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Dar un discurso de aceptación puede parecer una tarea abrumadora si eres humilde por naturaleza, en especial si has trabajado duro para ganarte los elogios y no has podido repasar tus habilidades para hablar en público. Afortunadamente, con la planificación y ejecución correctas, esta puede ser tu oportunidad para brillar, en vez de ser algo que sufras. Sigue algunas reglas básicas generales durante la etapa de escritura y perfeccionamiento de tu proceso de preparación y conoce los estándares básicos de la etiqueta de la exposición de discursos con anticipación para que tu discurso de aceptación sea lo menos molesto posible, e incluso divertido.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Escribir un buen discurso

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  1. Para cualquier evento que implique hablar en público, la planificación y la preparación son esenciales. Por más que te hayan solicitado que solo dure un minuto, preparar y organizar tus pensamientos con anticipación puede marcar la diferencia entre una reacción poco entusiasta y una animada. “Siempre” debes tomarte un tiempo para desarrollar tu discurso antes de subir al escenario. No confíes en tu carisma natural o tu capacidad de pensar y reaccionar rápido. Al pararte frente a decenas o cientos de rostros expectantes en la audiencia, quizás descubras que tu capacidad de ser encantador y profundo es menos natural de lo que pensabas.
  2. Al igual que los autores talentosos, los buenos escritores de discursos saben cómo adaptar el contenido de sus discursos para satisfacer las necesidades de la audiencia. Las ocasiones más serias o formales con invitados importantes requieren discursos igualmente formales, mientras que los asuntos más tranquilos o triviales pueden requerir un tono menos serio. En caso de duda, es mejor errar por ser formal. Por lo general, es menos embarazoso dar un discurso formal en un evento informal que viceversa.
    • Como regla general, cuanto más pequeña sea la audiencia y más íntimamente conozcas a los miembros, más informal puede ser tu discurso.
  3. A menos que estés seguro de que todos en la audiencia son perfectamente conscientes de tu importancia, lo mejor será que comiences el discurso con unas breves palabras de presentación para que las personas tengan una idea de quién eres. Por lo general, esto implica mencionar tu puesto brevemente, algunos trabajos importantes que hayas hecho y tu conexión con el honor o premio que recibas. Procura que estas observaciones sean breves y humildes. Tu objetivo no es elevarte o alardear, sino presentarte ante las personas que no te conocen. Además, prepárate para omitir algunos de los comentarios si la persona que te recibe en el escenario hace una presentación extensa.
    • Por ejemplo, si recibes el premio de "Empleado del año" en la compañía de tecnología donde trabajas, suponiendo que tu audiencia está compuesta por personas que no te conocen, puedes comenzar con una presentación como esta:
      • "Hola. Gracias por honrarme esta noche. Como acaban de escuchar, mi nombre es Laura Gutiérrez. Me he unido a esta compañía en el año 2009 y, desde entonces, he trabajado en los departamentos de marketing, contenido y análisis en varios roles. A principios de este año, he tenido el honor de colaborar con mi jefe, Marcos Rosales, en un nuevo sistema de procesamiento de datos, motivo por el que estamos aquí hoy".
  4. Todos los discursos deben tener algún tipo de propósito o "punto": De lo contrario, ¿por qué alguien se molestaría en escuchar? Después de presentarte, no pierdas el tiempo yendo directamente al contenido de tu discurso. Procura decirle a la audiencia por qué debería escuchar y qué esperas que sepa de tu discurso desde el principio para darle un sentido de dirección y prepararla para lo que quieres decir.
    • Dado que posiblemente recibas algún tipo de premio u honor, un buen tema para enfocar el discurso es la “gratitud”. Centrar al menos parte de tu discurso en agradecer a quienes te hayan ayudado a llegar hasta allí te permitirá mostrarte como alguien humilde y merecedor de los elogios que recibes, en vez de ser arrogante o vanidoso. También puedes ofrecerle consejos a la audiencia o dar algún tipo de llamado a la acción. Independientemente de lo que escojas, asegúrate de aclarar con pocas palabras el propósito de tu discurso al principio. Por ejemplo, puedes decir algo así como:
      • "Hoy estoy aquí para ofrecer mi más sincero agradecimiento a las decenas de personas sin las cuales esta experiencia no hubiera sido posible. También me gustaría hablar brevemente del papel que ha jugado la idea de "ir un poco más lejos" para distinguir a esta empresa de otras en el campo de la tecnología".
  5. Cuando ofrezcas tus agradecimientos y consejos al público, trata de explicar cuán importante es el honor que recibes. Por ejemplo, puedes mencionar que el premio es importante para ti porque es una señal de que has ganado el respeto de las personas más importantes de tu vida. Esto te permitirá demostrar tu sinceridad y le dará a la audiencia un valor del honor que se te otorga. Esto no se trata simplemente de un trofeo o una placa, sino más bien tiene una importancia simbólica que va más allá de eso.
    • Un buen truco es destacar el hecho de que el honor que recibes, si bien es importante para ti, es menos significativo que el honor de simplemente continuar haciendo lo que amas. Este tipo de reconocimiento te hará lucir como alguien humilde, apasionado y extremadamente merecedor del honor. Por ejemplo, si recibes un premio de logro por décadas de enseñanza como profesor, puedes decir algo así como:
      • “Por mucho que aprecio y agradezco este premio, la mayor recompensa que he recibido es la simple oportunidad de ayudar a generaciones de niños a aprender a pensar críticamente sobre el mundo que los rodea”.
  6. El final de un discurso es una de las partes más difíciles de perfeccionar, pero también es una de las más importantes, porque es la parte que a todos les resultará más fácil de recordar. Procura darle al cierre un toque emocional serio o una motivación para la acción. El objetivo es terminar con una explosión, no con un suspiro. Usa palabras e imágenes que tengan una fuerte resonancia emocional. Para la última oración, termina con un comentario ingenioso o una declaración poderosa de la verdad.
    • Por ejemplo, en el ejemplo del profesor, un buen cierre puede ser:
      • "Al salir de aquí hoy, me gustaría pedirles a los miembros de la audiencia que se tomen un tiempo para pensar en la importancia de educar a los niños de esta generación. Los problemas del mañana requieren personas brillantes que trabajen duro para resolverlos, y la única forma de poder crear a estas personas es actuar como una comunidad para apoyar a nuestras escuelas, a nuestros maestros y a las innumerables personas de las que dependen para continuar sin rendirse".
  7. Esto es fundamental para cualquier discurso de aceptación. En alguna parte del discurso, debes agradecer a las personas que te hayan ayudado a tener éxito por más que, en tu opinión, su ayuda no haya sido tan esencial. Olvidar agradecer amablemente a las personas que contribuyeron a tu logro puede generar sentimientos de dolor y vergüenza hacia ti. Esto se puede evitar con facilidad al dedicar un momento de tu discurso a agradecer personalmente a la mayor cantidad de personas que hayan trabajado contigo o te hayan apoyado. Hazlo cerca del principio o el final del discurso para que las personas puedan recordarlo bien.
    • Al agradecerles a las personas, es una buena idea terminar con algo así como "Y por último, quiero agradecerles a todos los que me han apoyado durante mi trabajo. Hay muchas personas en la lista, pero quiero agradecerles a todos personalmente". Esto te permitirá abarcar a todos, en el caso de que olvides a alguien que haya desempeñado un rol menor en tu éxito.
  8. Si tienes dificultades para escribir tu discurso, recurre a algunos discursos de aceptación famosos para saber cómo (y cómo no ) proceder. La historia moderna está llena de ejemplos de grandes (y terribles) discursos de aceptación que puedes usar como inspiración. Algunos ejemplos notables se enumeran a continuación:
    • Como un ejemplo positivo, evalúa el fenomenal discurso de aceptación de Jimmy Valvano en el premio ESPY de 1993. Solo ocho semanas antes de su muerte prematura por cáncer, el famoso entrenador de baloncesto de la universidad estadounidense pronunció un discurso extremadamente conmovedor ante una multitud extasiada en ovación. [1]
    • Como ejemplo de lo que no se debe hacer, evalúa el discurso de aceptación de Oscar de Hilary Swank por "Boys Don't Cry" en 2000. Swank aceptó agradecida el premio, agradeciendo a quienes la apoyaron, con la gran excepción de su esposo , a quien las cámaras captaron llorando de alegría durante el discurso de Swank. [2]
    • Como un ejemplo excéntrico, evalúa el discurso de aceptación de Oscar de Joe Pesci. Después de subir al escenario en el Oscar de 1991 por su trabajo en "Buenos muchachos", Pesci simplemente dijo "Es un privilegio. Gracias". [3] Pesci fue alabado y ridiculizado por su discurso de cuatro palabras.
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Parte 2
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Perfeccionar tu discurso

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  1. A diferencia de un texto escrito, un discurso oral no se puede "releer". Una vez que digas algo, ya lo habrás dicho, y el discurso continuará, por más que la audiencia lo haya comprendido o no. Para reducir la posibilidad de malentendidos y mantener la atención de la audiencia durante todo el discurso, procura utilizar palabras simples y un lenguaje claro y concreto. Las oraciones o el discurso completo no deben ser más largos de lo necesario, sino lo suficiente como para comunicar los puntos que deseas transmitir. Es mucho más probable que las personas tengan una impresión favorable de un discurso breve y poderoso que de un discurso largo, complicado y sin rumbo.
  2. Para los discursos largos, quizás no sea práctico e incluso imposible memorizar cada palabra del discurso. Sin embargo, incluso en aquellos casos en que tener un resumen o una copia del discurso a mano sea una necesidad virtual, es importante que tengas algunos de los puntos principales que quieras abordar en tu mente antes de comenzar a hablar. Asegúrate de conocer los puntos principales del discurso, su orden y cualquier transición clave o ejemplo que quieras usar.
    • Conocer su discurso de antemano es útil por varias razones. Por ejemplo, además de evitar cierta confusión técnica (por ejemplo, una brisa que se lleve el papel de tu discurso) que pueda arruinar tu discurso, también puede ayudarte a pronunciarlo con más seguridad. Después de todo, si básicamente sabes lo que necesitas decir con anticipación, ¿qué necesidad hay de preocuparte?
  3. Los discursos mediocres no valen nada. Haz que el tuyo sea memorable al convertirlo en algo que solo puedas hacer. Conviértelo en un producto de tu propia personalidad. Dale a la audiencia la posibilidad de recordar no solo el discurso, sino también quién lo pronuncia. Una forma fácil de lograrlo es incluir anécdotas personales breves y memorables en el discurso que sean pertinentes al honor que recibas o los temas relacionados con tu discurso. Inclúyelos como desees, pero no olvides limitarte. Recuerda que los discursos breves y simples son una bendición para la mayoría de las personas en la audiencia.
  4. El humor es aceptable en algunos discursos de aceptación. Un comentario ingenioso es una excelente manera de romper el hielo al comienzo de un discurso, y algunas bromas distribuidas pueden ayudar a mantener la atención de tu audiencia. Sin embargo, mantén la cantidad (y el tipo) de humor que usas bajo control. No utilices demasiado las bromas ni lo hagas de forma constante, ni hagas chistes lascivos, ofensivos o controversiales. A menos que seas un artista profesional, tu audiencia posiblemente espere un discurso agradable y digno, y no algo descarado y lleno de bromas, así que limítate a darles a las personas lo que buscan.
    • Además, no olvides que puede haber personas en la audiencia que hayan estado en la carrera por el honor que recibirás. Debido a esto, no querrás degradar a la organización que te honra o sugerir en tono de broma que has sido una mala elección. Al aceptar el premio, conserva el respeto por ti, por la organización que te honra y por la audiencia.
  5. Al igual que escribir, cantar o actuar, dar un discurso es una forma de arte. Cuanto más practiques, mejores serán tus habilidades. Si bien es imposible imitar la experiencia de ponerse de pie frente a la audiencia y dar un discurso real antes de que realmente tengas que hacerlo, practicar solo o frente a una audiencia más pequeña puede ayudarte a memorizar los puntos clave del discurso y obtener suficiente experiencia para familiarizarte con tus palabras. Además, la práctica también puede ayudarte a detectar problemas con anticipación. Por ejemplo, si hay una parte del discurso a la que tu audiencia de prueba no reacciona tan bien como lo esperado, tómalo como una señal de que debes eliminarla o editarla antes del discurso real.
    • Tómate el tiempo mientras practicas. Quizás te sorprendas al descubrir que tu discurso es más breve o largo de lo esperado. Si tienes dificultades para limitar el discurso, utiliza los resultados de la práctica cronometrada para editarlo según sea necesario.
  6. Si usas una copia escrita de tu discurso o un esquema para llevar un registro, asegúrate de hacer una edición para garantizar la exactitud fáctica y las convenciones apropiadas de gramática, ortografía y fluidez de las oraciones. Uno de los lugares más embarazosos donde puedes descubrir un error en tu discurso es en el escenario mientras lo pronuncias. Por lo tanto, evita esta situación incómoda al revisar minuciosamente el primer borrador al menos una o dos veces antes de dar el discurso.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Dar el discurso con dignidad

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  1. Al esperar tu turno para hablar en el escenario, la relajación pacífica posiblemente sea lo último que tengas en mente. Sin embargo, saber cómo calmar los nervios con anticipación puede hacer que un discurso estresante sea una “brisa” relativa. Lee las siguientes técnicas patentadas para minimizar los problemas causados por los nervios durante un discurso: [4]
    • Latidos cardíacos acelerados. Respira lento y profundo. Concéntrate en alguien en la sala con quien te sientas cómodo, como un amigo o familiar. Comienza a dar el discurso; naturalmente, te relajarás tan pronto como comiences a hablar.
    • Pensamientos acelerados y de pánico. Respira profundo. Mira a la audiencia y busca el humor en sus rostros inexpresivos y en blanco. También puedes imaginar que los miembros de alguna manera no son importantes o son graciosos (por ejemplo, que todos estén en ropa interior, etc.).
    • Resequedad en la boca. Lleva una botella de agua al escenario para beber cuando lo necesites. También puedes masticar chicle antes (no durante) del discurso. Imitar el proceso de comer también puede tener un efecto calmante en las emociones. Además, puede estimular la producción de saliva para evitar la resequedad en la boca.
    • Temblor. Respira lento y profundo. En caso de ser necesario, tensa y relaja lentamente los músculos en la parte temblorosa para trabajar el exceso de energía producto del alto nivel de adrenalina.
    • Sobre todo, relájate . Te has preparado, así que no es necesario que te preocupes por cómo resultará el discurso. Preocuparte solo hará que te resulte más difícil dar un buen discurso que eres perfectamente capaz de dar.
  2. Incluso las personas que no tienen tics o neurosis a menudo desarrollan comportamientos repetitivos extraños cuando sienten presión al estar frente al público. La mejor cura para prácticamente cualquier tipo de tic es relajarte con las técnicas mencionadas. Sin embargo, también puedes hacer una lista mental de los tics comunes de las exposiciones de discursos con anticipación para detectarlos con facilidad si comienzas a experimentarlos durante tu discurso. Algunos de los problemas comunes que debes evitar son:
    • apresurarte o darte prisa en el discurso;
    • murmurar;
    • estar inquieto o jugar con algo en las manos;
    • moverte de un lado a otro;
    • toser o resoplar excesivamente.
  3. Como se ha mencionado, uno de los problemas comunes de los oradores sin experiencia es que suelen apresurarse o murmurar sin querer durante el discurso. La forma en que hables al pronunciar un discurso no debe ser la misma que cuando hables con personas con las que tienes intimidad en un ambiente informal. Habla más despacio y con claridad, y un poco más alto de lo normal. Esto no significa que tengas que detenerte en cada palabra y tomarte largas pausas entre las oraciones, sino que te esfuerces por asegurarte de que las personas que tengan más dificultades para escuchar puedan entenderte.
  4. Al dar un discurso de aceptación, te dirigirás a la audiencia, por lo que es importante mirarla la mayor parte del tiempo, como lo harías con un interlocutor en una conversación de a dos. No hay nada de malo en echarles un vistazo a tus notas o esquema para mantener encaminado el discurso. Sin embargo, no lo hagas por más de algunos segundos. El resto del tiempo, mantén la cabeza en alto y háblale directamente a la audiencia frente a ti.
    • Si puedes recordarlo, lleva la mirada gradualmente de un lado al otro al mirar a la audiencia. Llevar la mirada hacia adelante y hacia atrás hará que los miembros sientan que les hablas individualmente. Si este movimiento te resulta complejo, escoge al azar personas de la audiencia para mirar por algunos segundos a la vez a medida que hablas.
  5. Para alguien que está nervioso por pronunciar un discurso, la audiencia puede parecer una gran entidad aterradora e imponente que debe ser confrontar y apaciguar. De hecho, el público es cualquier cosa menos esto; está conformado por distintas personas, todas con sus propias motivaciones y preocupaciones (¡al igual que tú!). Algunas de las personas en la audiencia pueden ponerse a pensar en sus propios problemas o simplemente soñar despiertas mientras pronuncias tu discurso. Otras pueden estar práctica o literalmente dormidas. Algunas incluso podrían no ser lo suficientemente inteligentes como para comprender tu discurso. Por otro lado, otras personas podrían pensar que tu discurso es interesante o importante. Sin embargo, es probable que pocos lo encuentren tan importante como , así que no te asustes por tu audiencia. Piensa en ella como un conjunto de personas reales e imperfectas, y no como una multitud monolítica sin rostro. Esta es una forma segura de poder relajarte con una mayor facilidad.
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Consejos

  • ¡Nunca olvides mencionar a alguien! Siempre es mejor mencionar grupos o equipos y no hablar de personas individuales que olvidarte de alguien sin querer.
  • Limítate a los chistes limpios y corteses. No te degrades a ti mismo ni a nadie más.
  • Al escribir tu discurso, ten en cuenta a la audiencia. Tu conocimiento de la formalidad y edad del grupo debe dictar tu vocabulario.
  • Si hay más de un orador, asegúrate de limitar tu discurso para que los demás también puedan compartir lo suyo.
  • Sé humilde sin mostrarte indigno. Actuar como si no merecieras el premio puede ser ofensivo para aquellos que te hayan escogido para que lo ganes.
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