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Con frecuencia, un plan de estudios consiste de una guía para que los educadores puedan enseñar contenido y habilidades. En algunos casos, los planes de estudios son mapas de ruta generales, mientras que, en otros, son bastante detallados y brindan instrucciones para el aprendizaje día a día. El desarrollo de un plan de estudios podría ser bastante desafiante, en particular cuando se tienen expectativas de un rango muy amplio. Sin embargo, independientemente de la situación, debes empezar por un tema general y, en cada paso, incorporar más detalles. Por último, debes evaluar tu trabajo para determinar si es necesario realizar algún cambio.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Ver el panorama general

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  1. Este debería tener un tema y un propósito claros y el tema debería ser apropiado para la edad de los estudiantes y el entorno en el que se les enseñará el plan de estudios. [1]
    • En caso de que se te haya pedido que diseñes un curso, debes hacerte preguntas relativas a su propósito general: ¿por qué enseño este material? ¿Qué es lo que los estudiantes tienen que saber? ¿Qué es lo que tienen que aprender a hacer?
    • Por ejemplo, si vas a desarrollar un curso de escritura de verano para estudiantes de la secundaria, será necesario que consideres de manera específica qué es lo que quieres que los estudiantes reciban de la clase. Un posible propósito podría ser enseñarles a escribir una obra teatral de un solo acto.
    • Debes hacerte estas preguntas, incluso si se te asigna el tema y el curso. De esta forma, podrás comprender bien el propósito del plan de estudios.
  2. Es posible que darle un título al plan de estudios sea un proceso directo o involucre una mayor consideración, aunque esto dependerá del objetivo de aprendizaje. Un plan de estudios para preparar a los alumnos para el examen local de desarrollo de educación general podría llamarse "Plan de estudios de preparación para el examen X". Por otro lado, es posible que, en el caso de un programa que esté diseñado para ayudar a adolescentes que padezcan trastornos alimenticios, debas darle un título cuidadosamente considerado que sea atractivo para los adolescentes, además de sensible a sus necesidades.
  3. Debes conversar con tu supervisor en cuanto a la cantidad de tiempo que tendrás para enseñar el curso. En algunos casos, los cursos duran un año entero, mientras que, en otros, solo duran un semestre. En caso de que no vayas a enseñar en una escuela, deberás determinar la cantidad de tiempo que se les haya adjudicado a tus clases y, después de establecer el cronograma, podrás empezar con la organización del plan de estudios en secciones más pequeñas.
  4. Mediante lo que sepas de tus estudiantes (su edad, habilidades, etc.) y del contenido, puedes darte una idea de la cantidad de información que podrás cubrir en el tiempo que se te haya adjudicado. No es necesario planificar actividades aún, pero sí puedes empezar a pensar en lo que sea posible. [2]
    • Considera la frecuencia con la que verás a tus estudiantes. Es posible que las clases que se dicten una o dos veces por semana tengan resultados distintos de los de aquellas que se dicten todos los días.
    • Por ejemplo, imagina que vas a escribir un plan de estudios de teatro. Hay una diferencia significativa entre una clase de dos horas una vez por semana durante tres semanas y una clase de dos horas todos los días durante tres meses. Es posible que, en esas tres semanas, te sea posible montar una obra de 10 minutos, mientras que tres meses podrían ser el tiempo suficiente para montar una producción completa.
    • Es posible que este paso no aplique para todos los profesores. Por ejemplo, en el caso de las escuelas primarias, estas suelen seguir estándares estatales que bosquejan los temas que deben cubrirse durante el año y, con frecuencia, los estudiantes toman exámenes al final del año. Por tanto, la presión para cubrir todos los estándares es mucho mayor.
  5. Debes hacer una lista del contenido que quieras que los estudiantes aprendan y lo que deberían poder hacer cuando termine el curso. Más adelante, será importante que tengas objetivos claros que resuman las habilidades y conocimientos que adquirirán los estudiantes, ya que, si no los tienes, no te será posible evaluar ni a los estudiantes ni a la eficacia del plan de estudios. [3]
    • Por ejemplo, en el caso del curso de verano para escribir obras teatrales, podrías tener la intención de que los estudiantes aprendan a escribir una escena, desarrollar personajes completos y crear una trama.
    • En el caso de los profesores que trabajan en las escuelas públicas de los EE.UU., por ejemplo, la expectativa es que sigan los estándares gubernamentales. En su mayoría, los estados han adoptado los Estándares Estatales Básicos Comunes. Estos explican exactamente qué es lo que los estudiantes (desde el jardín de niños hasta el último año de la secundaria) deben poder hacer para cuando termine el año escolar. [4]
  6. [5] Busca en línea planes de estudios o estándares que se hayan desarrollado en tu área temática en el lugar en donde vivas. En caso de que trabajes en una escuela, podrías preguntar por los planes de estudios de años anteriores a otros profesores y supervisores. Te será mucho más fácil desarrollar tu propio plan de estudios si puedes trabajar a partir de una muestra.
    • Por ejemplo, para enseñar una clase de escritura de obras teatrales, podrías buscar en línea "Plan de estudios para clase de escritura de obras teatrales" o "Estándares para curso de escritura de obras teatrales".
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Llenar los detalles

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  1. [6] Por lo general, los planes de estudios se organizan gráficamente de forma que pueda haber un espacio para cada componente. En algunos casos, las instituciones les piden a los educadores que empleen una plantilla estandarizada. Por tanto, debes determinar cuáles son las expectativas. En caso de que no se te haya brindado una plantilla, puedes buscar una en línea o crear una tú mismo, lo cual te será de ayuda para que tu plan de estudios se mantenga organizado y presentable.
  2. [7] Las unidades son los temas principales que el plan de estudios cubrirá. Debes organizar tu lluvia de ideas o los estándares estatales en secciones unificadas siguiendo una secuencia lógica. Las unidades podrían cubrir ideas generales, como el amor, los planetas o las ecuaciones, así como también temas importantes (por ejemplo, la multiplicación o las reacciones químicas). [8] La cantidad de unidades variará dependiendo del plan de estudios. Asimismo, pueden durar entre 1 y 8 semanas.
    • Puedes titular una unidad con una sola palabra o con una oración corta. Por ejemplo, puedes titular una unidad sobre el desarrollo de personajes como "Crear personajes profundos".
  3. Los objetivos de aprendizaje constituyen los elementos específicos que los estudiantes sabrán y podar hacer cuando termine la unidad. De por sí los consideraste al momento de hacer la lluvia de ideas para la clase por primera vez, pero ahora deberás ser más específico. A medida que escribas los objetivos de aprendizaje, debes tener en mente preguntas importantes: ¿qué es lo que el estado exige que los estudiantes sepan? ¿Cómo quiero que mis estudiantes piensen sobre este tema? ¿Qué es lo que mis estudiantes podrán hacer? [9] Se suelen poder sacar los objetivos de aprendizaje directamente de los estándares básicos comunes. [10]
    • Usa el acrónimo LEP ("los estudiantes podrán"). En caso de que te quedes atascado, podrías empezar cada objetivo de aprendizaje por "Los estudiantes podrán…", lo cual es útil no solo para las habilidades sino también para el conocimiento del contenido. Por ejemplo, "Los estudiantes podrán proporcionar un análisis escrito de dos páginas sobre las razones para la Guerra Civil Estadounidense". Para ello, los estudiantes no solo deben saber información (las causas de la Guerra Civil Estadounidense) sino también deben hacer algo con ella (un análisis escrito).
  4. Cada una de ellas debe tener entre 2 y 4 preguntas generales que la unidad deberá explorar. Las preguntas esenciales guían a los estudiantes para que puedan comprender las partes más importantes del tema y suelen ser preguntas generales y complejas que no siempre será posible responder en una clase. [11]
    • Por ejemplo, en el caso de una unidad sobre fracciones para los primeros años de la secundaria, esta podría ser una pregunta esencial: "¿Por qué el uso de la división no siempre hace que las cosas sean más pequeñas?". En el caso de una unidad sobre el desarrollo de personajes, podría ser: "¿Cómo es que las decisiones y acciones de una persona revelan aspectos de su personalidad?".
  5. Después de tener un conjunto organizado de unidades, podrás empezar a considerar el tipo de materiales, contenido y experiencias necesarios de forma que los estudiantes puedan comprender cada tema. Esto puede cubrirse mediante ya sea el libro de texto que vayas a usar, los textos que planifiques leer, los proyectos, las discusiones o los viajes. [12]
    • Ten en cuenta el público. No olvides que los estudiantes pueden adquirir habilidades y conocimientos de distintas formas. Debes optar por libros, recursos multimedia y actividades que sean interesantes para la demografía con la cual vayas a trabajar.
  6. Es necesario evaluar a los estudiantes en cuanto a su desempeño, lo cual es útil para que ellos sepan si comprendieron el contenido con éxito y también para que el profesor sepa si transmitió el contenido con éxito. Asimismo, mediante las evaluaciones, el profesor podrá determinar si es necesario hacer algún cambio al plan de estudios en el futuro. Se puede evaluar el desempeño de los estudiantes de diversas formas, y debe haber evaluaciones presentes a lo largo de todas las unidades.
    • Emplea evaluaciones formativas. Estas suelen ser evaluaciones más pequeñas e informales que brindan retroalimentación sobre el proceso de aprendizaje. De esta forma, puedes realizar cambios al plan de estudios a lo largo de la unidad. Las evaluaciones formativas suelen formar parte del plan de clases diario, pero también puedes incluirlas en las descripciones de las unidades. Estos son algunos ejemplos: entradas de diario, pruebas, collages o respuestas escritas cortas. [13]
    • Emplea evaluaciones sumativas. Estas se llevan a cabo después de cubrir un tema completo y son apropiadas para cuando termina una unidad o bien cuando termina el curso. Los exámenes, las presentaciones, las representaciones, los ensayos o los portafolios son ejemplos de evaluaciones sumativas. Estas abarcan desde aludir brevemente a detalles específicos hasta responder a las preguntas esenciales o discutir temas más generales.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Hacer que funcione

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  1. Por lo general, el desarrollo del plan de estudios suele ser un proceso aparte de la planificación de las clases. En muchos casos, los profesores escriben sus propios planes de estudios, pero esto no siempre es así. En ocasiones, la persona que escribe un plan de estudios no es quien vaya a enseñarlo. De cualquier forma, debes tener cuidado de usar lo que esté resumido en el plan de estudios como una guía para la planificación de las clases. [14]
    • Transfiere la información necesaria del plan de estudios al plan de clase. Debes mencionar el nombre de la unidad, las preguntas esenciales y el objetivo de la unidad en el cual estés trabajando durante la clase.
    • Debes tener cuidado de que los objetivos de la clase guíen a los estudiantes a lograr los objetivos de la unidad. Los objetivos de las clases (a los cuales también se les conoce como metas o "LEP") se asemejan a los objetivos de las unidades salvo que deben ser más específicos. No olvides que es necesario que los estudiantes logren el objetivo para cuando termine la clase. Por ejemplo, "Los estudiantes podrán explicar las cuatro causas de la Guerra Civil Estadounidense" es lo suficientemente específico como para abordarlo durante una clase.
  2. Después de desarrollar el plan de estudios, debes ponerlo en marcha. Hasta que no lo pongas a prueba con profesores y estudiantes de verdad, no podrás saber si funciona. Debes tener en cuenta la forma como los estudiantes reaccionen a los temas, los métodos de enseñanza, las evaluaciones y las clases. [15]
  3. Debes hacer una reflexión sobre la forma en la que los estudiantes reaccionen al material, lo cual puede llevarse a cabo en medio del curso o después de que este acabe. Es importante hacer revisiones, sobre todo porque los estándares, la tecnología y los estudiantes están en constante cambio. [16]
    • Al hacer revisiones al plan de estudios, debes hacerte preguntas clave: ¿los estudiantes logran los objetivos de aprendizaje? ¿Son capaces de responder a las preguntas esenciales? ¿Los estudiantes cumplen con los estándares del estado? ¿Están preparados para el aprendizaje más allá del aula? De no ser el caso, podrías hacer revisiones al contenido, los estilos de enseñanza y la secuencia.
    • Si bien es posible hacer revisiones a cualquier aspecto del plan de estudios, todo debe estar en concordancia. No olvides que, si haces revisiones a los temas generales, estas deben verse reflejadas en las demás áreas. Por ejemplo, si haces un cambio al tema de una unidad, recuerda que debes escribir nuevas preguntas esenciales, objetivos y evaluaciones. [17]
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