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Hay muchas cosas que puedes hacer para mantener a un loro cuáquero saludable y feliz. Algo fundamental que puedes hacer es estar atento a los signos de enfermedad del ave. Esta medida te permitirá tratar la enfermedad antes de que se vuelva grave o potencialmente letal. Para hacerlo, tendrás que conocer los signos a los que debes prestar atención y fijarte con frecuencia si tu mascota los presenta. Con un poco de cuidado y esfuerzo, podrás detectar cualquier signo de enfermedad y hacer que el ave reciba la atención y el tratamiento veterinario adecuados lo antes posible.

Método 1
Método 1 de 3:

Identificar los signos de enfermedad

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  1. Para detectar una enfermedad antes de que se vuelva grave, debe estar atento a los síntomas de las enfermedades comunes de los loros cuáqueros. Una de las afecciones comunes de estas aves es la enfermedad del hígado graso. Los siguientes son algunos de los síntomas de este trastorno: [1]
    • Obesidad. La obesidad a causa del consumo excesivo de semillas puede conducir a la enfermedad del hígado graso. Pesa al ave con frecuencia para saber si ha subido de peso. [2]
    • Diarrea. Se produce junto con la enfermedad del hígado graso, pues el sistema digestivo no funciona correctamente. Para identificar la diarrea, fíjate si hay excrementos líquidos en la jaula del ave. Toma en cuenta que la diarrea puede ser un signo de algo más y no significa que el ave tenga la enfermedad del hígado graso.
    • Crecimiento anormal del pico. Si el ave padece la enfermedad del hígado graso, el pico le crecerá de forma rápida e irregular. Observa su pico con frecuencia para detectar cualquier crecimiento anormal.
    • Moretones en el pico o en las uñas de las patas. Aparecen como manchas negras en el pico y en las uñas de las patas, por lo que suelen detectarse al manipular al ave.
  2. Es bastante común que los loros cuáqueros adquieran un trastorno físico y mental que haga que se arranquen las plumas de forma excesiva. Aunque es algo común que las aves se acicalen las plumas y se arranquen las que estén rotas o dañadas, arrancárselas en exceso es un signo de una enfermedad obsesivo compulsiva, de parásitos o de otro problema de salud.
    • Observa al ave para ver si se arranca muchas plumas. También puedes detectar áreas calvas en el ave o una cantidad excesiva de plumas en la base de su jaula.
  3. También hay una serie de síntomas físicos que pueden indicar algún tipo de enfermedad. Se trata de signos generales de enfermedades que deben hacer que lleves al ave al veterinario para que pueda determinar la causa. Los siguientes son algunos de los síntomas de enfermedades que debes tomar en serio: [3]
    • Secreción en los ojos o en las fosas nasales. Puede indicar problemas en los senos nasales o en el sistema respiratorio del ave. Busca áreas húmedas debajo de los ojos y las fosas nasales del ave.
    • Dificultad para respirar. Puede ser un síntoma de problemas respiratorios. Escucha la respiración del ave con frecuencia para poder identificar si ha cambiado.
    • Plumas erizadas. Sugiere que el ave está aletargada y es incapaz de cuidar de sí misma. Mira sus plumas con frecuencia y observa al ave para asegurarte de que se asee a sí misma.
    • Temblor. Puede producirse porque el ave tiene fiebre o está en estado de choque por una enfermedad. El temblor suele ser muy evidente, pues el ave se agitará sin control.
    • Color anormal de los ojos. Puede indicar una enfermedad ocular. Haz que un veterinario examine sus ojos para ver si hay signos de cataratas o una infección ocular.
    • Caer de las perchas. Los problemas de los senos nasales o de otros sistemas corporales del ave pueden hacer que pierda el equilibrio.
    • Problemas digestivos. Fíjate en los cambios en los excrementos y en el apetito del ave. Los problemas digestivos pueden indicar una gran variedad de enfermedades.
  4. Además de los síntomas físicos de la enfermedad, el ave puede mostrar signos de algún trastorno a través de los cambios de conducta. Para detectar estos síntomas, es necesario que pases tiempo con el ave frecuentemente para que puedas saber cuándo cambia su personalidad. Los siguientes son algunos de los cambios que pueden indicar la presencia de una enfermedad: [4]
    • Inactividad. Si el ave titubea a la hora de moverse, puede significar que tiene dolor o que no tiene energía.
    • Agresión. Puede ser consecuencia del dolor o la incomodidad.
    • Cambio en la respuesta a la comida o a los juguetes. El ave puede cambiar muchas de sus conductas si se siente mal o tiene dolor.
    • Cambio en las actividades diarias. Si el ave está enferma, el movimiento y las motivaciones pueden sufrir modificaciones.
    • Aumento o disminución del consumo de comida o agua. Los problemas en la digestión y los órganos del ave pueden modificar su consumo de comida y agua.
  5. Si sabes qué es lo que debes observar con el fin de saber si tiene una enfermedad, entonces debes prestar atención a los síntomas con frecuencia. Evalúa la salud del ave a diario pasando tiempo con ella para valorar su estado de ánimo y observar su condición física. Observa detenidamente las plumas, las alas, los ojos, el pico y las patas.
    • Revisar el cuerpo del ave con frecuencia te ayudará a detectar los cambios en su salud, ya que tendrás un punto de referencia para empezar.
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Método 2
Método 2 de 3:

Tratar las enfermedades

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  1. Si detectas algún signo de enfermedad en el ave, debes hacer que la examine un veterinario. Tan pronto como notes un problema, llama al veterinario y haz una cita para llevar al ave de inmediato. [5]
    • Si tienes dudas en cuanto a si debes llevar al ave al veterinario, llama a su consultorio. Dile al empleado del consultorio los síntomas del ave para que te diga qué medidas debes tomar.
    • Si la clínica veterinaria habitual no está abierta en el momento en el que decidas que el ave necesita atención, llévala a la clínica veterinaria de emergencias más cercana.
  2. El tratamiento puede variar en gran medida dependiendo de la enfermedad del ave. Asegúrate de completar todos los ciclos de los medicamentos prescritos. Presta también mucha atención a las instrucciones del veterinario en cuanto a la alimentación, el hogar, la cuarentena y en general a cualquier otra indicación sobre el cuidado del ave. [6]
    • En el caso de la enfermedad del hígado graso, una afección común en los loros cuáqueros, es probable que el veterinario te sugiera que cambies la dieta del ave para disminuir la cantidad de grasa que ingiere y que aumentes la cantidad de agua que consume hasta que los niveles de hidratación se normalicen.
    • Mientras el loro cuáquero esté en el consultorio, el veterinario puede administrarle líquidos y medicamentos por vía intravenosa.
  3. Si deseas que el ave se recupere de la enfermedad, tendrás que brindarle una atención continua para promover su curación. Esta medida puede incluir tenerla en un entorno poco estresante, mantener la jaula limpia y asegurarte de que se mantenga caliente y cómoda. Una atención adecuada como esta puede contribuir a que la enfermedad se cure y a que no vuelva a producirse.
    • Al cuidar de un loro cuáquero que está en recuperación, también debes asegurarte de que se alimente bien . Una nutrición adecuada puede contribuir en gran medida a que el ave se cure.
    • No pierdas de vista la salud del ave, asegúrate de que se recupere y ponte en contacto con el veterinario si los síntomas vuelven a aparecer, aumentan o no cambian.
  4. En algunos casos de las enfermedades, como cuando el ave se arranca las plumas, hay una serie de cambios en el estilo de vida que pueden mejorar el estado del ave. Medidas como aumentar la cantidad de humedad alrededor del ave, suprimir el aburrimiento y cambiar la dieta pueden representar una gran diferencia para las aves a las que se les ha diagnosticado un trastorno mental.
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Método 3
Método 3 de 3:

Prevenir la enfermedad

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  1. Una de las mejores maneras de mantener al ave saludable es tener su casa limpia. Debes hacer una limpieza básica todos los días y una limpieza profunda al menos una vez al mes. Limpiar la jaula de un ave con frecuencia y de forma exhaustiva eliminará las bacterias y los virus que puedan dañar su salud. [7]
    • Debes realizar una limpieza básica todos los días. Esto incluye la limpieza del plato de agua, los platos de comida y el forro de la base de la jaula del loro cuáquero.
    • Debes limpiar exhaustivamente la jaula del loro cuáquero como mínimo una vez al mes, pero idealmente una vez a la semana. Para limpiar la jaula de un ave, basta con usar agua caliente y jabón. De este modo, eliminarás las bacterias y los virus que viven en la jaula.
    • Asegúrate de que la jaula esté ubicada en un lugar cálido, sin luz solar directa y sin corrientes de aire.
  2. Para asegurarte de que el loro cuáquero se mantenga saludable, debes hacer que lo examine un veterinario con frecuencia. Los exámenes anuales son una buena manera de detectar enfermedades en ciernes y de tratarlas antes de que se vuelvan graves o potencialmente letales. [8]
    • Habla con el veterinario sobre el programa de exámenes. Si el ave tiene un historial de enfermedades, es posible que el veterinario quiera verla más de una vez al año.
  3. Además de velar por la salud del ave, también debes cuidar su salud mental. Asegúrate de interaccionar con tu mascota todos los días y de estimular su mente con una variedad de juegos y juguetes. Dar al ave algo que hacer aumentará su salud general con el tiempo.
    • Debes mantener a los loros cuáqueros en un área en la que se sientan como parte de la familia. A estos animales les gusta ver la actividad de la casa e interaccionar con los visitantes. Coloca la jaula del loro en la sala de estar o en el comedor, en vez de en un dormitorio aislado en el que no reciba mucho estímulo.
  4. Para mantener saludable al ave que ya tienes, debes mantener a la nueva separada de esta durante varias semanas para poder evaluar su salud. Fíjate si el ave nueva presenta signos de estar enferma y no la pongas en la misma habitación que el ave que ya tienes hasta que todas las enfermedades se hayan descartado.
    • Durante la cuarentena, debes mantener los juguetes, las herramientas y los suministros del ave vieja separados de los de la nueva. No provoques una contaminación cruzada usando el mismo plato de agua o el mismo juguete en ambas jaulas sin desinfectarlos cada vez que los uses.
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