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Los garbanzos tienen una temporada de crecimiento bastante larga, ya que necesitan crecer hasta por 100 días antes de poder cosecharlos. Sin embargo, las plantas son de fácil cuidado, siempre y cuando puedas proteger las raíces de la intemperie y evites regarlas demasiado.

Método 1
Método 1 de 4:

Parte 1: Siembra los garbanzos

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  1. Siembra los garbanzos unas cuatro semanas antes de la última helada de año. Debido a que las semillas de garbanzo son frágiles, deberías sembrarlas en tu casa en vez de afuera en el suelo frío.
    • Si quieres sembrar los garbanzos al aire libre, hazlo una o dos semanas antes de la última helada y cubre tu huerta con un poco de mantillo durante la noche para aislar las semillas del frío.
    • Los garbanzos necesitan mucho tiempo para crecer y tardarán unos 90 a 100 días hasta que estén listos para la cosecha. Por esta razón, deberías sembrarlos lo más antes posible.
  2. Las plántulas de garbanzo no pueden trasplantarse bien, así que debes usar una maceta de papel o turba que puedas colocar directamente en el suelo, en vez de usar macetas de cerámica o plástico.
    • Puedes comprar estas macetas en línea o en tu vivero local.
  3. Llena las macetas con algo de tierra y luego coloca una semilla en cada una, entre 2,5 a 5 cm (1” a 2”) de profundidad. [1]
    • Aunque es recomendable que siembres una semilla por maceta, puedes sembrar hasta dos. Cuando las semillas germinen, necesitarás retirar una de las plantas. Si necesitas retirar una de las dos plantas, corta la más débil al nivel del suelo con unas tijeras filosas. No trates de excavar la planta porque podrías matar las raíces.
    • Los garbanzos tardan unas dos semanas en germinar.
  4. Coloca las macetas cerca de una ventana que tenga bastante sol y asegúrate de mantener húmeda la tierra más superficial hasta que germinen los garbanzos.
    • No remojes las semillas antes de sembrarlas. También debes evitar regarlas demasiado ya que las semillas pueden quebrarse. Lo único que debe estar mojado es la superficie de la tierra, así que no riegues el resto.
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Método 2
Método 2 de 4:

Parte 2: Trasplanta las plántulas

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  1. Los garbanzos necesitan mucho sol para crecer, así que debes buscar un lugar que reciba al menos seis horas de rayos de sol diariamente. [2] Lo ideal es que el suelo drene bien y esté suelto, además de que ya tenga abono orgánico.
    • Puedes cultivar garbanzos en un lugar con algo de sombra, pero si haces esto tu cosecha disminuirá en cantidad.
    • No siembres garbanzos en lugares donde crezca abono verde o en un suelo que tiene un alto contenido de nitrógeno. El nitrógeno causa que las plantas tengan hojas grandes y frondosas, pero la cosecha es menor si los niveles de nitrógeno son demasiado altos.
    • Evita sembrar en suelos que tengan arcilla o lugares con demasiada sombra.
  2. Para mejorar el estado del suelo y dejarlo listo para sembrar tus plantas, coloca unos puñados de compost cada día antes de trasplantarlas.
    • También puedes abonar la tierra con un fertilizante rico en potasio y fósforo para obtener una mejor cosecha.
    • Si el suelo es demasiado denso, puedes mezclar un poco de arena, grava o “soil perfector” (un producto de la compañía Espoma para mejorar la calidad del suelo) para que la tierra drene mejor y no sea tan densa. Evita agregar musgo, ya que absorben demasiada agua.
  3. Las plántulas de garbanzo toleran bien el frío, pero es mejor trasplantarlas cuando ya no haya heladas. Estas deben tener de 10 a 12,7 cm (4” a 5”) de altura antes de trasplantarlas.
    • Los garbanzos crecen mejor a temperaturas de 21 a 27 ºC (70 a 80 ºF) y temperaturas de 18 ºC (65 ºF) durante la noche.
  4. Coloca las plántulas de garbanzo con un espacio de 12,7 a 15,25 cm (5” a 6”) entre ellas. Asegúrate de cavar agujeros que tengan la misma profundidad de las macetas.
    • Cuando empiecen a crecer, las plantas empezarán a amontonarse. Esto no es malo, ya que así tendrán mejor soporte cuando las hojas crezcan.
    • Si vas a colocar los garbanzos en filas, asegúrate de que tengan un espacio entre 46 a 61 cm (18” a 24”). [3]
  5. Como mencionamos antes, cada agujero que excaves debe ser lo suficientemente grande como para que quepa toda la maceta. Colócala en el agujero y cubre los bordes con más tierra.
    • No trates de retirar las plantas de sus macetas. Si lo haces podrías causar una especie de shock en sus raíces y tus plantas morirán.
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Método 3
Método 3 de 4:

Parte 3: Cuidado general

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  1. Aunque la lluvia ocasional es suficiente, si el tiempo ha estado bastante seco, es mejor que los riegues dos veces por semana mientras crecen sus flores y sus vainas.
    • Evita regar por encima de las plantas. El agua puede meterse en las flores y las vainas, causando que se desprendan de la planta antes de tiempo. Además, si riegas la planta por encima, puede crecer moho. Cuando riegues tus garbanzos, hazlo directamente sobre el suelo.
    • Cuando las vainas hayan madurado y la planta comience a morir por sí sola, no la riegues tanto. Es suficiente que la riegues cada semana o dos. Así la planta empezará a secarse, que es necesario antes de que coseches sus frutos.
  2. Cuando la temperatura empiece a subir, puedes colocar una capa de mantillo para cubrir el tallo. Así mantendrás la humedad adecuada, que es más importante si tus plantas reciben los rayos del sol directamente.
    • El mantillo también evitará que crezcan malas hierbas.
  3. Puedes agregar un poco de compost u otro fertilizante orgánico para abonar los garbanzos durante la mitad de la temporada. Como mencionamos anteriormente, debes evitar usar fertilizantes ricos en nitrógeno.
    • Los garbanzos trabajarán junto con los microorganismos del suelo para producir su propio nitrógeno, así que no necesitarán más. Demasiado nitrógeno causa que las hojas crezcan demasiado y disminuyen la cantidad de frutos.
  4. Cuando tengas que retirar maleza o colocar algo en el suelo, necesitarás tener mucho cuidado para no tocar las raíces de la planta. Las raíces de la planta de garbanzo son superficiales, así que puedes dañarlas si trabajas demasiado cerca de las mismas.
    • Evita tocar las plantas cuando estén mojadas porque puedes causar que las esporas de hongos se dispersen rápidamente.
  5. Los garbanzos son vulnerables al ataque de varias plagas. Evita tratar las plantas con químicos para prevenir las plagas; es mejor que esperes hasta que aparezcan las mismas antes de hacer algo.
    • Puedes controlar la población de pulgones, chicharras y ácaros con un chorro de agua de una manguera o usando un jabón insecticida.
    • Si observas insectos ya adultos, busca sus huevos y aplástalos con tus dedos. Otra opción es que cortes las hojas que contengan huevos.
    • Si la invasión es muy severa, utiliza un pesticida natural de grado alimentario y contenga piretrinas.
    • Retira cualquier escombro de tu huerta para disminuir la cantidad de plagas.
  6. Estas plantas son vulnerables a ciertas clases de enfermedades, como el mildiu del garbanzo, el virus del mosaico y la antracnosis. Trata de sembrar variedades de estas plantas que sean resistentes a estas enfermedades.
    • Para evitar la propagación de enfermedades, asegúrate de que el suelo esté libre de escombros y evita tocar las plantas cuando estén húmedas.
    • Retira las plantas enfermas y descártalas adecuadamente para evitar que las otras se contagien. Quémalas o bótalas en la basura, pero no las uses como compost.
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Método 4
Método 4 de 4:

Parte 4: Cosecha

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  1. Si quieres comer garbanzos frescos, saca las vainas cuando estén verdes y poco maduras. Puedes comerlas como si fueran ejotes.
    • Las vainas solamente crecen hasta llegar a un tamaño de 2,5 a 5 cm (1” a 2”) y contienen unos 3 garbanzos cada una.
  2. La manera más común de cosechar garbanzos es hacerlo cuando están secos. Para hacerlo, necesitarás cosechar toda la planta cuando las hojas se marchiten y se tornen de un color café. Coloca la planta en una superficie plana y tibia en un lugar bien ventilado, para luego dejar que el aire seque las hojas naturalmente. Luego recolecta los garbanzos cuando se abran las vainas.
    • Los garbanzos ya maduros son bien duros. Si los muerdes, apenas dejarás una marca.
    • Si el clima está demasiado húmedo, coloca la planta o las vainas ya cosechadas dentro de tu casa para que terminen de secar. Si no, les empezará a crecer moho y quedarán arruinadas.
    • Toma en cuenta que ratones u otros roedores podrían comerse tus plantas si permites que sequen afuera. [4]
  3. Puedes guardar los garbanzos verdes ya descascarados en el refrigerador hasta por una semana. Los garbanzos secos con cáscara deben guardarse en un lugar frío y seco, donde pueden permanecer hasta por un año.
    • Guarda los garbanzos secos en un recipiente hermético si planeas almacenarlos durante varios días.
    • También puedes congelar, germinar o hacer conservas de garbanzos.
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Cosas que necesitarás

  • Semillas de garbanzo
  • Macetas biodegradables
  • Tierra
  • Pala de jardín
  • Atomizador con agua
  • Manguera de jardín
  • Compost
  • Mantillo
  • Pesticidas naturales (cuando sea necesario)

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