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Tu primera línea de acción al cuidar a un perro con moquillo es reconocer los síntomas. Una vez que hayas reconocido los síntomas en el perro, llama al veterinario inmediatamente y separa al perro enfermo de otras mascotas. Al tratarlo, asegúrate de que esté hidratado. Si se rehúsa a tomar agua, puede que tengas que dársela con una jeringa. Finalmente, el perro puede desarrollar problemas neurológicos, como convulsiones, en las etapas finales del moquillo. Si el perro sufre una convulsión, mantén la calma y trata de tranquilizar al perro antes y después del ataque.

Método 1
Método 1 de 3:

Diagnosticar al perro

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  1. El primer signo de moquillo en un perro es la secreción en los ojos que puede ser acuosa o similar al pus. El perro también puede desarrollar fiebre o tos, tener secreción nasal, volverse letárgico, vomitar, tener poco apetito y tener diarrea. [1]
    • Los síntomas posteriores pueden incluir problemas neurológicos como convulsiones, espasmos y parálisis parcial o completa. Sin embargo, estos síntomas pueden aparecer antes en los cachorros.
    • La temperatura normal de un perro oscila entre 37,5 y 39 grados Celsius (99,5 y 102,5 grados Fahrenheit). Los signos más comunes de fiebre en los perros son ojos rojos, falta de energía, oídos calientes, nariz seca y caliente, escalofríos, pérdida de apetito, tos y vómitos. [2]
  2. Si sospechas que está enfermo o que tiene moquillo, asegúrate de separarlo de otras mascotas que tengas. El moquillo es muy contagioso y los perros generalmente se infectan a través de la exposición aérea. Los perros saludables también pueden infectarse a través del contacto indirecto, como al entrar en contacto con los juguetes, los tazones de agua y comida, y la ropa de cama del perro infectado. [3]
    • Coloca la cama, los juguetes y los tazones de agua y comida del perro en una habitación aparte. Al tratar al perro, enciérralo en esta habitación para disminuir el contacto con otras mascotas. Si debes sacarlo, asegúrate de que las otras mascotas estén en una habitación aparte.
  3. Si identificas los signos iniciales del moquillo en el perro, llama a un veterinario inmediatamente. Dile al personal del consultorio que te preocupa que tu perro experimente un caso de moquillo. De esta manera, el veterinario puede ver al perro de inmediato. Este realizará análisis sanguíneos de rutina para descartar cualquier otras posibilidades y para confirmar que se trata de moquillo.
    • Llama al consultorio y di algo como "Hola, soy Carlos. Creo que mi perro tiene moquillo. Tiene secreción en los ojos y en la nariz y no puedo hacer que coma su comida o que tome agua. Me gustaría hablar con un veterinario urgentemente. ¿Cuándo podría ir al consultorio?".
  4. Si el perro está enfermo, es importante mantenerlo caliente, sobre todo si tiene fiebre y escalofríos. Ponle mantas adicionales para mantenerlo caliente. También puedes llenar una botella con agua caliente para brindarle calor adicional. [4]
    • Envuelve la botella caliente con un paño y colócala debajo de las mantas del perro, cerca de su cuerpo.
  5. Desafortunadamente, no hay cura para el moquillo. Por lo tanto, el tratamiento suele consistir en cuidados paliativos y en medidas para controlar los síntomas asociados, como deshidratación, vómitos y diarrea, y problemas neurológicos. [5]
    • El veterinario prescribirá medicamentos que puedan controlar los vómitos, la diarrea y las convulsiones, y administrará líquidos si el perro se deshidrata gravemente.
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Método 2
Método 2 de 3:

Hidratar y alimentar al perro

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  1. Los síntomas de deshidratación son reducción de la elasticidad de la piel, encías pálidas y secas, ojos hundidos, orina concentrada, letargo y aumento del ritmo cardíaco. [6]
    • Revisa la elasticidad de la piel levantando la que está entre los omóplatos del perro. Si la piel vuelve a su sitio de manera lenta o si permanece levantada, entonces el perro está deshidratado o gravemente deshidratado.
    • Si el perro está gravemente deshidratado, llévalo de inmediato al veterinario. Este puede administrarle líquidos por vía intravenosa.
  2. Si notas que el tazón de agua del perro se mantiene lleno después de una o dos horas, trata de colocarlo enfrente del perro. Si este se rehúsa a beber, entonces tendrás que administrarle líquidos manualmente. Un perro debe tomar 30 mililitros (una onza) de agua por cada medio kilo (libra) de peso corporal. Si el perro pesa 9 kilos (20 libras), entonces debe tomar al menos 567 gramos (20 onzas) de agua al día. [7]
    • La pérdida de apetito es otro síntoma de moquillo. Si el perro no come la comida seca habitual, entonces trata de darle comida enlatada suave. Además, puedes tratar de darle comida de bebé, especialmente carne.
    • Si el perro vomita, entonces no le des comida.
  3. Si el perro se rehúsa a tomar agua, tendrás que rehidratarlo manualmente con una jeringa. Puedes comprar una jeringa en una tienda de suministros para mascotas. Llena la jeringa con agua. Si el perro no abre la boca, no te preocupes. Simplemente levántale el labio y adminístrale el agua por la parte posterior de la mandíbula y por las encías. El perro tragará de forma refleja el agua. [8]
    • Tendrás que darle al perro una taza de agua por cada 18 kilos (40 libras) de peso corporal cada dos o tres horas.
    • Si el perro también vomita, dale agua gradualmente al comienzo (por ejemplo, una o dos cucharadas cada 15 minutos).
  4. Si el perro no come comida enlatada, tendrás que licuarle la comida y administrarla con una jeringa. Puedes licuar la comida enlatada mezclándola con agua o leche en una licuadora. Para hacer que la comida sea más apetecible, puedes añadirle cantidades pequeñas de comida olorosa, como salchichas de hígado, o hígado de pollo y de res. [9]
    • También puedes darle al perro líquidos nutritivos, como caldo de pollo solo (sin cebollas ni especias). El caldo de pollo no solo le proporcionará nutrientes, sino que también lo hidratará.
  5. Estos medicamentos aumentarán el apetito del perro. Consulta con un veterinario antes de dárselos. El veterinario podrá diagnosticar la gravedad de la inapetencia del perro y prescribirá un medicamento apropiado.
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Método 3
Método 3 de 3:

Lidiar con una convulsión

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  1. Después de que el perro se haya recuperado de los signos respiratorios, las náuseas y la diarrea, puede desarrollar problemas neurológicos como convulsiones, espasmos y parálisis. Un aura es un síntoma común de una convulsión próxima en el perro. Si experimenta una, notarás un cambio en su conducta. Este periodo puede durar segundos u horas. [10]
    • Por ejemplo, el perro puede hacer más ruido, como gimotear o ladrar, huir de la nada, ponerse nervioso o salivar.
  2. Si el perro empieza a convulsionar o a experimentar auras, no te estreses. En vez de eso, habla con el perro con una voz relajante y reconfortante. Esta medida te calmará a ti y al perro. [11]
    • Por ejemplo, puedes decir algo como “No te preocupes, estoy aquí. No dejaré que nada malo te pase. Estaré junto a ti”. Mientras dices eso, reconfórtalo acariciándolo.
  3. El perro no podrá controlar sus movimientos durante una convulsión. Por lo tanto, pon los objetos potencialmente afilados o peligrosos lejos del perro para evitar que se lastime. Además, no pongas la mano en su boca para sujetarle la lengua. Si lo haces, el perro puede morderte accidentalmente. [12]
    • Toma el tiempo de duración de la convulsión con un reloj o un teléfono. Esta será una información importante para el veterinario. Si las convulsiones duran mucho tiempo, puede ser muy peligroso.
  4. Cuando termine, trata de tranquilizarlo inmediatamente. Estará confundido y desorientado. Tranquilízalo acariciándolo y hablando con él con voz relajante. Haz que el perro se recueste en su cama para evitar que camine y que se choque con cosas. [13]
    • Dile con voz relajante algo como "Ya pasó. Estoy aquí contigo. Eres una buena chica. Todo va a estar bien. No te preocupes".
  5. Dile que el perro ha tenido una convulsión. Lo más probable es que te pida que lleves al perro al consultorio. Dile qué es lo que pasó durante la convulsión y cuánto tiempo duró. Una convulsión larga dura un minuto o más. El veterinario puede prescribir un medicamento o hablar de otras opciones para prevenir convulsiones futuras. [14]
    • Puedes decir algo como "Hola Rosa. Mi perro tuvo una convulsión ayer por la tarde alrededor de las 2:30 p. m. Antes de este ataque, empezó a actuar asustado y confundido. Estaba lloriqueando. Cuando fui a ver qué pasaba, se había desmayado de costado. Mientras estaba de costado, sus patas se movían de forma circular. Este movimiento duró de seis a ocho segundos. Después, parecía estar muy confundido".
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