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Un sapo es un animal maravilloso para tener como mascota, siempre y cuando lo mantengas en su tanque. Su cara, abultada y adorable a la vez, será una aparición gratificante cuando llegues a casa. Cuidar a un sapo es muy gratificante y no consume demasiado tiempo.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Prepara el hogar de tu sapo

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  1. Necesitarás un tanque de 38 litros (10 galones) donde quepan uno o dos sapos. Por regla general, no debes tener más de tres sapos en un solo tanque, ya que pueden volverse agresivos. Nunca tengas sapos de especies distintas viviendo juntos. [1]
  2. El sustrato es la tierra hecha especialmente para cubrir el suelo de los terrarios. Pon 7 cm (3 pulgadas) de sustrato como mínimo en el suelo de tu terrario para que tu sapo pueda cavar cuando tenga ganas de esconderse. El tipo de sustrato que necesites dependerá del tipo de sapo que tengas. El “musgo para ranas” que se vende en las tiendas de mascotas es una buena opción, al igual que la tierra sin aditivos que puedes encontrar en las tiendas de jardinería. La fibra de coco pulverizada también es un sustrato excelente. [2]
    • Si no sabes qué tipo de sustrato comprar, pregúntale al especialista en anfibios de una tienda de mascotas o reptiles.
    • Nunca uses césped artificial ni grava, ya que este tipo de coberturas son demasiado duras para la delicada piel de tu sapo.
  3. Hay una gran variedad de objetos que puedes poner para que tu sapo se esconda. Puedes colocar una piedra, la corteza de un árbol o un trozo de pizarra bajo el cual tu sapo pueda excavar. Otras personas prefieren comprar escondites hechos en tiendas o colocar una cáscara de coco vacía en el tanque para que su sapo se esconda en ella.
  4. La profundidad de la piscina medir aproximadamente la mitad de la altura de tu sapo y su tamaño debe medir el cuádruple del mismo. Es muy importante que uses agua declorada para llenar la piscina, ya que el agua clorada puede ser letal para un sapo. Asegúrate de incluir una rampa por la que tu sapo pueda subir cuando se canse de jugar en el agua, pues no son muy buenos nadadores. [3]
    • Una forma fácil de hacer una piscina para tu sapo es con un cuenco de plástico no muy profundo. Cava un agujero en el sustrato para que la abertura del cuenco esté al nivel del sustrato del terrario. Pon una tabla firme dentro del cuenco para que tu sapo pueda entrar y salir fácilmente de él.
  5. Recuerda que la temperatura del tanque dependerá del tipo de sapo que tengas. La temperatura ideal de un sapo oscila entre 18ºC y 27ºC (65 °F a 82 °F), dependiendo de la especie.
    • Es buena idea colocar una manta térmica para reptiles bajo uno de los bordes del tanque si tu sapo es de una especie que necesita calor. Así, tu sapo podrá escoger entre el lado caliente y el lado fresco. Para saber con exactitud cuál es la temperatura que tu sapo necesita, puedes consultar en una tienda de reptiles y anfibios. [4]
  6. Los sapos necesitan alrededor de 12 horas de “luz solar” cada día. Usa una lámpara de luz diurna o una lámpara UV para reptiles, pero solo si has ubicado escondites en el hogar de tu sapo para que pueda ocultarse de la luz si lo desea. [5]
    • Si quieres ver a tu sapo de noche, puedes instalar una luz roja que ilumine su tanque de noche. Los sapos son más activos de noche y no pueden ver la luz roja, así que podrás verlos aunque crean que se están moviendo en la oscuridad.
  7. Aunque a los sapos no les gusta el agua tanto como a las ranas, necesitan un hábitat relativamente húmedo. Usa una botella de aerosol todos los días para rociar de agua el lado del tanque con el cuenco de agua; así, tu sapo podrá escoger si desea estar en terreno seco o húmedo. ¡Usa solamente agua declorada! [6]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Cuida de tu sapo

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  1. Jamás debes sacar a un animal salvaje de su hábitat natural, no importa qué gracioso o adorable te pueda parecer un sapo que hayas encontrado. Lo cierto es que muchas especies de sapos están en peligro de extinción debido a que sus hogares han sido aplastados para construir edificios. Los sapos salvajes deben permanecer en su hábitat natural.
  2. La dieta típica de un sapo incluye grillos recién alimentados, larvas de polilla de cera y gusanos de harina. La edad de tu sapo determinará con qué frecuencia debes alimentarlo. Si tu sapo es joven, debes darle de comer todos los días; si es adulto, debes alimentarlo de dos a tres veces por semana. Cuando le des de comer, debes darle de cuatro a seis alimentos de tamaño regular (es decir, del tamaño de un grillo. [7]
    • Los sapos reconocen las rutinas. Trata de darle de comer siempre a la misma hora dejando un día.
    • Dale a tu sapo únicamente grillos comprados en una tienda. Los grillos capturados podrían tener parásitos que le harán daño.
  3. Para darle a tu sapo la cantidad adecuada de nutrientes, puedes espolvorear su comida con multivitaminas o calcio en polvo. En general, lo mejor es cubrir la comida de tu sapo con calcio en polvo siempre que lo alimentes y con multivitaminas una vez a la semana.
  4. Es sumamente importante que solo le des agua declorada. Los sapos son muy sensibles a los químicos como el cloro y puedes lastimarlos fácilmente si les das agua clorada. [8]
  5. Normalmente, los sapos comen dentro de los 15 minutos de que hayas servido la comida. Espera unos 15 minutos y después retira lo que haya sobrado. No olvides tampoco cambiarle el agua todos los días. [9]
  6. A los sapos no les gusta que los toquen y se asustan fácilmente. Si tienes un sapo como mascota, es para mirarlo y no tocarlo. Cuando sea realmente necesario tocarlo (por ejemplo, cuando tengas que limpiar su tanque), debes tratarlo con cuidado. A pesar de su apariencia tosca y robusta, los sapos son criaturas delicadas. Nunca arrojes a tu sapo ni lo dejes caer.
  7. Usa siempre guantes cuando tengas que sostener a tu sapo. La piel de un sapo es ligeramente tóxica y puede causarles irritación a algunas personas, pero las grasas de la piel humana también pueden ser dañinas para ellos. Debes lavarte siempre las manos después de tocar a tu sapo.
    • Se sabe que los sapos son portadores de enfermedades como la salmonella. Lávate siempre las manos después de sostener a tu sapo, especialmente si no tenías guantes puestos. Asegúrate de usar agua tibia y jabón.
  8. Debes tratar de limpiar el tanque de tu sapo una vez a la semana. Para ello, debes trasladar a tu sapo a un sitio donde pueda esperar sin escapar. Retira todo el sustrato antiguo, limpia el tanque y los objetos que haya en él (como escondites), llena el tanque de sustrato fresco y vuelve a poner todo en su lugar, incluyendo al sapo. [10]
  9. Si bien este artículo cubre los fundamentos de cómo mantener vivo y feliz a un sapo como mascota, algunas especies de sapos tienen necesidades específicas. Si tienes preguntas sobre la especie de tu sapo, debes investigar más sobre ella. También puedes consultar con un especialista en anfibios con experiencia en una tienda de mascotas o reptiles.
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Consejos

  • No captures sapos salvajes.
  • Consulta siempre con un especialista en anfibios cuando tengas dudas sobre el cuidado de tu sapo.
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Advertencias

  • Los sapos y las ranas pueden portar bacterias dañinas, así que usa guantes y lávate las manos antes y después de tocarlos.
  • No toques mucho a tu sapo, ya que no les gusta mucho el contacto y las grasas de la piel humana puede dañar su piel.
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