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Utiliza estas reglas para crear un contrato que les funcione a todos en tu casa
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Después de que tu hijo sale del nido, no esperas que regrese a casa volando para sentar cabeza. Este cambio de planes no necesariamente es algo malo. De hecho, más de la mitad de las personas que viven con parientes adultos dicen que la situación es conveniente y gratificante. [1] ¿Cuál es el secreto para la felicidad doméstica? Establecer expectativas claras con un conjunto detallado de reglas. Cuando tu hijo adulto se mude contigo, sigue esta lista de reglas para salir adelante de una forma saludable.

  1. No hay problema con adaptar el monto de pago a la situación y los medios de tu hijo adulto, pero debe ayudar a correr con los gastos de la casa.
    • Motiva a tu hijo a ser independiente incrementando el pago un poco cada mes. De este modo, le brindas ayuda cuando más lo necesita sin facilitarle las cosas a largo plazo.
    • Establece una transferencia automática mensual de la cuenta de tu hijo a la tuya. Esto previene las excusas y las insistencias. [2]
    • Si no necesitas el dinero, puedes guardar los pagos como un colchón para ayudar a tu hijo con los gastos de la mudanza en el futuro. [3]
    • Contribuir financieramente establece hábitos responsables y desarrolla autoestima. ¿No es eso lo que todo padre quiere para su hijo? [4]
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  1. La forma como elijas dividir las tareas importa menos que el hecho de que cada persona tome responsabilidad por su parte. [5]
    • Quizás debas ocuparte de muchos de los quehaceres del hogar en tanto tu hijo adulto asume las tareas de trabajo pesado (por ejemplo, palear la nieve y cortar el césped).
    • Tu hijo adulto debe ordenar sus cosas. Al tener a tu hijo en casa para echar una mano, tu carga de trabajo en general debe ser más ligera.
    • No olvides que la gratitud hace mucho. Sacar la basura puede ser su responsabilidad, pero a todos les gusta escuchar "gracias". [6]
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Invitados

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  1. Aborda el tema de manera abierta, aunque parezca incómodo. Tu hijo adulto podría pensar que estás siendo poco razonable o anticuado, pero al ser el dueño de casa, puedes decidir a quién quieres (y no quieres) en tu casa. [7]
    • Tu hijo adulto tiene derecho a tomar sus propias decisiones en cuanto a las relaciones y la intimidad, pero deberá encontrar otro lugar para pasar la noche si no te sientes cómodo con ello.
    • Tu hijo adulto tiene otras opciones, por lo que no debes sentirte culpable por establecer límites en cuanto a que alguien pase la noche en tu casa. Puede ir a casa de su pareja, quedarse en un hotel o irse de campamento.
    • Si tan solo quiere pasar el rato con un amigo que no te agrada, puede ir a una cafetería o parque.
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  1. Hablen sobre preguntas como las siguientes: ¿quién irá al supermercado? ¿Cómo se dividirán la cuenta? ¿Cualquier cosa en el refrigerador está disponible para todos? [8] Si quieres evitar una pelea por un envase vacío de helado, discutan sobre las expectativas en cuanto a la comida desde el principio. [9]
    • En lo que respecta a cocinar, pueden turnarse, cocinar sus propias comidas por separado o hacer que una persona cocine en tanto el otro compra todo en el supermercado.
    • Aunque decidan compartir las compras del supermercado, es una buena idea que cada persona tenga su propio armario o contenedor que esté prohibido. A veces simplemente no tienes ganas de compartir ese paquete de galletas, y no hay ningún problema.
  1. ¿En qué noche puedes reservar la sala para tu club de lectura? ¿Qué pasa cuando un partido de fútbol y una serie se transmiten a la misma hora y hay solo una pantalla grande? Establece un horario para minimizar el conflicto. [10]
    • Establezcan una rutina para las tareas recurrentes. Una persona puede usar la caminadora todas las mañanas antes de trabajar en tanto la otra la usa por la noche.
    • Siempre hay opciones para hacer concesiones. Tu hijo podría ver el partido en casa de un amigo o en un bar deportivo o podrías ver tu programa en descarga continua en una computadora portátil. Como otra opción, podrías grabar los programas para verlos más tarde.
    • No te preocupes, no tienes que darle acceso a todo tu calendario de Google. Un calendario en el refrigerador basta para anotar acontecimientos y reservar los espacios compartidos.
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Cortesía

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  1. Al ser adulto, puede parecer un poco extraño llamar cuando llegarás tarde, pero evita que tu ser querido se preocupe. Establecer y ceñirse a un horario límite para el ruido es otra forma de demostrar cortesía. [11]
    • Esta regla es de doble vía: tu hijo adulto debe avisarte en dónde está, y tú también debes hacerlo con él. [12]
    • No es necesario que profundices o brindes detalles sobre dónde estás y con quién. Basta con solo hacerle saber cuándo volverás a casa.
    • Un horario de silencio es bueno para la cordura de todos. Nadie quiere escuchar un solo de guitarra de "Stairway to Heaven" a las 2 a. m.
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Comunicación

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  1. De este modo, tienes la oportunidad de hablar, despejar la atmósfera y asegurarte de que todos estén contentos. Practica estrategias positivas de comunicación: túrnense para escuchar, utiliza métodos de negociación para resolver problemas y opta por lenguaje constructivo en lugar de palabras duras.
    • Si algo te molesta, dícelo, y pídele ayuda cuando lo necesites. Si cometes un error, pídele disculpas. [13]
    • Crea un chat grupal para que todos en casa puedan compartir información con facilidad sobre asuntos de la casa. Asimismo, esto crea un registro escrito útil, lo que quiere decir que nadie necesitará que le recuerden sus tareas.
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Privacidad

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  1. Invadir el espacio personal de alguien o husmear en su computadora o teléfono es una forma infalible de iniciar una discusión. [14] Ambos son adultos, así que trátense como adultos.
    • Si bien puede ser fácil regresar a la dinámica que tenían en los años de adolescencia de tu hijo, para que su relación permanezca saludable, también debe crecer y cambiar. Respeta su autonomía.
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Conflicto

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  1. Vivir con tu hijo adulto puede ser una oportunidad para pasar tiempo juntos, resolver problemas antiguos y crear recuerdos nuevos. Sin embargo, a veces, la convivencia simplemente no funciona. [15]
    • Reconoce que el dinero que ahorran viviendo juntos no vale la pena el costo de una mala salud mental.
    • Es absolutamente inaceptable que alguien en casa sea abusivo de manera verbal, física o emocional. Si te encuentras en peligro inmediato, llama a la policía. [16]
    • Si necesitas apoyo adicional, revisa si hay una línea directa de ayuda para la violencia doméstica en tu localidad. En los EE. UU., llama al 1(800)799-7233 o envía START por mensaje de texto al 88788 para comunicarte con la Línea Directa Nacional contra la Violencia Doméstica las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
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Ventana de tiempo

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  1. La mayor parte del tiempo, el plan no es que tu hijo adulto viva contigo para siempre. Si quieres reanudar tu vida de nido vacío en el futuro, haz un bosquejo de una ventana de tiempo para que tu hijo se mude.
    • Algunas ideas de puntos de referencia son cuando se haya graduado de la universidad, cuando haya encontrado un trabajo estable o cuando haya ahorrado un monto determinado de dinero.
    • Este cronograma no tiene que ser inamovible. Tan solo ten en cuenta que un hijo adulto podría perder la motivación para independizarse sin una "fecha de expiración" clara. [17]
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Contrato

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  1. Siéntense a conversar sobre lo que cada uno quiere y necesita y luego pónganlo por escrito. La recomendación de los expertos es redactar el acuerdo antes de que tu hijo adulto se mude contigo. [18]
    • Esta es una actividad colaborativa. Si se toman el tiempo de escuchar y validar al otro, puede ser una experiencia para forjar vínculos.
    • Fírmenlo, ponle la fecha y archívalo para poder acceder a él fácilmente. Si bien podría parecer algo absurdo hacer un contrato, esto asegura que todos estén en sintonía y evita los problemas de comunicación. [19]
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