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Las cremas exfoliantes pueden ser una parte esencial de tu rutina para el cuidado de la piel. Un buen exfoliante puede ayudar a eliminar la piel muerta, lo que mantendrá la piel fresca y limpia. Hay una gran variedad de tipos de exfoliantes que puedes comprar, y tendrás que empezar reconociendo tu tipo de piel y su nivel de sensibilidad. Elige una crema que no sea fuerte para tu piel y úsala con moderación al principio para determinar cómo reacciona.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Evaluar lo que requieres

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  1. Muchos productos son adecuados para un determinado tipo de piel; por lo tanto, para tener la mayor probabilidad de conseguir la crema correcta, debes empezar identificando tu tipo de piel. Lo primero a identificar es el tipo de piel; es decir, si es grasosa, reseca, una combinación de ellas o normal. Estas pueden ser aproximaciones, así que observa los indicadores de cada una y determina cuál coincide con la tuya.
    • Piel grasosa: puedes tener poros agrandados; una tez opaca, brillante o gruesa; puntos negros visibles; espinillas u otras imperfecciones en la piel.
    • Piel reseca: los poros podrían ser casi invisibles, podrías tener una tez opaca y áspera. Podrías tener manchas rojas en la piel, la cual podría ser menos elástica y tener más líneas visibles.
    • Piel normal: podrías no presentar imperfecciones visibles (o tener muy pocas) ni sensibilidad fuerte, tener una tez radiante y brillante, y poros muy poco visibles.
    • Piel combinada: puedes tener piel grasosa en algunas áreas y piel reseca o normal en otras. La piel combinada puede tener poros muy dilatados, áreas de piel brillante y puntos negros en la zona T o en el centro del rostro y la frente. [1]
  2. Luego de identificar el tipo de piel que tienes, debes determinar si tienes la piel muy sensible. No hay una definición dermatológica para la piel sensible, pero ten en cuenta tu experiencia. Las cremas exfoliantes pueden ser fuertes para las personas con la piel sensible, por lo que debes considerarlo. Podrías tener la piel sensible en los siguientes casos:
    • Desarrollas erupciones con facilidad.
    • Tu piel suele enrojecerse y sentir comezón luego de usar productos para el cuidado de la piel o como respuesta al clima.
    • En ocasiones, sientes escozor en la piel luego de lavarte o estar al aire libre. [2]
  3. Si eres propenso a desarrollar acné y sueles tener espinillas, podrías tener este tipo de piel. Es importante que lo tengas en cuenta cuando elijas una crema exfoliante. Los productos exfoliantes pueden empeorar a la piel propensa al acné, en especial si son cremas más ásperas o espesas. [3]
  4. Si tienes problemas graves con la piel, y no sabes con certeza qué tipos de productos son los mejores para ti, reserva una cita con un doctor o dermatólogo. Un experto médico podrá aconsejarte de manera informada sobre lo que puedes probar. En algunos casos, podrían recetarte tratamientos específicos.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Elegir la crema adecuada para ti

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  1. Antes de tratar de conseguir la crema exfoliante adecuada para ti, es una buena idea que averigües sobre los diferentes tipos de productos disponibles. En general, los productos exfoliantes pueden dividirse en dos categorías: la física (a veces conocida como mecánica) y la química.
    • Los productos físicos son granulados y poseen ingredientes abrasivos diseñados para eliminar las células muertas de la piel de forma física.
    • Los exfoliantes físicos suelen ser cremas o almohadillas de microdermoabrasión.
    • Los exfoliantes químicos usan enzimas o ácidos para eliminar las células muertas de la piel.
    • Los exfoliantes químicos pueden ser cremas y geles.
    • Estos suelen contener alfahidroxiácidos (AHA) o betahidroxiácidos (BHA).
  2. Usa una cantidad pequeña del producto en el área del cuello detrás de la oreja. Busca los signos de la hipersensibilidad dentro de 24 horas. Si todo parece estar bien, puedes usarlo en tu rostro. Úsalo una o dos veces a la semana al principio para supervisar la reacción.
    • Puedes determinar si un exfoliante es químico o físico teniendo en cuenta si puedes sentir las partículas exfoliantes pequeñas. Si puedes sentir estos granos pequeños en la piel, se trata de un exfoliante físico, y no tendrás que realizar una prueba de sensibilidad. Si el exfoliante se siente suave, será de tipo químico.
  3. Asegúrate de que tenga la textura adecuada para tu piel y que no sea muy fuerte. Debes conseguir un exfoliante que se sienta granulado, pero no afilado. Evita los que tengan ingredientes como pepa de frutas o cáscaras de nueces, ya que pueden crear raspaduras pequeñas en la piel.
    • Podrías usar un humectante luego de exfoliarte para así combatir toda resequedad que experimentes.
    • Sé más cuidadoso si tienes un tez más oscura, ya que el exfoliante podría generar una pigmentación postinflamatoria, la cual puede ser difícil de remediar. [5]
  4. Si tienes la piel grasosa, debes probar un exfoliante químico con BHA. Estos productos pueden ser los más eficaces para exfoliar la superficie de la piel y el interior de los poros. Si no quieres usar un exfoliante químico, prueba uno físico suave. Primero prueba una cantidad pequeña de un nuevo producto para determinar cómo reacciona tu piel.
    • Si tienes piel grasosa, podrías exfoliarte una vez al día.
    • Si la piel se vuelve adolorida o irritada, debes exfoliarla con menos frecuencia. [6]
    • Solo usa un exfoliante en tu rutina de cuidado de la piel. Nunca uses dos de forma consecutiva. Si usas demasiados productos al mismo tiempo, esto puede irritarte la piel y modificar su nivel de pH, en especial si tienes piel grasosa.
  5. Si tienes la piel reseca, necesitarás algo que sea un poco menos fuerte que lo que usarías para la piel grasosa. El AHA es una opción más suave que el BHA, y es fantástico para aliviar las áreas de piel reseca. Solo necesitarás una exfoliación superficial, y un producto más fuerte podría causarte más resequedad e incomodidad.
    • Si tienes la piel reseca, lo mejor será exfoliarla con menos frecuencia.
    • Primero solo exfóliate una vez a la semana y observa cómo responde la piel. [7]
    • Experimenta con la frecuencia con la que te exfolies y notar qué funciona mejor para tu piel. [8]
  6. Si tienes piel propensa al acné, no debes usar un exfoliante muy fuerte. Esto podría causarte inflamación y empeorar el acné. [9] La exfoliación puede ayudarte a eliminar la piel muerta y despejar los poros.
    • Prueba un producto con BHA diseñado para su uso cotidiano, como el ácido glicólico.
    • Este será lo suficientemente suave como para no irritar ni inflamar la piel, pero aun así conseguirás los beneficios de una exfoliación más profunda sin el daño físico.
    • Si tienes dificultades para lidiar con la piel grasosa y propensa al acné, consulta con el doctor sobre los retinoides de venta con receta.
  7. Si tienes la piel normal, debes probar un producto con BHA o un exfoliante físico suave. Con la piel normal, podrás usar un producto con BHA que exfolie más profundo que uno que usarías si tuvieras la piel reseca o sensible.
    • Las personas con la piel normal por lo general pueden exfoliarla dos veces a la semana.
    • Siempre revisa tu piel y nota cómo responde al producto que uses.
  8. La piel combinada suele ser más grasosa o reseca, según tu tipo de piel, el clima y la estación. Préstale atención a tu piel a lo largo del año para notar cuándo parece que se agrieta más, y cuándo se vuelve más grasosa. Ten productos a la mano para ambos casos, como una crema con AHA para cuando esté reseca y un producto con BHA para cuando esté más grasosa.
    • Solo usa un exfoliante a la vez. Nunca uses ambos productos al mismo tiempo.
  9. En el caso de la piel sensible, debes tener mucho más cuidado para no usar un exfoliante fuerte. Evita todo lo que tenga un contenido elevado de ácido glicólico, y busca exfoliantes suaves diseñados específicamente para la piel sensible. Usa un exfoliante muy suave de forma moderada.
    • Evita los exfoliantes fuertes, pero considera algo más suave como uno enzimático.
    • Los productos con bromelina, papaína o ficaína pueden ser beneficiosos para la piel sensible. [10]
    • No te exfolies más de una vez a la semana y detente si sientes dolor o irritación.
    • Usa un humectante luego de la exfoliación, para aliviar la resequedad.
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Consejos

  • Usa una crema protectora contra el sol.
  • Usa un humectante luego de exfoliarte, para mantener la piel húmeda y saludable.
  • Exfóliate el rostro con delicadeza.
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Advertencias

  • Consulta con un profesional médico si tienes problemas en la piel antes de usar un exfoliante.
  • Deja de usar el exfoliante si te irrita la piel.
  • No te exfolies el rostro en exceso.
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