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Si descubres que tu gato sufre de diabetes, esto puede asustarte y abrumarte. Algunos dueños podrían preguntarse en qué forma pueden ayudar a su gato a controlar la enfermedad. Esto podría abrumarte al principio; sin embargo, el cuidado de un gato diabético es totalmente manejable. Si identificas la enfermedad en una etapa lo suficientemente temprana, incluso podrías curarla brindando los cuidados adecuados. Si tu gato sufre de diabetes, existen muchos pasos que puedes seguir. Puedes controlar sus cuidados diarios, aprender a administrar las inyecciones de insulina y aprender sobre los signos que debes identificar en los gatos con diabetes.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Brindarle los cuidados diarios

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  1. La mayoría de las personas saben que las personas con diabetes deben tener cuidado con lo que comen, y esto también ocurre en los gatos. La dieta felina ideal tiene un alto contenido de proteínas y pocos carbohidratos. Lamentablemente, la mayor parte de las comidas para gatos que encuentres en el supermercado serán ricas en carbohidratos y tendrán pocas proteínas. Necesitarás comida para gatos diseñada para las necesidades de tu gato. [1]
    • Muchas compañías de comidas para mascotas de alta calidad brindan comidas de venta con receta con un alto contenido de proteínas. Entre estas compañías tenemos a Purina, Hills y Royal Canin. La comida DM de Purina cuenta con una variedad húmeda y una seca. Puedes darle cualquiera de estas fórmulas a tu gato, siempre y cuando tenga acceso libre a agua que pueda beber.
    • Si le das a tu gato una comida con abundantes proteínas, esto será de utilidad para que su cuerpo disminuya el exceso de glucosa que produzca. Esto permitirá que el cuerpo de tu gato se estabilice. Es probable que algunos gatos solo tengan que adoptar una comida con abundantes proteínas y de alta calidad. Estos incluso podrían retomar su dieta normal luego de consumir esta nueva comida por unos meses.
  2. Hasta hace poco, muchos creían que el mejor momento para alimentar a un gato diabético era justo después de administrarle una inyección de insulina. No obstante, los científicos ahora reconocen que los niveles de insulina llegan a su punto máximo de 3 a 6 horas luego de una inyección, lo que hace que los gatos sientan hambre. El principio consiste en hacer que la comida principal coincida con la actividad máxima de insulina, la cual ocurre aproximadamente 3 horas luego de administrar una inyección de insulina. [2]
    • Antes de administrarle una inyección de insulina a tu gato, es importante verificar que coma como de costumbre. Por esta razón, es una buena idea darle un bocadillo antes de inyectarlo. Si notas que tu gato se rehúsa a comer, llama al veterinario antes de administrarle la inyección. Si el gato está enfermo, podrías hacer que sufra una sobredosis si le administras una dosis completa de insulina. 

    • En pocas palabras, tendrás que dividir la alimentación diaria de tu gato diabético en 4 comidas pequeñas. Dale 2 bocadillos pequeños antes de cada inyección de insulina y lo demás en 2 comidas, aproximadamente de 3 a 6 horas luego de cada inyección. Este podría ser un régimen común:
      • 7:00 a.m.: bocadillo + inyección de insulina
      • 10 a.m.: una comida
      • 7:00 p.m.: bocadillo + inyección de insulina
      • 10:00 p.m.: una comida
  3. Tu gato tendrá que acudir al veterinario con frecuencia. El veterinario te enseñará a administrar inyecciones de insulina o a controlar el nivel de glucosa en la sangre; sin embargo, habrá algunos exámenes que solo el veterinario podrá realizar. Estos exámenes podrían incluir a las pruebas de la función hepática y renal. [3]
    • Si la diabetes de tu gato se controla adecuadamente y no hay problemas, bastará con llevarlo al veterinario cada 3 meses.
    • Conoce los signos de advertencia. Entre los signos de que algo anda mal tenemos a los cambios en la sed, el apetito y el volumen de la orina que el gato produce. Si notas que un gato diabético tiene más sed de la habitual, esto podría ser un signo de que su nivel de glucosa en la sangre no se está controlando de forma adecuada. Lleva a tu gato al veterinario si esto ocurre.
  4. Busca a alguien confiable que cuide a tu gato cuando no puedas estar en casa debido al trabajo, la escuela o un viaje. [4]
    • Si contratas a alguien con conocimientos para que cuide a tu gato (si estarás fuera por un largo tiempo), esto permitirá que tu gato y tú estén tranquilos. La mayoría de las veterinarias brindarán alojamiento, y pueden recomendarte cuidadores para gatos diabéticos.
    • Si un amigo cuidará a tu gato, cerciórate de que te demuestre la forma de administrar inyecciones o supervisar los niveles de glucosa en la sangre. Infórmalo sobre los comportamientos a los que debe prestarles atención, y enséñale qué hacer y con quién comunicarse en caso de emergencia.
  5. Las páginas web como FelineDiabetes.com, CatInfo.org y Diabetic Cats In Need (o una de tu región) son recursos grandiosos para los dueños de gatos diabéticos. Será de utilidad contar con información y apoyo.
    • La atención veterinaria constante puede ser costosa. En los EE.UU., algunos grupos como Diabetic Cats In Need brindan apoyo económico a los dueños de gatos diabéticos. [5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Administrarle una inyección de insulina a tu gato

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  1. Tendrás que usar una jeringa nueva esterilizada para cada inyección. Esto permitirá evitar las infecciones. Alista la jeringa con la dosis que el veterinario te haya indicado.
    • No intentes alistar la jeringa mientras tu gato esté cerca. Deja que tu gato siga haciendo lo suyo mientras alistas la jeringa, prepara la golosina que vas a darle y luego búscalo.
  2. Debes tratar de administrarle las inyecciones a tu gato a la misma hora todos los días. Ten listo un bocadillo bajo en carbohidratos y rico en proteínas, y acércate a tu gato con este y con la jeringa lista. Si le das una golosina a tu gato antes de su inyección, esto será de utilidad para que asocie elementos positivos con el hecho de recibir una inyección. [6]
    • Si administras las inyecciones a la misma hora todos los días, también será menos probable que lo olvides. Puedes programar un recordatorio en tu teléfono inteligente si te preocupa olvidarlo.
  3. Si te preocupa que tu gato intente alejarse de ti, haz que una persona de su confianza lo sostenga con ambas manos de forma firme pero delicada. Debes ser capaz de alcanzar al gato con facilidad y comodidad. [7]
    • Ayuda al gato a acostumbrarse a esta rutina manteniéndolo relajado y tranquilo. No lo mires fijamente.
  4. Emplea tu pulgar y tu dedo índice para apretar con delicadeza la piel del gato. Por lo general, administrarás la inyección en el hombro o en la cadera. Si aprietas la piel, esto te permitirá introducir la aguja y también entumecerá un poco el área. [8]
    • Si tu gato tiene pelo largo, divídelo con cuidado usando un cepillo o un peine, así podrás ver la piel cuando administres la inyección.
    • Comunícate con el veterinario si no sabes con certeza en donde colocar la inyección.
  5. Para administrar una inyección de insulina, introdúcela justo por debajo de la piel, no en el músculo. Si administras la insulina en el músculo, esto hará que el gato sienta dolor. Puedes lograrlo si sostienes la jeringa de modo que esté casi paralela a la piel del gato. Introduce la aguja en el área de la piel que estés sujetando. Hazlo lo más rápido y suave posible. [9]
    • No tienes que clavar la aguja en la piel, ya que esto podría provocarle más dolor al gato. La aguja estará afilada, por lo que podrás introducirla con rapidez y suavidad.
    • El bisel (punta de la aguja) debe apuntar hacia arriba cuando introduzcas la aguja. Esto permitirá que la aguja perfore la piel de la forma más fácil e indolora posible.
    • Luego de introducir la aguja, presiona el émbolo para inyectar la insulina por debajo de la piel del gato. Después de hacerlo, podrás retirar la aguja.
  6. Luego de terminar de administrar la inyección, deberás elogiar a tu gato. Por ejemplo, puedes acariciarlo o cepillarlo, y decirle que ha hecho un buen trabajo. Tu gato debe saber que se ha comportado bien, por lo que no debes omitir esta parte. [10]
    • Si mantienes una rutina positiva, esto garantizará que tu gato no intente ocultarse de ti cuando se acerque la hora de inyectarlo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Supervisar la salud de tu gato

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  1. La regla de oro para el control de la diabetes es medir los niveles de glucosa en la sangre. Puedes controlar los niveles de azúcar en la sangre de tu gato usando los medidores digitales de glucosa para personas. El rango de glucosa normal para los gatos va de 80 a 120 mg/dl. Luego de una comida, los niveles de azúcar en los gatos en condiciones normales podrían elevarse de 250 a 300 mg/dl. Las inyecciones de insulina mantendrán los niveles de azúcar en la sangre de un gato diabético; por ello, los niveles de glucosa en la sangre deben encontrarse en el rango normal.
    • La supervisión frecuente de los niveles de glucosa en la sangre será de utilidad para evitar los efectos de la hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en la sangre). La hipoglucemia podría ocurrir si se administra una sobredosis de insulina por accidente. Esta condición podría hacer que el animal sufra de debilitamiento; confusión; falta de coordinación y, en los casos extremos, coma.
    • Consulta con el veterinario de inmediato si tu gato tiene niveles elevados de glucosa en la sangre incluso después de una inyección de insulina.
  2. El veterinario podría haberte recomendado evaluar la orina de tu gato con una tira reactiva un par de veces a la semana. Una tira reactiva de orina común (como Ketodiastix) cuenta con dos almohadillas que cambian de color según la cantidad de glucosa y cetonas en la orina. El objetivo principal es observar si el gato no tiene cetonas, en lugar de supervisar los niveles de azúcar en la sangre. El veterinario te indicará la manera de usar estas tiras. [11]
    • Las cetonas son toxinas que se producen cuando la glucosa en la sangre se mantiene elevada por demasiado tiempo. Si las cetonas se encuentran en la orina, esta es una advertencia de que el gato no está estable y debes solicitar atención veterinaria urgente.
  3. Siempre debes tratar de percatarte de la manera en la que tu gato se comporta, sin importar si sufre de diabetes o no. Los gatos no pueden decirnos si se sienten mal. Por esta razón, es importante que conozcas qué es normal y qué no en tu propio gato. [12]
    • Comunícate con el veterinario de inmediato si notas que tu gato bebe mucha más agua de la habitual, si micciona con frecuencia y en cantidades abundantes, si tiene dificultades con la coordinación, si baja de peso sin una razón evidente, o si parece aletargado.
  4. Al igual que en las personas, los gatos pueden sufrir 2 tipos diferentes de diabetes. El primer tipo es la diabetes tipo 1. Este tipo suele requerir inyecciones de insulina, ya que el páncreas no puede producir la insulina necesaria para mantener niveles saludables de azúcar en la sangre. El segundo tipo se llama diabetes tipo 2. Si tu gato sufre este tipo de diabetes, podría requerir o no inyecciones de insulina. Esto se determinará si el páncreas produce suficiente insulina.
    • La diabetes cuenta con 4 síntomas principales. Entre estos tenemos a los siguientes: micción frecuente y en grandes cantidades, mayor consumo de agua, pérdida de peso sin explicación, y aumento del apetito. [13]
    • En algunos casos, los gatos con diabetes han regresado a la normalidad al identificar la enfermedad con la prontitud necesaria y al tratarla con cuidado.
    • Los gatos no responden bien a los hipoglucémicos orales (medicamentos que disminuyen la glucosa en la sangre). Este es el motivo por el cual se requieren las inyecciones de insulina para controlar la condición.
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Consejos

  • La obesidad no es una causa de diabetes, pero los gatos obesos son más propensos a desarrollar diabetes. Si tu gato es obeso, adopta medidas para mejorar su dieta y ayudarlo a bajar de peso, así estará más saludable y feliz.
  • La comida seca para gatos suele ser mala para ellos. Si tu gato sigue una dieta de comida seca, contempla la opción de cambiarla por una comida húmeda de alta calidad, la cual será más saludable para él. Si no sabes con certeza qué comida sería mejor para tu gato, pídele al veterinario que te brinde recomendaciones.
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Advertencias

  • No le des insulina a tu gato sin antes consultar con un veterinario. Podrías causarle la muerte si le administras la dosis incorrecta o si le das insulina cuando no la necesita.
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