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Las plantas de aloe vera (o sábila) son originarias de las zonas tropicales, pero son plantas caseras comunes en una variedad de climas. Cuidar una planta de aloe vera es sencillo una vez que conozcas los aspectos básicos. Con un poco de esfuerzo, puedes ayudar a que la planta de aloe vera sobreviva por años.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Brindarle un cuidado básico

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  1. La ventana soleada de la cocina o cualquier otro ambiente soleado de tu casa es ideal para esta planta. También prospera en zonas que reciben la luz indirecta del sol. Dado que no se desarrolla en la sombra total, asegúrate de que haya al menos un poco de sol en la habitación donde vas a colocar el aloe.
    • Puedes trasladarlo al exterior durante el verano siempre y cuando no haya ningún riesgo de helada. Está compuesto en un 95 % de agua e incluso una ligera helada lo congelará y lo volverá blando. [1]
    • Si vives en una zona de cultivo caliente y piensas plantar tu aloe al exterior, elige una ubicación que reciba luz solar indirecta (es decir, 6 a 8 horas por día).
  2. Las plantas de aloe vera son muy fáciles de mantener, puesto que no necesitan mucha agua. Espera a que la tierra esté seca al menos 5 cm (2 pulgadas) por debajo de la superficie y luego riega de forma lenta y profunda hasta ver que el agua salga por los agujeros de drenaje. Solo riega el aloe cuando la tierra vuelva a estar seca al menos 5 cm (2 pulgadas) por debajo de la superficie. En la mayoría de los ambientes, durante los meses de abril a octubre, necesitarás regarla con regularidad. Esto equivale a regarlo una vez cada semana y dos veces al mes en el invierno. [2]
    • Si recién lo has trasplantado, espera 2 o 3 días antes de regarlo. Esto les da a las raíces tiempo de adaptarse a la nueva tierra antes de absorber el agua.
    • Si tienes dudas, riega menos, no más. Cuando riegas en exceso el aloe, las raíces empiezan a pudrirse y al final la planta muere. Lo mejor es esperar unos días más si no sabes si ya es hora de regarla.
    • Si de verdad amas a tu aloe vera, piensa en usar agua de lluvia. Cuando llueve, esto riega la planta y cuando no, ella sobrevive sin agua. Esto reproduce su ambiente natural. [3] No obstante, esto no funcionará en las épocas de sequía.
    • Recuerda que regar en exceso puede ocasionar pudrición y hongos, por lo que es muy importante evitarlo. [4]
  3. De abril a setiembre, el aloe crece de forma vigorosa. Si deseas, puedes ayudarle proporcionándole un poco de fertilizante dos veces al mes durante este periodo. Diluye un fertilizante 15-30-15 con agua, usando 1 parte de fertilizante por cada 5 partes de agua. Aplica el fertilizante los días de riego.
    • Deja de fertilizar la planta en invierno, ya que esta no puede usarlo cuando no crece de forma activa. [5]
  4. Hay unas cuantas plagas que son visitantes comunes de la planta de aloe vera, como las cochinillas de la harina. Estos insectos son planos y marrones, y les gusta succionar la savia del aloe vera. Para evitarlos, usa un pesticida natural no tóxico sobre la planta de aloe vera. [6]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Trasplantar el aloe vera

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  1. El aloe vera suele venir en macetas de plástico pequeñas y frágiles. Para ayudarle a durar por años, es una buena idea trasplantarlo a una maceta más grande para que tenga más espacio. Si ya se encuentra en una maceta de arcilla grande y resistente con agujeros en el fondo, no necesariamente necesitas trasplantarlo.
  2. Como otros cactus, el aloe prefiere una tierra seca y arenosa y no le va bien en la abundante humedad de la tierra para macetas regular. Busca en tu tienda de jardinería una mezcla elaborada específicamente para los cactus o suculentas, ya que son plantas que almacenan su agua y prefieren que sus raíces estén secas en vez de húmedas.
    • Si vives en las zonas de rusticidad 10 u 11 (según el USDA o departamento de agricultura de los Estados Unidos), donde no existe ningún riesgo de congelación, puedes cultivar tu aloe al exterior como una planta de jardín en vez de una de interior. [7] Usa 1/3 de arena, 1/3 de grava y 1/3 de tierra como medio de cultivo.
  3. El cepellón es la mezcla de raíces y tierra que está en la base de la planta. A esta le encanta extenderse y crecer. Por lo tanto, debes elegir una maceta grande que le dé mucho espacio. Compra una maceta de arcilla con agujeros de drenaje y una bandeja para colocarla por debajo con el fin de atrapar la tierra y el agua. También asegúrate de no permitir que la maceta asiente el agua. Es necesario que pueda drenarla.
    • Tras varios meses o un año de cuidados, es posible que notes que tu planta de aloe empieza a sobrepasar su maceta. Si sus hojas son tan altas como la maceta, es hora de trasladarla a un recipiente más grande. Compra una nueva maceta tres veces más grande que el tamaño actual del cepellón y trasplántala.
  4. Llena la maceta con tierra de forma parcial y luego coloca el cepellón justo en el centro. Vierte más tierra alrededor del cepellón, hasta la base de las hojas. Compáctala ligeramente con las manos para mantener la planta en su lugar.
    • Ten en cuenta que la tierra debe cubrir únicamente la raíz. Coloca guijarros en la parte superior de la tierra.
  5. Esto le ayudará a retener la humedad y reproducirá el ambiente natural del aloe vera. Elige cualquier tipo de piedritas, rocas o conchas que desees. Presiónalas un poco en la tierra en la base de la planta.
  6. Se trata de las pequeñas plantas de aloe que brotan de la planta principal. Cuando veas que un bebé está del todo formado, sepáralo de la planta madre, pero no rompas las raíces. Colócalo en un estante limpio y seco durante dos días para dejar que forme una callosidad. Luego trasplántalo a una maceta pequeña usando tierra para suculentas o cactus.
    • Si el bebé carece de raíces, aún es posible propagarlo. Llena una maceta pequeña con la tierra para macetas adecuada y coloca el bebé con el lado cortado hacia abajo por encima de la tierra. En vez de regarlo, rocíalo con agua cada dos o tres días. Al final verás que empiezan a brotar algunas raíces. Cuando esto ocurra, podrás meterlo en la tierra.
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Consejos

  • Puedes colocar una hoja rota en el refrigerador para enfriarla y luego frotarla sobre una quemadura solar.
  • Las plantas de aloe vera pueden ser muy útiles, ya que proporcionan un alivio inmediato para las quemaduras solares y otros tipos de quemaduras. Si pasaste un día expuesto al sol y tu piel está enrojecida, corta una hoja de aloe vera madura y frota el gel desde el interior sobre la zona afectada o corta la hoja y colócala sobre ella boca abajo. El área donde cortaste la hoja se volverá callosa y la planta estará bien.
  • La planta de aloe vera puede soportar climas cálidos, ya que la planta almacena agua en sus tallos. Puede vivir hasta 2 a 3 meses sin regar.
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Advertencias

  • Si tienes un gato, no dejes que mordisquee tu planta de aloe vera.
  • No uses la planta de aloe vera sobre la piel abierta o las heridas que estén debajo de la superficie de la piel. Úsala solamente sobre las quemaduras superficiales. Si tienes una quemadura grave, consulta con un doctor.
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Acerca de este wikiHow

Resumen del artículo X

Para mantener una planta de aloe vera verde y saludable, colócala en un lugar soleado como, por ejemplo, en la ventana de la cocina. Riégala cuando la tierra esté seca al menos 5 cm por debajo de la superficie o aproximadamente una vez por semana. Hazlo de forma lenta y continua hasta ver que el agua salga por los agujeros de drenaje de la maceta. Fertiliza tu planta de aloe vera durante la primavera y el verano usando fertilizante 15-30-15 diluido en una proporción de 1 parte de fertilizante por cada 5 de agua.

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