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Determinar la razón por la que un niño actúa de una manera inusual puede ser un proceso complejo. El trastorno del apego reactivo (TAR) y el autismo pueden parecer similares superficialmente, pero funcionan de una manera distinta y requieren diferentes terapias. A continuación, verás cómo empezar a distinguir entre ambos. Este wikiHow se enfoca en los niños, pues el TAR es un trastorno infantil. Es importante destacar que si bien el TAR se centra en la infancia, el autismo es de por vida y se produce tanto en adultos como en niños.

Método 1
Método 1 de 2:

Comprender las similitudes y las diferencias

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    Toma en cuenta las similitudes entre el trastorno del apego reactivo (TAR) y el autismo. Un niño con cualquiera de los dos diagnósticos puede experimentar lo siguiente: [1] [2]
    • problemas con las habilidades sociales (incluyendo el uso del lenguaje)
    • problemas para regular las emociones
    • movimientos repetitivos
    • necesidad de una rutina
    • contacto visual inusual
    • estar más tranquilo a solas
    • evitar el afecto
    • aspecto apático o triste
    • problemas de autoestima (no es inherente al autismo, pero se suele tratar a los niños autistas como si no tuvieran valor)
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    Averigua si el niño ha experimentado sucesos traumáticos o relaciones disfuncionales a nivel familiar. El TAR es producto de las dificultades de la infancia, como la separación de los padres o el cambio de tutores. Si bien las personas autistas pueden experimentar un trauma, el autismo en sí mismo no es producto de un trauma.
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    Toma en cuenta la relación del niño con su(s) tutor(es) principal(es). Un niño con TAR siempre tiene relaciones disfuncionales y uno autista puede o no ser distante.
    • Afecto . Un niño con TAR evitará o buscará afecto indiscriminadamente por razones emocionales. [3] Algunos niños autistas se sienten incómodos con los aspectos físicos o sensoriales, es decir, los abruma. Algunos pueden sentirse cómodos con el afecto sensorial (por ejemplo, abrazos en vez de besos húmedos) y algunos no tienen problemas con el afecto.
    • Confianza . Los niños con TAR no valoran o no confían en sus tutores a causa de las malas experiencias. [4] Los niños autistas aman a sus tutores y están predispuestos a confiar en ellos, aunque lo demuestren de otra manera (sin embargo, son más propensos a experimentar abusos, lo cual puede causar problemas de confianza).
    • En ambos casos, la terapia y la interacción positiva pueden mejorar la relación con los tutores.
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    Piensa en la razón por la que el niño tiene problemas para comer, si es que los tiene. Tanto los niños autistas como los niños con TAR pueden experimentar dificultades con la comida. La diferencia está en el motivo. Los primeros pueden tener problemas con la comida en sí, mientras que los segundos tienen problemas con las relaciones sociales que intervienen en la alimentación. [5]
    • Los niños autistas pueden evitar algunos alimentos debido a la textura o al sabor. También puede ser un factor la manera en que está organizada la comida (por ejemplo, si el pollo toca el aderezo de la ensalada) o la manera en que se adapta a la rutina diaria.
    • Los niños con TAR se preocupan más por quién les da la comida y pueden actuar de una manera distinta en función de la persona que los alimente. Pueden tirar la comida o deshacerse de esta. También pueden esconderla junto con los envoltorios.
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    Toma en cuenta el lenguaje repetitivo. El lenguaje repetitivo es común en ambas discapacidades y los sonidos son ligeramente distintos. Los niños autistas pueden usar la repetición para tranquilizarse, divertirse o hacer scripting (la repetición de palabras, frases o sonidos de otras personas), mientras que los niños con TAR la usan principalmente para tranquilizarse. [6]
    • Los niños autistas pueden usar la ecolalia y repetir palabras o frases porque les gusta el sonido. Pueden hacer preguntas repetitivas.
    • Los niños con TAR realizan el scripting para lidiar con las situaciones estresantes, como decir las mismas palabras cada vez que un ser querido se va. La repetición suena similar a la que hace un niño menor.
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    Toma en cuenta la manera en que tratan sus objetos favoritos. Los niños autistas tienden a ser más cuidadosos con los objetos de valor en general, mientras que los niños con TAR son más propensos a perderlos o romperlos. [7]
    • Los niños autistas pueden coleccionar los objetos que les gustan y rehusarse a tirarlos o regalarlos.
    • Por lo general, un niño autista sabe exactamente en dónde está su objeto favorito y puede notar si alguien lo ha movido. Un niño con TAR puede perder las cosas fácilmente.
    • Los niños con TAR pueden romper las cosas accidentalmente o a propósito, si están molestos.
    • Por lo general, los niños autistas prefieren las cosas familiares, mientras que los niños con TAR tienen una mayor apertura a las nuevas.
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    Fíjate en cómo juegan juegos con otros niños. Por lo general, los niños autistas están más preocupados en las reglas de un juego y en si es justo. Los niños con TAR están más preocupados en ganar. [8]
    • Probablemente un niño autista estudie el juego, hable de este y respete las reglas. Puede pensar que es injusto si empieza ganando, pero finalmente pierde.
    • Los niños con TAR pueden tratar de modificar las reglas a su favor. Si pierden, pueden culpar a los demás o al equipo a causa de su frágil autoestima.
    • Por lo general, los niños autistas prefieren un juego paralelo o solitario. Los niños con TAR quieren jugar con otros niños para que sus compañeros los vean ganar.
    • Los niños autistas prefieren los juguetes mecánicos (como trenes o bloques de Lego) y los juguetes que puedan examinar y organizar.
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    Observa cómo juega el niño con los juguetes. Los niños autistas suelen ser más solitarios y organizan los juguetes en vez de crear historias. Los niños con TAR buscan a otros niños y juegan con una historia. Es posible que no jueguen solos por mucho tiempo. [9]
    • Los niños autistas tienden a jugar solos, tratando los juguetes como objetos en vez de personajes y jugando con objetos ordinarios como palos. Tienden a organizar los juguetes (como alinearlos por tamaño o construir la infraestructura de una sociedad de muñecos). Pueden jugar solos durante largos períodos de tiempo.
    • Los niños con TAR buscan más el juego con los demás. Es posible que no puedan jugar solos por mucho tiempo debido a la falta de concentración. Sus historias pueden incluir problemas de experiencias personales.
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    Piensa en si el niño hace juegos de roles. Los niños autistas tienden a luchar para asumir varios roles. Algunos no pueden y otros pueden adoptar un rol reactivo cuando un ser querido comienza la historia. Los niños con TAR suelen preferir un tipo determinado de rol (por ejemplo, interpretar a un bebé), suelen interpretar repetitivamente sus experiencias pasadas con los finales que prefieren y tienen problemas para concluir el juego de roles. [10]
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    Analiza la comprensión del niño en cuanto a la ética. Por lo general, los niños autistas tienden a mostrar un fuerte interés por el bien y el mal. Los niños con TAR suelen tener menos comprensión de la conducta moral.
    • Los niños con TAR pueden no tener mucha consciencia. [11] Los niños autistas pueden tener una consciencia demasiado activa, especialmente en lo que respecta al seguimiento de las reglas.
    • Si se le corrige, un niño autista se esforzará por comportarse de manera "correcta" en el futuro. Un niño con TAR puede no hacerlo.
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    Piensa en la manera en que el niño distingue entre la realidad y la ficción. Los niños autistas tienden a carecer de sofisticación y a ser literales en esta área. Los niños con TAR a menudo albergan ideas exageradas. [12]
    • Los niños autistas pueden no notar que la ficción y el juego de roles no es real. Se les puede engañar fácilmente.
    • Los niños con TAR tienden a verse a sí mismos como personas increíblemente poderosas o impotentes. Pueden contar historias exageradas sobre cómo derrotaron o escaparon de enemigos poderosos.
    • Los niños con TAR tienden a reaccionar fuertemente a cualquier amenaza, aunque sea leve o poco realista.
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    Piensa en la mentira y la manipulación. Los niños con TAR pueden ser muy hábiles en ambas y pueden decir mentiras para impresionar a las personas o dañar la reputación de alguien. Los niños autistas tienden a ser muy malos para mentir o engañar a los demás. [13]
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    Analiza que tanto comprende el niño los puntos de vista de los demás. Los niños autistas pueden ignorar los pensamientos y los sentimientos de los demás, mientras que los niños con TAR se enfocan en las reacciones de los demás. [14]
    • Manejar las emociones . Los niños con TAR desean provocar emociones fuertes en su audiencia. Los niños autistas no están interesados en eso y pueden considerar estresantes o confusas las emociones fuertes.
    • Manejar las perspectivas . Los niños con TAR pueden ser manipuladores [15] o demasiado complacientes, y exagerar las cosas para cambiar la opinión de la gente sobre ellos. Los niños autistas no entienden muy bien los puntos de vista de los demás.
    • Manejar los roles . Los niños con TAR tratan constantemente de adoptar el mismo rol (por ejemplo, hacer de víctima o acosador). Los niños autistas tienen problemas para comprender su rol.
    • Compartir . Los niños con TAR están ansiosos por compartir sus propias cosas y pueden tomar las cosas de los demás sin darse cuenta de que eso les molesta. Los niños autistas pueden no comprender la necesidad de compartir o de esperar su turno, o pueden hacerlo porque son las reglas.
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    Piensa en cuánta atención presta el niño a las emociones y los pensamientos de la otra persona. Los niños autistas tienden a no entender, mientras que los niños con TAR tienden a ser hipervigilantes y demasiado reactivos.
    • Los niños autistas pueden no entender lo que la otra persona necesita, lo que sus gestos significan o lo que ya sabe. La conversación puede ser forzada o inusual. Es posible que necesiten que se les diga explícitamente cómo se siente alguien.
    • Los niños con TAR pueden entender mejor a los demás.
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    Fíjate en otras habilidades de conversación. Los niños autistas y los niños con TAR tienen habilidades de conversación inusuales, normalmente de distintas formas.
    • Contacto visual . Los niños autistas suelen hacer poco contacto visual o no hacerlo en absoluto, o pueden mirar fijamente. Los niños con TAR hacen un contacto visual distinto dependiendo de las emociones que experimenten.
    • Cercanía física . Los niños autistas no saben que tan cerca están de alguien y no les importa la distancia física. Los niños con TAR usan la distancia física como una herramienta para expresar sus emociones.
    • Vocabulario . Los niños autistas tienden a tener problemas para encontrar palabras y pueden tener un vocabulario amplio. Los niños con TAR tienden a tener un vocabulario escaso. Estos usan más el lenguaje emocional que los niños autistas.
    • Comentario fáctico . Los niños autistas repiten la información fáctica ofreciendo a menudo demasiados detalles, porque no saben que tanto es lo que deben decir. Los niños con TAR lo hacen mucho menos.
    • Lenguaje figurado . Los niños autistas pueden confundirse con las expresiones y el sarcasmo. Los niños con TAR a menudo no pueden tolerar las bromas leves, porque su autoestima es demasiado frágil.
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    Fíjate si tiene autocontrol emocional. Los niños con ambas discapacidades tienen problemas para regular sus propias emociones y experimentan sentimientos muy fuertes. [16]
    • Habilidades de aprendizaje . Los niños autistas tienden a aprender estrategias de afrontamiento si se les explica cómo ponerlas en práctica. Los niños con TAR aprenden mejor mediante modelos.
    • Confusión . Los niños autistas tienden a tener problemas para comprender sus emociones y las de los demás (alexitimia).
    • Exabruptos . Los arrebatos de autismo tienden a tener causas más claras y son más cortos que las rabietas de los niños con TAR.
    • Pánico . Los niños autistas son más propensos a entrar en pánico por cosas inesperadas (como cambios en la rutina), mientras que los niños con TAR son más propensos por la preocupación de que sus necesidades sean satisfechas (físicas o emocionales).
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    Toma en cuenta la memoria y el sentido del tiempo. Tanto el autismo como el TAR implican una disfunción operativa. El niño puede tener dificultades con la memoria y el sentido del tiempo. [17]
    • Los niños autistas suelen tener una memoria de trabajo deficiente y una excelente memoria a largo plazo. Los niños con TAR tienden a obsesionarse con ciertos sucesos y tienen una memoria selectiva. Pueden sentir confusión con respecto a lo que recuerdan.
    • Los niños autistas tienen problemas para llevar la cuenta del tiempo, necesitan relojes y no les gusta esperar a causa de la incertidumbre que conlleva. Los niños con TAR se preocupan emocionalmente. Además, esperar puede hacer que se sientan rechazados o descuidados.
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    Reconoce las diferencias en la duración. Con un tratamiento apropiado y amor, el TAR se puede curar. Mientras que las personas autistas pueden recibir apoyo y aprender habilidades, pero el autismo en sí es de por vida.
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Método 2
Método 2 de 2:

Hacer progresos

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    Investiga ambos trastornos. Lee diversos ensayos de profesionales médicos, de personas que convivan (o hayan convivido) con discapacidades y de personas que conozcan a personas con discapacidades. Esto ayuda a obtener perspectivas tanto clínicas como personales acerca de cómo puede afectar cada trastorno.
    • Muchos autistas adultos escriben cosas en línea que pueden ayudarte a comprender cómo es la vida para los autistas. Debido a que el TAR se puede curar, no encontrarás mucha información acerca de las personas que viven con este trastorno.
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    Piensa en otros trastornos que tu hijo pueda tener. Es posible que no tenga ni TAR ni autismo, y que tenga alguna otra cosa. Tu hijo también puede tener otros trastornos de la salud además de un diagnóstico de TAR o de autismo. [18]
    • depresión
    • trastorno de estrés postraumático (TEPT)
    • discapacidad intelectual
    • trastornos de adaptación
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    Lleva a tu hijo a ver a un experto. Es posible que el médico sepa lo suficiente sobre las diferencias como para hacer un diagnóstico o puede que te derive a un especialista que entienda mejor las diferencias.
    • Si lo deseas, muéstrale al especialista este wikiHow o descríbele los síntomas.
    • Evita sacar conclusiones precipitadas. El TAR y el autismo se pueden confundir fácilmente entre sí o con algún otro trastorno. Mantén la mente abierta.
    • Si te preocupa la posibilidad de un diagnóstico erróneo, dilo. Un buen médico sabe escuchar.
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    Busca terapias para tu hijo. Ya sea que tu hijo tenga TAR o sea autista, hay muchas opciones para ayudarlo a adaptarse y mejorar su calidad de vida. No dudes en preguntarle al médico sobre las mejores opciones para tu hijo.
    • Los niños con TAR a menudo se benefician de la terapia individual o familiar. [19]
    • Los niños autistas se benefician de una terapia adaptada a las necesidades individuales. La terapia ocupacional, la CAA, la terapia del habla, la IDR, el juego circular y otras terapias pueden ser una buena idea en función de cada niño.
    • Evita las técnicas de terapia coercitivas, controladoras o experimentales. Es mejor evitar las terapias poco ortodoxas o alternativas para el autismo o el apego reactivo, pues pueden ser perjudiciales o incluso mortales. [20] Muchos estafadores tienen como objetivo las familias de niños autistas particularmente. [21]
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Consejos

  • Muchos problemas relacionados con el TAR se pueden explicar por medio de problemas emocionales. Muchos problemas de los niños autistas se pueden explicar mediante el olvido, el miedo o los problemas sensoriales.
  • Un estudio sugiere que los problemas de relaciones del TAR derivan del afecto insincero, el bloqueo por miedo y las lesiones autoinfligidas, mientras que en el caso de los niños autistas derivan de las preguntas invasivas. [22]
  • Tratar el TAR es difícil y muchas técnicas no funcionan. [23] Investiga y conéctate con otros padres o tutores de niños con TAR para buscar asesoramiento sobre lo que realmente funciona.
  • El TAR es un trastorno grave. El autismo varía, cada persona autista es distinta y tiene diferentes necesidades y habilidades.
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  1. http://www.aettraininghubs.org.uk/wp-content/uploads/2012/05/5.4-Moran-paper-attachment.pdf
  2. http://www.pineyridge.net/behavioral-disorders/reactive-attachment/causes-effects-symptoms
  3. http://www.aettraininghubs.org.uk/wp-content/uploads/2012/05/5.4-Moran-paper-attachment.pdf
  4. http://www.aettraininghubs.org.uk/wp-content/uploads/2012/05/5.4-Moran-paper-attachment.pdf
  5. http://www.aettraininghubs.org.uk/wp-content/uploads/2012/05/5.4-Moran-paper-attachment.pdf
  6. http://blog.asha.org/2013/07/11/kid-confidential-what-reactive-attachment-disorder-looks-like/
  7. http://www.aettraininghubs.org.uk/wp-content/uploads/2012/05/5.4-Moran-paper-attachment.pdf
  8. http://www.aettraininghubs.org.uk/wp-content/uploads/2012/05/5.4-Moran-paper-attachment.pdf
  9. http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/reactive-attachment-disorder/basics/tests-diagnosis/con-20032126
  10. http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/reactive-attachment-disorder/basics/treatment/con-20032126
  11. http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/reactive-attachment-disorder/basics/treatment/con-20032126
  12. https://www.theatlantic.com/health/archive/2016/09/fringe-therapies-spectrum/501023/
  13. https://imfar.confex.com/imfar/2011/webprogram/Paper9121.html
  14. http://instituteforattachment.ong/when-people-dont-get-it-raising-children-with-reactive-attachment-disorder/
  15. Gran parte de esta información es una adaptación de la Coventry Grid (Cuadrícula de Coventry), que detalla las diferencias entre el autismo y el TAR.

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