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El apio originario del Mediterráneo crece mejor en climas templados con temperaturas entre 59 y 70 grados Fahrenheit. Como el apio es un cultivo de temporada larga, puede ser difícil que crezca en ciertas áreas y funciona mejor cuando las semillas brotan en ambientes cerrados. Aunque pueden ser un poco rebeldes, las plantas de apio producen tallos crujientes y deliciosos cuando crecen en climas templados en tierra húmeda y rica en nitrógeno. A continuación encontraras los pasos a seguir para aprender como cultivar apio en tu jardín.

Método 1
Método 1 de 4:

Escogiendo una clase

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  1. secalinum) si estás en las zonas de cultivo 5a a la 8b del USDA (Departamento de agricultura de los Estados Unidos). El apio de corte crece de un tallo fuerte y produce unas hojas deliciosas que tienen más sabor que las hojas de otras clases de apio. Aunque existen varias clase de apio de corte para escoger, algunas clases populares son Par-Cel, una clase nativa de Holanda, Safir, crujiente y picante y Flora-55, que es más resistente a producir una semilla prematuramente.
  2. rapaceum) ) si estas en las zonas de cultivo 8 y 9 del Departamento de agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). El apio-nabo tiene una raíz de gran tamaño que puede consumirse junto con el tallo. La raíz tarda aproximadamente 100 días en crecer lo suficiente para ser cosechada y cocinada. El apio-nabo que crece mejor en clima costero fresco, existen diversas clases incluyendo Brillante, Praga gigante, Mentor, Presidente y Diamante.
  3. Cultiva apio tradicional si estas en las zonas de cultivo 2 a la 10 del USDA (Departamento de agricultura de los Estados Unidos). El apio tradicional requiere temporadas de crecimiento templadas largas y tarda de 105 a 130 días en madurar lo suficiente para ser cosechado.
    • No le favorecen las temperaturas extremas y crece mejor en temperaturas por debajo de los 75 grados Fahrenheit durante el día y entre 50 y 60 grados Fahrenheit durante la noche.
    • Algunas clases incluyen Conquistador y Monterey, que están lista para cosechar más rápido que otras clases, Chico Dorado, que produce tallos atrofiados, y el Alto Utah, que produce tallos largos y brillantes.
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Método 2
Método 2 de 4:

Preparando tu jardín

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  1. Si bien, le es más favorable el clima templado, al apio también le favorece estar en pleno sol si es posible. Sin embargo, también crecerá correctamente con sombra parcial.
  2. El apio es originalmente un cultivo de tierra húmeda, por lo que puede soportar condiciones de humedad en la tierra que otros cultivos no pueden. Sin embargo, asegúrate de que el área que escogiste no esté propensa a inundaciones.
    • Puedes construir una jardinera elevada para plantar el apio. Ten en cuenta que algunas clases de apio tienen raíces de gran tamaño que se pueden cosechar, por eso asegúrate de construir tu jardinera lo suficientemente honda si eliges hacerla.
    • Si es posible usa madera de cedro para construir la jardinera, ya que no se enmohece cuando se moja.
  3. Las distintas clases de apio crecen mejor en suelo ligeramente ácido con pH entre 6.0 y 7.0. Aunque el apio no necesita un drenaje impecable como la mayoría de vegetales, si requiere tierra saludable y enriquecida.
    • Evalúa los niveles de calcio y magnesio del suelo para poder determinar el tipo de piedra caliza que agregaras al suelo. Si el suelo tiene un nivel bajo de magnesio, agrega piedra de dolomita. Si tiene niveles altos de magnesio, agrega piedra caliza calcítica.
    • Si es posible agrega la piedra caliza dos o tres meses antes de plantar para permitir que el suelo la absorba. Luego de agregarla, revisa el pH de nuevo.
  4. Mezcla aproximadamente cuatro pulgadas de fertilizante orgánico en la tierra. Al apio le favorece la tierra orgánica. Esto ayudara a que las semillas crezcan y se vuelvan plantas fuertes y productivas.
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Método 3
Método 3 de 4:

Plantando el apio

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  1. Siembra tus semillas de apio en un ambiente cerrado apropiadamente por 10 a 12 semanas antes de las ultimas heladas de primavera. Puedes sembrar las semillas en macetas de turba sembrando varias semillas por celda para asegurar que al menos una va a germinar en plántulas.
    • Para acelerar la germinación, puedes remojar las semillas con agua una noche antes.
    • Cúbrelo con aproximadamente una pulgada de tierra abonada, pero no lo apelmaces con los dedos luego de sembrar las semillas. Las semillas de apio necesitan mucha luz para germinar. Riega las macetas de turba para humedecer la tierra luego de sembrar las semillas.
    • Coloca las semillas en un lugar cálido para que la tierra se mantenga en una temperatura entre 70 a 75 grados Fahrenheit hasta que las semillas germinen. Esto debería de tomar de 2 a tres semanas.
    • Luego de la germinación, coloca las plántulas en una ubicación más fresca para que la tierra mantenga una temperatura entre 60 y 70 grados Fahrenheit. De forma cuidadosa reduce las plántulas para que haya una por celda, luego de que germinaron.
  2. Asegúrate que no esté muy frío afuera. El apio puede resistir una helada ligera, pero si las temperaturas son menores de 55 grados Fahrenheit en el día y menores que 40 grados Fahrenheit por la noche por más de una semana se pueden dañar las plantas.
  3. Solo necesitas cavar hoyos un poco más profundos que los de la maceta de turba. Golpea cuidadosamente los lados de las celdas para que las plántulas salgan sin dañar las raíces.
  4. Solo debes de cubrir el primer nivel de follaje y apelmazar cuidadosamente el área alrededor de las plántulas con tus manos para darle soporte.
  5. El apio requiere humedad constante, por eso nunca dejes que el suelo se seque. Si el apio no recibe suficiente agua, el tallo será fibroso y amargo. Asegúrate de regar varias veces por semana y de incrementar la frecuencia durante épocas cálidas o de sequía.
  6. Para mantener la tierra fría y húmeda, añade algunas pulgadas de mantillo a base de hojas, grama, heno u otro material vegetal sobre el suelo. Esto también ayuda a evitar que la maleza crezca en el área de sembrado.
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Método 4
Método 4 de 4:

Cuidando tus plantas de apio

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  1. Las plantas de apio suelen consumir mucho alimento por lo que requieren de un suelo enriquecido que debe de fertilizarse frecuentemente. Para mantener felices tus plantas de apio, agrégales un fertilizante rico en nitrógeno cada pocas semanas luego de plantarlas.
  2. El aspecto más importante al cuidar de tus plantas de apio es asegurarte de que siempre estén hidratadas. Si no reciben suficiente agua, las plantas de apio se marchitaran y se pondrán amargas.
  3. El blanqueado consiste en proteger el tallo del sol para que tenga un sabor más ligero. Cubre el tallo con papel periódico, cartón de leche sin el fondo y la parte superior o cualquier otro tipo de papel o cartón. Puedes usar cuerda para atar los tallos de apio y evitar que se caigan.
    • Aunque el blanqueado no es obligatorio, cambiará el sabor y color del apio. Adicionalmente, el apio blanqueado es menos nutritivo que el apio sin blanquear. La mayoría de personas prefiere el sabor dulce del apio blanqueado.
    • Ten en cuenta que algunas clases de apio se “auto blanquean” y no necesitan que las blanquees.
  4. Puedes empezar a cosechar los tallos cuando alcanzan ocho pulgadas de altura. Asegúrate de comenzar a cosechar los tallos de afuera hacia adentro. Esto permite que los tallos internos sigan madurando.
    • Cuando ya está maduro, el apio puede permanecer en la tierra por aproximadamente un mes, mientras el suelo mantenga una temperatura entre 60 y 75 grados Fahrenheit.
    • Mientras más crece el apio, más se oscurece, es más rico en antioxidantes y por lo tanto más nutritivo. Sin embargo, también será más fibroso y duro.
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Consejos

  • Si sólo quitarás algunos tallos del apio, ten cuidado de no dañar la planta o se puede enfermar.
  • Almacena el apio en una bolsa plástica dentro del refrigerador hasta por dos semanas.
  • Las hojas de la parte superior del apio también son comestibles.
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Advertencias

  • Regar el apio de forma incorrecta puede causarle corazón negro; esto sucede cuando el apio no absorbe suficiente agua y calcio.
  • Las plagas incluyen áfidos, trips o arañuelas, babosas y caracoles. El fuego bacteriano o la septoriosis en las hojas pueden ser un problema; usa un fungicida.
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