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El beagle es una de las razas de perros con mayor riesgo de desarrollar epilepsia. Los beagles están predispuestos a esta enfermedad debido a un gen que se transmite de padres a hijos. Para diagnosticar la epilepsia, es importante entender la diferencia entre la epilepsia (una afección) y las convulsiones (un síntoma). Debes vigilar los síntomas y conseguir atención veterinaria para tu perro rápidamente si los ves. Así el veterinario podrá descartar todas las causas de convulsiones o ataques a fin de llegar a un diagnóstico de epilepsia. [1]

Parte 1
Parte 1 de 2:

Poner atención a los síntomas

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  1. La epilepsia con frecuencia ocurre a una edad temprana, así, por lo general empieza casi entre los 6 meses y los 5 años de edad. De esta forma, las convulsiones o ataques se producen luego por el resto de la vida del perro. [2] Los perros pueden tener distintos tipos de convulsiones asociadas con la epilepsia. Estos incluyen: [3] [4]
    • Convulsiones focales. Estas se asocian con comportamientos extraños cuando el perro golpea objetos invisibles en el aire, por ejemplo, al frotarse de forma repetida y compulsiva una parte del cuerpo o al mostrar el comportamiento de querer “atrapar una mosca”. Este tipo de convulsión también se conoce como convulsión parcial compleja o convulsión psicomotora.
    • Convulsiones generalizadas. Este tipo de convulsión afecta todo el cuerpo. El perro está inconsciente y no sabe lo que le pasa o lo que sucede a su alrededor. El perro no se puede parar y por lo general se cae hacia un lado. Su cuerpo se pone rígido, sus extremidades a menudo hacen el movimiento de remar y su boca se puede cerrar con fuerza. Por lo general, esto dura de 30 segundos a 3 minutos, después de lo cual el perro se recupera y recobra la conciencia.
    • Estado epiléptico. En este punto es cuando el perro entra en una convulsión pero no se despierta. La convulsión seguirá de forma indefinida o serán varias, pero el perro no recuperará la conciencia entre ellas. Es fundamental buscar atención veterinaria si tu perro tiene este tipo de convulsiones, ya que puede ocurrir daño cerebral durante el estado epiléptico.
  2. Los perros con epilepsia son propensos a tener series de convulsiones espaciadas. Las convulsiones a menudo se producen en series o grupos, dentro de un período de 24 horas. La frecuencia de estas series depende del perro. Por ejemplo, un perro con epilepsia leve puede tener una convulsión cada seis meses, mientras que uno gravemente afectado puede tener series de ataques cada dos semanas. [5]
    • Después de la primera convulsión, ponte en contacto con el veterinario. Así, él puede optar por medicar a tu mascota para que sea menos probable que le pase otra convulsión el mismo día.
    • Si puedes, graba una de las convulsiones en tu teléfono celular para que se lo puedas mostrar a tu veterinario en una fecha posterior. Esto podría ser útil para él y puede ayudarlo a hacer un diagnóstico.
  3. El comportamiento eléctrico anormal en el cerebro puede hacer que tu beagle se comporte de forma extraña antes, durante y después de una convulsión. Esta será otra señal más de que tu perro pudo haber tenido una convulsión. Este comportamiento puede incluir ser agresivo e tratar de morderte cuando el perro por lo general es tranquilo. [6]
    • Ten este detalle en cuenta y sé muy cuidadoso al permitir que un niño se acerque al perro, ya que puede morderlo accidentalmente.
    • También graba videos de este comportamiento para mostrárselos a tu veterinario.
  4. Como dueño, tu primer paso es reconocer que tu perro tiene convulsiones y que debes llevarlo al veterinario. Sin embargo, es importante llevar un registro de la cantidad y frecuencia de las convulsiones de tu perro. Esto ayudará al veterinario a determinar la gravedad de la afección y la cantidad de medicamentos que podría necesitar.
  5. Los términos “convulsión” y “ataque” con frecuencia se utilizan de forma indistinta con “epilepsia”; sin embargo, existe una diferencia importante entre ambos. La epilepsia es una afección médica, mientras que una convulsión es un síntoma. [7] Esto es equivalente a que la neumonía es una afección médica, pero el síntoma es la tos. Las convulsiones se pueden desencadenar por una diversidad de cosas diferentes, como ingestión de toxinas, enfermedades renales, derivaciones portosistémicas, cáncer cerebral, meningitis u otras afecciones médicas o físicas.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Llevar a tu perro al veterinario

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  1. Las convulsiones pueden indicar una diversidad de enfermedades, por lo que es importante que un veterinario evalúe al perro para encontrar la causa raíz. Desafortunadamente, no existe una prueba única que determine si las convulsiones del perro son epilépticas.
  2. Para diagnosticar la epilepsia, el veterinario descartará todas las afecciones que pueden causar convulsiones. [8] La afección de la epilepsia se describe como una actividad eléctrica incontrolada en el cerebro para la cual no se puede encontrar ninguna explicación. Esto hace que la epilepsia sea un “diagnóstico de exclusión”, lo cual significa que solo se diagnostica cuando se han descartado todas las demás causas de actividad convulsiva. [9] Esto implica que deberás permitir que el veterinario le haga muchas pruebas si es necesario.
    • El veterinario empieza con un historial médico a fin de descartar la posible exposición a toxinas que podrían causar convulsiones. Si esto da un resultado negativo, lo que seguirá a continuación serán los análisis de sangre. Estas evalúan la función de los órganos, en un intento por determinar si el hígado, riñones y otros órganos funcionan con normalidad. El análisis de sangre también puede mostrar si podría haber un problema que haga que las toxinas naturales se acumulen y que eso provoque convulsiones.
    • Según estos resultados, el veterinario podría buscar pistas. Por ejemplo, si los niveles de creatinina en la sangre son bajos, el veterinario podría querer hacerle más pruebas para analizar la función hepática a fin de descartar una derivación portosistémica.
    • Es posible que el veterinario desee controlar los niveles de tiroides en la sangre (un bajo nivel de la hormona tiroidea puede provocar convulsiones) y ver los niveles de electrolitos en la sangre a fin de detectar anormalidades debido a enfermedades que podrían causar convulsiones. [10]
    • Si el veterinario está preocupado por alguna infección (como meningitis) que causa convulsiones, podría tomar una muestra del líquido espinal o cerebral y analizarla. [11]
    • Si todas las pruebas dan un resultado normal o negativo, la prueba final será tomar una imagen del cerebro del perro y hacerle una resonancia magnética o una tomografía computarizada. Así se obtendrá una imagen de la estructura del cerebro y se podrá descartar otras afecciones, como un tumor cerebral o quistes en el cerebro. [12] Una vez que todas las pruebas hayan dado un resultado normal, el veterinario podrá diagnosticar que definitivamente se trata de epilepsia.
  3. El tratamiento dependerá de la gravedad y de la frecuencia de las convulsiones. Los medicamentos anticonvulsivos son la base del tratamiento del perro y, por lo general, se le recetará fenobarbital, bromuro de potasio o imepitoína. [13] [14]
    • El veterinario también podría recetar supositorios de diazepam para que se los administres al beagle durante una convulsión. Esto ayudará a calmar las ondas cerebrales y a reducir el riesgo de que ocurra otra convulsión. [15]
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Advertencias

  • Si se incluyen todas las razas de perros, la incidencia de epilepsia canina es de casi el 0,5 %. Esto significa que 1 de 200 perros sufre de epilepsia, lo cual hace que sea una afección muy común. [16]
  • Otras razas que están muy representadas cuando se trata de epilepsia son el setter irlandés, el keeshond, el perro pastor alemán, el cocker spaniel americano, el malamute de Alaska, el caniche, el husky y el schnauzer miniatura. [17]
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Referencias

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