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Un buen villano en una obra de ficción puede ayudar a atraer a los lectores e impulsar la historia. En lugar de solo una encarnación dimensional del mal, un villano debe ser un personaje complejo, lleno de contradicciones, deseos y necesidades. Para crear un villano creíble en tu obra de ficción, empieza concibiendo ideas para este personaje. Luego créale un trasfondo de modo que se sienta como un personaje equilibrado. También puedes hacer que el villano sea complejo y creíble en la historia, de modo que los lectores se conecten con él a un nivel emocional.

Método 1
Método 1 de 3:

Concebir ideas

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  1. Elige a alguien de tu vida a quien consideres un poco malo o complicado. Elige como modelo a una celebridad o un criminal notorio de las noticias. Combina partes de varias personas para crear al villano. [1]
    • Por ejemplo, podrías usar a un asesino serial de tu ciudad como la inspiración para el villano. También puedes elegir a un familiar que haya hecho cosas terribles.
  2. Reflexiona sobre lo que más temas y usa dicho miedo para crear al villano de tu historia. Quizás le temas a la muerte y hagas que tu villano sea una encarnación de la misma. Tal vez les temas a las arañas, por lo que el villano es una araña gigante. Si le temes a tu villano en cierto nivel, el lector lo sentirá y responderá a ello.
    • Por ejemplo, el villano en Misery de Stephen King está inspirado en su adicción a las drogas y el alcohol. King le temía a su adicción, por lo que la convirtió en un villano para su novela. [2]
  3. El villano debe compartir rasgos y cualidades similares con el protagonista (o héroe) de tu historia. Podrían compartir las mismas experiencias de la infancia o experimentar la misma sensación de soledad en el mundo. Puedes hacer que sus valores morales sean diferentes, pero también puedes hacer que algunos coincidan, de modo que el lector pueda empatizar con ambos personajes. [3]
    • Por ejemplo, podrías tener un villano que comparte la misma necesidad del protagonista de pertenecer a su familia o sentirse querido por ella. El villano podría optar por tomar acciones violentas para alcanzar su meta, mientras que el protagonista emplea acciones pacíficas.
  4. Los lectores pueden tener dificultades para comprender los conceptos abstractos y estos pueden hacer que sientan poca empatía o simpatía. Evítalos, ya que podría ser difícil que los lectores se conecten con ellos. [4]
    • Si quieres usar un concepto abstracto como el villano, conviértelo en una persona que el lector pueda ver en la página. Por ejemplo, podrías usar a un hombre de negocios siniestro que represente a una corporación. También podrías usar a un traficante de armas como la representación de la guerra.
  5. Analiza a villanos de varios géneros de la literatura. Observa cómo el autor hace que el personaje sea creíble e interesante para el lector. Presta atención a la manera en la que describe sus características físicas y cómo le crea un trasfondo. Podrías leer lo siguiente:
    • Misery de Stephen King [5]
    • Beloved de Toni Morrison
    • Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin
    • El problema final de Sir Arthur Conan Doyle [6]
    • El talentoso Sr. Ripley de Patricia Highsmith [7]
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Método 2
Método 2 de 3:

Darle una historia de fondo al villano

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  1. Su nombre debe hacer que destaque de la multitud y emitir matices siniestros. Este podría estar relacionado con un apodo que le habían dado en la niñez o un acontecimiento de su pasado. Este también podría vincularse con sus rasgos físicos. [8]
    • Por ejemplo, el villano “Voldemort” de Harry Potter tiene un nombre que suena siniestro y amenazante. El villano “Tom Ripley” en El talentoso Sr. Ripley tiene la palabra “rip” en su apellido, que en inglés tiene un significado de violencia y destrucción.
  2. Desarrolla empatía por el villano al crear un trasfondo que incluya una infancia problemática o un pasado oscuro. En lugar de hacer que el villano nazca malvado, muéstrale al lector la manera en la que se ha vuelto así. Explora su pasado y los acontecimientos que lo han llevado a rendirse al lado oscuro. [9]
    • Por ejemplo, podrías darle al villano una infancia violenta en la que sus compañeros lo acosaban o sus padres abusaban de él. También podrías crear un villano que era víctima de una persona que se aprovechaba de los demás, y esto ha hecho que se vuelva malvado.
    • También puedes hacer que sienta que uno de sus padres o hermanos no lo quiere o no lo valora. Esto podría hacer que se sienta furioso y vengativo.
  3. Determina el momento o la experiencia clave en los que el villano cambie y acepte su oscuridad interior. Incluye el momento como una escena en tu obra de ficción para mostrar al lector el punto en el que el villano se vuelva malvado. El momento podría ocurrir en la infancia, cuando el villano se sentía descuidado o no querido. Esta también podría ser una experiencia en la adultez que lo haya traumatizado y herido. [10]
    • Por ejemplo, podrías tener un villano que se haya vuelto malvado cuando los acosadores de la escuela lo humillaron en frente de alguien que quería. Por otro lado, el villano podría haberse vuelto malvado al presenciar el asesinato de su familia.
  4. Incluso los villanos tendrán un sistema de honor o un código moral al cual se ciñen. Reflexiona sobre lo que tu villano valore de la vida y en lo que crea. Puedes darle valores distorsionados o equivocados, siempre y cuando muestres que tiene su propio código moral. Esto ayudará a volverlo más creíble para los lectores. [11]
    • Por ejemplo, podrías tener un villano que cree en el imperio de la ley, sin excepciones. Esto podría volverlo malvado porque trata a los pobres que roban con desdén y busca enjuiciar a los menos afortunados sin misericordia.
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Método 3
Método 3 de 3:

Crear un villano complejo y creíble

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  1. No solo le des rasgos malos o malignos, ya que esto lo volverá unidimensional y simple. En lugar de ello, dale rasgos positivos para demostrar su lado humano. Deja que el villano sea bueno en algunos aspectos, de modo que los lectores lo consideren complejo y puedan identificarse con él. [12]
    • Podrías tener un villano que adora a su familia y hará todo por protegerla. También podrías tener uno cuya debilidad sean los animales.
  2. Su meta o deseo podrían ser incorrectos o estar planteados desde una perspectiva errada, pero de todas formas deberá tener una meta. Muéstrale al lector lo que el villano quiere en la historia, de modo que pueda sentir que es un personaje vivo en ella. La meta del villano también puede impulsar la historia y darle momentos importantes. [13]
    • Quizás tu villano quiera vengarse por el asesinato de su familia cuando era un niño. Tal vez tengas un villano que quiera tener amigos y ser amado.
  3. Sé específico sobre la manera en la que el villano camina, habla y se mueve en la historia. Dale rasgos de villano que destaquen, como una cicatriz en el rostro o una cojera al caminar. También puedes darle hábitos y tics que demuestren que está nervioso, inquieto o alterado. [14]
    • Por ejemplo, Stephen King describe a la villana Annie Wilkes en Misery de la siguiente forma: “Las fosas de su nariz se abrían de manera constante, como las de un animal olfateando el fuego… Esa mirada dura y obstinada cubrió su rostro como una máscara… Solo sus ojos, esas monedas pulidas, parecían estar vivos bajo el anaquel de su entrecejo”.
    • Esta descripción relaciona la apariencia física de Wilkes con elementos peligrosos como el fuego, y usa adjetivos como “pulida” y “dura” para darle un sentido duro y lastimado.
  4. Haz que su diálogo sea propio de él como personaje. Determina cómo tu villano podría hablar en una escena y dale toda la personalidad posible como protagonista a través del diálogo. [15]
    • Por ejemplo, podrías tener un villano que hable de manera formal, incluso cuando diga cosas malas o perturbadoras. También podrías tener un villano que no hable mucho y que solo diga una palabra, la misma palabra, antes de hacerle algo malo a un personaje.
    • Inspírate en las frases clásicas de los chicos malos, como “Despídete de tus sueños” o “¿En verdad creías que podrías derrotarme?”.
  5. El villano debe estar al nivel de tu protagonista, y tener el mismo nivel de ingenio y fuerza. Deberá ser un contrincante digno del protagonista, ya que esto impulsará la historia y creará obstáculos para el protagonista. Un villano capaz será mucho más interesante para los lectores que uno que sea incompetente o tonto. [16]
    • Por ejemplo, el villano profesor Moriarty de Sherlock Holmes es igual de inteligente y astuto que este último. Él demuestra ser un gran reto para Holmes y aumenta mucho el desafío en la historia.
  6. Asegúrate de que el villano se interponga en el camino del protagonista lo más que pueda. Él deberá actuar como un obstáculo y una fuente de conflicto para el protagonista. El villano y el protagonista deben enfrentarse con frecuencia para añadirle tensión a la historia. [17]
    • Podrías tener un villano que tome como su próxima víctima a un ser querido del protagonista. El protagonista tendrá la meta de salvar a la persona que ama, mientras que el villano querrá lastimarla. Ambos podrían enfrentarse en un momento posterior a medida que luchen para obtener lo que quieren.
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