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A menudo, las personas asumen que la buena suerte es el resultado de la simple casualidad. No obstante, existen múltiples factores que afectan tu capacidad para tener una buena fortuna. La mayoría de las personas tienen la misma cantidad de oportunidades cada día, pero una mentalidad negativa o derrotista puede impedir ver la buena fortuna que se encuentra alrededor. Puedes aumentar tu buena suerte al salir de tu zona de confort y probar cosas nuevas, así como al cambiar tus patrones de pensamiento derrotista. Por último, busca ayuda externa de tus amigos y otras personas. Al rodearte de gente positiva, podrás ser más abierto a la buena suerte en tu propia vida.

Método 1
Método 1 de 3:

Aumentar tus oportunidades de tener buena suerte

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  1. A menudo, perdemos las oportunidades que se nos presentan. Podemos atribuírselo a la mala suerte, pero podría ser resultado de tu manera de ver el mundo. Por ejemplo, si no te sientes atractivo, podrías perder el hecho de que la mesera que te atiende está coqueteando contigo. Las personas que ven cada experiencia nueva como una oportunidad para tener buena suerte son más propensas a notar las oportunidades. [1]
    • Los estudios demuestran que los golpes de suerte les suceden a todos a lo largo de sus vidas. No obstante, las personas afortunadas son aquellas que aprovechan estas situaciones. Si abordas cada situación en busca de una posible oportunidad, serás más propenso a reconocer la buena suerte. [2]
    • Por ejemplo, supongamos que debes asistir a un evento para el establecimiento de contactos. Si vas con la mentalidad de que es una carga, tendrás menos probabilidades de expandir tus horizontes e interactuar con los demás. Por otro lado, si abordas la situación cn la expectativa de que tendrás buena suerte, podrás hablar, establecer contactos y podrías llegar a impresionar a un empleador potencial. Si quieres encontrar golpes de suerte, necesitas buscarlos. [3]
    • Considera cada experiencia nueva como una oportunidad para tener buena suerte. Por ejemplo, si eres nuevo en una ciudad, considera el paseo a tu perro como una oportunidad para conocer a gente nueva. Si recién comienzas la escuela, considera la sesión de revisión después de una clase como una oportunidad para conocer a tu maestro. Las conexiones que hagas en las situaciones cotidianas pueden llevar la buena suerte a tu vida personal y profesional.
  2. Las personas que son propensas a tener buena suerte experimentan con muchas cosas. Si estás dispuesto a tener experiencias nuevas y aceptas las oportunidades que te llegan, será más probable que tengas buena suerte. Procura recibir las nuevas oportunidades tal como se presentan.
    • Por lo general, la curiosidad y la ansiedad son dos emociones que las personas experimentan cuando se les presenta una nueva oportunidad. Para muchas personas, la ansiedad a la larga triunfa. Si bien puedes sentir mucha curiosidad sobre una nueva oferta de trabajo, podrías terminar enumerando rápidamente mil maneras en que podría salir mal. Incluso podrías convencerte de que no vale la pena postular. [4]
    • Intenta silenciar la voz de la ansiedad cuando se presente una oportunidad nueva. No te preocupes por lo que pueda salir mal en una nueva situación. Por el contrario, piensa en lo siguiente: “Esto podría ser interesante. Le daré una oportunidad”. [5]
    • No todas las oportunidades nuevas que surjan serán afortunadas. No obstante, tus probabilidades de tener buena suerte aumentan cuando te expones a más cosas. Toma como ejemplo a Steve Jobs, un famoso empresario afortunado. Él asistió a un curso de caligrafía después de abandonar la universidad. Más adelante, emplearía ese conocimiento para el diseño de muchos productos de la marca Apple. Si bien una nueva experiencia podría no estar directamente relacionada con tu idea del éxito, abrirte a ellas podría ser beneficioso de maneras inesperadas.
  3. En la actualidad, una red de contactos sólida es vital para el éxito. Si conoces a muchas personas diferentes, puedes llegar a tener buena suerte a la larga. Las investigaciones demuestran que las personas extrovertidas suelen tener un mayor índice de buena suerte. El éxito, en especial el profesional, suele provenir de las redes de contactos. Mientras mayor sea la tuya, más oportunidades tendrás de conseguir un golpe de suerte. [6]
    • Existen muchas formas de conocer a las personas. Puedes unirte a un club de tu ciudad, utilizar sitios web de citas o buscar grupos que se relacionen con tus intereses.
    • También debes tener presencia en Internet. Si aún no tienes alguna cuenta en las redes sociales, créala. Muchas personas desarrollan relaciones con conocidos a través de sitios como Twitter y Facebook. [7]
  4. Muchas personas que se consideran sumamente desafortunadas se ciñen a rutinas estrictas. Si haces lo mismo todos los días o todas las semanas, podrías perderte oportunidades para tener buena suerte. Haz un esfuerzo cada semana para salir un poco de tu rutina.
    • La variedad aumenta tus probabilidades de tener encuentros azarosos, lo que generalmente puede dar lugar a la buena suerte. Por ejemplo, si solo hablas con tus amigos durante una fiesta, perderás la oportunidad de conocer a personas nuevas. Procura dejar un espacio para la variedad en tu vida. [8]
    • Los cambios pequeños, incluso los que no se relacionan con tus metas, pueden alterar tu mentalidad. Por ejemplo, el solo hecho de ir al trabajo en bicicleta en lugar de hacerlo en auto puede hacer que tu mentalidad se acostumbre a la variedad y el cambio. Si sigues haciendo cambios pequeños cada día, podrías abrirte a cosas y oportunidades nuevas. Esto puede aumentar tus probabilidades de tener buena suerte. [9]
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Método 2
Método 2 de 3:

Cambiar tu mentalidad

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  1. A menudo, tu mentalidad puede hacer que te sabotees. Si esperas que las cosas salgan mal o que se repitan ciertos patrones, podrías descartar las oportunidades de manera prematura. Procura ser consciente de tus pensamientos y acepta el hecho de que no puedes predecir la manera en que resultará un evento o una relación.
    • Si te consideras desafortunado, es posible que te sientas incómodo de manera inconsciente cada vez que te encuentras en situaciones positivas. Por ejemplo, si has tenido malas relaciones en el pasado, tener una donde reinen las peleas y la desconfianza es algo normal. Por ende, podrías alejarte de las parejas decentes y amables debido a que solo te sientes a gusto con las personas que no son agradables contigo. [10]
    • Procura ser consciente de las suposiciones que haces en cualquier situación determinada. Por ejemplo, cuando conoces a una persona nueva, ¿asumes que te tratará de una determinada manera? ¿Por qué? Es posible que tengas en la memoria amistades y romances pasados. Cuando empiezas un trabajo nuevo, ¿esperas que salga mal? Si has tenido malas experiencias laborales en el pasado, es posible que esperes de manera inconsciente que esos patrones se repitan. Esto puede llevarte a evitar las buenas oportunidades con a finalidad de repetir los mismos comportamientos negativos. [11]
    • Procura recordar que no puedes predecir el futuro. Al afrontar algo nuevo, haz una pausa y repítete lo siguiente: “Esta es una experiencia nueva y no sé cómo resultará”. Las personas suelen formularse patrones por naturaleza buscando señales en los eventos y sucesos. Recuerda que predecir el resultado de algo es irracional. El hecho es que no sabes cómo resultará un empleo nuevo ni si una amistad nueva será negativa. Todo lo que sabes es que podría ser una nueva oportunidad emocionante y positiva.
  2. Las personas afortunadas suelen ver los eventos de una manera diferente que las que son desafortunadas. Por ejemplo, supongamos que te caes por las escaleras; te duele pero estás bien. Puedes pensar “¡Tengo mala suerte!” o “Tengo suerte de no haberme roto el cuello”. Fomentar una perspectiva positiva puede ayudarte a mantenerte abierto a la buena suerte. [12]
    • Si desarrollas una mentalidad positiva, serás más receptivo con respecto a las cosas buenas que te rodean. Interiorizar las situaciones negativas (como los accidentes mencionados previamente) puede hacer que te consideres como la persona con peor suerte en el mundo. Esto puede distorsionar tu perspectiva, lo que te hará convencerte de que estás condenado a tener mala suerte.
    • Volvamos al ejemplo mencionado anteriormente. Si asumes que eres socialmente torpe y poco atractivo, irás a un bar con la idea de que te ignorarán. Esto puede hacer que ignores el hecho de que la camarera atractiva está coqueteando contigo. No notarás este golpe de suerte debido a que abordaste la situación con una actitud negativa.
    • Por el contrario, aborda una situación social con una actitud positiva. En lugar de pensar “No puedo esperar a ver cómo me comporto de una manera torpe”, piensa “Estoy tan emocionado por tener una oportunidad para relacionarme con personas nuevas”.
  3. La ansiedad tiene un efecto negativo en la percepción. Si te preocupa tu trabajo, escuela o vida social, ese estrés puede impedirte ver lo bueno que te rodea. Adoptar algunas medidas para reducir tu ansiedad puede ayudarte en gran medida a prepararte para la buena suerte. [13]
    • El ejercicio puede reducir considerablemente la ansiedad. Esfuérzate por ser físicamente activo la mayoría de los días de la semana. Da un largo paseo en bicicleta después del trabajo, ve a una escuela comunitaria a nadar antes de tus clases matutinas. Si es la primera vez que realizas una actividad física, comienza con una rutina suave y aumenta el esfuerzo gradualmente. [14]
    • Reduce tu consumo de alcohol y cafeína. Estas sustancias pueden intensificar tu ansiedad. Opta por solo un par de bebidas con cafeína al día y bebe uno o dos tragos de alcohol por la noche. [15]
    • Opta por la meditación, la visualización y el yoga. Todas estas actividades pueden ayudarte a reducir la ansiedad. Puedes encontrar técnicas de meditación guiada y rutinas de yoga en Internet. También debes considerar la posibilidad de inscribirte en una clase de yoga o meditación. [16]
  4. Las personas propensas a tener buena suerte adoptan una mentalidad llevadera. En realidad, esforzarte demasiado puede socavar la buena suerte. Por ejemplo, quizás tengas una tarea que sea mejor hacer a un lado. Procura seguir tu intuición y tu pasión. Esto será más eficaz que esforzarte por ir más allá de los límites razonables. [17]
    • Bríndate algunas horas al día para realizar actividades que no se relacionen con tus metas laborales o personales. Esto te permitirá recargarte y recuperar energías, lo que puede ayudarte a adquirir una mayor perspectiva de las oportunidades que te rodean. [18]
    • Es normal renunciar en ocasiones. Mantenerte en el mismo rumbo cuando las cosas no salgan bien solo bloqueará tu capacidad para ser innovador. Experimentar métodos nuevos pueden darte una mejor suerte. Por ejemplo, supongamos que has tratado de escribir un artículo durante horas, pero la redacción aún parece confusa y repetitiva. En este punto, borra todo y comienza nuevamente. Al principio, te sentirás frustrado, pero podrías descubrir una perspectiva mucho mejor después de alejarte de la tarea en cuestión durante algunos días.
  5. No todo lo que hagas saldrá bien. Aceptar este hecho puede incrementar tu buena suerte. Si no le temes al fracaso, te darás cuenta de que tienes una variedad de oportunidades. Mientras más busques, más probable será que algo resulte bien a la larga. [19]
    • No escuches la voz de la duda cuando surja una oportunidad. Por ejemplo, supongamos que vives en Los Ángeles y eres un guionista incipiente. Un productor querrá conocer tu experiencia y es posible que, después de enviarle tu currículum por escrito, nunca más vuelvas a saber de él, lo que podría generarte la carga emocional del rechazo. No obstante, es posible que lamentes aún más no habérselo enviado.
    • Las investigaciones demuestran que te sentirás más feliz al perseguir objetivos múltiples al mismo tiempo. Si bien muchos de ellos terminarán en fracaso, las personas son más felices al tener variedad en sus vidas. Si aceptas la variedad en tu vida, podrías llegar a ser más feliz, además de aumentar tus probabilidades de tener buena suerte. [20]
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Método 3
Método 3 de 3:

Buscar apoyo

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  1. El positivismo es contagioso. Si te rodeas de personas auténticas y alentadoras, tendrás una mayor autoestima, lo que puede permitirte ser más abierto a las oportunidades que puedan dar lugar a la buena suerte.
    • Busca amigos que le vean el lado bueno a la vida. Haz planes con un compañero de trabajo que siempre tiene cosas buenas que decir. Invita a tomar un café a un amigo que sea conocido por su actitud positiva y alegre.
    • Llama a tus familiares que tiendan a ser más positivos. Si tu hermano tiene una perspectiva sombría de la vida, no lo llames después de tener un mal día. Por el contrario, llama a un familiar que siempre vea el lado positivo de las cosas.
  2. Es muy difícil mantenerte abierto a la buena suerte si te rodeas de gente negativa. Al igual que el positivismo, la negatividad puede ser contagiosa. Si te rodeas de personas que tienen una actitud derrotista, podrías ser incapaz de aceptar oportunidades nuevas.
    • Aprende a desconectarte de la negatividad. Las personas que suelen sufrir de negatividad crónica generalmente no quieren recibir ayuda y solo quieren seguir quejándose. Si un amigo o familiar menciona un problema continuamente, no intentes ofrecerle soluciones, sino dile algo como “Lamento que te sientas así, pero estoy seguro de que lo superarás”. Luego, termina la conversación. [21]
    • Limita tu contacto con las personas demandantes. No es necesario que termines completamente una amistad o relación. No obstante, procura frecuentar menos a esa persona. No llames, envíes mensajes de texto o interactúes con una persona negativa todo el tiempo. Si lo haces, terminarás siendo arrastrado hacia su perspectiva, lo que te hará perder oportunidades de tener buena suerte. [22]
  3. Si crees que tu mala suerte es crónica, quizás tengas una condición psicológica subyacente. Por ejemplo, la depresión suele provocar una perspectiva general negativa de ti mismo. [23] Si te preocupa sufrir de depresión u otra enfermedad mental, consulta con un terapeuta.
    • Para encontrar a un terapeuta, puedes consultar con tu aseguradora. También puedes preguntarle a tu médico de cabecera para que te derive.
    • Si eres estudiante, probablemente tengas derecho a asistir a asesoría gratuita en tu universidad.
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