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Puede ser molesto tener una discusión con alguien. Cuando esa persona es un familiar, es normal que te sientas confundido sobre cómo abordar este problema. Tal vez te avergüence admitir que tu familia se pelea. Quizás te sientes triste porque la situación parece no mejorar. Es probable que lo que más quieras sea disminuir las peleas y traer de regreso la armonía y la paz a tu hogar. Aprende algunas pautas básicas sobre cómo dejar de pelear con tu familia.

Método 1
Método 1 de 3:

Lidiar con la rivalidad entre hermanos

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  1. Deja de lado los desacuerdos y muestra tu madurez. Considera qué tan importante es el asunto por el que se están peleando. Si es un asunto serio que en realidad afecta a uno de ustedes, entonces deben sentarse y darse la oportunidad de expresarse. [1]
    • Di algo como “Somos hermanos. No deberíamos estar peleando como perros y gatos. Hablemos de esto por un momento. Tú empieza”. Estar dispuesto a dejarle hablar a la otra persona primero puede ayudarte mucho al mostrarle que quieres resolver el problema.
    • Sin embargo, si no es un problema tan grande, déjalo pasar sin hacer tanto alboroto. Los hermanos discuten de vez en cuando. Eso no quiere decir que no se amen ni que no se preocupe el uno por el otro.
  2. A veces alguien te saca de quicio porque alguno de ustedes dos es irritable o ansioso por naturaleza. Debes estar dispuesto a reconocer cuando estés tenso y a tomarte un momento para tranquilizarte antes de empezar una discusión. En realidad, puede ayudarte a reconocer en qué momento debes hacer una pausa de antemano. Esto puede evitar que digas palabras de las que después te arrepientas. [2]
    • Ve a algún lugar solo por poco tiempo para organizar tus pensamientos y calmarte. Incluso puede ayudarte salir de casa o donde sea que estés y visites a un amigo.
  3. [3] Si algo que haces les molesta, esfuérzate por dejar de hacerlo. Ayúdalos y muéstrales que sinceramente estás esforzándote para que se lleven bien. Es normal y a veces necesario cambiar algún aspecto de ti para llevarte bien con los demás, y tus hermanos no son la excepción.
    • Escoge un momento y lugar para hablar cuando ambos se hayan calmado. Piensa qué tanto estás dispuesto a comprometerte. Sé sincero al compartir tus pensamientos y opiniones (sin ser ofensivo) y debes estar dispuesto a escuchar la opinión de la otra persona.
    • Una vez que lleguen a un acuerdo, cumple tu parte del trato. También puede ser buena idea hablar con tu hermano con frecuencia para ver si se siente satisfecho con el avance que están realizando.
  4. Si bien es tentador echar la culpa y hacer que escuche tu voz, lo más importante es resolver el problema. Piensa en lo que disfrutará de una relación saludable con el hecho de que tu hermano se mude en lugar de tratar de “ganar” una discusión con él. Comprende que cada uno necesita aportar algo a la mesa y trabajar juntos, así que no intentes hacer que el proceso consista en obtener lo que quieres.
    • Discúlpate por lo que has hecho para lastimar a tu hermano. Dile “Lamento lastimarte” o “No me di cuenta de que no ir a tu cumpleaños te molestaría, pero siento haberme perdido esa noche especial”.
  5. Los días festivos, los cumpleaños, los aniversarios, las bodas y los eventos familiares no son momentos para discutir los problemas que tengas con tu hermano. Sacar a colación estos temas creará una atmósfera de negatividad que puede arruinar el evento para todos. Además, los otros familiares que no están involucrados en el asunto no deben escuchar las disputas o verse envueltos en la solución. Por el contrario, enfócate en celebrar el evento con la familia.
    • Si sientes que tus problemas con tu hermano interferirán con tu disfrute del evento, programa un momento para hablar con él al respecto de modo que sepas que tus reclamos se transmitirán, incluso si es en una fecha posterior. Anota lo que quieras discutir de modo que no se quede en tu mente durante la celebración.
    • Recuerda los buenos momentos que creas para ti y tu familia. No querrás recordar este evento con sentimientos negativos.
  6. Es común que los hermanos quieran involucrar a su mamá y a su papá en el desacuerdo para determinar quién tiene la razón y quién no. Es injusto para tus padres y tu hermano. A menos que la pelea se haya vuelto peligrosa, pon en práctica tus habilidades de resolución de problemas sin involucrar a tus padres. [4]
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Método 2
Método 2 de 3:

Resolver una pelea con tus padres

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  1. Si te estás enfadando con uno de tus padres, debes hacer una pausa. Retírate con educación y ve a otro lugar para respirar aire fresco. Respira hondo para estimular la respuesta natural de tu cuerpo de liberar el estrés.
    • Inhala por medio de la nariz contando hasta 4. Mantén la respiración contando hasta 7. Después, exhala por la boca contando hasta 8. Repite esta técnica hasta que empieces a sentirte tranquilo de nuevo. [5]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    "Evita tratar de comunicarte si estás abrumado por muchas emociones, sobre todo por la ira o la ansiedad. Espera a calmarte".

    Liana Georgoulis, PsyD

    Psicóloga licenciada
    La Dr. Liana Georgoulis es una psicóloga clínica licenciada con más de 10 años de experiencia. Actualmente, es directora clínica de Coast Psychological Services en Los Ángeles. Recibió su doctorado en Psicología en la Universidad de Pepperdine en 2009. Su práctica proporciona terapia cognitiva conductual y otras terapias basadas en la evidencia para adolescentes, adultos y parejas.
    Liana Georgoulis, PsyD
    Psicóloga licenciada
  2. Debes ser respetuoso y usar un lenguaje que disminuya las probabilidades de ofender a tus padres y meterte en problemas. Si usas oraciones en segunda persona, podría parecer que quieres discutir. Las oraciones en primera persona te brindan la oportunidad de expresar tus sentimientos y discrepar de tu mamá o papá de forma educada.
    • Puedes decir lo siguiente: “Siento que desconfías de mí cuando me sigues con el auto. Hago todo lo posible por seguir las reglas, pero no sirve de nada si no confías en mí” o “Siento que me presionas demasiado para estudiar en tu alma mater. ¿Puedes darme más tiempo para pensar al respecto?”.
  3. Una de las principales razones por las que peleas con tus padres es porque ninguno de los dos siente que lo escuchan. Si, a estas alturas, ya te has expresado, devuélvele el favor a la otra persona escuchando su punto de vista. No uses nada de sarcasmo cuando te diga algo que no te gusta o con lo que no concuerdas. Sigue estos consejos para escuchar de forma eficaz: [6]
    • Aleja cualquier distracción, tal como los celulares o el televisor.
    • Mírales a tus padres a los ojos y establece un contacto visual con ellos de vez en cuando.
    • Muestra un lenguaje corporal abierto sin cruzar los brazos ni piernas e inclinándote hacia la persona que esté hablando.
    • Espera hasta que esa persona haya terminado de hablar antes de responder.
    • Despeja tus dudas formulando preguntas para asegurarte de comprender el mensaje.
  4. Si eres un adolescente que discute con sus padres, tal vez sientas como si estuvieras en guerra con ellos. Pese a lo difícil que sea tu relación con tus padres y lo poco que se miren a los ojos, te aman y es probable que quieran lo mejor para ti. Aunque te parezca que tienen diferentes puntos de vista, solo quieren lo mejor para ti. [7]
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Método 3
Método 3 de 3:

Recibir ayuda externa

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  1. Si bien la televisión a veces muestra familias ideales que no tienen problemas, no es una representación normal de la vida. Muchas familias normales tienen problemas que involucran el estrés, la falta de comprensión, la frustración, el dolor, la ira y la desconexión. Tener una discusión con un familiar es una parte normal de la vida que puede pasar aun en las familias más estables. Incluso si es normal, igualmente podrías experimentar sentimientos negativos como tristeza, ira, dolor y frustración.
    • Las discusiones que puedan surgir debido al mal trato de alguien hacia un miembro de la familia, debido a un problema no resuelto de mucho tiempo o debido a otras dinámicas familiares.
    • Debido a que aprendes a lidiar con el estrés y el conflicto de tu familia, los comportamientos poco saludables pueden persistir a través de las generaciones. Todos deben trabajar juntos para superar los conflictos y a cambiar las malas estrategias de afrontamiento.
    • Si tu familia tiene problemas con enfermedades mentales, el abuso de sustancias u otros problemas crónicos, considera la posibilidad de ingresar a terapia para hablar con cómo puedes hacer cambios tu cuenta. Si tus familiares están dispuestos, considera la posibilidad de ir juntos a las terapias.
  2. Confiar en una persona ajena al conflicto e imparcial puede ayudarte a lidiar con las peleas con tu familia. Asegúrate de que esta persona te escuche sin ponerse del lado de alguien ni de traicionar tu confianza. Desahógate en ella cuando las cosas vayan mal y deja que te ayude a ordenar tus sentimientos.
    • Hablar con alguien que no esté involucrado en la discusión puede ayudarte a desahogar tus frustraciones. Sin embargo, otra ventaja de confiar en un amigo es observar la situación desde otra perspectiva. Esa persona podría identificar los momentos en que no actúas de forma razonable y aconsejarte cómo hacer las paces cuando una discusión haya llegado demasiado lejos. [8]
  3. Cuando haya un alboroto en la familia, debes cuidar tu salud mental y emocional. Es posible que ni siquiera te des cuenta de lo tenso y estresado que te sientes después de pelear con tu familia, pero tu mente y tu cuerpo de hecho experimentan los efectos. El estrés puede hacerte tomar decisiones apresuradas e incluso enfermarte físicamente. Contrarresta el estrés tratando bien tu mente y cuerpo . [9]
    • Realiza una actividad que te relaje y alivie. Podría ser salir a correr, tomar un baño de burbujas con agua caliente, jugar con tu perro, ver una película con tus amigos o hacerte una manicura o pedicura.
  4. Un profesional capacitado podría encontrar la raíz del problema y ayudarte a ti y a tu familia a resolverlo. Ir juntos a terapia puede ayudarlos a comunicarse y a trabajar en conjunto para establecer soluciones a sus problemas. La terapia familiar generalmente se realiza por un terapeuta matrimonial y familiar licenciado que tenga una capacitación especializada en dinámica de familia, así como la comprensión de cómo afectan las diferentes creencias culturales, espirituales y religiosas a la forma en que las personas abordan los conflictos familiares. [10]
    • La terapia familiar generalmente se realiza en el plazo de un periodo breve y se enfoca en ayudar a la familia a comunicarse más eficientemente. También puede ayudar a identificar y resolver interrupciones en la cohesión familiar.
  5. Aprender mejores maneras de compartir tus pensamientos, sentimientos y opiniones sin lastimar a tus seres queridos es una habilidad que requiere tiempo para desarrollarse. No te molestes cuando las cosas no cambien de la noche a la mañana. Mientras tanto, busca pequeños indicadores de que tú y tu familia están aprendiendo a resolver conflictos de una manera más adecuada.
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Consejos

  • Debes ser justo. No creas que la persona con la que tienes conflictos es la única fuente del problema. Trata de ver la situación desde su punto de vista y no hables mal de ella ni te consideres la víctima.
  • No puedes cambiar a las personas. Deja de esperar que los demás cambien para que puedas ser feliz.
  • No culpes a los demás por cómo te sientes. Todas las personas deciden cómo sentirse. Puedes aprender a sentirte mejor e incluso a sentirte bien incluso en las circunstancias más complicadas.
  • No empieces a propósito ninguna pelea ni lastimes a la persona con la que tienes problemas.
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