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La lavanda es un arbusto hermoso y aromático que produce flores moradas, blancas o amarillas, dependiendo de su variedad. La mayoría de jardineros usualmente propagan la lavanda desde los tallos pero también puedes cultivar esta planta desde la semilla. Este proceso no siempre tiene éxito y es relativamente lento pero el método es a menudo menos costoso que comprar tallos o plantas pre-cultivadas y puede producir plantas igualmente hermosas.

Método 1
Método 1 de 3:

Germinando las semillas

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  1. Las semillas de lavanda toman tiempo en germinar y deberías empezar en el interior para que tengan bastante tiempo para crecer y convertirse en plantas maduras durante la temporada cálida de crecimiento.
  2. Somete las semillas a un proceso llamado “estratificación fría” [1] . En este proceso, debes colocar las semillas en una bolsa plástica sellada, que esté llena de tierra húmeda. Utiliza tierra comercial, especialmente preparada para cultivar semillas. Coloca la bolsa con la tierra y las semillas dentro del refrigerador y deja que permanezcan allí por 3 semanas.
  3. Esta mezcla debe contener tierra ligera para macetas que drene bien. Puedes usar una bandeja de plástico para semillas o un contenedor amplio y poco profundo que no tenga divisiones.
  4. Esparce las semillas encima de la tierra.
    • Si utilizas una bandeja plástica para semillas, coloca una semilla por puesto.
    • Si vas a utilizar un contenedor que no tenga divisiones, separa las semillas entre 0.5” y 1” (1.5 a 2.5 cm.) de distancia entre ellas.
  5. Una ligera capa de mezcla para macetas protege las semillas pero también necesitan luz solar para poder germinar.
  6. Una bandeja de calor funciona mejor pero cualquier otra ubicación también funcionará siempre y cuando la temperatura permanezca alrededor de 70 grados Fahrenheit (21 grados Celsius). [2]
  7. El proceso de crecimiento debe ser un proceso húmedo pero no completamente empapado. Debes regar las semillas en la mañana para que la tierra seque antes que caiga la tarde. La tierra muy húmeda y fría hará que crezcan hongos que destruirán las semillas.
  8. Las semillas de lavanda pueden demorar entre 2 semanas y un mes para brotar.
  9. Luego que las semillas broten, deberías mover el contenedor a un lugar donde pueda recibir luz solar directamente. Si no cuentas con semejante ubicación, coloca una luz fluorescente sobre los brotes y deja que permanezcan bajo la luz artificial por 8 horas al día.
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Método 2
Método 2 de 3:

Trasplantando

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  1. Debes esperar a que las hojas estén completamente maduras. En este punto, el sistema de raíces habrá crecido demasiado como para permanecer en la bandeja poco profunda.
  2. Ya no necesitas utilizar mezcla para semillas, pero la mezcla para macetas debe ser ligera igualmente. Busca mezclas que estén compuestas por una parte de tierra y una parte de turba, perlita o vermiculita.
    • La maceta para cada planta debe tener por lo menos 2 pulgadas (5 cm) de diámetro. Como alternativa, puedes usar una maceta más grande o una bandeja sin divisiones para poder separar las plantas de lavanda a 2 pulgadas (5 cm) de separación entre ellas.
  3. Utiliza una pequeña cantidad de fertilizante granular de lenta disipación que contenga proporciones balanceadas de nitrógeno, fósforo y potasio.
  4. Cava un pequeño orificio del mismo tamaño que el compartimiento en el que la planta está actualmente en la tierra fresca de la maceta. Haz palanca suavemente para sacar la planta de su contenedor original y trasplántala hacia el nuevo orificio, compactando la tierra alrededor para colocarla firmemente en su lugar.
  5. Las plantas deben alcanzar una altura de 3 pulgadas (7.5 cm) antes de que puedas trasplantarlas a su ubicación final y deben tener un solo tallo. Esto puede tardar entre uno y tres meses.
  6. Coloca las plantas al aire libre bajo luz o sombra parcial por pocas horas a la vez. Hazlo por una semana o el tiempo suficiente para que la lavanda se adapte a las condiciones.
  7. Le va mejor a las plantas de lavanda cuando crecen bajo condiciones de luz parcial o total. Las áreas sombreadas tienden a ser más húmedas y la tierra húmeda fomenta el crecimiento de hongos que destruyen la planta.
  8. Suelta la tierra con un rastrillo o una pala para poder mezclar una dosis saludable de abono en ella. El abono tiene partículas disparejas. Soltar la tierra hace que las raíces se extiendan fácilmente.
    • Revisa el pH de la tierra antes de agregar el abono. El pH de la tierra debe estar entre 6 y 8 y preferiblemente entre 6.5 y 7.5 para obtener mejores resultados. Si la tierra tiene un pH muy bajo, agrega cal de agricultura. Si está muy alto, agrega aserrín de pino. [3]
  9. Cava un orificio que sea igual de profundo que el contenedor donde se encuentra la planta actualmente. Retira la planta de su maceta y, usando una pala de jardinería, deslízala cuidadosamente para colocarla en su nuevo orificio.
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Método 3
Método 3 de 3:

Cuidado diario

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  1. La lavanda madura resiste parcialmente las sequías, pero mientras esté dentro de su primer año de crecimiento, necesita agua regularmente. Las condiciones climatológicas normales son a menudo suficientes, pero si vives en un área que es particularmente seca, o no hay mucha lluvia, deberías empapar la tierra regularmente. Deja que se seque entre riegos.
  2. Los herbicidas, pesticidas e incluso los fertilizantes pueden matar a los organismos beneficiosos que viven en la tierra y ayudan a que la lavanda crezca bien. Evita el fertilizante una vez que la planta esté en la tierra. Si necesitas un pesticida, utiliza uno orgánico que no contenga químicos ya que es más probable que no tenga un efecto negativo.
  3. La lavanda crece lentamente durante el primer año y la mayor parte de la energía de la planta se gasta en el desarrollo de las raíces y el crecimiento vegetativo. Deberías agilizar este proceso cortando cualquier tallo floreciente una vez que los primeros capullos empiecen a florecer durante la temporada de crecimiento.
    • Luego del primer año, corta los tallos florecientes luego que un tercio de los capullos hayan florecido para fomentar el crecimiento. Deja por lo menos un tercio de lo que crece.
  4. Mantén la tierra tibia aplicando grava o corteza de abono alrededor de la base de la planta, dejando 6 pulgadas (15 cm) de espacio libre alrededor del tallo para que pueda circular el aire.
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Consejos

  • También puedes cultivar lavanda desde los tallos. Este proceso usualmente hace que la lavanda crezca en menor tiempo y muchos jardineros están de acuerdo en decir que es más fácil que cultivar lavanda desde la semilla.
  • Puedes cosechar la lavanda después del primer año para hacer arreglos decorativos, para cocinar, para aromaterapia o para hacer medicinas de homeopatía.
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Cosas que necesitarás

  • Semillas de lavanda
  • Tierra suelta
  • Bandeja para brotes
  • Macetas pequeñas
  • Pala de jardinería
  • Rastrillo de jardinería
  • Fertilizante granular
  • Bandeja de calor
  • Botella de rocío
  • Manguera para jardín
  • Medidor de pH para tierra
  • Podadora o tijeras
  • Abono

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