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La vaginoplastia es un procedimiento quirúrgico que refuerza los músculos vaginales. Puede realizarse sola o junto con una labioplastia, la cual es una cirugía que modifica la forma y el tamaño de los labios vaginales. Si bien la vaginoplastia, labioplastia y otras cirugías de “rejuvenecimiento vaginal” relacionadas se han vuelto cada vez más populares, muchos ginecólogos creen que a menudo se llevan a cabo de manera innecesaria. Asegúrate de considerar detenidamente los riesgos que implican. Si estás pensando en hacerte una vaginoplastia, hay una serie de factores que deberás tener en cuenta.

Método 1
Método 1 de 3:

Evaluar tus motivos para hacerte la vaginoplastia

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  1. Ten en cuenta que la vaginoplastia puede servir para tratar un prolapso de la vejiga. Los músculos de la vagina pueden desempeñar un papel imprescindible para mantener los órganos pélvicos en su lugar. Cuando estos músculos se debilitan, es posible que no funcionen de manera eficaz y una de las posibles consecuencias es un cistocele, o un prolapso de la vejiga. Esta es una enfermedad muy común en las mujeres que se caracteriza por un hundimiento de la vejiga en la vagina. Si tienes un prolapso en la vagina, tu médico podría recomendarte una vaginoplastia como solución. [1]
    • Los cistoceles se dividen en categorías según la gravedad. En el grado 1 (o leve), solo una parte pequeña de la vejiga desciende hacia la vagina. En estos casos, podría no ser necesario ningún tipo de tratamiento, a menos que causen síntomas problemáticos.
    • En el grado 2 (o moderado), la vejiga desciende lo suficientemente hacia la vagina como para entrar en contacto con la abertura vaginal. En el grado 3 (o grave), la vejiga desciende tanto que en realidad comienza a sobresalir a través de la abertura vaginal.
    • Si estás considerando la posibilidad de someterte a una vaginoplastia para tratar un prolapso de vejiga, ten en cuenta que existen tratamientos menos invasivos que podrían resultar buenos para ti, sobre todo si tu problema no es grave.
  2. Pese a no tener problemas de prolapso de la vejiga, algunas mujeres optan por la vaginoplastia como una solución para el debilitamiento extremo de los músculos vaginales. Si los músculos de tu vagina se han debilitado hasta el punto de causar problemas de salud, tu médico podría sugerirte este procedimiento. Dependiendo de la gravedad de tu caso, esta cirugía podría ser una buena opción para ti. [2]
    • Existen muchas razones por las que los músculos vaginales se debilitan con el tiempo. El parto es un factor común, así como la menopausia.
    • Las mujeres también sufren un debilitamiento de los músculos vaginales como una complicación de una cirugía previa. Esta afección también puede ser hereditaria.
    • Habla con tu médico en caso de que tengas problemas como dolor vaginal o incontinencia. Asegúrate de hablar sobre tus opciones aparte de la cirugía.
    • Las opciones no invasivas incluyen el uso de un pesario para mantener los órganos pélvicos en su lugar, la terapia de reemplazo de estrógenos y los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos del suelo pélvico.
  3. Para muchas mujeres, el sexo es una parte importante de un estilo de vida saludable. Si tus músculos vaginales se debilitan mucho, podrías tener dificultades para llegar al orgasmo o podrías sentirlos menos satisfactorios. [3]
    • La vaginoplastia puede mejorar tu vida sexual, pero esto no es motivo suficiente para someterte a esta cirugía.
    • Por lo general, el aumento del placer es solo un efecto secundario de esta cirugía realizada para tratar otro problema médico. Se trata de un beneficio importante de esta cirugía.
    • Un mayor placer sexual puede dar lugar a una mayor confianza y un menor nivel de estrés. Habla con tu médico acerca de tus problemas individuales.
  4. A muchas mujeres les preocupa el hecho de que sus vaginas se debiliten o “se estiren” demasiado con la edad o después de tener hijos. Esto es normal. Es cierto que tanto la edad como el parto pueden debilitar los músculos de la vagina y hacerte sentir un poco más “flexible”, pero en la mayoría de los casos, no representa un problema médico grave. [4]
    • El aumento de la popularidad del “rejuvenecimiento vaginal” como procedimiento estético ha hecho que muchas mujeres crean necesario mejorar sus vaginas con la ayuda de la cirugía, pero esto no es así para la gran mayoría.
    • En muchas ocasiones, el problema afecta la autoestima más que cualquier otra cosa. Habla con tu pareja para buscar otras formas de revivir tu vida sexual.
    • No te preocupes por lo que piensen otras personas. Someterte a una cirugía solo porque alguien te dice que deberías no es una gran opción.
  5. Si estás en proceso de cambiar de género masculino a femenino, probablemente consideres la posibilidad de la cirugía. Para finalizar la transición física, muchas personas optan por tener una vaginoplastia por inversión peneana. Habla con tu médico sobre este procedimiento. [5]
    • Asegúrate de hablar sobre la preparación física para esta cirugía. Antes del procedimiento quirúrgico, necesitarás someterte a una terapia hormonal durante una temporada.
    • Muchos médicos recomiendan una sesión de consejería prolongada. Esto te permitirá comprender todas las connotaciones emocionales de esta cirugía.
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Método 2
Método 2 de 3:

Tener en cuenta las complicaciones físicas relacionadas con la vaginoplastía

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  1. Como con cualquier otro procedimiento quirúrgico, existen algunos riesgos con la vaginoplastia. Por ejemplo, la anestesia general es algo que deberás conversar con tu médico. Estar sedada durante la cirugía tiene sus propios riesgos. [6]
    • Dependiendo de tu situación específica, probablemente necesites anestesia general para la cirugía. Al igual que todas las cirugías que se hacen con anestesia, existen riesgos importantes. En casos poco frecuentes, quienes se someten a procedimientos quirúrgicos sufren confusión mental, infecciones pulmonares, derrames cerebrales, ataques cardiacos y la muerte.
    • Existen algunos factores que aumentan el riesgo de complicaciones, entre los cuales están el tabaquismo, la obesidad, el consumo excesivo de alcohol y algunos medicamentos.
    • Asegúrate de hablar sobre tus opciones con tu médico. En algunos casos, la anestesia local podría ser una opción.
  2. En algunos casos, la cirugía vaginal genera más problemas de los que resuelve. Algunas mujeres sufren dolor y malestar persistentes, ya sea todo el tiempo o durante las relaciones sexuales. Hazle a tu médico preguntas específicas con respecto a tu condición particular. [7]
    • Pregunta sobre tus perspectivas de una cirugía exitosa. Asegúrate de explicar con claridad tu resultado ideal y, si es posible, pregúntaselo a tu médico.
    • Habla con tu médico sobre la manera en que la cirugía afectará tu vida sexual. Pregunta de manera específica si podrás seguir teniendo orgasmos.
    • Ten en cuenta que podrías sufrir una infección. Si te sometes a una vaginoplastia, el cirujano te recetará antibióticos para minimizar las probabilidades de desarrollar una infección, pero aun así una minoría de mujeres puede sufrirla.
  3. En teoría, la vaginoplastia mejora la sensación y la función sexual, pero en ocasiones esto no sucede. Algunas mujeres afirman experimentar una disminución en la sensación sexual. Por lo general, esto se debe a la cicatrización normal que se produce como consecuencia de la cirugía. [8]
    • Pregúntale a tu médico si existen algunas formas de reducir las cicatrices. No tengas miedo de consultar con más de un especialista.
    • Piensa en la manera en que un cambio en la sensibilidad podría afectar tu vida sexual. ¿Es algo para lo que estás preparada?
    • Habla con tu pareja sobre los posibles cambios y sopesa los pros y contras de la cirugía.
  4. Para la mayoría de las mujeres, el proceso de recuperación es bastante simple, aunque requiere un poco de planificación. Ten en cuenta que puede llevarte varias semanas recuperarte por completo. [9]
    • Deberás permanecer en el centro quirúrgico durante varias horas después de la cirugía. La mayoría de los médicos te dirán que te quedes toda la noche.
    • Podrías sentir mucho dolor y malestar por varios días. Consulta con tu médico sobre los medicamentos y otros métodos para controlar el dolor.
    • No podrás utilizar tampones o tener relaciones sexuales durante 4 a 6 semanas después de la cirugía. El médico deberá examinarte antes de permitirte reanudar tus actividades.
    • Si te vas a someter a una cirugía de confirmación de género, el proceso de recuperación podría ser más intenso. Habla con tu médico sobre el tiempo que deberás tomarte unas vacaciones en el trabajo y si necesitarás ayuda en casa.
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Método 3
Método 3 de 3:

Decidir el tratamiento adecuado para ti

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  1. Sin importar las razones por las que quieras someterte a la cirugía, deberás hablar sobre todas tus opciones con un ginecólogo. Él podrá determinar si un tratamiento menos invasivo será más adecuado (ya sea soluciones a corto o largo plazo) y te hará una recomendación final sobre la vaginoplastia. También se asegurará de que comprendas los riesgos y tengas expectativas realistas sobre los resultados. [10]
    • Busca una segunda opinión. Si tu ginecólogo te recomienda una vaginoplastia, considera la posibilidad de acudir donde otro especialista. No te preocupes por ofender a tu ginecólogo, pues un buen médico debe entender, e incluso alentar, el deseo de buscar una segunda opinión.
    • Busca recomendaciones. Los amigos, familiares e incluso compañeros de trabajo podrán recomendarte un médico de confianza.
    • No tengas miedo de hacer preguntas sobre tratamientos alternativos. Es poco probable que un médico te insista para someterte a la cirugía a menos que sea médicamente necesario, pero prepárate para defender tu punto de vista.
  2. Si planeas tener hijos, generalmente es recomendable evitar la vaginoplastia. A menos que tengas una complicación médica importante, como un prolapso grave, consulta con tu médico sobre otras opciones de tratamiento. Los múltiples partos naturales estirarán nuevamente los músculos vaginales y arruinarán algunos de los resultados quirúrgicos. [11]
    • Habla con tu pareja sobre tus planes familiares. ¿Has hablado con tu familia sobre si tendrán hijos o no? Este es un buen momento para hablar de eso.
    • Si tu médico cree que la cirugía es una necesidad médica, considera la posibilidad de buscar otras alternativas. Posteriormente, podrías buscar un vientre de alquiler o un servicio de adopción.
    • Asegúrate de hablar con tu médico sobre tus planes reproductivos. Esa información podría influir en su recomendación.
  3. Si no puedes decidirte, habla con un terapeuta. Esta es una buena idea, en especial si estás considerando la posibilidad de someterte a una vaginoplastia por motivos sexuales o porque crees que eso aumentará tu confianza o autoestima. Un terapeuta puede ayudarte a determinar tus razones y a decidir si el procedimiento amerita los riesgos. [12]
    • Algunos expertos recomiendan consultar con un terapeuta incluso antes de hablar con un médico. Un buen consejero puede ayudarte a descubrir tus verdaderas motivaciones.
    • Muchas personas optan por la vaginoplastia por motivos estéticos. Tu terapeuta puede ayudarte a determinar el origen de tu deseo por la cirugía.
    • Un terapeuta también puede ayudarte a controlar tus expectativas. También puedes acudir donde uno después de la cirugía en caso de que decidas de todos modos someterte a ella.
  4. Muchas aseguradoras consideran la vaginoplastia un procedimiento estético. Por ello, muchos planes no cubren el precio de esta cirugía. Habla con tu aseguradora sobre los procedimientos específicos que cubre. [13]
    • Si esta cirugía es necesaria por motivos médicos, solicita la recomendación de tu médico. El hospital podría tener experiencia en esta clase de asuntos.
    • Determina si puedes costear el precio de la cirugía. Por lo general cuesta entre 4.500 y 8.500 dólares.
    • Coordina con tu médico los planes de pago y precios estimados. Luego, revisa tu presupuesto para determinar si puedes costear la cirugía.
  5. Ten en cuenta el consejo de tu médico, pero recuerda que, a menos que se trate de una afección médica seria relacionada con tus músculos vaginales, eres la única persona que puede decidir si los beneficios superan los riesgos. Toma la decisión que consideres más adecuada para ti y, una vez que la hayas tomado, continúa con confianza. [14]
    • Piensa en lo que es mejor para tu cuerpo. Si crees que la cirugía vale la pena, sométete a ella.
    • No apresures tu decisión. Esto no es algo que debas decidir impulsivamente.
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Consejos

  • Si optas por someterte a una vaginoplastia, procura tener expectativas razonables. La cirugía no es una cura absoluta para la disfunción sexual femenina y es posible que no haga una diferencia significativa en tu vida sexual o imagen personal.
  • Ten en cuenta que las aseguradoras generalmente no cubren cirugías consideradas “estéticas” o “electivas”. Si existen motivos médicos para la vaginoplastia (p.ej., con la finalidad de corregir un prolapso grave), es muy probable que tu aseguradora sí cubra el procedimiento. De lo contrario, necesitarás costearlo por tu cuenta. Para asegurarte, lo mejor es que consultes con la tuya.
  • Realiza una investigación. Habla con varios médicos y haz muchas preguntas específicas.
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