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Un hematoma es un moretón causado por una lesión. Si bien no suelen ser graves, los hematomas pueden ser dolorosos y estar inflamados por varios días. Estas lesiones desaparecen con el tiempo, una vez que la inflamación pasa y la decoloración se absorbe en el cuerpo. Afortunadamente, existen algunos trucos sencillos que puedes implementar en casa para promover la curación y acelerar el proceso de recuperación. Si el hematoma no mejora después de una semana de tratamiento casero, pide una cita para ver a tu médico. Si el hematoma es producto de un traumatismo craneal, lo mejor es que consultes con tu médico.

Método 1
Método 1 de 3:

Tratar el dolor y la inflamación

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  1. Lo mejor es no ponerse de pie, sin importar en qué parte del cuerpo se encuentre el hematoma. Si está en una extremidad inferior y debes moverte, usa muletas para no ejercer presión en la zona afectada. Usa un cabestrillo si el hematoma se encuentra en el brazo. El objetivo es limitar la movilidad tanto como puedas. [1]
    • La actividad muscular puede irritar e incrementar la presión en el tejido blando, lo que puede empeorar el hematoma.
    • Puedes buscar ayuda a través de un amigo o familiar para las actividades diarias a medida que el hematoma se cura.
  2. Aplica una bolsa de hielo en la zona afectada inmediatamente después de notar que comienza a desarrollarse un hematoma. Lo ideal es que apliques hielo en la lesión inmediatamente después del accidente. Deja la compresa de hielo en la zona durante 20 minutos. Sigue enfriando la zona en intervalos de 20 minutos cada pocas horas durante el primer día. [2]
    • El frío reduce la circulación sanguínea y el sangrado.
    • Jamás apliques el hielo en la piel por más de 20 minutos para no dañar el tejido.
    • Puedes envolver la compresa de hielo con un paño para evitar quemaduras de frío. [3]
  3. Eleva la zona afectada sobre algunas almohadas blandas para que descanse sobre el nivel del corazón. La elevación reduce el flujo sanguíneo hacia la zona afectada, minimiza la inflamación y evita que el hematoma se agrande. Procura elevar la zona tanto como puedas. [4]
    • Puedes levantar el área afectada usando almohadones, mantas, cojines o cualquier otro objeto blando que tengas a mano.
  4. Usa una comprensa de calor o un paño empapado con agua tibia. Aplica la compresa suavemente por 20 minutos. Puedes repetir la aplicación varias veces al día. Un baño caliente proporciona beneficios calmantes similares. [5]
    • Las compresas tibias son beneficiosas en este momento dado que dilatan los vasos sanguíneos y mejoran la circulación. El hielo contrae los vasos sanguíneos, así que reemplázalo por calor después de 24 horas.
    • Resiste la tentación de masajear la zona afectada, dado que puede profundizar el hematoma y ralentizar la curación. [6]
    • Jamás apliques una compresa de calor inmediatamente después de lesionarte. El calor lleva la sangre a la superficie de la piel, lo que puede causar una mayor decoloración y acumulación de sangre. [7]
  5. No tomes aspirinas ni ibuprofeno, dado que estos medicamentos pueden incrementar el sangrado e impedir la coagulación. Sigue las indicaciones de dosis del envase. [8]
    • Jamás tomes dos medicamentos diferentes para el dolor al mismo tiempo ni superes la dosis sugerida. Esto puede causar irritación en el revestimiento del estómago, daño hepático o renal, y sangrado abdominal. [9]
  6. Envuelve suavemente un vendaje de compresión alrededor de la zona afectada. No aprietes mucho. Una compresión excesiva puede incrementar la inflamación alrededor del hematoma y empeorarlo. [10]
    • Jamás masajees un moretón o hematoma. Esto puede hacer que un coágulo se desaloje e ingrese en el torrente sanguíneo, lo cual puede ser extremadamente peligroso.
  7. RHCE significa reposo, hielo, compresión y elevación. Repite los pasos durante las primeras 48 horas después de lesionarte para reducir la inflamación y promover la curación del hematoma. Puedes continuar el tratamiento por 72 horas si lo deseas. [11]
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Método 2
Método 2 de 3:

Promover la curación a través de la alimentación

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  1. La proteína es importante porque promueve la reparación del tejido. Los niveles elevados de proteína generalmente provienen de fuentes animales, pero puedes escoger los alimentos que más te gusten. Los adultos deben consumir un mínimo de 7 gramos de proteína por cada 9 kilos (20 libras) de peso corporal. [12]
    • Por ejemplo, un adulto de 64 kilos (140 libras) necesita 50 gramos de proteína al día. Un adulto de 90 kilos (200 libras) necesita aproximadamente 70 gramos de proteína al día.
    • Incorpora los siguientes alimentos ricos en proteína en tu dieta:
      • proteína de suero
      • atún, salmón, mero
      • huevo escalfado
      • pechuga de pollo o pavo
      • requesón
  2. La deficiencia de vitamina B12 puede prolongar los moretones y hematomas. Lo ideal es obtener la vitamina a través de los alimentos, pero también puedes incorporar un suplemento en tu dieta. Los adultos y adolescentes necesitan 2,4 microgramos de vitamina B12 por día. [13]
    • Estos son alimentos con niveles elevados de B12:
      • carne, ave y mariscos
      • huevos, leche y otros productos lácteos
      • algunos cereales de desayuno
  3. Obtener la cantidad suficiente de vitamina C ayuda al cuerpo a curar y reparar los tejidos dañados. Puedes obtenerla a través de una dieta equilibrada. También puedes usar suplementos, pero no son tan efectivos. Los adolescentes necesitan entre 65 y 75 mg de vitamina C por día, mientras que los adultos precisan entre 75 y 90 mg por día. [14]
    • Estas son algunas fuentes ideales de vitamina C:
      • pimientos
      • brócoli y coliflor
      • papaya, fresas, piñas y naranjas
  4. La deficiencia de vitamina K puede causar problemas de coagulación en la sangre y otros problemas de sangrado que pueden empeorar los hematomas. Esta deficiencia puede ser producto de antibióticos o enfermedades como celiaquía o fibrosis quística. Habla con tu médico si sospechas que tienes una deficiencia de vitamina K. [15]
    • Los adultos necesitan entre 90 y 120 microgramos de vitamina K por día, mientras que los adolescentes necesitan 75 microgramos al día.
    • Estas son algunas fuentes de vitamina K alimentaria:
      • té verde
      • verduras de hojas verdes (acelga, col rizada, perejil, espinaca)
      • brócoli, coliflor, col de Bruselas
      • salvado de trigo
      • yogur, queso y otros lácteos fermentados
  5. Una buena hidratación puede ayudar al cuerpo a curarse después de una lesión. El agua es mejor que otros líquidos que puedas beber. Los jugos de frutas sin azúcar y el té descafeinado son buenas opciones y se pueden consumir de forma segura con moderación. La cantidad de agua que necesites dependerá de tu nivel de actividad física, contextura y estado de salud en general. [16] En general:
    • Los hombres necesitan aproximadamente 15,5 tazas (casi 4 litros) de agua por día.
    • Las mujeres necesitan aproximadamente 11,5 tazas (casi 3 litros) de agua por día. [17]
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Método 3
Método 3 de 3:

Saber cuándo buscar atención médica

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  1. Si observas acumulación de sangre e inflamación en una parte específica del cuerpo sin haber sufrido un golpe, es mejor que visites a tu médico de inmediato. Esto es especialmente cierto si el hematoma se forma sobre uno o más órganos vitales, como un hematoma abdominal que requiere atención inmediata. [18]
    • Un hematoma leve a moderado puede curarse en casa. Sin embargo, si comienza a agrandarse y se vuelve más doloroso, podría indicar que hay un problema más grave. Recibe un tratamiento médico para evitar que el hematoma empeore. [19]
    • Por lo general, los hematomas se forman con una mayor facilidad en los adultos mayores que en los adultos jóvenes y los niños. Es posible que se forme un hematoma grande como producto de un golpe menor.
    • Si tomas medicamentos anticoagulantes (también conocidos como diluyentes de la sangre), podrías tener hematomas más fácilmente.
  2. Identifica un hematoma muscular por su inflamación y aspecto de hematoma. Este es el tipo más común de hematoma. Por lo general, es producto de una contusión externa que causa inflamación en la zona y formación de una protuberancia. Esta protuberancia se llena con sangre y causa una decoloración en la sangre o un hematoma. [20] Debes buscar atención médica en los siguientes casos:
    • El hematoma abarca una parte significativa del cuerpo o una extremidad.
    • Sospechas que el hueso debajo del hematoma está quebrado o fracturado. Esto podría ocurrir si la zona lesionada se inflama demasiado y de inmediato, y no puedes ponerle ningún peso.
  3. Un hematoma subdural ocurre cuando los vasos sanguíneos estallan cerca del cerebro y la sangre se acumula entre el cerebro y su duro revestimiento exterior. Esto casi siempre es producto de un traumatismo o una lesión. Un hematoma epidural es similar, pero ocurre cuando el sangrado se presenta entre el duro revestimiento exterior del cerebro y el cráneo. [21]
    • Los hematomas subdurales y epidurales requieren un tratamiento médico inmediato.
    • Un hematoma subdural crónico se produce cuando la sangre se acumula lento en la cabeza (en un período de días o semanas), en vez de hacerlo inmediatamente después de la lesión. En algunos casos, es posible que no recuerdes la lesión. Esto representa una emergencia médica.
  4. Un hematoma leve a moderado es común después de una lesión y debe comenzar a mejorar después de un día aproximadamente. Sin embargo, si no observas mejoras después de siete días, podría ser una señal de una lesión grave o un problema médico más profundo. Habla con tu médico para que te recomiende un tratamiento. [22]
    • Tu médico podría recomendarte que te acerques a una sala de emergencia o una clínica de urgencias para una revisión.
    • El profesional podría recomendarte medicamentos recetados para mejorar el flujo sanguíneo y tratar el hematoma.
  5. Algunos golpes en la cabeza pueden parecer leves al principio, cuando en realidad son moderados o graves. Algunos síntomas inusuales como las cefaleas, la pérdida de consciencia, la dificultad para respirar, la pérdida de la memoria, la confusión, la debilidad, las náuseas, los vómitos, los cambios en la visión y las convulsiones pueden ocurrir horas e incluso días después del golpe. Trata los síntomas como emergencias médicas y acércate de inmediato a una sala de emergencias. [23]
    • Cuanto antes te acerques a una sala de emergencias, mejor será el pronóstico.
    • El hospital te realizará una tomografía computarizada para decidir si es necesario hacer una cirugía.
  6. Algunas personas pueden presentar reacciones adversas a los medicamentos para el dolor o los fármacos recetados para tratar los hematomas. Si comienzas a experimentar síntomas de una reacción alérgica o efectos secundarios relacionados con el medicamento que tomes, visita a tu médico para asegurarte de que no sea grave. [24]
    • Tu médico podría recetarte otro medicamento para reducir los efectos secundarios.
    • Los síntomas de una reacción alérgica grave son sarpullidos en la piel, urticaria, fiebre, falta de aliento, sibilancia, y ojos llorosos y con comezón.
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Consejos

  • Este artículo solo aplica a hematomas que no son graves y que son producto de lesiones leves del tejido blando. Bajo ninguna circunstancia reemplaza la atención médica profesional.
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Advertencias

  • Busca atención médica inmediata si el dolor del hematoma incrementa repentinamente, experimentas un incremento repentino en la inflamación en la zona afectada, u observas adormecimiento, dolor o falta de color en la extremidad abajo del hematoma.
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