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Muchas veces, quizás encuentres a un amigo o compañero de trabajo que esté molesto o llorando. Es posible que quieras ayudarlo, pero no sabes por dónde empezar. Lo más importante es demostrarle que te preocupa. Bríndale toda la ayuda que puedas y atiende lo que necesite. Hazle algunas preguntas para asegurarte de que se sienta seguro o analiza si necesita algo. En general, sé generoso con tu tiempo y deja que diga lo que piensa sin presionarlo para que lo haga.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Ser atento

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  1. Muchas veces, es poco lo que puedes hacer o decir que en verdad sea de utilidad. Las palabras consuelan muy poco. En muchos casos, lo importante es simplemente estar allí. Tu presencia física y tu tiempo suelen agradecerse más en los momentos difíciles. Trata de brindar tu tiempo. [1]
    • Quédate al lado de la persona y hazle saber que estarás ahí para ayudarla. No es necesario que hables mucho; es suficiente con tu presencia, sobre todo si la persona siente que no hay nadie que la apoye.
  2. Por lo general, la gente teme llorar frente a los demás porque la sociedad ve el llanto como una debilidad. Si la persona empieza a llorar en público, ofrécele ir a un lugar más privado. De esta forma, puedes ayudarle a evitar la vergüenza. Ve con ella a un baño, a un auto o a una habitación vacía. Si está en un lugar privado, quizás se sienta segura y capaz de controlar sus emociones.
    • Si parece sentirse incómoda, pregúntale “¿Quieres ir a un lugar más privado?”. Puedes llevarla a un baño, a un auto, a una habitación privada o a cualquier otro lugar donde no haya muchas personas.
    • Si aún eres joven (estás en la escuela o en la universidad), no lleves a la persona a un lugar prohibido, como un salón donde no haya nadie. Además, debes asegurarte de poder salir. ¡No debes meterte en problemas!
  3. Si tienes un pañuelo de papel o sabes dónde encontrarlo, ofrécele uno. El llanto humedece el rostro y la nariz, así que, si le ofreces un pañuelo, le demuestras que quieres ayudar. Si no tienes pañuelos a la mano, ofrécete a conseguir uno.
    • Puedes decirle “¿Quieres que te consiga un pañuelo de papel?”.
    • Algunas veces, dar un pañuelo de papel puede indicar que quieres que deje de llorar de inmediato. Ten cuidado con la forma en que puedan percibirse tus acciones, sobre todo si la persona está muy molesta o ha sufrido una pérdida por muerte o ruptura.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Atender sus necesidades

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  1. Nunca es de utilidad decirle a una persona que deje de llorar o que no vale la pena llorar por algo. El llanto le permite sentirse mejor. Desahogar las emociones es mejor que reprimirlas, ya que, de lo contrario, producen enfermedades mentales, como la depresión. Si alguien llora, deja que lo haga. Nunca le digas algo como "No llores" o "¿Por qué lloras por algo tan pequeño?". Está compartiendo un momento vulnerable contigo, así que deja que exprese lo que necesite sin decirle cómo debería sentirse.
    • Quizás te sientas incómodo cerca de alguien que está llorando, pero recuerda que tu tarea es ofrecerle apoyo de una forma útil y, al final de cuentas, el enfoque no está en ti.
  2. Quizás quiera que te quedes y la escuches o tal vez quiera un poco de espacio y estar a solas. No supongas que sabes lo que quiere porque no es así. Si le preguntas lo que quiere y lo que necesita, le das el control y tienes la oportunidad de escucharla y responder. Sea lo que sea que te pida, respeta su decisión. [2]
    • Pregúntale “¿Qué puedo hacer para ayudarte?” o “¿Cómo puedo apoyarte?”.
    • Si te pide que te vayas, vete. Evita decirle algo como “¡Pero necesitas mi ayuda!”. En lugar de eso, solo dile “De acuerdo, pero si necesitas algo, llámame o envíame un mensaje”. A veces, la gente necesita un espacio.
  3. No debes sentir que tienes prisa o que debes ir a hacer algo. Una parte de brindar apoyo es estar presente y dar de tu tiempo. Si estás allí para consolar a la persona, dale el tiempo que necesite. Tu sola presencia puede consolarla; lo que más necesita podría ser que te quedes y te asegures de que pueda continuar con su día o recibir más ayuda.
    • No te detengas por unos momentos y luego sigas como si nada hubiera pasado. Quédate con ella y dile que te quedarás por si te necesita. Aunque tengas que trabajar, no te hará daño dedicarle unos minutos más.
  4. Si sabes que le gusta que la abracen, dale un abrazo, pero si suele ser más reservada en el aspecto físico, quizás puedas darle unas palmaditas en la espalda o no tocarla en absoluto. Si quieres ayudar a una persona extraña, será mejor que le preguntes si acepta el contacto. Si no estás seguro, pregúntale si quiere un abrazo o si puedes abrazarla. Si no quiere, no lo hagas. [3]
    • Pregúntale "¿Te importaría si te abrazo?". Quizás tus amigos y familiares acepten el contacto físico más que los extraños, así que asegúrate de no provocarles más incomodidad.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Hablar de la experiencia

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  1. Es posible que la persona esté muy conmocionada o no quiera hablar. Si parece que no está dispuesta o que no quiere abrirse, no la obligues. No todos querrán compartir sus problemas, sobre todo con una persona que no es muy cercana. Si no encuentras algo para decir, no pienses que debes decir algo profundo. El simple hecho de estar allí y decir (o dar a entender): “Aquí estoy para apoyarte”, suele ser suficiente.
    • Puedes consolar a alguien que nunca te diga lo que le molesta.
    • Podrías decirle “Si hablas del problema, podrías sentirte mejor. Si quieres hablar, aquí estoy contigo”.
    • No actúes de forma crítica. Si lo haces, la persona será más reservada contigo.
  2. Aumenta tus habilidades para escuchar y préstale toda tu atención. Si le preguntas qué le pasa y no responde, no sigas preguntándole. Acepta lo que te diga y enfócate en escuchar con actitud de apoyo. [4] Dale tu atención completa a lo que diga y a la forma en que lo diga.
    • Haz contacto visual y responde sin críticas para mejorar la forma en que escuchas.
  3. Quizás pienses que decirle “Recién me sucedió algo así” será de utilidad y creará una conexión, pero en realidad, te enfocas en ti y no en ella. Incluso peor, podría parecer que ignoras sus sentimientos. Enfoca la conversación en ella. Si habla de la razón de su llanto, déjala hablar y no la interrumpas. [5]
    • Quizás quieras establecer una relación o hablar de un suceso en tu vida, pero resiste la tentación de hacerlo a menos que te lo pregunte. Tu tarea es ayudar a la persona y consolarla.
  4. Si la persona está molesta y llorando a causa de una situación, no trates de solucionarle de inmediato el problema. Es muy importante que hables menos y escuches más. Quizás la persona ni siquiera mencione lo que le pasa, pero no es tu tarea solucionar sus problemas. [6]
    • El llanto no es una forma de solucionar el problema, sino de expresar las emociones. Déjala que llore sin interferir.
    • Quizás sea difícil si tú sueles evitar llorar. Recuerda que el llanto no es una señal de debilidad.
  5. Anímala a visitar a un psicólogo si necesita más ayuda . Si la persona tiene problemas constantemente para enfrentar sus emociones, quizás sea el momento de que visite a un psicólogo. Es posible que sus problemas te abrumen o tal vez pienses que lo que le sucede sería mejor que lo tratara un psicólogo. Recomiéndaselo con amabilidad, pero hazle saber que podría ser una buena opción. [7]
    • Por ejemplo, puedes decirle “Parece que lo que te sucede es muy difícil. ¿Has pensado en consultar con un psicólogo?”.
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