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La albahaca es una hierba deliciosa fácil de cultivar y que se puede utilizar en una variedad de recetas. Podar las plantas con regularidad les ayudará a crecer más fuertes y sanas. Las hojas de albahaca se pueden congelar, secar o guardar durante unos días en una jarra con agua. Esta fragrante hierba es una gran adición a las recetas, sobre todo para el pesto casero .

Método 1
Método 1 de 3:

Cosechar las hojas de albahaca

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  1. Cuando riegues la planta de albahaca, mídela con una cinta métrica o regla para ver cuánto ha crecido. Cuando la parte más alta alcance los 15 cm (6 pulgadas), puedes empezar a cosechar las hojas. No dejes que la planta exceda los 20 cm (8 pulgadas) antes de cortarla. [1]
  2. Cuando la planta de albahaca haya crecido, no dudes en quitarle hojas siempre que quieras una guarnición fresca, retirando algunas de cada parte de la planta sin cortar ningún tallo. Esta pequeña recolección va a ayudar incluso a que la albahaca crezca más frondosa. [2]
    • Es mejor cosechar las hojas en la parte superior de la planta, lo cual dará lugar a un crecimiento más tupido. Si cosechas las hojas inferiores, la planta crecerá de manera larguirucha y delgada, y probablemente no sea tan saludable o productiva.
  3. Cuando recojas las hojas, hazlo con mucho cuidado para no partirlas ni dañar los tallos a los que están unidas. Agarra las hojas desde la base donde se encuentra el tallo y retíralas enteras con suavidad. [3]
    • Puedes cortar también las hojas con unas tijeras pequeñas, pero ten mucho cuidado de no cortar el tallo.
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Método 2
Método 2 de 3:

Cosechar los tallos y podar la planta

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  1. Para quitar los tallos enteros de la albahaca, empieza por la parte superior y avanza hacia abajo. Este tipo de recolección eliminará una mayor cantidad de la planta, por lo que se debe empezar en la parte más alta y frondosa y dejar los brotes más pequeños debajo para que continúen creciendo. Para una recolección a mayor escala que realices cada pocas semanas, intenta quitar al menos un tercio de la altura total de la planta. [4]
    • Para quitar los tallos fácilmente, usa unas tijeras pequeñas.
    • Cosecha la albahaca cuando la planta comience a florecer, lo cual fomentará un nuevo crecimiento.
  2. Cuando quites los tallos completos, corta siempre lo más cerca posible de la parte superior del nudo de la hoja. Si dejas más de 2,5 cm (1 pulgada) por encima de este, la planta desviará los nutrientes al tocón y los alejará de los brotes más pequeños que los necesitan, lo que puede limitar el crecimiento general de la planta. [5]
    • Al cortar únicamente por encima del nudo, la planta se dividirá en dos, de modo tal que seguirá creciendo de una forma tupida. [6]
  3. Mientras estés regando la albahaca o recogiendo las hojas, dedica un momento a examinar la planta. Utiliza los dedos para apretar con suavidad las puntas de los brotes laterales y las ramas. Esta acción estimulará que la planta crezca sana y con abundante follaje. [7]
  4. Si deseas seguir cultivando albahaca, debes evitar que la planta florezca. Si florece, no sacará más hojas. Recorta todos los capullos que veas en la planta antes de su floración. [8]
    • Si has cosechado suficientes hojas de albahaca y estás listo para que la planta siga creciendo, déjala que florezca y disfruta de su belleza.
    • Las flores de albahaca son comestibles, pero su sabor es más fuerte que el de las hojas, y sus vainas son gruesas y arenosas. [9]
  5. Si estás cultivando una gran cosecha de plantas de albahaca al aire libre y deseas cosecharlas enteras, córtalas unos 7,5 cm (3 pulgadas) sobre el suelo. Utiliza una podadora manual para cortar la base entera de la panta fácilmente, y asegúrate de sacudirla para quitarle los insectos y el exceso de suciedad. [10]
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Método 3
Método 3 de 3:

Guardar la albahaca cosechada

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  1. Después de recolectar la albahaca, revísala y quítale las hojas muertas o amarillas que encuentres. Enjuágala a fondo para eliminar la tierra o suciedad, y déjala que se seque al aire o sécala con papel absorbente. Luego, colócala en un recipiente hermético como una bolsa con cierre o un recipiente de plástico. [11]
    • La albahaca puede durar hasta unas pocas semanas. Usa las hojas o pártelas en trozos según sea necesario.
  2. Retira las hojas de albahaca del tallo e introdúcelas en una olla con agua hirviendo de cinco a diez segundos. Retíralas con una espumadera y pásalas directamente a un recipiente grande con agua y hielo. Tras varios minutos, quita las hojas y extiéndelas para que se sequen sobre papel absorbente antes de guardarlas en el congelador. [12]
    • Coloca las hojas de albahaca en un recipiente apto para congelador o en una bolsa plástica con cierre.
    • Las hojas de albahaca se mantendrán en el congelador durante varios meses.
  3. Coloca los tallos de albahaca en una bolsa de papel seca y guárdala en un lugar cálido y seco, como en un ático o en un armario de cocina. Déjalos secar durante una o dos semanas; luego, retira las hojas de los tallos. Mantén las hojas lo más intactas posible y guárdalas en tarros de conserva. [13]
    • Es mejor mantener las hojas de albahaca seca enteras y desmenuzarlas en el último minuto, si es necesario.
    • Quita cualquier hoja amarilla o manchada antes de secar la albahaca.
    • La albahaca seca debe conservarse más o menos durante un año o siempre que mantenga el mismo aroma distintivo.
    • También puedes secar la albahaca colgándola en manojos en una habitación cálida y seca. [14]
  4. Limpia los tallos de albahaca y recorta las bases. Colócalos en una jarra de vidrio con una cantidad de agua de entre 2,5 cm (1 pulgada) y 5 cm (2 pulgadas) en la parte inferior. Los tallos de albahaca se conservarán hasta dos semanas si se mantienen a temperatura ambiente y fuera de la luz solar directa. [15]
  5. En un procesador de alimentos, añade 1 taza (250 ml) de hojas de albahaca y 1 cucharada de aceite de semilla de uva. Procesa esta mezcla hasta que las hojas se conviertan en pedacitos y añade luego 1 cucharada de agua, y vuélvela a procesar hasta formar una pasta. Envasa bien la mezcla en una bandeja de cubitos de hielo y congélala. [16]
    • Cuando los cubitos estén congelados, pásalos a un recipiente apto para congelador o a una bolsa de plástico con cierre para facilitar su uso.
    • Puedes añadir cubitos de albahaca a las salsas, sopas y curris para un condimento fácil.
    • Los cubitos de albahaca se pueden guardar en el congelador durante tres o cuatro meses aproximadamente.
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Consejos

  • Antes de la primera helada, cosecha todas las hojas de albahaca y corta los tallos hasta el suelo. La planta volverá a brotar en primavera.
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