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Las amistades son algunas de las relaciones más significativas y transformadoras que tienes. Esta es la razón por la que puede ser muy difícil afrontar la muerte de un amigo. Este amigo puede haber sido tu confidente principal, tu secuaz o la persona que te apoyó durante el divorcio de tus padres. Si era joven, el resultado de su muerte puede ser aún más impactante y confuso. Lidia con la muerte de tu amigo buscando maneras de afrontar tus emociones, manteniendo viva su memoria y aprendiendo cómo seguir con tu vida sin él.

Método 1
Método 1 de 3:

Afrontar la pérdida

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  1. Participar en ceremonias (como un funeral, un velorio o una Shiva) ayuda a los vivos a despedirse de los fallecidos. Si se hará un servicio conmemorativo para tu amigo, trata de asistir. También puedes llevar flores para colocar en el ataúd o consultar con la familia para ver si puedes dejar un recuerdo en él.
    • Siéntate junto a la familia y a otros amigos. Estar cerca de otras personas que amaron a tu amigo te ayudará a hacer duelo.
  2. Hay muchos mitos con respecto a cómo debe hacer duelo una persona. La realidad es que debes hacerlo de la manera que mejor se adecúe a ti. Esto puede incluir llorar, gritar, concentrarte en tu trabajo o sentarte silenciosamente. No hagas comparaciones con respecto a cómo se debe hacer duelo, solo conéctate con tus sentimientos, sea como sea que los experimentes.
    • Por ejemplo, no analices profundamente la manera en que haces duelo en comparación a otras personas. Si no lloras, eso no significa que no quisiste a la persona.
    • Toma en cuenta que las emociones intensas (o la falta de estas) que sientes son temporales. El duelo, sin importar cuán mal se sienta, no durará por siempre. [1]
  3. Tal vez desees aislarte de otras personas porque crees que no te entenderán. Tal vez también estén afectadas por la muerte de tu amigo o tal vez solo quieran consolarte. Acepta la ayuda cuando otras personas te ofrezcan hacerte compañía, hablar contigo o traerte comida o bocadillos. [2]
  4. Las emociones negativas pueden ser horribles, pero puedes usar esta energía para crear algo nuevo. Concentra el dolor en actividades creativas como escribir, pintar o bailar. Tal vez el arte sea terapéutico.
    • Cuando no puedas dormir ni comer ni hablar, toma tu diario o un lienzo vacío y libera las emociones que tienes dentro. [3]
  5. No seas muy duro contigo mismo ni pongas la valla demasiado alta para ti mismo. Trata de ser más benévolo y de hacer énfasis en el autocuidado. Puedes establecer una meta simple cada día (como tomar el desayuno, ducharte o vestirte). Estas acciones te ayudarán a sentirte mejor, además de ser muy manejables. [4]
    • Trata de incorporar el autocuidado en cada día. Reza, haz yoga, medita, hazte un automasaje, lee un libro o escucha música relajante.
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Método 2
Método 2 de 3:

Recordar a tu amigo

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  1. Muchas veces, cuando alguien muere, las demás personas tienen problemas para hablar de él sin sentir alguna incomodidad. Sin embargo, esto hace que las personas que quieren compartir sus historias se sientan aisladas. Si te sientes cómodo hablando de tu amigo, usa su nombre en la conversación. Él estuvo vivo y fue muy importante para ti. Eso no tiene por qué cambiar debido a que esté muerto. [5]
  2. Aferrarte a un objeto que fue importante para su amistad puede ayudarte a afrontar el dolor y a sentirte más cercano a tu amigo. Acércate a su familia las semanas posteriores a la muerte. Pregúntales si te permitirían tomar un objeto especial como recuerdo de su amistad. [6]
    • Por ejemplo, puedes tomar el libro que le prestaste y que nunca te devolvió, o la camiseta que usó el día que se conocieron. Los mejores recuerdos tendrán un valor simbólico para la amistad.
  3. Una buena manera de recordar a alguien que ha muerto es revivir los buenos momentos que compartieron juntos. Pasa algo de tiempo pensando en las ocasiones especiales que viviste con la persona (los cumpleaños, los acontecimientos e incluso los momentos que pasaron en casa). [7]
    • Busca a otras personas que hayan sido cercanas a tu amigo (como un novio o novia, un hermano u otros amigos). Habla con estas personas acerca de tu amigo cuando quieras revivir los recuerdos.
  4. Otra buena manera de mantener vivo el recuerdo de tu amigo es recrear las vivencias que compartieron juntos. El hecho de que ya no esté no significa que debas dejar de almorzar en la pizzería los viernes o de mirar su programa de televisión favorito. [8]
    • Puede ser difícil al principio, pero quizás descubras que visitar ciertos lugares o hacer ciertas actividades puede ayudar a que te sientas más cerca de tu amigo.
  5. Incluye fotos de tu amigo en diferentes momentos de su vida. También incluye fotos de los dos juntos. Escribe leyendas o historias breves al lado de las fotos. Míralo cuando te sientas desanimado y compártelo con otros amigos. [9]
  6. Si a tu amigo le gustaba montar en bicicleta, averigua cuándo será el próximo evento ciclístico y asiste en honor a tu amigo. Si era un lector de toda la vida, empieza un club de lectura en su memoria. Recauda dinero e inicia un fondo de becas a nombre de tu amigo. Busca maneras de honrar a tu amigo manteniendo vivo su legado. [10]
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Método 3
Método 3 de 3:

Tratar de seguir con tu vida

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  1. En algún punto, te sentirás capaz de volver a tu vida rutinaria. Las cosas no volverán a ser normales, pero puedes afrontar los cambios creando un horario. Tener una estructura se puede sentir casi como una manta caliente cuando el mundo se escapa de control. Así que desarrolla una rutina que funcione para ti y cíñete a ella. [11]
    • Piensa en las cosas que generalmente haces en un día y escríbelas en una agenda. Asigna el tiempo necesario para los distintos eventos y actividades, como almorzar o ir al trabajo o a la escuela. Trata de mantener un horario estable de sueño levantándote y acostándote a las mismas horas cada día.
  2. El tiempo que sigue a la muerte de alguien suele hacer que las personas reflexionen en el significado de la vida. La muerte de tu amigo puede haberte hecho más consciente de las cosas en tu interior que quisieras cambiar. Tómate algo de tiempo para decidir qué clase de persona quieres ser para seguir adelante. [12]
    • Por ejemplo, quizás sientas que no pasas mucho tiempo con tu familia. Si es así, empieza a tenerlo como una prioridad. Tal vez el hecho de que la vida de tu amigo se haya interrumpido te inspire a vivir la tuya más plenamente.
  3. En las semanas y en los meses posteriores a la muerte de tu amigo, vale la pena que te rodees con gente positiva y solidaria. Puede ser otro amigo cercano, un hermano, un padre, un profesor o un consejero espiritual. Puedes hablar acerca de tu dolor o simplemente pedir a la persona que te apoye de alguna manera. [13]
    • Por ejemplo, puedes decir “Me estaba preparando para postular a la universidad cuando Mariana murió. ¿Me puedes ayudar a retomar las solicitudes?”.
  4. Si crees que no puedes retomar tu lugar en el mundo después de la muerte de tu amigo, quizás necesites ayuda profesional. Algunas personas experimentan un duelo complicado. Puedes culparte a ti mismo por la muerte, dejar de ir a la escuela o al trabajo, descuidar tu apariencia e incluso tener pensamientos suicidas.
    • Un consejero de duelo puede ayudarte a aceptar la muerte y a aprender cómo afrontar mejor tus emociones. Además, si estás deprimido, puede derivarte a un psiquiatra que te pueda prescribir medicamentos antidepresivos. [14]
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Consejos

  • Asegúrate de apartar algo de tiempo para ti mismo a fin de hacer duelo. Es importante que te permitas pensar.
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