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La gabapentina es un analgésico no opiáceo que a veces se prescribe a los gatos con dolor crónico a causa del cáncer y los tratamientos contra el cáncer. Consulta con un veterinario acerca del medicamento y asegúrate de comprar una versión compuesta del producto, que no es adecuada para los gatos en la forma en que se da a los humanos. Administra el medicamento (en forma líquida o de pastillas) usando una restricción y una recompensa suaves, o mételo en la comida o los bocadillos si es necesario. Monitorea la reacción del gato al medicamento y el nivel de dolor. Si tienes que detener la administración de la gabapentina, disminúyela gradualmente, a lo largo de dos o tres semanas.

Método 1
Método 1 de 4:

Darle al gato gabapentina líquida

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  1. Calcula la dosis apropiada de gabapentina en una jeringa oral. Coloca el medicamento junto al lugar en el que lo vas a administrar. Una encimera o una mesa son buenas opciones, pues te permitirán administrarle el líquido al gato sin tener que agacharte demasiado. [1]
  2. Coloca al gato en el lugar en el que le administrarás la gabapentina. Acarícialo para calmarlo. Si sospechas que va a dar pelea, envuélvelo con una toalla gruesa, lo cual restringirá el movimiento y reducirá la ansiedad del gato. [2]
  3. Coloca al gato frente a ti con la cara mirando en dirección opuesta, con sus cuartos traseros apoyados en ti. Inclina suavemente la cabeza del gato hacia arriba y coloca el extremo de la jeringa en la esquina posterior de su boca. Dispensa el medicamento en el espacio que hay entre la mejilla y las encías del gato. [3]
  4. Recompénsalo inmediatamente acariciándolo y dándole un bocadillo. Si el gato está envuelto en una toalla, desenvuélvelo de inmediato y dale otro bocadillo. Acarícialo y felicítalo para crear asociaciones positivas con el proceso, que ocurrirá frecuentemente. [4]
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Método 2
Método 2 de 4:

Darle al gato gabapentina en pastillas

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  1. Sostenlo contra ti, mirando en la dirección opuesta (envuelto en una toalla para restringir el movimiento, si es necesario). Con una mano, sujeta la cabeza del gato e inclínala hacia arriba. Asegúrate de mantenerlo apoyado contra ti. [5]
  2. Usando la otra mano, agarra una pastilla de gabapentina entre el pulgar y el índice. Usa el dedo medio para abrir la boca del gato lo más suavemente posible e introduce la pastilla. Deslízala por su lengua tan lejos como puedas. [6]
  3. Saca el dedo y cierra la boca del gato suavemente. Mantén cerrada su boca hasta que trague la pastilla. Si no lo hace después de algunas segundos, frota suavemente su garganta (debajo del mentón) para estimular la deglución. [7]
  4. Si no quieres poner los dedos en la boca del gato, pídele al veterinario que te dé un dosificador de pastillas. Este dispositivo (similar a una jeringa) usa una boquilla suave para empujar la pastilla hasta el fondo de la boca del gato y puedes usarlo de la misma manera en que administras un medicamento líquido con una jeringa. Después de insertar una pastilla con el dosificador, cierra suavemente la boca del gato para estimular la deglución de la pastilla. [8]
  5. Compra bocadillos para gatos que sean huecos o lo suficientemente suaves como para moldearlos alrededor de una pastilla. Empieza dándole al gato un bocadillo solo e inmediatamente dale uno con una pastilla adentro. Prepara un tercer bocadillo al mismo tiempo para que el gato coma el segundo rápidamente con el fin de obtener el tercero. [9]
  6. Si el gato se rehúsa a tragar las pastillas enteras, pregúntale al veterinario si cortarlas en pedazos más pequeños es una opción. Usa un cortador de pastillas para dividir uniformemente las pastillas de gabapentina en fragmentos pequeños, los cuales puedas meter más fácilmente en los bocadillos. También puedes meter estos fragmentos en una cantidad pequeña de comida enlatada. [10]
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Método 3
Método 3 de 4:

Monitorear la reacción del gato

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  1. Los efectos secundarios más comunes en los gatos a los que se les administra la gabapentina son la sedación leve y la ataxia (es decir, la pérdida de control de los movimientos corporales). Llama al veterinario si te preocupa que los síntomas del gato sean demasiado graves o peligrosos (por ejemplo, si el gato corre el riesgo de lesionarse). El cáncer del gato, los tratamientos contra el cáncer u otros medicamentos también pueden causar efectos secundarios, los cuales el veterinario podrá evaluar mejor. [11]
    • Por lo general, los efectos secundarios comunes (como la mala coordinación) son temporales y pasarán después de unos días.
  2. Monitorea al gato mientras le administras la gabapentina a fin de evaluar la efectividad del medicamento para tratar el dolor. Si tu mascota experimenta un dolor intenso como resultado del cáncer o el tratamiento contra el cáncer, puede requerir un analgésico más fuerte (por ejemplo, un medicamento opiáceo fuerte como la morfina). Llama al veterinario si el malestar del gato parece no mejorar después de varios días administrándole la gabapentina. [12]
  3. Si decides dejar de darle al gato la gabapentina, hazlo gradualmente en un periodo de dos o tres semanas. Detener el medicamento de manera abrupta puede causar un dolor de rebote o convulsiones, en algunos casos. Si el gato recibe dosis más altas de gabapentina, pregúntale al veterinario si es posible darle una dosis más baja temporalmente para disminuir el medicamento o administrárselo con menos frecuencia (por ejemplo, una vez al día en vez de cada 12 horas). [13]
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Método 4
Método 4 de 4:

Optar por la gabapentina como analgésico

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  1. Si el gato sufre de cáncer, puede experimentar dolor como resultado de la enfermedad y de los tratamientos para esta (por ejemplo, quimioterapia o radiación), lo cual debes decirle al veterinario. El nivel de dolor que experimenta el gato puede variar debido a factores como la edad, la fase de la enfermedad, la ubicación del cáncer y la tolerancia personal al dolor. Aunque evaluar el nivel de comodidad de tu mascota puede ser una tarea difícil, hay muchos indicadores probables de dolor. Por ejemplo: [14]
    • disminución de la energía
    • aislamiento
    • reducción del apetito
    • reacción negativa al contacto
    • aumento de la vocalización (por ejemplo, quejidos o siseos)
  2. Este te dirá si la gabapentina es un buen analgésico para el gato durante el tratamiento contra el cáncer, tomando en cuenta los otros síntomas y los otros medicamentos que pueda tomar. Los veterinarios pueden prescribir este medicamento para tratar el dolor crónico, controlar las convulsiones o calmar los dolores asociados a los nervios. Dile al veterinario si el gato toma antiácidos o narcóticos para el dolor (por ejemplo, morfina o hidrocodona), o si sufre de insuficiencia renal. [15]
    • Sin embargo, una ventaja de la gabapentina es que se puede usar con toda seguridad en combinación con otros analgésicos.
  3. La gabapentina es un medicamento diseñado para aliviar el dolor y controlar las convulsiones en humanos. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) no aprueba su uso en mascotas. Si bien los veterinarios pueden prescribir este medicamento a los gatos, la versión para humanos no es segura porque contiene xilitol, un edulcorante que es tóxico para las mascotas. Asegúrate de comprar una forma compuesta de gabapentina especialmente para gatos (ya sea en forma líquida o de pastillas) antes de administrarla.
    • Nunca administres ninguna forma de gabapentina al gato que el veterinario no haya aprobado ni prescrito.
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