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Los pensamientos obsesivos pueden evocar miedos intensos ya que uno siente que no puede escapar de ellos. Los pensamientos recurrentes sobre la muerte pueden evocar miedo, preocupación, inseguridad o insignificancia. Es posible que temas perder a personas que amas, a la muerte en sí misma, a estar herido o sentir dolor, o a situaciones o circunstancias específicas. Independientemente de tus pensamientos, aquellos que son constantes sobre la muerte pueden ser incómodos y es probable que desees que se detengan. Puedes lograr tener bajo control tus pensamientos y controlar tus miedos con eficacia.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Evaluar tus pensamientos

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  1. Si tienes pensamientos obsesivos sobre la muerte y piensas que están copando tu vida, busca ayuda. Si tus pensamientos de muerte coinciden con sentimientos de desesperanza, deseos de morir, pensamientos de suicidio, sentimientos de carga para los demás, aislamiento social o cambios extremos de humor, entonces busca ayuda inmediata. [1] Busca a un amigo o familiar, o si estás en una situación de crisis, llama al servicio de urgencias o a una línea directa de suicidio.
    • Puedes llamar al Servicio de Emergencias o ponerte en contacto con el Departamento de Emergencias del hospital local.
    • Si estás en crisis, llama a la Línea Nacional de Vida para la Prevención del Suicidio dentro de los Estados Unidos al 1-800-273-TALK (8255). Puedes chatear en línea en vivo en http://www.suicidepreventionlifeline.org/ , disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
  2. Si bien es normal tener pensamientos sobre la muerte de uno, pregúntate cómo eso te hace sentir. ¿Los pensamientos hacen que sientas pánico o que te pongas ansioso o deprimido? ¿Te hacen sentir incómodo? Si los pensamientos te mantienen despierto durante la noche o si te provocan angustia durante el día, es posible que estén relacionados con un trastorno de ansiedad.
    • Cuando los pensamientos de muerte llegan a tu conciencia, ¿tu cuerpo reacciona? ¿Tu corazón se acelera o te sientes enfermo y con frío y náuseas? Todo esto puede ser una señal de ansiedad.
  3. Si tus pensamientos de muerte hacen que luego del mismo tengas una conducta que busque aliviar el malestar, eso puede ser una señal de un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Esto puede incluir recitar oraciones o rituales religiosos desencadenados por el miedo, revisar demasiado las cosas (dos o tres veces) como cerrar las puertas o apagar la estufa, contar, tocar o repetir palabras para aliviar la ansiedad o recoger cosas y no tirarlas “por si acaso”. [2]
    • Si tus pensamientos de muerte provocan una conducta compulsiva, visita a un terapeuta y habla sobre tales síntomas. Puede darte un diagnóstico de un trastorno obsesivo-compulsivo.
  4. Algunas veces, los pensamientos de muerte podrían volverse más prevalentes después de una muerte o tragedia. Pregúntate si tus pensamientos son una respuesta a la muerte de alguien que conoces o un resultado de una tragedia, como un desastre natural. Si es así, piensa en lo que esto significa para ti: ¿temes que una situación similar pueda pasarle a tu familia o a ti? ¿Te sientes enojado? ¿Herido? ¿Indignado?
    • Ponte en contacto con las emociones que estos pensamientos provocan. Puedes descubrir un miedo profundamente arraigado que tal vez no hayas reconocido o se puede relacionar con un trauma que sigue sin resolverse.
    • Es normal que te sientas ansioso, deprimido, triste, entumecido o que experimentes un rendimiento inferior después de un evento traumático. Sin embargo, cuando los pensamientos se vuelven excesivos, es momento de buscar ayuda.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Hacer frente a los pensamientos obsesivos

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  1. Si tus pensamientos intrusivos sobre la muerte interrumpen tu funcionamiento normal, trata de volver a enfocar tu mente. Haz algo que disfrutes durante 15 minutos o más, como caminar, escuchar música, leer o jugar un juego. Encuentra una distracción que te ayude a volver a enfocar tu atención lejos de los pensamientos de muerte. [3]
    • Participar en algo que disfrutas puede ayudarte a alejar tu mente y cuerpo de los pensamientos de muerte o de cualquier compulsión que acompañe a tales pensamientos.
  2. No aceptes el pensamiento al pie de la letra, es decir, reconócelo como intrusivo y como que no tiene ningún valor o significado inherente. Di algo así para ti mismo “Esto solo es cosa de mi cerebro y no tengo que prestar atención a este pensamiento”. Al no permitir que el pensamiento evoque una reacción, limitarás el poder que tiene sobre ti. [4]
    • Si bien es difícil controlar tus pensamientos, puedes controlar tus reacciones y respuestas.
  3. Si le temes la muerte, puedes sentirte abrumado con los pensamientos de miedo que rodean a la muerte. Ten en cuenta que no puedes controlar cada resultado, especialmente la muerte, pero que sí puedes enfocarte más en las cosas que están dentro de tu control, como la prevención. Incluso si te sientes fuera de control con las enfermedades en curso, enfócate en formas de hacer frente a los síntomas a largo plazo, como la diabetes o enfermedades crónicas. [5]
    • Si tu familia tiene antecedentes de cáncer o enfermedades cardiacas, eso no significa que vayas a morir debido a esas enfermedades. En vez de preocuparte por tu resultado, enfócate en la prevención. Vive un estilo de vida saludable, participa socialmente, come alimentos nutritivos, haz ejercicio y pon atención a las cosas que están dentro de tu control y que disminuyen tu estrés en general. [6]
    • Si tienes miedo de morir en un accidente de auto, conduce con precaución y utiliza un cinturón de seguridad.
  4. Puedes estar en perfecto estado de salud o tener una condición de salud que limita tu vida. De cualquier forma, sabes que tarde o temprano te llegará la hora de morir. Si bien la muerte nunca es un tema cómodo para conversar, habla de ello con personas que se preocupan por ti. Si sabes que tu momento se acerca, haz arreglos con tus amigos y familiares para ayudar a aliviar el estrés. No tengas miedo de plantear el tema de la muerte ya que puedes llevar alivio para reconocer lo inevitable y así hablarlo con tus seres más cercanos. [7]
    • Piensa en tus relaciones y pregúntate si hay algo que puedes hacer para llevar paz a los que están en tu vida. Aclara las cosas para que así alivies la culpa y puedas sentirte completo en tu vida.
    • Incluso si estás en un perfecto estado de salud, está bien aceptar la mortalidad y hacer planes para el futuro, para tu familia y para tus amigos. Puedes tener algo de alivio al saber que hay un plan que está en orden. Asimismo, vivir tu vida de tal manera que valores cada persona y cada momento puede ser gratificante y agradable.
  5. Para algunos, la realidad de la muerte puede ayudar a dar sentido a la vida. Ayuda a presentar la realidad de que la vida es finita y de que no se debe dar por sentada. [8] Si bien muchas personas asocian los pensamientos de muerte con el miedo, tristeza o culpa, encuentra formas de acercarte a la muerte de manera positiva, como darle significado a tu vida actual.
    • Piensa en las cosas que quieres lograr o experimentar en tu vida. Al darte cuenta de que tu realidad es finita, pregúntate: “¿Por qué la espera y hacer después esas cosas? ¿Por qué no hacerlas ahora?”. Puedes encontrar nuevas formas de disfrutar cada momento.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Conseguir ayuda

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  1. Si sientes que puedes ser una amenaza inmediata para ti mismo o para otras personas, visita el Departamento de Emergencias en tu hospital local. Los terapeutas y trabajadores sociales están capacitados para brindar atención en situaciones de crisis y para ayudarte a reducir la intensidad de tus pensamientos y sentimientos en el momento y así ayudarte a lidiar con sentimientos similares en el futuro.
    • El equipo médico puede recomendarte tratamiento adicional, como acudir a cuidado residencial u obtener terapia.
  2. Si tienes dificultades para controlar los pensamientos por tu cuenta, haz una cita con un terapeuta. Un terapeuta puede ayudarte a superar tus pensamientos obsesivos y así responder a ellos de una forma distinta. Si tiendes a enfocarte en eventos catastróficos o en sentimientos de responsabilidad exagerados, la terapia puede ayudarte a responder a estos pensamientos de una manera saludable y eficaz sin recurrir a una conducta compulsiva. [9]
    • Si hay situaciones específicas en las que piensas o lugares que evitas, la terapia puede ayudarte con la exposición y la respuesta a estas situaciones, como evitar viajar en autos o trenes por miedo a la muerte.
  3. Un grupo de apoyo puede ayudarte a unirte a otras personas que tienen temores o pensamientos obsesivos similares. También puede ofrecerte estímulo, apoyo y amistad y, además, ayudarte con los sentimientos de aislamiento. [10]
    • Pregúntale a tu médico o terapeuta si hay grupos de apoyo locales que tratan los pensamientos obsesivos.
  4. Tener pensamientos obsesivos puede hacerte sentir solo y aislado, como ninguna otra persona entiende. Ten un sólido sistema de apoyo de familiares y amigos para ayudarte a combatir los sentimientos de aislamiento y vulnerabilidad. Permite que un amigo o familiar te aliente a combatir pensamientos obsesivos o a seguir un tratamiento. [11]
    • Si te sientes aislado socialmente, haz nuevos amigos. El voluntariado es una manera excelente de ayudar a tu comunidad y de conocer personas nuevas que comparten intereses similares a ti. Ofrécete como voluntario en un refugio de animales local o en un santuario de animales o con los niños o ancianos. [12]
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