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¿Sueles sentir que mereces algo mejor y que la vida es injusta? ¿Sientes que las personas te tratan mal y te dan por sentado? Es probable que tengas una mentalidad de víctima, la cual consiste en un tipo de pensamiento que hace que sientas infelicidad en la vida y creas que no puedes hacer nada para cambiarlo. [1] La vida no siempre será como deseas, pero esto no quiere decir que seas una víctima. Si modificas tu manera de pensar y de comportarte, podrás dejar de sentirte como una víctima, y empezarás a sentir más seguridad y felicidad en la vida.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Modificar la manera en la que piensas

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  1. Muchos negamos nuestra propia furia y la proyectamos en otros; de este modo, adoptamos de manera inconsciente el papel de víctima. [2] Al proyectar nuestra furia en otras personas, podríamos esperar sin razón alguna que ellas reaccionen con agresividad, cuando en realidad no muestran signos verdaderos de ello. Experimenta tus emociones, en lugar de negarlas, pero no las clasifiques como buenas o malas, ni como correctas o incorrectas.
    • No inventes justificaciones para tu furia. Si lo haces, solo fortalecerás tu sensación de ser la víctima. Puedes sentir furia, pero es más saludable que la olvides y sigas con tu vida, en lugar de inventarle justificaciones o reaccionar a causa de ella. [3]
    • Por lo general, las personas que ahondan en su furia e intentan justificarla distorsionan la realidad que las rodea, para que coincida con sus pensamientos. Por ejemplo, podrías leer de manera incorrecta las expresiones faciales de otras personas para reflejar lo que sientes, y no la realidad de una situación. [4]
  2. Si piensas que tienes derecho a algo o que el mundo te debe algo bueno, te sentirás engañado al no conseguirlo. Esto te causará furia y sentimientos de desamparo (es decir, te sentirás como una víctima). [5]
    • Los psicólogos sugieren no emplear palabras como “justo”, “debería”, “correcto” e “incorrecto”. Estas palabras expresan expectativas, y te sentirás frustrado y como una víctima si estas expectativas no se cumplen. Olvídate de esas expectativas y pensamientos de que tienes derecho a algo. Nadie te debe nada. [6]
    • Un ejemplo que explica cómo ocurre esto podría ser si los padres de tu amigo pagan su educación, mientras tú tienes que pagártela por ti mismo. Tendrás dificultades para pagar el inmenso préstamo estudiantil que hayas solicitado, mientras que tu amigo podrá usar su dinero para viajar o comprar ropa o un auto nuevo; incluso tendrá un departamento mejor que el tuyo. Puedes aceptar tu furia y seguir adelante, en lugar de sentirte engañado, furioso y resentido con él, tus padres y quizás el resto del mundo. Es genial que tu amigo no tenga deudas, pero no es tan genial que tú sí las tengas. No obstante, no es algo correcto o incorrecto, ni justo o injusto. Las cosas simplemente son así. Si aceptas la situación y tus sentimientos, y sigues adelante, sentirás más felicidad y tendrás más éxito en la vida.
  3. Algunos profesionales denominan a estos pensamientos como la “voz crítica interior”. [7] La voz crítica interior abarca a los pensamientos autodestructivos que buscan disminuir tu autoestima. Estos pensamientos provienen de la furia y la tristeza en tu interior, y su objetivo es que seas infeliz. Todos contamos con una voz crítica interior, y muchos la combatimos hablando bien de nosotros; sin embargo, las personas que se creen las víctimas le hacen caso a esta voz.
    • Es difícil identificar y contrarrestar nuestros pensamientos negativos, ya que muchos no estamos conscientes de ellos. Si los identificamos, podremos ser capaces de afrontarlos. Una manera de lograrlo consiste en averiguar qué es lo que hace que pases de un buen estado de ánimo a uno malo. Presta atención a lo que te dices cuando te encuentras en ese estado. [8]
    • Un ejemplo de una voz crítica interior podrían ser las sensaciones de injusticia que te hacen pensar “Esto no es justo”. Asimismo, podrías notar que generalizas los comportamientos de los demás. Por ejemplo, podrías pensar algo como “Nunca me preguntan cómo me va”. También podrías notar que te comparas con otros; por ejemplo, podrías preguntarte algo como “¿Por qué sus calificaciones siempre son mejores que las mías?”. [9] Si notas que estás haciéndolo, tómate un tiempo y pregúntate cuál es la razón.
      • Por ejemplo, si tu voz crítica interior te dice “Nunca escuchan lo que quiero decir”, pregúntate “¿Por qué digo eso?”. No basta con aceptarlo como verdad, ya que es probable que no lo sea. Incluso si fuera verdad, la pregunta más importante debe orientarse a tu interior, así podrás identificar tus emociones negativas y esforzarte de manera activa para resolverlas. Luego de reflexionar por un momento, podrás percatarte de que sientes que nadie te escucha porque crees que no tienes nada interesante que decir, y así podrás actuar según corresponda (por ejemplo, hablar calmado en situaciones sociales, o no hacerlo en lo absoluto).
  4. No eres un espectador inútil en tu vida. Si hay una situación que te hace sentir infeliz o peor y puedes cambiarla, hazlo. Si no puedes cambiarla, adáptate. Modifica la manera en la que la afrontes o modifica tu actitud. [10] [11] Es bastante probable que la situación con la que estés lidiando sea injusta o terrible; sin embargo, no lograrás cambiarla ahondando en ella. Emplea medidas constructivas para contrarrestar la obsesión pasiva de victimizarte. [12]
    • La necesidad de tener una actitud proactiva guarda relación con ello. No puedes evitar algunas situaciones, pero si tienes una actitud proactiva, podrás anticipar y obtener cierto control sobre una situación, en lugar de solo reaccionar a ella cuando surja. Incluso podrías percatarte de que puedes prevenir algunas cosas indeseables. Por ejemplo, si estudias y solicitas la ayuda que necesitas, podrás evitar obtener una mala calificación en un examen.
  5. Si escribes en un diario todos los días, esto no solo será de utilidad para supervisar tus estados de ánimo y tus sentimientos, también servirá para aceptarlos. Nuevamente, no intentes inventar justificaciones para tus sentimientos. Recurre al diario para observar y adaptarte, para aprender a vivir tus sentimientos sin que te controlen. Si estás afrontando una situación que quieres resolver, el diario te permitirá descubrir las maneras en las que podrías lograrlo.
  6. Mientras mayor sea el tiempo que pases haciendo cosas que disfrutes, menor será el tiempo que tengas para obsesionarte con las cosas negativas que hacen que te victimices. Comprométete a participar de manera activa en tu vida, en lugar de observar cómo transcurre con una actitud pasiva e inútil.
    • Toma clases de baile, únete a un equipo deportivo, aprende a tocar un instrumento musical o aprende un idioma.
    • Pasa más tiempo con personas que saquen a relucir lo mejor de ti. Si no conoces a una persona así, únete a algún tipo de club o comunidad (por ejemplo, una comunidad en línea de fanáticos de películas que piensen como tú), y entabla nuevas amistades.
  7. Para poder controlar tus sentimientos y emociones, también debes cuidar tu cuerpo. Podrás aliviar el estrés y volverte seguro si te ejercitas con frecuencia. Si adoptas una dieta saludable, esto será de utilidad para controlar tu estado de ánimo, sin mencionar que podrás entrar en contacto con tus emociones de manera mucho más fácil si no lidias con una alimentación inadecuada debido a una mala dieta.
  8. Te tomará un tiempo desarrollar los hábitos que se requieren para tener el control de tu vida y aprender a dejar de hacerte la víctima. Si notas que estás volviendo a adoptar la mentalidad de víctima y te enfureces, solo harás que te sientas peor. Tan solo respira profundo, perdónate y vuelve a empezar.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Modificar tu manera de comunicarte

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  1. Sé asertivo . Comunícate con las demás personas de una manera que les exprese tus deseos y necesidades, pero que al mismo tiempo respete los suyos.
    • Para ser asertivo, debes emplear frases en primera persona y hechos en lugar de opiniones. También tendrás que hacerte responsable de tus pensamientos y sentimientos; y hacer peticiones directas y claras, en lugar de expresarlas como preguntas a las que las personas puedan responder con un “no”. [13]
      • Por ejemplo, podrías decir algo como “Me he dado cuenta de que sueles dejar los platos en el fregadero, en lugar de colocarlos en el lavaplatos. Cuando regreso del trabajo (o la escuela), me siento ansioso al verlos allí y siento la necesidad de limpiar la cocina antes de preparar mi cena. Elaboremos un horario para lavar los platos que sea adecuado para ambos”.
    • Si nunca antes habías empleado una comunicación asertiva, ten en cuenta que este cambio confundirá a las personas que te conozcan. Podría ser de utilidad explicarles que intentas modificar tu manera de comunicarte. [14]
  2. Los límites claros son una parte necesaria de una actitud asertiva. Su objetivo consiste en brindarte protección y hacer que los demás tengan una idea clara de tu identidad y de lo que no vas a tolerar.
    • Por ejemplo, para fijar un límite con un familiar alcohólico, dile que disfrutas pasar tiempo con él, pero que no te agrada cómo se comporta cuando está ebrio; por ende, si te llama o te visita estando ebrio, le cortarás el teléfono o no dejarás que entre.
  3. . Esto se basa principalmente en el lenguaje corporal . Si vas a comunicarte con alguien, puedes emplear algunos elementos clave para lucir seguro, como una buena postura , el contacto visual y una apariencia tranquila y positiva.
    • Para tener una buena postura al estar parado, debes tener los hombros derechos, hacia atrás y relajados. También debes empujar tu abdomen hacia adentro, tus pies deben estar separados a la altura de la cadera, debes equilibrar tu peso sobre ambos pies, y tus manos deben estar relajadas a los costados y lucir de manera natural. Asimismo, tus rodillas deben estar un poco dobladas (no completamente firmes) y tu cabeza debe estar derecha, no inclinada hacia adelante, atrás o a un costado. [15]
    • El lenguaje corporal asertivo comprende mirar de frente a la persona con la que conversas, sin pararte o sentarte con rigidez; no emplear gestos de desdeño como mirar a otro lado o mover la mano como si rechazaras su respuesta; mantenerte serio pero agradable; y emplear un tono de voz tranquilo y pacífico. [16]
    • Si imitas a la otra persona, esto puede ser de utilidad para lograr que sienta más comodidad y puede establecer un ambiente más propicio para comunicarse. [17]
  4. Mostrar empatía por alguien consiste en comprender sus sentimientos y compartirlos. Si te compadeces de esta persona, lo que harás es sentir lástima y pena por ella. [18] Si expresas y suscitas respuestas compasivas, esto solo funcionará como un refuerzo del pensamiento de víctima. [19]
    • Si quieres recibir compasión o brindarla, lo que haces es recibir o brindar lástima. Es probable que notes que al hablar sobre tus problemas, solo incentivas a las personas a sentir lástima por ti, ya que haces énfasis en lo impotente que eres en la situación. Podrías notar que ellas te brindan soluciones o incluso intentan salvarte. Por lo general, el deseo de salvar a alguien es una muestra de bondad, pero también le expresas a la persona que deseas salvar que consideras que no puede salvarse a sí misma. Esta podría ser una respuesta compasiva a una queja: “En verdad lo siento mucho. ¿Has intentado…?”. [20]
    • Si quieres recibir empatía o brindarla, lo que haces es recibir o brindar apoyo. Si una persona brinda empatía, ella expresa comprensión sin sentir lástima. Si alguien es empático contigo, esta persona compartirá tus emociones, pero considerará que eres capaz de ayudarte a ti mismo. Por ejemplo, esta podría ser una respuesta empática a una queja: “Me imagino lo difícil que debe ser para ti. ¿Qué necesitas ahora?”. [21]
    • Si nos comportamos como una persona desamparada y buscamos compasión, nos hacemos pasar por víctimas y les pedimos a los demás que nos salven. Esto no es justo para nosotros ni para las personas que deseamos que nos salven. Un enfoque empático hace hincapié en el respeto mutuo y la creencia de que nos preocupamos unos por otros, pero podemos cuidarnos nosotros mismos.
  5. Si sientes furia, estrés, ansiedad u otra molestia de alguna forma, tómate un momento para tranquilizarte a través de la respiración. Inhala profundo a través de la nariz, considerando que al hacerlo, hincharás tu estómago, no tu pecho.
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Advertencias

  • Si experimentas una relación familiar abusiva, considera acudir por ayuda. Consulta el artículo “ Cómo lidiar con el abuso emocional ”, para obtener más información sobre el tema.
  • Si experimentas alguna otra situación que haga que tu vida corra peligro, solicita la ayuda de las autoridades pertinentes.
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