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Las margaritas gerberas son flores grandes y coloridas que se desarrollan y se reproducen rápidamente, lo que las convierte en un gran complemento para tu jardín de flores. Sin embargo, si no se entresacan adecuadamente, pueden acumular el exceso de humedad que provocará la putrefacción de las raíces. Para disfrutar al máximo de estas flores, las margaritas gerberas deben dividirse a finales del otoño o principios de la primavera cada 1 o 2 años para mantenerlas sanas y en crecimiento.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Separar las flores

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  1. Llena un cubo grande con agua y lejía mezcladas en una proporción de 15 a 1, luego llena un segundo cubo con agua corriente. Ten listo un recipiente con hormonas de enraizamiento. Además, debes tener a la mano una bolsa o caja para desechar el material vegetal adicional.
    • Puedes encontrar hormonas de enraizamiento líquidas o en polvo listas para usar en cualquier tienda de jardinería por menos de $5,00.
    • Una opción más natural es mezclar 3 cucharaditas (15 mL) de vinagre de sidra de manzana en 4 L (un galón) de agua. [1]
  2. Excava un área alrededor de la planta que sea aproximadamente 10 cm (4 pulgadas) más ancha que la base. Asegúrate de cavar lo suficientemente profundo para sacar toda la corona y el sistema de raíces. Luego sacude todo el exceso de tierra.
  3. Habrá varias coronas (la parte donde el tallo se une a las raíces) conectadas entre sí. [2] Separa suavemente las secciones entre sí; si las arrancas, puedes dañar el sistema de raíces. Cada sección que separes debe contener al menos un tallo y las raíces unidas a él.
    • Si las distintas secciones no se separan fácilmente, utiliza un cuchillo afilado o tijeras de jardinería para cortar cuidadosamente entre cada corona.
  4. Una vez que hayas retirado todas estas partes, debes quedarte solo con las hojas verdes y saludables y las raíces blancas. [3] La nueva sección de la planta se verá más ligera, pero recuerda que cada una crecerá en una nueva forma. [4]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Trabajar con las raíces

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  1. Utiliza tijeras limpias o un cuchillo afilado, y ten cuidado de no jalar demasiado fuerte las raíces.
    • Esto garantiza que solo se replanten las flores con raíces jóvenes y sanas.
  2. La técnica es la misma ya sea que estés usando una hormona líquida, en polvo, o una alternativa natural. Simplemente introduce las raíces en la solución para cubrirlas. Sacude cualquier exceso de polvo o líquido.
  3. Esto es de gran importancia si vas a plantar las margaritas en una maceta o replantarlas en un nuevo lugar. La solución sirve para matar los hongos y las plagas de modo que no se transfieran al nuevo espacio.
    • Pasa suavemente las raíces de cada nueva sección por el agua con lejía.
    • Enjuaga las raíces en un cubo de agua corriente para quitar toda la lejía.
    • Puedes enjuagar las raíces en agua del grifo, a no ser que utilices un suavizador de agua. El agua suavizada contiene sal, lo que puede dañar las raíces. En este caso, utiliza agua destilada en su lugar.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Replantar las nuevas margaritas

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  1. Utiliza una paleta de jardín para cavar un pequeño agujero lo suficientemente profundo como para cubrir las raíces. La corona debe permanecer nivelada con la superficie del suelo para obtener suficiente aire y evitar la humedad excesiva. [5]
    • Las margaritas deben tener un espacio de 20 a 25 cm (8 a 10 pulgadas) entre ellas para permitir un crecimiento adecuado, así que tenlo en cuenta cuando las replantes. [6]
    • Coloca una nueva sección de margaritas en el agujero y recúbrela con tierra. Utiliza las manos para presionar la tierra firmemente alrededor de la base de la planta a fin de mantenerla en su lugar.
  2. La maceta debe tener al menos 13 cm (5 pulgadas) de diámetro. Escoge una maceta que drene bien para evitar la humedad excesiva y la putrefacción de las raíces. Si es posible, utiliza una mezcla para macetas de buena calidad para asegurarte de que tu planta tenga el nivel adecuado de nutrientes y fomentar su crecimiento.
    • Cava un pequeño agujero en la maceta que sea lo suficientemente grande para cubrir las raíces. Coloca la nueva sección de margaritas en el agujero y recúbrela con tierra. Presiona firmemente la tierra para mantener la planta en su lugar.
  3. Después de las primeras semanas, las margaritas en la maceta pueden colocarse a la luz del sol, siempre y cuando la temperatura no supere los 24 °C (75 °F). Para temperaturas más altas, es mejor mantener las margaritas en áreas con sombra parcial y/o luz solar de forma indirecta. [7]
  4. La tierra debe permanecer húmeda, pero no empapada. [8] La mejor manera de saber con qué frecuencia se deben regar las margaritas es revisar el suelo y las plantas regularmente. Si la tierra parece o se siente seca, o si las flores u hojas comienzan a marchitarse, es hora de regar. Si la tierra aún está húmeda, vuelve a revisarla al día siguiente.
    • Reduce el riego después de que las plantas empiecen a crecer. En ese punto, deja que la tierra se seque entre cada riego para evitar que la raíz se pudra por el exceso de humedad. Un riego abundante una vez por semana será suficiente. [9]
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Consejos

  • Una vez que las nuevas secciones de margaritas se hayan establecido, continúa cultivándolas como lo hiciste con la planta original para que puedas disfrutar de estas flores en los próximos años.
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