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Dar testimonio o compartir tu fe en Cristo con otras personas, puede parecer muy difícil. Puedes sentirte intimidado ante la idea de tener una conversación de este tipo con otra persona o puedes tener miedo de que la persona te juzgue por tus creencias. Sin embargo, la Biblia dice que Jesús dijo a sus seguidores: “Por tanto id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Esto significa que, si eres un seguidor de Jesús, es importante que compartas su mensaje como parte de tu relación con él.

Método 1
Método 1 de 2:

Dar testimonio en persona

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  1. Si te sientas junto a un desconocido y comienzas a hablarle sobre su alma, las probabilidades de que se alarme y se vaya son muchas. Igualmente, si te acercas a un familiar o a algún amigo cercano y comienzas a hablar sobre tu fe sin llegar a ningún lugar, es probable que se desilusione. En vez de hacerlo así, trata de pasar un tiempo en una conversación normal con la persona. [1]
    • Si vas a hablarle a alguien que no conoces bien, puedes hablarle de cosas superficiales como sobre su familia, sus pasatiempos o su carrera.
    • Si vas a pasar tiempo con alguien a quien ya eres cercano, trata de preguntarle sobre las cosas que sabes que le han estado sucediendo en la vida o retoma algún asunto del cual hayan conversado la última vez que se vieron.
    • Algunas conversaciones pueden nunca ir más allá de este punto, pero está bien. Sin embargo, continúa orando para que Dios te ayude a observar las señales de que una persona está abierta para tener una conversación espiritual. También pídele que te dé la valentía para testificar por él.
  2. El mensaje de Jesús de esperanza, amor y perdón es muy poderoso para alguien que esté pasando por dificultades para encontrar su propósito en la vida. Si vas a hablar con alguien que parece estar profundamente triste, ansioso o atemorizado, aun cuando se vea feliz superficialmente, es probable que esté abierto a escuchar la palabra de Dios. [2]
    • Por ejemplo, puedes escuchar a un amigo decir algo como: “No sé qué es lo que voy a hacer con mi vida, mi carrera no funciona como pensé que lo haría y mis relaciones han sido todas un desastre”. El mensaje de que Dios tiene un plan para su vida puede darle esperanza.
    • También puedes escuchar a alguien decir: “estoy preocupado todo el tiempo y no sé por qué”. En este caso, la persona puede estar abierta al mensaje de Dios de esperanza y paz.
    • Otras conversaciones que pueden terminar en discusiones sobre Dios incluyen los comentarios sobre lo que sucede después de la muerte, la sensación de falta de conexión con el mundo alrededor o inclusive el tema de quién creó la naturaleza o la humanidad.
  3. A veces, puede parecer insensible que cites las escrituras como una respuesta genérica para los problemas de una persona, especialmente si esta se ha abierto de una manera vulnerable y franca hacia ti. Trata de conversar de manera personal y empática, de esta manera le harás sentir el amor de Dios a través de ti. Esto es mucho más efectivo que decir “la Biblia dice que Dios te ama”.
    • Si un amigo o un ser querido se encuentra gravemente deprimido y te preocupa que pueda lastimarse a sí mismo, debes llamar al número de emergencias. Cuando esté fuera de peligro podrás compartirle tu fe como una manera de ayudarle a sanar su dolor interior, pero es muy importante que tengan ayuda profesional en el momento de la crisis. Si vives en los Estados Unidos, llama al 911 o a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-8255. También puedes revisar la lista de números telefónicos internacionales en https://ibpf.org/resource/list-international-suicide-hotlines .
  4. Como con cualquier tipo de conversación, la manera exacta de hacerlo dependerá de lo que ambos estén hablando en ese momento. Trata de dejar que la conversación se desarrolle espontáneamente y ora por dirección, sabiduría y sensibilidad mientras intentas avanzar.
    • En el caso del amigo que se preocupa por su carrera y por sus relaciones fallidas, puedes decir algo como: “Realmente creo que Dios tiene un plan para tu vida. Puede no parecerlo, pero él puede hacer grandes cosas contigo si confías en él”.
    • Si vas a hablarle a un amigo que siempre está preocupado, puedes decir: “mi relación con Dios siempre me ha ayudado a lidiar con el estrés en mi vida, a veces me siento abrumado, pero al orar, recibo mucha paz. ¿Quisieras que comparta mi historia contigo?”
  5. Mientras compartas la historia de la resurrección y de la redención de Jesús, recuerda que debes tratar a la otra persona con el debido respeto. No minimices ni menosprecies sus creencias ni rebajes sus opiniones, aun cuando no estés de acuerdo con ellas. En vez de esto, ábrete a aprender de sus dificultades y de sus experiencias con la firmeza de mantener tu propia fe. [3]
    • Deja que Dios le muestre cuáles son sus comportamientos pecaminosos. Evita juzgar a la persona o criticarla por su manera de vivir, a pesar de que puedas señalar que haya cometido uno u otro pecado durante su vida, como todos los demás.
  6. Infelizmente, algunas personas están predispuestamente cerradas al mensaje de Dios. Pueden haber tenido encuentros dolorosos con personas religiosas en el pasado o pueden simplemente tener una imagen negativa de la iglesia. Si sientes que la persona es hostil hacia el mensaje, cambia de tema con amabilidad. [4]
    • Es mucho más probable que dejes a la persona con una buena impresión si es que manejas la situación con gracia y bondad en vez de tratar de forzarla a escuchar todo lo que tienes que decirle.
    • Si la persona se ve receptiva al mensaje o si demuestra una respuesta neutral, puedes proseguir y compartir tu testimonio.
  7. El mensaje del perdón de Dios es una historia hermosa; sin embargo, una discusión directa sobre el pecado puede resultar muy incómoda. Trata de canalizar el amor de Dios hacia la persona mientras le hablas, mantén el enfoque en la historia de redención y sacrificio. [5]
    • Puedes decir algo como lo siguiente: “Creo que Dios envió a su hijo Jesús a la tierra y que este murió en la cruz para salvarnos de nuestros pecados. Tengo mucha paz procedente de mi relación con Dios y me gustaría compartirla contigo”. Luego, háblale sobre la vida y la muerte de Jesús de acuerdo a lo que has estudiado en las escrituras.
    • También puede ser muy efectivo si compartes tu propia historia de cómo te convertiste en vez de solamente explicar el mensaje de manera abstracta.
    • Evita usar términos demasiado teológicos pues la persona puede no estar familiarizada con estos. Apégate al lenguaje cotidiano y simple.
    • Trata de abordar cada oportunidad de testificar con humildad, paciencia y bondad.

    Consejo: Si eres tímido, puedes tener folletos u otros materiales de lectura a la mano para ayudarte a romper el hielo y a mantener la conversación. Asegúrate de elegir textos basados en la Biblia.

  8. Cuando hayas presentado la historia de Jesús a la otra persona, será la obra del Espíritu Santo y la decisión propia el querer aceptarlo. Si la persona quiere arrepentirse de sus pecados y seguir a Jesús, puedes guiarla en una oración simple. Sin embargo, ten en cuenta que tu intención es apenas ser un instrumento que Dios pueda usar, no lo tomes como algo personal si la persona llega a decirte que no. [6]
    • Si quiere orar, pídele que diga algo como: “Dios mío, sé que no soy perfecto, pero quiero dirigir mi vida hacia Jesús y tener una relación personal con Dios. Gracias por amarme, perdona mis pecados, amén”.
    • Después de que la persona ore, motívala a bautizarse y a comenzar a participar de la iglesia donde se siente más a gusto.
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Método 2
Método 2 de 2:

Dar testimonio a través de la vida

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  1. A pesar de que nadie pueda ser perfecto todo el tiempo, si deseas ser un buen testigo de Cristo, debes tratar de encarnar sus enseñanzas tanto como puedas.
    • Evita los comportamientos pecaminosos como la mentira, el chisme o los celos. De esta manera, cuando tengas la oportunidad de dar testimonio a alguien más, tu comportamiento no negará tu mensaje. Sin embargo, algunas de las cualidades más obvias de una relación con Dios se manifiestan desde el interior, no apenas con acciones. [7]
    • La Biblia dice En Gálatas 5:22-23: Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza”. Si encarnas estas cualidades, serás un testimonio viviente de tu relación con Dios y del poder que esta tiene para influenciar tu vida.
    • El perdón es otro rasgo de las enseñanzas de Cristo. Esfuérzate para perdonar a los que hayan hecho algo malo contigo.
  2. La mejor manera de tener una relación fuerte con Dios es a través de la lectura diaria de la Biblia y de la oración constante. Cuando leas la Biblias, puedes hacerlo desde el inicio hasta el fin, puedes seguir devocionales guiados para leer cortas lecciones además de las escrituras o puedes abrirla en una página al azar para comenzar a leer. Sin importar el abordaje que elijas, ora a Dios para que te dé las palabras que necesitas oír ese día específicamente y pídele que te guíe mientras tratas de compartir su mensaje durante el día. Lee la Biblia y memorízala; ora para tener oportunidades de compartir la palabra de Dios con corazones receptivos. [8]
    • Además de hacerte sentir más cerca de Dios, leer y memorizar la Biblia te ayudará a tener más confianza cuando vayas a dar testimonio a otros y serás capaz de responder sus preguntas desde una perspectiva Bíblica. 1 Pedro 3:15 dice: “Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.
  3. A veces, hablar a otras personas sobre sus creencias espirituales puede parecer extraño o incómodo; puede ser que no te sientas lo suficientemente seguro como para ser un buen testigo o puedes tener miedo de alejar a las personas de Dios, de ser criticado o de perder algún amigo. En algunos lugares inclusive puedes tener miedo de ser perseguido por causa de tu fe. Sin embargo, siempre debes recordar que tu objetivo máximo es invitar a las personas a tener una relación con Jesús para que puedan ir al cielo. [9]
    • La Biblia dice que una relación con Jesús es la única manera de tener vida en el cielo. En Juan 14:6 Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre si no es por mí”.
    • Jesús también ordenó a sus seguidores que les digan a otros sobre él. De acuerdo con la Biblia, las últimas palabras que Jesús dijo antes de ascender fueron: “Y me seréis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
    • En Mateo 28:19-20 Jesús también dijo: “Por tanto id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”.
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