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Hay varios tipos de té disponibles en todo el mundo. Casi todos de ellos se originan de la misma planta, conocida como Camellia sinensis. Es una planta perenne resistente y adaptable con hojas aromáticas y pequeñas flores blancas. Si quieres cultivar tus propias plantas de té en el exterior, las zonas 7 a 9 son las áreas con mayor éxito para ello. Si vas a cultivar en el interior de tu casa o en un invernadero, ¡podrás hacerlo en cualquier parte! Sigue un ciclo de mantenimiento anual y tus plantas podrán vivir entre 50 y 100 años.

Parte 1
Parte 1 de 5:

Elegir y germinar las semillas

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  1. Hay dos subespecies de Camellia sinensis: Camellia sinensis sinensis y Camellia sinensis assamica. Algunas de las jergas técnicas pueden ser abrumadoras, pero solo recuerda lo siguiente: opta por la variante sinensis y evita la assamica. La última variante puede ser temperamental y requiere un clima tropical específico. No obstante, la variante sinensis se adapta mucho mejor y es fácil de cultivar en varios tipos de climas. [1]
    • El nombre técnico completo es Camellia sinensis sinensis china.
    • Consigue las semillas de una fuente de buena reputación y confirma la variante con el vendedor antes de comprarla.
  2. Coloca las semillas en un cuenco o cubeta. Añade suficiente agua para cubrirlas por completo. Colócalas en algún lugar seguro, y déjalas reposar por 24 o 48 horas. Las semillas empezarán a absorber el agua durante este tiempo. Esto ayudará a iniciar el proceso de germinación. [2]
  3. Escurre el agua de las semillas y espárcelas en una bandeja en una sola capa. Luego, coloca la bandeja en un área soleada. Cúbrelas con 2,5 cm (1 pulgada) de vermiculita gruesa aproximadamente. Después, rocía agua con frecuencia para mantenerla húmeda. [3]
  4. Las semillas empezarán a germinar en este periodo de tiempo. Mantén la vermiculita húmeda y deja que crezcan hasta tener un par de centímetros de alto. Una vez que las plántulas tengan 3 o 4 hojas, estarán listas para que las trasplantes. [4]
    • Puedes trasplantarlas al exterior si el clima donde vives es relativamente cálido. Lo ideal es una zona de 7 a 9. No obstante, estas plantas son resistentes y pueden adaptarse siempre y cuando el invierno no sea demasiado duro.
    • En el caso de que el clima sea más frío, trasplántalas a unas macetas más grandes para colocarlas en un invernadero o jardín en el interior.
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Parte 2
Parte 2 de 5:

Plantar las plántulas

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  1. El momento ideal para trasplantar las plántulas es en primavera, luego de que el peligro de una helada haya pasado. Puedes esperar hasta principios de verano, siempre y cuando mantengas las plántulas húmedas. Si vas a cultivarlas en el interior o en un invernadero, tendrás un poco más de libertad. [5]
    • Son plantas resistentes. Por lo tanto, continuarán creciendo siempre que no haya ninguna helada y reciban grandes cantidades de luz solar.
  2. Las plantas de té viven en suelo ácido. Revisa el tuyo con un kit de análisis, que puedes conseguir en algún vivero, antes de trasladar las plantas a la tierra. Modifícala según lo necesites para que tenga un pH de aproximadamente 6 o 6,5. Si vas a trasplantarlas a unas macetas, compra una mezcla de tierra para camillia o azalea en un vivero. [6]
  3. Las plantas de té no crecen bien en tierra pesada con mucha arcilla. Les gusta una tierra ligera con buen drenaje. Puedes aligerar un poco tu medio de cultivo al mezclarlo con 8 o 13 cm (3 o 5 pulgadas) de compost. Dependiendo del tipo de la tierra, hay otros acondicionadores que puedes elegir en un vivero para aligerarla más si es necesario. [7]
    • Que las raíces se pudran puede ser un problema si las plantas no tienen un buen drenaje. [8]
  4. Si bien la luz solar plena es buena para las plantas de té, también toleran recibir sombra y luz parcial. No son demasiado especiales, ¡siempre que reciban un par de horas de luz solar plena! Si vas a trasplantarlas al exterior, asegúrate de buscar las áreas de antemano y controlar la luz solar y el drenaje antes de colocar las plantas en el suelo. [9]
  5. Les gusta tener amplio espacio. Asimismo, los cepellones se vuelven muy grandes con el tiempo. Si vas a cultivar más de una planta, distáncialas. Asegúrate de que haya aproximadamente 90 cm (3 pies) entre ellas. Si vas a colocarlas en unas macetas, haz que cada plántula tenga la suya propia con una gran cantidad de espacio para crecer. [10]
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Parte 3
Parte 3 de 5:

Cuidar las plantas

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  1. A las plantas de té les encanta el agua, siempre que el suelo drene bien. Revisa la tierra después de unos días y riega las plantas cada vez que la sientas seca. Si el clima donde vives es caliente, asegúrate de controlar la tierra para que no se seque demasiado. Sin embargo, las plantas sobrevivirán por lo general en la sequía debido a su rusticidad. [11]
    • Aunque regar con regularidad fomenta un crecimiento más rápido, las condiciones secas probablemente no matarán estas plantas resistentes. [12]
  2. Las plantas de té entran en un estado de dormancia en los meses de invierno. Si el clima donde vives es frío, lleva las plantas al interior durante el invierno si es posible. De lo contrario, puedes cubrirlas cada vez que se anticipe una helada para proteger su follaje.
  3. Estas plantas crecen mejor con una mezcla de fertilizante de 10-10-10 equilibrado. Se prefiere un fertilizante orgánico, como vermicompost, pero no es necesario. Si vas a cultivar las plantas en contenedores, es posible que quieras fertilizarlas una vez en verano también. No obstante, evita fertilizarlas en exceso. [13]
  4. Podar fomenta el crecimiento y la expansión de ramas inferiores. Las ramas inferiores fuertes ayudarán a las plantas a convertirse en arbustos fuertes. Las plantas producirán pequeñas flores blancas en otoño, así que pódalas cuando empiecen a desaparecer. [14]
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Parte 4
Parte 4 de 5:

Cosechar las plantas

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  1. Las plantas de té crecen lentamente. No podrás cosechar té durante el primer par de años. Es posible que puedas conseguir una cosecha muy pequeña el segundo año, pero no será demasiado. Podrás empezar a cosechar cuando llegue el tercer año. Para el quinto año, podrás cosechar con regularidad. [15]
  2. Las plantas dejarán de crecer en invierno. Cuando la primavera llegue, verás que nuevos tallos aparecen. Este periodo de crecimiento se llama “brotación”. Cuando ocurra, será el momento en que puedas iniciar la cosecha. [16]
  3. Para podar el té, simplemente saca las dos hojas de un verde brillante que aparezcan durante la brotación. Usa el pulgar y el índice para pellizcarlas con cuidado. Luego, sácalas de las plantas. Estas primeras hojas son las únicas que querrás cosechar para el té.
  4. ¡Las plantas saludables de té pueden vivir hasta tener entre 50 y 100 años! Siempre que las cuides adecuadamente, podrás cosechar el té de las plantas por muchos años. Sigue el ciclo anual de cuidado que incluye lo siguiente: fertilizar y cosechar en primavera, podar en otoño y protegerla de la helada en invierno. [17]
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Parte 5
Parte 5 de 5:

Hacer diferentes tipos de té

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  1. El té blanco es un té con un sabor delicado que se hace con los brotes sin abrir de color blanco plateado y las hojas sin madurar de la planta de té. Algunas variedades de té blanco se hacen solo con los brotes, sin ninguna hoja. Coce las hojas en la estufa por un minuto y luego sécalas en el horno por 20 minutos a 121 °C (250 °F) inmediatamente después de cosecharlas. Prepara de manera inmediata o almacena las hojas secas en un contenedor hermético para usarlas más adelante.
  2. El té verde se prepara con las hojas que se han procesado de forma mínima. Luego de cosecharlas, deja que se marchiten bajo sombra por un par de horas. Después, cócelas al vapor en la cocina por un minuto. Seca las hojas en el horno por 20 minutos a 121 °C (250 °F) y luego prepáralas. También puedes almacenar las hojas secas en un contenedor hermético para usarlas más adelante.
  3. Después de cosechar las hojas, deja que se asienten bajo el sol por una hora. Lleva las hojas marchitas al interior, y colócalas en un lugar sombreado y seco durante 10 a 24 horas. Luego, mezcla o remueve con cuidado las hojas muertas para airearlas. Machácalas con cuidado. Si lo prefieres, puedes secar las hojas en el horno (20 minutos a una temperatura de 121 °C o 250 °F) u omitir esto y enrollar las hojas en pequeñas bolas antes de prepararlas. [18]
  4. Después de cosechar las hojas, “masajéalas” al enrollarlas entre tus dedos y manos. Hazlo hasta que se vuelvan de un color oscuro. Esparce las hojas magulladas sobre una superficie plana, y colócalas en un lugar seco y fresco. Deja que se sequen con el aire por 2 o 3 días. Completa este proceso de secado al colocarlas en el horno por 20 minutos a 121 °C (250 °F). Almacena las hojas secas en un contenedor hermético. [19]
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