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La avena puede servir para muchos propósitos, ya sea que te la comas, la des de alimento a tus animales de granja o la uses para beneficiar a tus tierras agrícolas. Aunque las semillas de avena necesitan ciertas condiciones de suelo y cuidados apropiados para florecer, cultivarlas es un proceso relativamente simple y sencillo.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Elegir y preparar una ubicación para sembrar

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  1. Como muchas otras plantas, la avena florece en suelo que tiene un pH que esté dentro de este rango. [1] Para empezar bien, prueba el suelo con una sonda comercial o una tira de análisis de pH en el área donde planeas sembrar las semillas de avena. Si el pH no se encuentra entre 6 y 7, intenta usar una ubicación diferente o ajústalo.
    • Puedes aumentar el pH del suelo agregándole caliza.
    • Puedes disminuir el pH agregándole fertilizante que contenga sulfato de amonio, nitrato de amonio o urea. [2]
  2. Es difícil para la avena crecer apropiadamente y florecer si se cultiva en un ambiente infestado de malas hierbas. Antes de sembrar las semillas, usa una herramienta para desherbar para aflojar el suelo alrededor de las malas hierbas y después arráncalas del suelo una por una. [3]
    • Algunas herramientas para desherbar que puedes usar son la hoz, la guadaña y el machete.
  3. Una vez que el suelo esté libre de malas hierbas, usa un cultivador para quebrarlo y prepararlo para sembrar las semillas de avena. Sigue las instrucciones del fabricante y empújalo en líneas paralelas en toda el área que planeas usar para sembrar. Cuando termines, empújalo en líneas que sean perpendiculares con las otras. [4]
    • Si no tienes un cultivador, puedes rentar uno de una tienda de mejoramiento del hogar o de una tienda que rente equipos para césped y jardín o de un sitio en internet.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Sembrar y cuidar la avena

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  1. Cuándo debes sembrar las semillas depende de qué planees hacer con la avena. Si las cultivas para comer, siémbralas en la primavera para tener un cultivo de verano. Si las cultivas para usarlas como cubierta vegetal, siémbralas a principios de la primavera para obtener abono verde y hazlo en el otoño para una cubierta vegetal para el frío del invierno. [5]
  2. Es mejor sembrarlas en filas con espacios iguales. Dentro de la fila, deja caer la semilla sobre el suelo cada 0,6 cm (1⁄4 de pulgada). Continúa haciéndolo hasta que hayas llenado el área de siembra completamente. [6]
  3. Después de dejar caer todas las semillas de avena en el suelo, rastríllalo para alisarlo. Las semillas deben sembrarse a menos de 2,5 cm (1 pulgada) debajo de la superficie y esto debe ocurrir si caminas sobre ellos. [7]
    • Si el suelo tiene un contenido alto de arcilla, evita caminar sobre él para que no se compacte demasiado.
    • No camines sobre el suelo cuando esté mojado.
    • Si el suelo está mojado o se compacta fácilmente, puedes colocar una tabla de madera sobre él y caminar encima de ella.
  4. Mete los dedos unos 2,5 cm (1 pulgada) más o menos en el suelo lo más frecuentemente posible para asegurarte de que no se sienta seco. Cuando así sea, riega la avena para ayudarle a que florezca. [8]
  5. Aunque desmalezar el área antes de sembrar las semillas es beneficioso y necesario, también necesitarás continuar haciéndolo si quieres que florezca la avena. Cuando la riegues, busca las malas hierbas y arráncalas si encuentras alguna. [9]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cosechar la avena

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  1. Mientras veas como crece la avena y empieza a desarrollar cabezas, toca suavemente algunas de ellas para ver si están húmedas o secas. Cuando estén secas al tacto, es momento de cosechar la avena. [10]
    • Normalmente toma alrededor de 6 meses desde el momento en que se siembran las semillas hasta que esté la avena lista para que la coseches.
  2. Corta las cabezas del resto de la planta con tijeras de jardín o simplemente pártelas con las manos. Colócalas en un balde y agítalo para que se abran. Después, saca los granos a mano. [11]
    • Puedes separar los granos de otras maneras, hasta puedes ponerlos en una funda de almohada y golpearlos contra una pared.
  3. Mantén los granos en un contenedor hermético y después colócalo en algún lugar de tu casa que esté relativamente frío y seco por hasta 3 meses. También puedes congelarlos por hasta 2 años si prefieres una opción de almacenamiento a largo plazo. [12]
    • Si tienes animales de granja, puedes poner los tallos descartados en los establos del granero y usarlos como lechos. [13]
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Cosas que necesitarás

  • sonda comercial o tiras de análisis de pH
  • herramientas para desherbar
  • cultivador
  • tijeras de jardín (opcional)
  • balde o funda de almohada
  • contenedor hermético

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