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En un masaje de tejido profundo, debes aplicar presión con las manos, los brazos y el peso corporal sobre los músculos de otra persona. Comienza asegurándote de que la persona esté relajada. Puedes usar un masaje de tejido profundo sobre la espalda, los brazos y las piernas, por nombrar algunas zonas. Sin embargo, primero asegúrate de seguir unas cuantas reglas de seguridad.

Método 1
Método 1 de 4:

Relajar a la persona

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  1. Generalmente, las personas no deben estar completamente vestidas para un masaje de tejido profundo y la mayoría de ellas no se sienten cómodas si están completamente expuestas. Por lo tanto, debes cubrir las áreas en las que no trabajes en ese momento para permitir que la persona se sienta más relajada. [1]
    • Generalmente, comenzarás con la persona boca abajo sobre la mesa.
  2. Aplica un poco de aceite en tus manos. No es necesario que uses una gran cantidad de aceite para hacer un masaje profundo. Haz movimientos amplios a lo largo de la espalda de la persona para esparcir el aceite. El calor de los masajes también hará que se derrita. [2]
    • Pregúntale a la persona si tiene alguna alergia a algún aceite en particular.
  3. Pasa tus manos cuidadosamente sobre la piel de la persona. No debes comenzar trabajando con un masaje profundo de tejido, ya que ocasionarás que la persona se tense. Deslizar ligeramente tus manos permite que la persona entre en calor y se relaje, de manera que puedas avanzar hacia el masaje de tejido profundo. [3]
    • Básicamente, usarás toda tu mano para frotar sobre el área en la que harás el masaje de tejido profundo. En ese momento, tan solo aplicarás una presión ligera, justo lo suficiente como para que la persona sienta tus manos.
  4. Usa toda tu mano con los dedos juntos. Si separas los dedos, es más probable que pinches el músculo, lo cual puede ser doloroso. Imagina que esculpes arcilla, ya sea que deslices tus manos sobre la persona o continúes con el masaje de tejido profundo. [4]
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Método 2
Método 2 de 4:

Aplicar presión sobre la espalda

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  1. A medida que te desplaces a través de los primeros movimientos ligeros, sentirás que los músculos comenzarán a calentarse. Cuando eso suceda, puedes usar la palma de tu mano y el peso de tu cuerpo para comenzar a agregar presión a los movimientos. Mueve tu mano a lo largo del músculo que se extienda al lado de la columna vertebral y a lo largo de la espalda. Aplica presión con movimientos lentos y uniformes. [5]
    • No apliques presión sobre ningún hueso o la columna vertebral.
  2. Una vez que los músculos se calienten un poco más, comienza usando las yemas de los dedos. Puedes usar movimientos muy pequeños a los lados o un movimiento ligero de balanceo a lo largo de los músculos manteniendo las yemas de los dedos juntas. Pasa tus manos desde la parte inferior de la espalda hacia el hombro. [6]
  3. Comenzando en el hombro, coloca el antebrazo sobre la parte interna de la espalda. Aplica presión con tu peso corporal y pasa el antebrazo sobre el músculo que se extienda a lo largo de la parte exterior de la columna vertebral. Tu antebrazo debe deslizarse desde la parte superior del cuerpo hacia la espalda en un movimiento fluido. [7]
  4. A medida que el antebrazo alcance el área inferior de la espalda, gira tu brazo lateralmente para que avances justo sobre los glúteos. Toma el brazo hacia la espalda junto con el borde externo y alrededor del hombro. Con la mano hacia el piso, mueve tu brazo hacia el hombro con dirección al pecho a medida que termines. [8]
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Método 3
Método 3 de 4:

Masajear los brazos y las piernas

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  1. Comenzando por encima del tobillo en la parte trasera de la pierna, usa el antebrazo para agregar presión a los movimientos. El antebrazo debe situarse a lo largo de la pierna y debes agregar presión con el peso corporal. Avanza hacia atrás de la pantorrilla y el muslo, y apoya el brazo durante un momento justo debajo de los glúteos. Desliza el brazo haciendo un movimiento fluido alrededor de la cadera. [9]
  2. Coloca las manos en ambos lados de la pantorrilla con los pulgares en el medio, uno detrás del otro. Mientras apliques presión, mueve los pulgares hacia arriba de la pantorrilla permaneciendo en el surco del medio. [10]
    • Los músculos a lo largo de la parte trasera de la pantorrilla son en realidad un solo músculo, el músculo gastrocnemio, pero tiene dos cabezas. Eso significa que hay un surco en medio de él que los pulgares deben seguir.
    • Otra cosa que puedes hacer es usar los nudillos.
  3. Comienza en el codo con la persona recostada boca arriba y mueve el brazo hacia el hombro con la base de la mano. Usa tu peso corporal para aplicar presión. [11]
    • También puedes usar tus nudillos sobre el brazo para aplicar presión. Usa movimientos circulares pequeños.
  4. Con el pulgar a un lado y el resto de tus dedos en el otro lado del antebrazo (dentro o afuera), aplicar presión sobre ambos lados. Mueve la mano arriba del brazo hacia el codo. [12]
    • También puedes usar ambos pulgares sobre la parte superior del antebrazo. Pon los pulgares en una sola línea, no cerca el uno del otro. Pásalos en el medio del antebrazo aplicando presión.
  5. Coloca ambos pulgares uno cerca del otro sobre la parte interna de la muñeca. Muévelos juntos lentamente sobre la muñeca y a lo largo de las líneas de la vida de la mano. Presta atención especial a las áreas musculares, lo cual incluye el área alrededor de la base del pulgar. [13]
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Método 4
Método 4 de 4:

Ser cuidadoso

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  1. Cuando haces un masaje de tejido profundo, especialmente en la espalda, debes ser cuidadoso con la zona que masajees. Golpear la columna vertebral podría ocasionar dolor o incluso daño a la persona, así que debes evitar masajear con fuerza esa área. [14]
  2. Si vas a masajear todo el cuerpo, evita hacerlo sobre la parte frontal del cuello, el abdomen y la parte interna de la parte superior del brazo. Estas áreas son más vulnerables al daño que otras, asi que es recomendable que las evites. [15]
  3. Los masajes de tejido profundo, al igual que la mayoría de las formas de masaje, pueden ocasionar problemas si la persona tiene ciertas condiciones de salud. Por ejemplo, los trastornos de sangrados, las fracturas, la osteoporosis (grave) y la trombosis venosa profunda pueden ocasionar problemas con los masajes.
  4. Cuando hagas masaje profundo en las extremidades, es recomendable que apliques presión a medida que te dirijas hacia el corazón. Por ejemplo, eso significa que avances hacia la parte superior de la pierna en lugar de ir hacia abajo con las técnicas de masaje. [16]
    • Aplicar presión profunda hacia el corazón permitirá que la sangre fluya en esa dirección.
    • El masaje de tejido profundo puede ayudar a reducir la presión arterial. [17]
  5. Un masaje de tejido profundo no debe ser demasiado doloroso. Un poco de dolor está bien, pero si notas que la persona tensa sus músculos o enrosca los dedos de sus pies, es demasiado. Debes adaptar tu método para hacerlo más suave. También puedes preguntarle a la persona si se siente bien.
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