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El caldo de huesos es saludable y se hace asando y cocinando a fuego lento los huesos de pollo, pavo u otros animales. Si lo congelas, podrás mantenerlo fresco hasta por un año. Hay una gran variedad de formas de congelar caldo de huesos, por ejemplo, con una cubitera, bolsas de plástico y frascos de vidrio. Cuando estés listo para usarlo, sácalo del congelador, deshiélalo y ¡úsalo en tus recetas favoritas!

Método 1
Método 1 de 3:

Usar una cubitera de hielo

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  1. Si tienes mucho caldo, quizás tengas que usar más de una cubitera. Échale el caldo con cuidado desde un recipiente. También puedes usar un cucharón para pasarlo a la cubitera. Llénale todos los compartimentos, pero no tanto porque podrían rebalsarse. [1]
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    Congela el caldo de huesos en la cubitera de un día para otro. Esto les dará suficiente tiempo a los cubos para congelarse por completo. Asegúrate de que la cubitera esté nivelada en el congelador de modo que nada del caldo se derrame. [2]
  3. Usa un recipiente de plástico, vidrio o metal que tenga una tapa. Escribe la fecha en un pedazo de cinta adhesiva y pégalo en el recipiente para que sepas cuánto tiempo ha estado el caldo en el congelador. [3]
    • El caldo de huesos te durará hasta por un año en el congelador. [4]
    • Lava la cubitera que usaste con jabón y agua antes de congelar el agua adentro nuevamente.
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    Deshiela los cubos de caldo de huesos en una olla o una sartén en la estufa. Cada cubo tendrá unas 2 cucharadas (30 ml) de caldo. Si haces una comida que requiera caldo de huesos, agrégale un par de cubos mientras esté cocinando. Si quieres deshelar el caldo de huesos por sí solo, pon los cubos en una olla o una sartén vacías a fuego medio en la estufa. [5]
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Método 2
Método 2 de 3:

Congelar en bolsas de plástico

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  1. Puede ser una de café o una convencional para beber. Simplemente asegúrate de que la taza y la bolsa de plástico que vayas a usar tengan la misma altura más o menos. Mete la bolsa en la taza para que la parte abierta quede arriba. Luego, dóblale los bordes herméticos de arriba sobre la boca de la taza. [6]
  2. Usa una taza medidora para calcular cuánto caldo vas a echar en cada bolsa. Usa una cantidad que se requiere comúnmente en las recetas, como 240 ml (1 taza). [7]
  3. Desenrolla la parte hermética de la bolsa del borde de la taza. Luego, sella la bolsa y levántala para sacarla de la taza. Ponla a un lado mientras guardas el resto del caldo. [8]
    • Escribe la cantidad de caldo que está en la bolsa al exterior para que sepas cuánto vas a tener que deshelar más adelante.
  4. Agrega una bolsa de plástico nueva a la taza igual como hiciste con la primera. Después de llenarla con caldo, ciérrala y sácala de la taza. Sigue hasta que todo el caldo esté embolsado. [9]
  5. Usa una que tenga los bordes elevados en caso una de las bolsa se rompa en el congelador. No hay problema en sobreponer las bolsas y apilarlas una sobre otra. [10]
  6. Congelarlas primero en una bandeja protegerá tu congelador en caso una de ellas chorree. Espera hasta que estén bien congeladas antes de sacarlas de la bandeja. [11]
  7. Guárdalas una sobre otra en el congelador para que ocupen menos espacio. Escribe la fecha en cada bolsa de caldo para que puedas saber cuánto tiempo están en el congelador. [12]
  8. Una vez que la bolsa esté un poco descongelada, usa las manos o un cuchillo para romper el bloque congelado de caldo. Luego, vacía el caldo de la bolsa en una olla o sartén para cocinar. [13]
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Método 3
Método 3 de 3:

Congelar en frascos

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  1. Asegúrate de utilizar frascos de vidrio que vengan con tapas. Vierte el caldo en frascos o usa un cucharón para echarlo. Llénalos de modo que les quede al menos 3 cm (1 pulgada) de espacio entre la superficie del caldo y la boca del frasco. De esta forma, el caldo tendrá espacio para expandirse cuando se congele. [14]
    • Mide cuánto caldo vas a poner en los frascos con la taza medidora y escribe la cantidad afuera para que no se te olvide.
  2. Poner los frascos en el congelador de inmediato será un cambio drástico de temperatura, que podría provocar que se rompan. Aclimatarlos a una temperatura más fría en el refrigerador evitará que se rompan. [15]
  3. Organízalos de modo que todos queden sobre el fondo del congelador o en la puerta. No los pongas uno sobre otro o alguno, pues podrían caerse y romperse. [16]
    • Puedes guardar el caldo de huesos en el congelador hasta por un año.
  4. Si no estás apurado en descongelar el caldo de huesos, saca uno de los frascos de caldo del congelador y ponlo en el refrigerador. Déjalo ahí hasta que se haya descongelado lo suficiente como para verterlo en una olla o sartén y caliéntalo. Si estás apurado, coloca un frasco dentro de un recipiente de agua caliente para acelerar el proceso de descongelado. [17]
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Cosas que necesitarás

Usar una cubitera de hielo

  • cubitera de hielo
  • un recipiente apto para el congelador

Congelar en bolsas de plástico

  • una taza
  • bolsas de plástico herméticas
  • una bandeja de metal

Congelar en frascos

  • frascos de vidrio con tapas

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