrás tener una idea de las variaciones naturales de alguien e identificar las características que son constantes en todas sus firmas. [6]
    • Una firma reproducida de manera precisa es una alerta de falsificación.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Examinar las muestras

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  1. Para empezar, examina de cerca cada documento y fíjate en las formas particulares en que el autor de cada muestra forma sus letras. Examina la dirección de los trazos y la legibilidad, el tamaño de la letra y si los bucles son redondos o angulados. [7]
    • Por ejemplo, fíjate si la persona hace la “M” con dos arcos hacia arriba o con un garabato en punta. Observa si hace el “8” con 2 círculos individuales o con un trazo continuo.
  2. Fíjate si las letras son pesadas, como si el escritor pusiera más presión en el bolígrafo o lápiz al momento de escribirlas. ¿El peso de la línea es consistente en todo el documento o hay lugares en que las líneas son oscuras y otros en que son delgadas? [8]
    • Además, fíjate si el peso de la línea desaparece debido a que el bolígrafo se queda sin tinta. Busca lugares donde la tinta se haya adelgazado y que el autor haya repasado para hacer la letra clara.
  3. Busca peculiaridades como letras en mayúsculas que estén por debajo de la línea de base o que cambien de dirección hacia la línea base de arriba. Revisa si hay inclinaciones hacia adelante o atrás, grupos amontonados o sueltos y otras peculiaridades del formato. [9]
    • La línea de base es la línea trazada o imaginaria en la que se encuentran todas las letras.
  4. Por ejemplo, es posible que una persona siempre use la letra “N” en mayúscula, pero en cualquier otro caso use las mayúsculas y minúsculas de forma correcta. Quizás en una entrada de un diario en cursiva encuentres trazos exagerados al final de cada palabra o bucles dramáticos en toda la muestra. Otra alternativa es que alguien que escriba en cursiva use marcas cerradas y en ángulo para las letras “b”, “f” y “p” en lugar de los bucles abiertos y redondeados. [10]
  5. Las líneas vacilantes, los retoques y otras marcas extrañas pueden indicar que el escritor estaba tratando de disfrazar su escritura o copiar el estilo de alguien más. Ten en cuenta que las marcas vacilantes son una bandera roja, pero no son una prueba concluyente de que ha habido falsificación. Por ejemplo, es posible que las líneas titubeantes se deban a que el escritor tenía frío o ansiedad. [11]
  6. Aunque las características estilísticas y formales son las formas más concretas de evidencia, también puedes obtener información del contenido de una muestra. Giros de frases comunes, y errores gramaticales y ortográficos repetidos pueden indicar que dos documentos comparten un mismo autor. Sin embargo, las marcas mismas son más importantes que el contenido. [12]
    • Muchas personas escriben las mismas palabras de manera incorrecta o usan las mismas jergas. Sin embargo, cada escritura a mano es única, de modo que las marcas en sí son una evidencia más contundente de la autoría de la muestra.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Llegar a una conclusión

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  1. Si estás comparando firmas, la forma más fácil de identificar una falsificación es verificar si los trazos están delineados o son una imitación. Si dos firmas son exactamente iguales y sabes que una de ellas es auténtica, es casi seguro que la otra sea falsa. [13]
    • Las firmas idénticas son el ejemplo más evidente de falsificación. Las firmas naturales siempre tienen una ligera variación.
  2. Después de examinarlas, debes tener una lista de características individuales de cada documento o firma. Compara las notas y busca consistencias sutiles que prueben que dos documentos comparten un mismo autor. [14]
    • Por ejemplo, quizás veas inconsistencias en la inclinación, el tamaño de la letra y el espaciado entre las letras de las dos muestras. Sin embargo, digamos que, a pesar de estas diferencias, la “m” siempre se escribe como dos arcos hacia arriba, la “I” siempre queda por debajo de la línea base, siempre se usa la “R” mayúscula en lugar de la minúscula y la “s” cursiva tiene la parte de arriba redonda. Si no ves señales de delineado o imitación, estas características son una buena evidencia de que los documentos son de un mismo autor.
  3. Ten en cuenta que siempre hay variaciones entre las muestras de escritura de una misma persona. Sin embargo, si encuentras un documento o una firma que incluya al menos una característica repetida que no está presenta en la otra muestra, puedes concluir razonablemente que los documentos no son del mismo autor. [15]
    • Por ejemplo, supongamos que el autor de un documento siempre representa la “m” con un trazo garabateado natural y rápido de 2 puntas, pero en el otro documento tiene solo arcos redondeados. Esta característica tendría más peso que cualquier similitud entre las dos muestras.
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