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Los rasgos diligentes son esenciales si esperas superar los obstáculos, motivarte y alcanzar tus sueños. Ser diligente consiste en trabajar duro con energía, dedicación y celeridad. Algunos de los rasgos más comunes de las personas diligentes son la eficiencia, la perseverancia y una ética laboral sólida. [1] Puedes conseguir estos rasgos si aún no los tienes, para lo cual debes desarrollar y pulir tus propios rasgos diligentes.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Volverte más eficiente

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    Planifica de antemano. Una de las mejores maneras de ser más eficiente, sin importar si estás en la escuela o si trabajas, es planificar de antemano. No solo planifiques lo que sepas que va a ocurrir (lo que evidentemente debes hacer), sino también la carga laboral y el tiempo que necesitas. Reserva un tiempo adicional por si necesitas quedarte hasta tarde en el trabajo o lleva los proyectos a casa para terminarlos durante el fin de semana. [2]
    • Controla tu tiempo de manera sensata. Si te aseguras de terminar las tareas urgentes de manera oportuna cuando no estás sobrecargado, no te atrasarás cuando algo nuevo surja.
    • Prepara los implementos y los planes de antemano en la medida de lo posible. Si te encargas de los preparativos la noche anterior en lugar de la mañana, estarás mucho más listo para lo que sepas que debes hacer y todo lo que surja en el día. [3]
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    Elabora listas de cosas por hacer. Cuando participas en un proyecto, podrías olvidar las otras responsabilidades u obligaciones del día. Esto podría ser tan simple como olvidarte de responder un correo electrónico, o tan grave como no cumplir con un plazo importante. La mejor manera de mantenerte al día con tu carga laboral, sin importar tu profesión o área de estudio, es elaborar listas, actualizar el progreso y tachar las tareas a medida que las completes. [4]
    • Elabora listas separadas con código de color usando papeles o tintas de colores diferentes en cada una. Coloca el día, la semana y el mes como título: “Terminar hoy”, “Terminar esta semana” y “Completar para fin de mes”.
    • Combina partes de tus metas para lograr la eficiencia. Por ejemplo, en lugar de escribir “Conseguir implementos para el proyecto X”, “Conseguir implementos para el proyecto Y” y “Conseguir implementos para el proyecto Z”, podrías escribir “Conseguir implementos para los proyectos X, Y y Z”.
    • Limita la lista a 3 elementos. Muchas personas exitosas limitan las listas de cosas por hacer a fin de garantizar que no traten de hacer demasiado ni se abrumen. Considera limitar la lista a un máximo de tres elementos.
    • Dales prioridad a las tareas importantes. Las tareas más extensas o difíciles podrían requerir más tiempo para terminarlas, pero te sentirás mejor contigo mismo por completarlas. Por ejemplo, en lugar de agregar “Registrar el nombre de dominio”, podrías colocar “Desarrollar una nueva página web”.
    • Escribe la lista de cosas por hacer la noche anterior. De esta forma, puedes empezar el día sabiendo qué debes hacer, cómo y cuándo.
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    Delega el trabajo y comparte tareas. Dependiendo de la descripción de tu trabajo, tu tipo de personalidad y los trabajadores disponibles con trabajos complementarios, podrías trabajar con otras personas. Quizás pienses que es más sencillo hacerlo todo por tu cuenta, pero haz que los demás participen. Algunos trabajos requieren que trabajes solo, pero con frecuencia debes estar dispuesto a delegar algunas responsabilidades a otras personas. Podrías pensar que esto te vuelve un trabajador imprescindible, pero según la situación, en realidad podría ser contraproducente y distraerte. [5]
    • Quizás sientas la tentación de hacer todo por tu cuenta, pero esto puede hacerte perder mucho tiempo y el de la compañía cuando otros podrían hacer su parte.
    • Si les enseñas a tus subordinados y compañeros de trabajo cómo compartir algunas de las tareas que realizas cada día y que tardan más, esto puede darte más tiempo para centrarte en los desafíos más grandes.
    • No dediques este nuevo tiempo libre a navegar en internet o tomar descansos más largos para tomar café. En lugar de ello, administra tu tiempo planificando de antemano y centrándote en las tareas semanales y mensuales que debes completar.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Desarrollar perseverancia

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    Desarrolla metas medibles y específicas. Los investigadores descubrieron que algunos de los hombres y las mujeres más realizados en el mundo tienen un rasgo en común: determinación. En este caso, la determinación se define como una pasión inquebrantable por las metas a largo plazo, así como la capacidad de permanecer comprometidos con dichas metas a pesar del fracaso y la adversidad a lo largo del camino. La mejor manera de sentar las bases para el éxito es crear metas con el método SMART . Estas metas son específicas, medibles, orientadas a las acciones, realistas y tienen un límite de tiempo.
    • Sé específico creando el punto final de la meta. Reflexiona sobre lo que esperas lograr al final.
    • Haz que la meta sea medible. Ten en cuenta cómo sabrás cuándo la has alcanzado, y cómo medirás el éxito progresivo a lo largo del camino.
    • Crea pasos para cumplir las metas que estén orientados a las acciones. Tu meta debe tener una estrategia bien definida para alcanzarla, ya sea a través del progreso semanal o de esfuerzos diarios.
    • Considera si tu meta es realista. No te fijes expectativas realistas, pero asegúrate de que la meta te motive a esforzarte.
    • Dale un marco de tiempo. Debes fijar un punto final que te desafíe, pero que puedas alcanzar, así como plazos intermitentes para los logros menores en el trayecto.
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    Visualiza el éxito. Los expertos coinciden en que las técnicas de visualización son una manera eficaz de realizar un cambio positivo en la vida. Esto no funciona como la magia, pero visualizar el éxito puede darte la seguridad y la motivación necesarias para hacer realidad tus sueños. [6]
    • Imagina que solucionas tus problemas, tu presentación va bien o consigues un ascenso. Sin importar lo que quieras, imagina que ya está ocurriendo.
    • Usa la imagen que has visualizado una y otra vez. Siempre que sientas ganas de rendirte, retoma esta imagen y deja que te motive incluso más.
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    Resiste la necesidad de postergar. Si postergas, esto eliminará con rapidez tu voluntad por perseverar. Si empiezas a hacerlo, puedes sentir con rapidez que dedicas todo tu tiempo a ponerte al día hasta el punto en el que debes estar. [7]
    • Adopta medidas cuando notes que tienes dificultades para mantenerte motivado. Este es el momento en el que más motivación necesitas.
    • Considera cuánto estrés adicional experimentarás si postergas el trabajo que debes terminar.
    • Recuerda que postergar no reducirá la carga laboral y no te hará ganar más tiempo. Esto solo hará que tengas más dificultades para administrar tu tiempo.
    • Haz un calendario y fíjate plazos límite. Esto podría ayudarte a ceñirte a un cronograma y no postergar el trabajo importante.
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    Siéntete satisfecho por tu esfuerzo. Para muchas personas, la perseverancia es sinónimo de dolor y sufrimiento. Esta se considera como una lucha ardua y difícil, cuyo final por lo general no se puede prever. La clave para mantenerte motivado es sentir satisfacción por tus esfuerzos, incluso cuando no parecen rendir frutos. [8]
    • Trata de reformular tus pensamientos sobre el trabajo y el esfuerzo. Considéralo como una oportunidad para aumentar tu seguridad y mejorar.
    • Henry Ford sentía mucha satisfacción por sus esfuerzos, incluso cuando no rendían frutos. Lo mismo ocurre con muchas personas que se ciñen a un régimen de ejercicios riguroso, incluso cuando no bajan de peso.
    • Incluso si no ves resultados en este momento, mejorarás tu conjunto de habilidades, ampliarás tus fortalezas y conocimiento, y progresarás en el camino a tus metas.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Desarrollar hábitos laborales sólidos

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  1. Sin importar si eres un estudiante o si trabajas, ser puntual es importante para alcanzar el éxito. Las tardanzas pueden hacer que faltes a las reuniones importantes, te excluyan de las decisiones importantes y que quizás pierdas tu trabajo o desapruebes una clase. [9]
    • No te desvíes con distracciones cuando te prepares para ir al trabajo o la escuela. Desarrolla una rutina y cíñete a ella, y no te desvíes de tu camino al trabajo o la escuela, salvo que haya una emergencia.
    • Calcula la distancia que vas a recorrer para llegar al trabajo o la escuela en un día promedio, con y sin tráfico. Una manera de lograrlo es usando un servicio de mapas en línea (como Google Maps) para determinar cuánto tiempo toma viajar sin tráfico y con tráfico abundante.
    • Planea salir con tiempo suficiente teniendo en cuenta el tráfico. Si tardas 25 minutos viajando sin tráfico, y de 35 a 40 minutos con tráfico, sal de 45 a 50 minutos antes.
    • Lo peor que sucederá si sales muy temprano es que llegarás temprano y tendrás tiempo para tomarte un café. No obstante, si sales muy tarde, esto podría costarte el trabajo.
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    Elimina o reduce las distracciones. Todos los días afrontarás innumerables decisiones, pero una de las opciones que podría ser la más difícil para algunas personas es elegir entre el trabajo diligente y las distracciones a corto plazo divertidas. Si bien las distracciones con moderación son buenas para relajar y “desconectar” el cerebro, debes restringirlas para las noches y los fines de semana, de modo que tu productividad laboral no se vea afectada. [10]
    • Piensa cuánto tiempo desperdicias en un día determinado revisando las redes sociales, como Facebook y Twitter. Dedicar 10 minutos a revisar Facebook cada hora en un día laboral de 8 horas hará que desperdicies hasta 80 minutos en internet.
    • Las distracciones no se detienen con las redes sociales. Es probable que pases mucho tiempo respondiendo mensajes de texto, revisando tu correo electrónico personal y leyendo artículos en tu teléfono o computadora.
    • No hay nada de malo en usar páginas como las redes sociales con moderación, pero si esto afecta tu productividad laboral, podrías tener que reducir su uso.
    • Apaga tu teléfono (incluida la función de vibración), de modo que no recibas ninguna nueva notificación. Luego oblígate a resistir la necesidad de revisar las redes sociales, tu correo electrónico o los mensajes de texto hasta la hora del almuerzo. [11]
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    Sé más profesional. El profesionalismo puede significar cosas diferentes para cada persona. Sin embargo, tu versión del profesionalismo debe darles prioridad a las necesidades de tus empleados y tus responsabilidades profesionales, por encima de tus intereses personales. [12]
    • Ignora las cosas pequeñas del trabajo que te alteren. No vale la pena enfurecerte por estas riñas pequeñas, y si reaccionas con furia, esto dará una mala imagen tuya como empleado. [13]
    • Sé más disciplinado y mantente motivado . Cuando eras un niño, tenías a tus padres para recordarte que retomaras el trabajo, pero ya no tendrás estos recordatorios cuando seas un adulto.
    • Ignora los chismes que circulen en tu centro laboral. Si participas en ellos o tratas de escucharlos, esto solo te distraerá, te frustrará y hará que te resientas con tus compañeros o los juzgues.
    • Sé amable y respetuoso con todas las personas con las que trabajes. No tienen que agradarte todos, pero debes emplear la misma cortesía básica con todos por el bien de la compañía.
    • Tu actitud personal debe ser profesional y apropiada, y debe contribuir con un entorno laboral saludable.
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    Desarrolla una rutina saludable para las mañanas. Puede parecerte extraño pensar que la rutina de las mañanas en casa guarda relación con tu productividad laboral, pero ambas van de la mano. La forma en la que trates tu cuerpo y mente por la mañana antes de ir al trabajo establece el ritmo para todo el día, y puede sabotear tus esfuerzos o alistarte para el éxito. [14]
    • La rutina de las mañanas también puede motivarte, ya que aprenderás a reconocer que es el momento de cambiar el ritmo y ser productivo.
    • Establece algún tipo de señal mental que indique que es el momento de empezar el día. Podría ser una meditación matutina, una sesión de ejercicios o tan solo tomar un vaso con agua fría.
    • Haz algunos ejercicios ligeros por la mañana. Si no tienes tiempo para ir al gimnasio o correr 5 km (3 millas), puedes hacer algo sencillo como pasear a tu perro por la manzana en lugar de dejarlo suelto en el patio.
    • Sal de casa cada mañana con un estado de ánimo lo más tranquilo posible. Escucha música relajante mientras conduzcas, si puedes hacerlo sin distraerte.
    • Dedica un momento a respirar de forma profunda y consciente antes de caminar del auto o la parada del autobús a tu centro de trabajo, a fin de desestresarte luego del viaje.
    • Respira profundo y lento por las fosas nasales, en dirección al abdomen inferior, y vuelve a expulsar el aire. Céntrate en la sensación del aire pasando por las fosas nasales y el vientre elevándose y descendiendo, para eliminar parte del estrés y la ansiedad. [15]
  5. Tal como la rutina de las mañanas fija el ritmo para el resto del día, la rutina nocturna podría sentar las bases para la mañana. Si te vas a dormir estresado, no duermes lo suficiente o pasas demasiado tiempo frente a la televisión por la noche, esto puede afectar lo revitalizado que estés por la mañana. En general, la mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño cada noche, pero algunos podrían requerir 10 u 11. [16]
    • En lugar de mirar una maratón de tus programas de televisión favoritos por la noche, apaga la televisión y haz algo relajante antes de irte a la cama, como meditar o leer. [17]
    • No uses dispositivos electrónicos por la noche o por lo menos déjalos fuera de tu vista. El brillo de la pantalla de tu teléfono, tableta o computadora puede perturbar la producción de melatonina natural del cuerpo, lo que te causará dificultades para dormir. [18]
    • Dedica un tiempo a hacer las cosas que disfrutes en casa y en los fines de semana. Te sentirás más relajado, rejuvenecido y más realizado. [19]
    • También consume una dieta equilibrada y saludable. Comer comida chatarra en exceso, tomar demasiada cafeína o beber demasiado alcohol por la noche puede afectar tu salud mental y física, y podría evitar que tengas una noche de sueño reparador.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Comunicarte con eficacia

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    Tómate un momento para calmarte . Es difícil comunicarse con eficacia cuando estás alterado o estresado. Podrías tener dificultades para expresarte o quizás reacciones a algo de forma exagerada. Antes de conversar con alguien, dedica un momento a verificar cómo te sientes. Si te sientes alterado o estresado, tómate un momento para calmarte antes de tener una conversación. [20]
  2. También es importante que te mantengas enfocado y escuches cuando converses con alguien. Si estás mirando tu teléfono, pensando en algo más o preocupado con lo que vas a decir a continuación, podrías perderte puntos importantes que exprese la otra persona y tener que pedirle que repita lo que ha dicho. Esto puede hacer que pierda tiempo y se frustre. [21]
    • Antes de iniciar una conversación, guarda tu teléfono, centra la mirada en la otra persona y presta atención a lo que diga.
    • Si te confundes con algo que diga, puedes hacerle una pregunta. Por ejemplo, puedes decirle algo como “¿Puedes explicarme a qué te referías cuando me dijiste ___?”.
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    Mejora tu lenguaje corporal . La postura corporal y las expresiones faciales también pueden afectar la cantidad de información que retengas. Muestra el nivel de atención que le estás brindando. Puedes hacerlo de la siguiente manera: [22]
    • Entabla contacto visual.
    • Asiente con la cabeza y responde con las expresiones faciales apropiadas.
    • Mira en su dirección e inclínate un poco hacia él.
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    Sé más asertivo . El lenguaje asertivo es importante para la comunicación eficaz. Si usas una comunicación pasiva en lugar de una directa, corres el riesgo de que te malentiendan o no te escuchen. Si expresas tus pensamientos y sentimientos con un lenguaje directo y claro, podrás explicar tus puntos de vista con más facilidad. [23]
    • Para ser asertivo, no tienes que ser agresivo o cruel. El objetivo es que los demás te escuchen y te entiendan.
    • Ten en cuenta que tu opinión es tan importante como la de los demás. No dudes en expresarte si tienes una idea.
    • Debes estar dispuesto a decir “no” si te sientes abrumado o si no quieres hacer algo que alguien te pide.
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    Usa un lenguaje simple. Otra manera de garantizar que te comuniques con eficacia es usar un lenguaje sencillo en lugar de uno complejo. Antes de hablar, piensa en la manera más simple de expresarte. Ten en cuenta al público y considera qué les ayudaría a entender el punto que quieres explicar. [24]
    • Podrías tener que buscar maneras de comunicarte sin jergas o lenguaje técnico si la otra persona podría no entenderlos. Asimismo, podrías tener que darle ejemplos, hacer comparaciones o repetir ideas clave.
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Consejos

  • Ten fe en tus habilidades y mantente enfocado en tus metas a corto y largo plazo.
  • Consigue ayuda para completar una tarea importante si lo necesitas. Asegúrate de hacer bien todas las tareas y terminarlas a tiempo.
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Advertencias

  • No juzgues a los demás ni a ti con demasiada firmeza. Sé amable contigo y los demás, y celebra tus logros.
  • No te abrumes con la perfección. Haz tu mejor esfuerzo y da todo de ti, pero reconoce que a veces las cosas no serán perfectas la primera vez. No vale la pena atormentarte por las imperfecciones menores cuando has logrado mucho.
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