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Puedes conservar las hierbas de diversas formas: secándolas, congelándolas y poniéndolas en aceite. El método que elijas dependerá del tipo de hierba, tus preferencias de almacenamiento y el uso que piensas darles a las hierbas.

  1. Utiliza tijeras fuertes o un cuchillo de cocina para cortar las hierbas. Si estas pueden sobrevivir al invierno (es decir, son plantas perennes con capacidades de hibernación), corta los tallos en la base de la planta. Otras hierbas pueden arrancarse por completo y las raíces y las partes leñosas pueden compostarse después del corte. Corta todas las hierbas que vas a secar de una forma que queden con tallos largos. Lee la sección "Consejos" para saber cuáles son los mejores momentos para la cosecha. [1]
  2. Si debes lavar las hierbas debido a la suciedad, lo mejor que puedes hacer es rociarlas suavemente con un rociador de niebla fina y luego limpiarlas. De lo contrario, presentarán un riesgo de sufrir problemas de moho durante el almacenamiento. Sécalas con una toalla de papel o sacudiéndolas. [2]
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Método 1
Método 1 de 5:

Colgar las hierbas

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  1. Este un método rápido de conservación que no requiere mucho esfuerzo.
  2. Lo ideal es que un manojo no contenga más de 5 a 10 tallos para facilitar la ventilación. [3]
  3. Busca un lugar seco, cálido (no húmedo), oscuro y bien ventilado que esté apartado del tráfico peatonal o el hurgado constante. La temperatura ideal para el secado es de 20 °C (68 °F). Si no tienes una zona oscura en la casa, puedes atar bolsas de papel sobre cada manojo y perforar agujeros en ellas. Esto tiene el beneficio adicional de mantener alejado el polvo. [4]
  4. Revísalas de vez en cuando para ver cómo están secándose. Las hierbas de tallo más grueso tardarán más tiempo. Observa si su consistencia se ha vuelto desmoronable frotando una hoja entre dos dedos. Si se desmoronan, están listas para retirarse. [5]
  5. Selecciona cualquier pelusa, pedazo leñoso y otro material extraño mientras retiras las hojas. Puedes mantener las hojas enteras, triturarlas en tus dedos para hacer una mezcla molida muy fina para cocinar (pero debes utilizarlas rápido para retener el sabor) o dejarlas en la forma de hoja para preparar tés, decoraciones en sopas, etc. (no deben desmoronarse mucho). Debes dejar las semillas enteras y triturarlas solo cuando sean necesarias para cocinar. [6]
  6. Guarda las hierbas hasta por 1 año. [7]
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Método 2
Método 2 de 5:

Congelar las hierbas

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  1. No todas las hierbas se congelarán bien, pero para las que sí lo hacen, esto es lo que debes hacer.
  2. Este método suele funcionar mejor para las hierbas de hoja suave como la albahaca , el estragón, el apio del monte y el perejil. [8] Algunas hierbas solo pueden congelarse porque no se secan, por ejemplo, las cebolletas. [9]
  3. Quita las hojas y colócalas en bolsas o recipientes para congelar. Etiquétalas y ponles fecha de almacenamiento, ya que deben mantenerse hasta por 3 meses. Si deseas que duren más, blanquéalas por unos segundos en agua caliente, luego mételas en agua helada y colócalas en el congelador en bolsas o recipientes. Las hierbas blanqueadas se congelarán hasta por 6 meses. [10]
  4. Si decides hacerlo de esta manera, congela un tercio de hierbas picadas en dos tercios de agua. La albahaca es excelente hecha puré con aceite de oliva antes de congelarla en cubitos de hielo (no añadas agua). Retira las hierbas congeladas como cubitos de hielo y guárdalas en bolsas para congelador de plástico. Retira los trozos según sea necesario. [11]
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Método 3
Método 3 de 5:

Remojar las hierbas en aceite

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  1. Sin embargo, primero consulta la sección de advertencias que está más abajo.
  2. Es preferible utilizar aceite de oliva, pero no hay problema si eliges cualquier otro aceite de tu preferencia. [12]
  3. Si deseas utilizar el aceite como un aceite herbal saborizado, está bien dejar los tallos. Coloca las hierbas en una botella como recipiente. Las hierbas que se mantienen en su tallo dentro de la botella de aceite se verán muy atractivas como arreglos ornamentales, además de ser artículos culinarios útiles. Si deseas retirar las hojas herbales para cocinar, es preferible utilizar un recipiente más corto y más ancho que te permita colocar una cuchara y sacar las hierbas y el aceite.
  4. Utilízalas dentro de los 6 meses posteriores a su preparación. [13]
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Método 4
Método 4 de 5:

Secar las hierbas en una toalla de papel

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  1. Coloca otra por encima.
  2. [14]
  3. Sabrás que estás secas cuando puedas desmenuzar una hoja en la mano.
  4. [15]
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Método 5
Método 5 de 5:

Deshidratar las hierbas

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  1. Deja espacio suficiente para la circulación de aire.
  2. Sigue las instrucciones del deshidratador para el tamaño de la hoja. [16]
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Consejos

  • Las hierbas congeladas nunca funcionarán como decoración, solo son buenas para cocinar.
  • Las hierbas utilizadas por sus hojas se recolectan mejor antes de su florecimiento (es decir, tan pronto como aparecen los capullos). Esto garantizará el mejor sabor porque contienen la cantidad máxima de aceites volátiles antes del florecimiento.
  • Cuando seques hierbas frescas en el microondas, solo utilízalo en la opción de descongelación y coloca 1/2 taza de agua dentro para no romper el microondas. Retira las hierbas cuando aún estén parcialmente húmedas y calientes y deja que se enfríen a medida que se secan y el calor se escapa. Esta es la mejor forma de conservar mucho sabor cuando utilizas un microondas.
  • Una muy buena forma de reducir el tiempo que las hierbas tardan en secarse con el aire es colocar un filtro de aire acondicionado (luce como un atrapapelusas grande para secadora). Coloca las hierbas sobre eso y pon uno más por encima. Asegura todo con una banda elástica y luego asegúralo a un ventilador (Como se ve en el programa de cocina de Alton Brown "Good Eats").
  • Si necesitas sustituir las hierbas frescas con hierbas secas en una receta, recuerda que las secas son más potentes. Como regla general, 1 cucharadita de hierbas secas equivale a 1 cucharada de hierbas frescas. No te excedas en la adición de hierbas secas, puesto que el exceso arruinará todo el plato.
  • Si deseas cortar las hierbas dos veces en una temporada, solo cosecha cantidades pequeñas para la primera cosecha. Esto dejará energía para que las hierbas crezcan hasta la última cosecha, que debe ser más abundante.
  • Los lugares ideales para secar hierbas son los áticos, las despensas y los sótanos cálidos. Los armarios y las alacenas grandes y que se utilizan raramente son otra buena posibilidad.
  • El mejor momento para cosechar hierbas es durante una noche lluviosa cuando todo aún está empapado, pero antes que el sol pegue fuerte y extraiga los aceites volátiles. A finales de la mañana también es una buena opción. Las hierbas recolectadas bajo dichas condiciones retendrán su sabor por más tiempo y serán menos propensas a desarrollar problemas de moho.
  • Si deseas recolectar semillas para la próxima generación o para cocinar, espera hasta que las flores hayan muerto de la hierba. Sácalas antes que el clima ventoso lo haga.
  • Las hierbas también pueden secarse en un horno convencional, un microondas o utilizando un deshidratador. Sin embargo, estos métodos afectan el contenido de los aceites volátiles de las hierbas y producen un producto inferior. Pero si vives en un clima húmedo, el secado al aire no es exitoso y el secado al horno puede ser la opción que prefieras.
    • Para secar las hierbas en un horno convencional, la temporada que suele recomendarse es de 100 °C (200 °F). Coloca las hierbas en una bandeja cubierta en papel para hornear. Vigila las hierbas con mucho cuidado y dales vuelta si es necesario (utiliza pinzas o una herramienta similar y utiliza manoplas). Verifica su consistencia cada varios minutos hasta que se vean crujientes. Será útil dejar la puerta del horno un poco entreabierta.
    • Las hierbas colocadas en el microondas deben envolverse en una toalla de cocina y añade un vaso de agua para evitar que la sequedad de las hierbas afecte el microondas. Sécalas por 1 minuto a alta potencia y verifica la consistencia después de cada estallido.
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Advertencias

  • No dejes las hierbas colgando por mucho tiempo o su sabor disminuirá.
  • No las coseches en condiciones húmedas o mientras el rocío aún está sobre ellas, ya que serán difíciles de secar a mano y serán más propensas al moho.
  • Los aceites de hierbas pueden provocar envenenamiento por botulismo. El botulismo es una intoxicación alimentaria potencialmente mortal que se caracteriza por una visión borrosa o doble, dificultad para hablar y respirar y parálisis progresiva. [17] Sin un tratamiento rápido y correcto, un tercio de los diagnosticados puede morir. La bacteria Clostridium botulinum está extendida en el medio ambiente y las esporas se multiplican en un ambiente sin aire (anaeróbico), como los aceites. [18] Por lo tanto, los aceites infusionados con hierbas deben tener una acidificación y refrigeración adecuadas para inhibir el crecimiento de las esporas y la producción de toxinas.
  • Si has utilizado químicos en tu jardín, aunque no de forma directa sobre las hierbas, debes tener mucho cuidado de limpiarlas antes de secarlas, incluso si esto significa lavarlas más enérgicamente que lo descrito en este artículo. La salud de tu familia y la tuya es preciosa, así que no corras riesgos.
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Cosas que necesitarás

  • hierbas frescas de jardín o hierbas producidas a nivel local
  • una cuerda, bandas elásticas o lana para atar los manojos
  • una zona oscura, cálida y bien ventilada para colgar las hierbas
  • frascos de almacenamiento
  • un congelador para congelar las hierbas
  • bolsas de plástico
  • aceite para remojar las hierbas
  • un recipiente o una botella de vidrio para las hierbas en aceite

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