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El chocolate derretido es genial para usar en todo tipo de postres, pero a veces puede terminar siendo muy espeso, lo que dificulta obtener la capa suave que esperas. Por suerte, diluir el chocolate derretido es fácil, por lo que podrás conseguir piruletas de bizcocho perfectamente cubiertas, una capa de chocolate brillante o una deliciosa cobertura para el helado, ¡y en un abrir y cerrar de ojos!

Parte 1
Parte 1 de 2:

Añadir ingredientes para diluir el chocolate

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  1. La mejor manera de diluir chocolate es añadiendo grasa. La cantidad exacta de aceite que necesitarás dependerá del grosor del chocolate y de la consistencia que desees. Comienza revolviendo un poco y luego agrega más, de ser necesario. [1]
    • Usa un aceite sin sabor, para no alterar el sabor del postre. El aceite de coco y canola funcionan bien para esto; el aceite de coco en particular tiene una textura agradable en el paladar.
    • Esto funcionará mejor si añades el aceite antes de calentar el chocolate. No obstante, puedes añadirlo después, si es necesario.
  2. Los cristales de paramount están hechos de aceites vegetales y son populares entre los panaderos profesionales, ya que son efectivos y fáciles de usar. Si nunca los has usado antes, empieza con una pequeña cantidad y añade más si es necesario. [2]
    • Añade aproximadamente 1 cucharadita de cristales de paramount por cada taza (240 ml) de chocolate.
  3. Debido a que la leche tiene un alto contenido de grasa, se mezcla mejor con el chocolate, a comparación del agua. Empieza con una tapa llena de leche, luego añade más si es necesario. Antes de agregarla, asegúrate de calentar la leche a la misma temperatura que el chocolate, o este se cortará. [3]
    • Cualquier leche funcionará, pero la leche entera te dará un mejor resultado.
    • También puedes añadir crema caliente al chocolate, para una textura aún más exquisita.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Evitar errores comunes

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  1. El sobrecalentamiento del chocolate lo hará muy espeso y difícil de trabajar. Para obtener la textura perfecta, tómate tu tiempo mientras derrites el chocolate y obsérvalo cuidadosamente durante todo el proceso. [4]
    • Si tienes un termómetro para caramelo, asegúrate de que el chocolate no exceda los 46 °C (115 °F), o los 43 °C (110 °F) si estás usando leche o chocolates blancos, lo cuales son más sensibles al calor. [5]
  2. El agua hace que el chocolate se corte o se espese y forme una pasta grumosa. Asegúrate de que los tazones y utensilios estén secos antes de empezar a trabajar con el chocolate, y no añadas agua en un intento de diluirlo. [6]
    • Si un poco de agua entra accidentalmente en el chocolate, añadir más agua puede revertir el proceso de corte. Añade una cucharada (15 ml) de agua hirviendo en cada adición, revolviendo vigorosamente después de verter el líquido. No obstante, esto cambiará la textura del chocolate. [7]
  3. Añadir mantequilla o aceite frío también puede hacer que el chocolate se corte. Esto se debe a que los azúcares se pegan y se separan de la grasa cuando se enfrían demasiado rápido, lo que provoca un desastre grumoso. [8]
    • Enfriar el chocolate demasiado rápido también puede hacer que se corte. No viertas el chocolate en un tazón frío o uses ingredientes fríos. Deja que el chocolate se enfríe a temperatura ambiente antes de colocarlo en el refrigerador o el congelador.
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Consejos

  • Corta el chocolate con un cuchillo de sierra, si es que está en barra, para que se derrita uniformemente. [9]
  • Si intentas derretir el chocolate demasiado rápido, puede quemarse, lo que le dará un sabor a quemado. No hay manera de deshacer esto, por lo que tendrás que desechar el chocolate y empezar de nuevo.
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