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Durante toda la historia de la humanidad, las personas han logrado alimentarse, ya sea pescando, cazando, recolectando o practicando la agricultura de subsistencia. Hoy en día, podemos tan solo acudir al supermercado para comprar nuestros alimentos. Sin embargo, cultivar tus propios alimentos es gratificante y ahorrativo. En caso de que quieras cultivar tus propios alimentos, ten cuidado de investigar el clima en tu región, crear filas para tus cultivos y cosechar cuando los alimentos estén maduros para disfrutar de la comida de tu jardín.

Método 1
Método 1 de 3:

Cultivar alimentos en tu clima

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  1. En caso de que las temperaturas superen los 24 °C (75 °F) en el verano, planta tus cultivos de vegetales en mayo o en junio (si vives en el hemisferio norte). Ten cuidado de plantarlos después de que pase la amenaza de heladas. [1]
    • La lechuga, la col, la col rizada y los tomates son excelentes opciones para plantar en el verano.

    Consejo: las legumbres se desarrollan bien en una jungla templada y constituyen una excelente fuente de proteína.

  2. Puedes cultivar la mayor parte de las frutas (por ejemplo, las manzanas, naranjas, limones y limas) en árboles dentro de un área de 1100 metros cuadrados (12 000 pies cuadrados). Para empezar, planta un árbol frutal en una maceta para monitorear la tierra y el consumo de agua y luego transfiérelo al suelo a principios de la primavera cuando haya pasado 1 año. La mayor parte de los árboles frutales no empezarán a dar frutos hasta los 2 o 3 años de edad. [2]
    • Puedes cultivar las vides, como las uvas, en cualquier lugar que tenga un enrejado por el que puedan trepar.
  3. En caso de que el lugar en donde vivas alcance temperaturas bajo cero y tenga una gran cantidad de precipitación, planta granos como el centeno. Este puede resistir las temperaturas frías y la precipitación abundante que se dan en muchas partes del mundo. Planta el centeno a principios del otoño (si vives en el hemisferio norte) antes de la primera helada. [3]
    • Por lo general, los granos de invierno producen un mayor rendimiento de cultivos que los granos de verano.
  4. A los granos de verano (por ejemplo, el maíz) les va mejor en un clima cálido. En caso de que los veranos sean calurosos, planta el maíz en mayo o junio (si vives en el hemisferio norte) y deja que crezca durante los meses de verano. Al maíz le va particularmente bien en la zona del medio oeste de los EE.UU. [4]
    • El arroz requiere de un clima tropical para crecer. El mejor clima para los cultivos de arroz es el del sudeste asiático.
  5. Las papas, remolachas, rábanos y otros vegetales que crecen bajo tierra prefieren crecer durante los meses más fríos. Planta las verduras de raíz en julio o agosto para prepararte para una cosecha en el otoño (si vives en el hemisferio norte). Puedes cultivarlas incluso si la amenaza de heladas está cerca debido a que son lo suficientemente robustas como para resistirlo. [5]
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Método 2
Método 2 de 3:

Plantar cultivos

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  1. Prueba el pH de la tierra con una sonda de prueba o tiras de papel para determinar el nivel de acidez o alcalinidad. La mayor parte de los alimentos crecen a un pH de 5,5 y 7,0. En caso de que la tierra esté por debajo de 5,5, añade dolomita, que es un tipo de mineral triturado, para que se vuelva más básica. En caso de que sea mayor a 7,0, haz que la tierra sea más ácida con agujas de pino o musgo de turba. [6]
    • En la mayor parte de las tiendas de jardinería puedes conseguir una sonda de prueba o tiras.
    • Puedes conseguir dolomita en la mayoría de las tiendas de jardinería.
  2. Despeja las piedras grandes, las raíces y ramas, la acumulación abundante de vegetación, y otros residuos antes de arar. Utiliza un cultivador o arado para mover la tierra y voltear la capa superior. De este modo, los nutrientes de la tierra estarán disponibles con mayor facilidad y permitirás que la capa superior de la tierra se refresque a sí misma. [7]
    • Si quieres mantener a una familia de 4 personas, utiliza 1100 metros cuadrados (12 000 pies cuadrados) de tierra para cultivar vegetales y granos. [8]

    Consejo: en una parcela pequeña, es posible arar la tierra usando en cambio un pico, una pala y una azada.

  3. Marca la zona que tengas la intención de plantar. Con una azada o arado, crea un lecho ligeramente elevado en la tierra suelta formando una línea a través de la extensión de la parcela. Luego, marca una muesca poco profunda en la tierra con el cultivador y un aditamento de surcos. Hazlo hasta que la zona de siembra esté cubierta de filas. [9]
    • Es posible alquilar cultivadores y sus aditamentos en muchas ferreterías.
  4. La profundidad de siembra puede variar según las plantas que elijas. Fíjate en la parte trasera del paquete de semillas para averiguar cuál es la mejor profundidad para la planta. Haz un agujero pequeño con los dedos y coloca 2 o 3 semillas en cada uno. [10]
    • Las plantas como las legumbres, las sandías, la calabaza y los pepinos se siembran a entre 2 y 2,5 cm (0,75 a 1 pulgada) de profundidad, en tanto que el maíz y la papa pueden plantarse a entre 6,5 y 9 cm (2,5 a 3,5 pulgadas) de profundidad.
    • Asimismo, puedes empezar las semillas en interiores y trasplantarlas después de que broten.
  5. Esto evitará que el lecho de semillas se seque al sol. Con la palma de la mano, presiona hacia abajo sobre las semillas que hayas plantado. Ten cuidado de que estén completamente cubiertas de forma que los animales no se las coman. Continúa con este proceso hasta tener la cantidad de filas que hayas planificado plantar. [11]
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Método 3
Método 3 de 3:

Administrar y cosechar los cultivos

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  1. Si los cultivos no tienen una cantidad suficiente de agua para reponerse, el sol puede secarlos y matarlos. Con una manguera de jardín o un sistema de aspersores, riega muy bien los cultivos todos los días de mayo a septiembre (si vives en el hemisferio norte). En caso de que la temperatura supere los 32 °C (90 °F), riega los cultivos dos veces al día. [12]
    • Los cultivos invernales (por ejemplo, el centeno) no necesitan que se los riegue a menos que el invierno sea particularmente seco.
  2. Debido a que plantarás este cultivo en filas, podrás caminar por la parte central entre filas. Retira con la mano la mala hierba que brote durante la temporada de cultivo. Ten cuidado de quitar la raíz de la mala hierba al tirar de ella de forma que no vuelva a crecer. [13]
    • Es mucho más fácil tirar de la mala hierba en tierra suelta o húmeda.
    • Haz el intento de no alterar las raíces del cultivo al desmalezar.
  3. En caso de que veas que se han comido algunas hojas, podría ser un indicio de insectos o alimañas. Utiliza una cerca de malla de alambre para mantener a raya a los animales pequeños (por ejemplo, los ratones y conejos). Deshazte de los insectos y mátalos conforme los vayas encontrando o bien utiliza un disuasivo natural (por ejemplo, el aceite de menta piperita) para mantener a raya a las pestes. [14]

    Consejo: puedes preparar un aerosol de menta piperita si mezclas 2 gotas de aceite esencial de menta piperita y 4 litros (1 galón) de agua. Rocía las hojas de los cultivos una vez al día para mantener a raya a los insectos comunes.

  4. Muchos vegetales comunes de jardín se cosechan conforme van madurando y, con el cuidado apropiado, siguen produciendo en el transcurso de la temporada de cultivo. Por otro lado, los granos se cosechan con mayor frecuencia cuando están completamente maduros y secos en la planta. Recoge o corta los cultivos con herramientas afiladas y limpias de jardinería para así no dañar las plantas. [15]
  5. En caso de que hayas cultivado granos, utiliza graneros, los cuales mantendrán tus cosechas almacenadas secas y a salvo de los insectos y las alimañas. La mejor forma de reducir el desperdicio de comida es con una combinación de métodos de almacenamiento y conserva. Secar , enlatar , congelar y colocar en camas son opciones viables para almacenar los alimentos. [16]
    • Colocar en camas es un método de almacenamiento para cultivos de raíces (por ejemplo, papas, colinabos y remolachas) en el que extiendes los cultivos en un lugar fresco y seco sobre una cama de paja.
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Consejos

  • Conversa con tus vecinos acerca de compartir los cultivos después de cosecharlos. Es más fácil administrar un menor número de cultivos distintos, y quizás puedas cultivar una cantidad de una parte de tu selección de comida que sea suficiente para dos familias.
  • Considera fuentes de externas de alimentos como un suplemento para tus esfuerzos de agricultura (por ejemplo, pescar, recolectar bayas y nueces silvestres, y plantas comestibles que crezcan en su estado salvaje en tu región).
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Advertencias

  • Ten cuidado de limpiar las herramientas de jardinería antes de cada vez que las uses para que tus alimentos se mantengan limpios.
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