El maní es extremadamente fácil de cultivar en casa. La mayoría de jardineros tienen más suerte cuando comienzan la siembra de plantas en un área cerrada al inicio de la temporada y luego trasplantan sus semillas a un jardín abierto una vez que la tierra se calienta. Para aprender más sobre la manera correcta de cultivar maní, continúa leyendo.
Pasos
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Conoce los beneficios de sembrar una planta de maní en un lugar cerrado. El maní tiene un ciclo de crecimiento largo y requiere de 100 a 130 días sin heladas para que alcance la madurez.
- Si vives en un región del Norte, más fría, debes empezar la siembra en un lugar cerrado, aproximadamente un mes antes de la última helada prevista. [1] X Fuente de investigación
- Si vives en una región del Sur más cálida, puedes plantar el maní directamente al aire libre luego de la última helada, o comenzar la siembra en un lugar cerrado unas semanas antes de la última helada.
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Escoge buenas semillas de maní. Puedes plantar maní crudo, el cual puedes conseguir en cualquier supermercado, pero podría serte más fácil cultivar maní si empiezas con semillas de maní que puedes conseguir en una tienda de jardinería.
- Toma en cuenta de que el maní, usado como semilla, debe mantenerse en su cáscara hasta el momento en que se plante. De otra manera, éste se resecará demasiado rápido y no tendrá la producción esperada.
- Nunca utilices maní tostado. Éste no germinará.
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Llena un depósito limpio con tierra para macetas húmeda. Usa un bol o plato hondo para entrada de aproximadamente 10 cm (4 pulgadas) de profundidad y llena más o menos los 2/3 con tierra para macetas. [2] X Fuente de investigación
- Si la tierra no está húmeda, humedécela con una regadera, antes de que coloques las semillas de maní.
- El depósito más seguro para usar sería una maceta de papel o de turba ya que así puedes colocar todas las semillas plantadas, la maceta y todo, en la tierra al momento de trasplantar. Sin embargo, podrías utilizar un bol o maceta de plástico si fuera tu única alternativa.
- Asegúrate de que el depósito esté limpio antes de plantar el maní, especialmente si vas a utilizar un depósito de plástico. Lávalo con agua tibia y jabón, enjuágalo bien y sécalo con papel toalla limpio.
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Coloca unas cuantas semillas de maní sobre la tierra y cúbrelas. Coloca cuatro maníes, sin cáscara, equidistantes unos con otros sobre la tierra. Luego, presiónalos ligeramente en la ésta. Cúbrelos con aproximadamente 2 cm (1 pulgada) de tierra suelta y húmeda.
- Cuando retires la cáscara del maní, asegúrate de no sacarle el revestimiento color marrón que tiene cada semilla. Si lo retiras o lo dañas, es probable que el maní no germine.
- Podrías plantar los maníes sin quitarles la cáscara primero, pero éstos crecerán más rápidamente si se las retiras.
- Si la tierra no está húmeda cuando la colocas en el depósito, échale un poco de agua con una regadera o botella atomizadora hasta que esté húmeda al tacto, mas no empapada.
- Si vas a plantar las semillas directamente al aire libre, plántalas con una profundidad de 5 cm (2 pulgadas) y con una separación de 20 cm (8 pulgadas) entre ellas.
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Escoge una ubicación asoleada. Las plantas de maní necesitan la luz del sol para crecer adecuadamente.
- El sol es importante para la fotosíntesis pero la luz del sol es lo recomendable, ya que las zonas que reciben la luz del sol en su jardín, tienden a ser las más calientes. Las plantas de maní crecen muy bien en tierra cálida.
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Espera hasta después de que pase la última helada. El maní es bastante sensible a las heladas, de manera que debes esperar por lo menos de 2 a 3 semanas después de la posible última helada antes de trasplantar las semillas que plantaste en un lugar cerrado, en un jardín al aire libre.
- Lo mismo aplica si vas a plantar semillas de maní directamente al aire libre. Espera varias semanas después de que pase la última helada. De otra manera, las semillas de maní no germinarán.
- La temperatura de la tierra debe ser de por lo menos 18 grados Celsius (65 grados Fahrenheit). [3] X Fuente de investigación
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Mejora la calidad de la tierra, si fuera necesario. El lecho de plantas debe estar compuesto de tierra suelta y bien drenada. Si tu tierra es muy gruesa, debes agregarle unos puñados de arena para mejorar su calidad y para volverla menos densa. Cava y mezcla la arena en la tierra con una pala de jardinería pequeña.
- Evita usar tierra de tipo arcilla, la cual es difícil de mejorar adecuadamente.
- También podrías usar abono maduro, pero debes limitar la cantidad que uses ya que éste podría emanar nitrógeno. Esto sería beneficioso para muchas plantas, pero el maní produce su propio nitrógeno, y al agregarle más, sería demasiado, impidiendo finalmente el crecimiento de la planta.
- Probablemente necesites balancear el pH de la tierra, si ésta es muy ácida. Haz esto echando una pequeña cantidad de cal agrícola a la tierra y mezclándola completamente.
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Cava hondo en la tierra. Cava por lo menos 15 cm (6 pulgadas) de profundidad, incluso si la planta aún no se encuentra a esa profundidad.
- Las raíces necesitan bastante espacio para extenderse. El hecho de cavar en la tierra ayuda a deshacer cualquier zona compacta, para así finalmente soltarla y brindarles a las raíces el espacio que necesitan.
- Luego de cavar en la tierra, rellena el fondo de cada agujero, aproximadamente 5 cm (2 pulgadas) con tierra suelta. De otra manera, podrías plantar las semillas demasiado hondo, sin querer.
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Planta las semillas con una separación de 25 cm (10 pulgadas). El tallo y los pedazos de hoja deben estar encima de la tierra, pero el sistema radicular debe estar completamente debajo de ella.
- Rellena suavemente el resto del agujero con tierra suelta.
- Si vas a utilizar una maceta biodegradable, coloca todo en la tierra. Si no es así, aprieta suavemente los lados de la maceta para aflojar su contenido. Voltea la maceta para que la planta, las raíces y la tierra caiga todo junto en tus manos. Traslada todo junto a una maceta al aire libre.
- Evita exponer las raíces sensibles.
- Si plantaste las semillas de maní directamente al aire libre, inicialmente podrías querer plantar de 2 a 3 semillas en cada maceta. Sin embargo, necesitarás entresacar las plantas y dejar sólo la más fuerte en cada maceta.
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Riega bien la tierra. Utiliza una manguera o regadera ligera para humedecer la tierra para que se sienta húmeda cuando toques la superficie.
- Sin embargo, ten en cuenta que la tierra no debe estar empapada. Si se forman charcos en la superficie de la parcela, es porque quizás le echaste demasiada agua.
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Suelta la tierra después de una semana. [4] X Fuente de investigación Una vez que tus plantas alcancen una altura de 15 cm (6 pulgadas), debes cavar alrededor ligeramente y con cuidado alrededor de la base de cada planta para soltar la tierra.
- La planta irá formando ramas conforme crece, y cada una de estas ramas producirá flores. Las flores se marchitarán y se bajarán, pero no debes arrancarlas.
- A estos tallos que se forman hacia abajo se les llama pinzas (“pegs”). El maní crecerá en estas pinzas, y los tallos necesitan encontrar su camino bajo tierra con la finalidad de hacer crecer este maní.
- Al soltar la tierra, es más fácil que las pinzas lleguen a estar bajo tierra.
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Más adelante, apila la tierra alrededor de la base de la planta. Cuando las pinzas se encuentren bajo tierra y las plantas midan 30 cm (12 pulgadas) de alto, debes acomodar la tierra suavemente en pequeñas colinas alrededor de cada pinza enterrada y alrededor de la base de la planta.
- Al hacer esto, les estás brindando más calor y protección a los maníes que van creciendo en los extremos de las pinzas enterradas.
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Coloca una capa de mantillo. Extiende 5 cm (2 pulgadas) de paja o de pasto cortado sobre el área inmediatamente después de crear las colinas.
- El mantillo evita que crezca mala hierba.
- Además, mantiene la tierra cálida, húmeda y suave.
- Sin embargo, no uses mantillo pesado como trozos de madera. Algunas pinzas adicionales pueden necesitar abrirse camino a través de la tierra, y no podrán hacerlo si hay un mantillo pesado en el camino.
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Riega frecuentemente. Utiliza una regadera o manguera para jardín con un ligero atomizador para rociarle a las plantas 2.5cm (1 pulgada) de agua cada semana.
- Lo ideal sería echarle al maní un poco de agua a la vez. El maní producen mejor cuando la tierra se encuentra ligeramente seca en la superficie, pero húmeda a una profundidad de 2.5 cm (1 pulgada). Esto se puede determinar al hundir la punta del dedo en la tierra y notando cuánto de tu dedo puedes hundir hasta sentir la humedad.
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Evita usar fertilizantes con altos niveles de nitrógeno. Generalmente, los fertilizantes no son necesarios al comenzar con el cultivo del maní, pero si decides utilizar uno, asegúrate de que no contenga grandes cantidades de nitrógeno.
- El maní provee su propio nitrógeno. Si se le agrega más nitrógeno, éste producirá plantas muy tupidas con un abundante follaje y muy poca fruta.
- Una vez que las plantas comienzan a florecer, puedes empezar a tratarlas con un fertilizante rico en calcio. Al hacerlo, puedes maximizar la formación de este fruto seco.
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Protege tus plantas con un cerco de malla. Las mayores amenazas para tus plantas de maní son las ardillas, las ardillas listadas y otras criaturas pequeñas en busca de un banquete gratis. Una forma simple y segura de mantener a estos intrusos que van en busca de su cena, lejos de tu cultivo, es colocando un cerco de malla alrededor de tus plantas.
- Presiona el cerco de 5 a 7 cm (2 a 3 pulgadas) hacia abajo, para proteger el maní mientras crece bajo tierra. Muchos ratones y ardillas intentarán desenterrar las plantas luego de que los frutos comiencen a formarse y si la malla no se extiende por debajo de la tierra, probablemente lo logren.
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Utiliza insecticidas sólo lo necesario. Las plantas de maní no son generalmente víctimas de pestes de una variedad de insectos. Sin embargo, a veces algunos insectos llegan a ser molestos, incluyendo gusanos cortadores, escarabajos del pepino y pulgones. Estos insectos normalmente atacan comiéndose las plantas.
- Rocía las hojas con pesticidas a base de piretrina para obtener mejores resultados.
- Pero si deseas algo orgánico, espolvorea pimienta roja molida sobre las hojas.
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Retira toda la planta con la ayuda de un trinche. Debes cosechar los maníes antes de la primera helada de otoño, ya que el maní en esa etapa está aún sensible a esas bajas temperaturas.
- La planta se volverá amarilla y comenzará a marchitarse cuando esté lista para ser cosechada.
- Retira cuidadosamente toda la planta con tu trinche, levantándola desde debajo de las raíces. Sacude la mayoría de la tierra adherida a las raíces.
- Una planta saludable normalmente produce entre 30 y 50 maníes.
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Pon a secar la planta. Lleva la planta a un lugar cerrado y seco y déjala ahí por un mes aproximadamente.
- Por la primera o las primeras dos semanas, deja que los maníes se recuperen en la planta ya que ésta se encontrará en un lugar cálido y seco.
- Durante las dos semanas restantes aproximadamente, arranca los frutos secos y déjalos secar en ese mismo lugar cálido y seco.
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Tuesta o almacena las plantas, tal como lo desees. Podrás disfrutar el maní crudo o tostado, o lo puedes guardar para después.
- Para tostar los maníes, hornéalos a 177 grados Celsius (350 grados Fahrenheit) por 20 minutos.
- Para almacenar los maníes, déjalos en su cáscara y colócalos en un envase hermético en la refrigeradora hasta por 6 meses.
- Si no puedes refrigerar los maníes, éstos pueden durar, en buen estado, por 3 meses, almacenados en un lugar seco y oscuro.
- Los maníes también pueden ser congelados durante un año o más.
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Cosas que necesitarás
- Tierra para macetas
- Un depósito de 10 cm (4 pulgadas)
- Arena
- Cal agrícola
- Semillas de maní
- Una pala de jardinería o una pala pequeña
- Un trinche para jardinería
- Una regadera o manguera para jardín
- Paja, pasto cortado u otro mantillo liviano
- Un envase hermético
Referencias
Acerca de este wikiHow
Para cultivar maní exitosamente, primero compra maní crudo en el supermercado o compra semillas de maní en un vivero local. Planta las semillas en envases pequeños y mantenlas en interiores hasta que pase todo el peligro de las heladas. Cuando estés listo para trasplantar las plántulas, escoge un lugar que reciba sol pleno y cava un hoyo de unos 15 cm (6 pulgadas) de profundidad para cada planta. Riega las plantas 1 vez a la semana y cúbrelas con un cerco de malla, porque a las ardillas entre otros animales pequeños les encantan el maní. Si quieres consejos para cultivar y almacenar el maní, ¡sigue leyendo!