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La neumonía es una infección de los alvéolos pulmonares. Puede deberse a las bacterias, los virus o los hongos que empiezan a crecer. Es más peligroso para los niños, los ancianos y las personas con el sistema inmunológico debilitado. Si crees que puedes tener neumonía, visita inmediatamente a tu doctor para un chequeo. Por lo general, la neumonía se puede tratar efectivamente. [1]

Método 1
Método 1 de 2:

Reconocer los síntomas

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  1. Si crees que tienes neumonía, es importante recibir tratamiento inmediatamente antes de que empeore. Los síntomas pueden empeorar gradualmente en el transcurso de varios días o ser muy graves desde el inicio. Los signos de la neumonía incluyen: [2] [3]
    • la fiebre
    • el sudor y los escalofríos
    • el malestar en el pecho al toser o al respirar (particularmente al respirar cuando la respiración es profunda)
    • la respiración rápida y superficial (puede ocurrir cuando estás físicamente activo)
    • la fatiga
    • las náuseas, los vómitos o la diarrea (son síntomas comunes en los bebés)
    • la tos (incluso puedes expectorar moco de color amarillo, verde, rojizo o rosado y, algunas veces, también puedes expectorar moco con sangre)
    • el dolor de cabeza
    • la falta de apetito
    • las uñas de las manos blancas
    • la confusión (ocurre comúnmente en las personas ancianas que tienen neumonía)
    • una temperatura corporal por debajo de lo normal (es más probable que ocurra en los ancianos o en las personas con el sistema inmunológico debilitado)
    • el dolor de las articulaciones, el dolor de las costillas, el dolor del abdomen superior o el dolor en la espalda
    • la taquicardia
  2. Todas las personas que crean tener neumonía deben ir inmediatamente al doctor. La neumonía puede ser mortal si se deja sin tratamiento. Eres particularmente propenso a desarrollar rápidamente una infección aguda si perteneces a uno de los siguientes grupos de alto riesgo: [4] [5]
    • los niños menores de dos años
    • las personas mayores de 65 años
    • las personas con otros problemas de salud (como el sida, los problemas cardíacos o los problemas pulmonares)
    • las personas que reciben tratamiento de quimioterapia
    • las personas que toman medicamentos que suprimen el sistema inmunológico
  3. Esto le ayudará a entender cuánto tiempo has estado enfermo y cuán grave puede ser tu infección. Es probable que tu doctor quiera saber la siguiente información: [6]
    • Si te sientes sin aliento o si sientes que respiras rápidamente incluso cuando descansas.
    • Hace cuánto tiempo que tienes tos y si está empeorando.
    • Si expectoras moco de color amarillo, verde o rosado.
    • Si te duele el pecho al inhalar o exhalar.
  4. El doctor te pedirá que te quites la camisa a fin de usar el estetoscopio para escuchar tus pulmones. Este procedimiento no duele. El doctor te pedirá que respires profundamente mientras escucha la parte frontal y trasera de tu pecho. [7]
    • Un traqueteo o un crujido en los pulmones es un signo de una infección.
    • Tu doctor puede dar unas palmaditas en tu pecho mientras escucha. Esto puede ayudar a detectar si un pulmón está lleno de líquido.
  5. Hay varias cosas que el doctor puede hacer para identificar si tienes una infección pulmonar y para saber cuál es exactamente la causa. Las pruebas posibles incluyen: [8] [9]
    • Una radiografía del tórax. Esto ayudará al doctor a saber si tienes una infección pulmonar y, en el caso de que la tengas, en qué lado y cuán difundida está. Esta prueba no duele. El doctor usará rayos X para crear una imagen de tus pulmones. Te puede pedir que uses un delantal de plomo para proteger tus órganos reproductivos. Si crees que puedes estar embarazada, díselo a tu doctor, ya que los rayos X pueden ser peligrosos para tu bebé. [10]
    • Los cultivos de sangre o de esputo. Durante esta prueba, el doctor te sacará sangre o te pedirá que expectores en un vial. Se hará un análisis de laboratorio de la sangre o del esputo para determinar exactamente qué patógeno causa la infección.
    • Si ya estás en el hospital o si tu salud está gravemente comprometida, se pueden realizar otras pruebas. Estas pueden incluir: una prueba de los gases de la sangre arterial para determinar si tus pulmones están suministrando sangre con el oxígeno necesario, una tomografía computarizada si estás en la sala de emergencia o una toracentesis (durante la cual un especialista altamente preparado usa una aguja para atravesar la piel y los músculos de tu pecho a fin de extraer una pequeña cantidad de líquido para la prueba).
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Método 2
Método 2 de 2:

Tratar la neumonía

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  1. Las pruebas se demoran unos días en determinar qué antibiótico puede ser efectivo, mientras tanto se puede prescribir un antibiótico de más amplio espectro para iniciar la terapia. De manera similar, hay casos en los que las pruebas de neumonía no revelan ninguna anormalidad (debido a un esputo inadecuado o a la ausencia de septicemia, lo que conduce a un hemocultivo negativo). Una vez que el tratamiento se determine, tus síntomas deben mejorar en el transcurso de unos días o unas semanas. Quizás la sensación de fatiga dure más de un mes. [11] [12]
    • La mayoría de las personas que usan antibióticos para combatir la neumonía pueden recibir el tratamiento en casa. Si tus síntomas no mejoran después de dos días o empeoran, ponte en contacto con tu doctor de inmediato. Este es un signo de que necesitas un medicamento distinto.
    • Es probable que sigas tosiendo por dos o tres semanas después de terminar los antibióticos. Si esto ocurre, consulta a tu doctor.
    • Los antibióticos no funcionarán para la neumonía viral. Tu sistema inmunológico tendrá que combatirla.
  2. Si tienes fiebre alta, sudor y escalofríos, es probable que estés perdiendo mucha agua. Es importante que te mantengas hidratado para que tu cuerpo pueda combatir contra la infección. Para casos graves de deshidratación, es probable que necesites hospitalización. Necesitas tomar más agua si te sientes sediento o tienes alguno de los siguientes síntomas: [13]
  3. Si tu doctor lo aprueba, es probable que puedas bajar la fiebre con medicamentos de venta libre, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros) o el acetaminofeno (Tylenol y otros).
    • No tomes ibuprofeno si eres alérgico a la aspirina o a otro medicamento antiinflamatorio no esteroideo. Tampoco si tienes asma, problemas renales o úlceras en el estómago. [15]
    • No le des medicamentos que contengan aspirina a los niños o a los adolescentes.
    • Consulta con tu doctor antes de empezar a tomar estos medicamentos para asegurarte de que no interaccionen con algunos de los medicamentos de venta libre, de los medicamentos prescritos, de los remedios herbarios o de los suplementos que estés tomando.
    • No tomes estos medicamentos si estás embarazada, estás dando de lactar o estás tratando a un niño sin antes hablar con tu doctor.
  4. Tu doctor puede sugerir este tipo de medicamentos si la tos no te deja dormir. [16] Sin embargo, la tos elimina el moco de tus pulmones y puede ser importante para la curación y la recuperación. Por esa razón, quizás tu doctor no recomiende los medicamentos para la tos. [17]
    • Una alternativa para los medicamentos para la tos es una taza de agua caliente con limón y miel. Esto puede ayudar a aliviar el dolor causado por la tos.
    • Si tomas medicamentos para la tos, aunque sean medicamentos de venta libre, lee los ingredientes y asegúrate de que no sean los mismos que los de otros medicamentos que estés tomando. Si este es el caso, habla con tu doctor para asegurarte de no sufrir una sobredosis accidentalmente.
  5. Esto ocurre cuando las personas se atragantan y accidentalmente inhalan un objeto pequeño, el cual se aloja en los pulmones. Si esto sucede, tal vez debas hacer que te lo extraigan. [18]
    • El doctor introducirá un broncoscopio a través de tu nariz o de tu boca para llegar a tus pulmones y extraer el objeto. Probablemente recibirás medicamento para adormecer tu nariz, tu boca y las vías respiratorias. También te pueden administrar anestesia general o te pueden dar un medicamento para ayudar a que te relajes. Extraer el objeto permitirá que te cures.
  6. Si no puedes combatir contra la infección en casa y tus síntomas empeoran, tal vez necesites ingresar a un hospital para un cuidado más intensivo. Es probable que debas permanecer en el hospital hasta que te estabilices en los siguientes casos: [19]
    • Tienes más de 65 años.
    • Sufres de confusión.
    • Los vómitos no te permiten tomar tus medicamentos.
    • Tienes la respiración acelerada y necesitas que te pongan en un respirador artificial.
    • Tienes la temperatura por debajo de lo normal.
    • Tienes el pulso anormalmente acelerado (sobre 100) o anormalmente bajo (debajo de 50).
  7. Los recién nacidos y los niños menores de dos años son más propensos a requerir una hospitalización. Los síntomas graves en un niño que indican que requiere cuidado de emergencia después de empezar el tratamiento incluyen: [20]
    • tener problemas para permanecer despierto
    • los problemas respiratorios
    • la falta de oxígeno en la sangre
    • la deshidratación
    • una temperatura corporal baja
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