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Enrollar un saco de dormir es una habilidad esencial que todo campista debe tener. Si bien estos vienen en una gran variedad de formas y opciones de almacenamiento, enrollar uno es bastante sencillo. Una vez que determines la mejor manera de enrollar tu saco de dormir, hacerlo será sencillo.

Método 1
Método 1 de 2:

Enrollar un saco de dormir

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  1. Considera que enrollar un saco de dormir frecuentemente puede dañar su aislamiento térmico, disminuyendo así su eficiencia para mantenerte caliente. La mayoría de los sacos que vienen con un bolso deben guardarse sin ajustar demasiado y sin enrollar. Si no estás seguro de cómo guardar tu saco, revisa el manual.
    • Si el saco tiene tiras, ya sea que estén separadas o unidas a la parte superior, lo más probable es que deba ser enrollado. Las tiras deben utilizarse para mantener el saco enrollado.
    • Si tienes que ganar espacio, enrollar el saco es la mejor manera de comprimirlo de tal manera que quede tan pequeño como sea posible. Sin embargo, será mejor que lo desenrolles tan pronto como puedas. [1]
  2. De ser posible, utiliza la lona del suelo de la carpa para enrollar tu saco de dormir, ya que de esta manera podrás mantenerlo limpio y evitar que la humedad del rocío penetre en el material.
  3. Sube el cierre hasta el tope, ya que si no está cerrado, será más difícil enrollar el saco uniformemente. [2] Alisa la superficie del saco a fin de eliminar tanto aire como sea posible. De lo contrario, será muy difícil enrollarlo de forma pareja y ajustada.
  4. Dobla un lado del saco sobre el otro de tal manera que se alinee con el cierre. Tómate el tiempo que sea necesario y cerciórate de que los bordes coincidan. No tiene que ser perfecto, pero mientras más se acerquen entre sí, mejor.
  5. Con ambas manos, enrolla el saco de manera ajustada, aplanándolo conforme avanzas y empujando el aire hacia arriba para eliminarlo a través de la abertura en el borde superior. [3]
  6. Si tienes problemas para ajustar bien el saco, agáchate y utiliza tus rodillas para mantenerlo bien enrollado y eliminar el aire en su interior. Luego, continúa enrollándolo otros 5 a 7,5 cm (2 a 3 pulgadas), manteniéndolo apretado con tus manos y deshaciéndote del aire con tus rodillas.
  7. La mayoría de los sacos de dormir que deben enrollarse tienen tiras para sujetarlo y ajustarlo para poder guardarlo. Necesitarás al menos dos tiras, y debes colocarlas aproximadamente a 1/3 de distancia de cada borde del saco enrrollado. [4]
    • Si no tienes las tiras, puedes reemplazarlas con un cinturón, elásticos grandes o una cuerda.
    • Si el saco vino con un bolso, pero no con las tiras, guárdalo en dicho bolso y ciérralo bien.
  8. Si te encuentras en el campo, un saco de dormir húmedo no solo es incómodo, sino que puede ser peligroso. El agua puede enfriar la piel mucho más rápido que el aire. Por lo tanto, si no tienes cuidado, un saco de dormir húmedo puede alcanzar temperaturas bajas letales. Procura guardarlo en un bolso impermeable. Si no tienes uno, reemplázalo con bolsas de basura. [5]
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Método 2
Método 2 de 2:

Evitar los problemas habituales

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  1. Mantener tu saco de dormir guardado o enrollado por periodos extendidos dañará su relleno acolchado, que atrapa el aire caliente para mantenerte caliente. [6] Si bien debes enrollarlo de modo que quede bien ajustado cuando vas a viajar, nunca debes almacenarlo comprimido o apretado en un bolso con cordón.
    • Cuando no lo utilices, enrolla tu saco de dormir sin apretarlo demasiado o únicamente déjalo doblado.
  2. La capa exterior de este tipo de sacos es excelente para mantener el aire afuera cuando necesitas mantenerte caliente; sin embargo, también pueden mantener el aire adentro cuando la idea es eliminarlo para poder guardar el saco. Por tanto, es mejor darles la vuelta, cerrarlos y enrollarlos como lo harías normalmente. [7]
  3. Estos sacos suelen venir con varias tiras y correas que te permiten apretarlos desde el borde superior y hacerlos más pequeños. Normalmente son impermeables y lo suficientemente grandes como para que puedas guardar otros artículos, como camisetas o almohadas para campamento, junto con el saco.
    • Si vas a utilizar un bolso con cordón, siempre empieza a enrollar tu saco desde el borde inferior, ya que esto te permitirá eliminar el aire por el extremo superior. [8]
  4. Si bien no es bueno amontonar el saco cuando lo guardes, ni dejarlo demasiado comprimido, el buen cuidado también incluye limpiar la tierra, ramas y hojas, así como dejar que se seque por completo una vez que el viaje haya terminado. Si lo guardas mientras está húmedo, podrían salirle hongos y moho, que son bastante difíciles de quitar una vez que aparecen. Elige un día seco para dejar el saco afuera por varias horas y limpiar cualquier residuo.
    • La luz UV puede dañar las fibras de un saco de dormir, así que ten cuidado de no dejarlo bajo el sol todo el día. [9]
  5. No es extraño que algunas plumas del relleno se salgan de los sacos de dormir nuevos. Vuelve a introducirlas cuidadosamente, jalándolas desde el interior si puedes. Con el tiempo, los agujeros se cerrarán y el aislamiento térmico se restaurará. [10]
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Consejos

  • Si bien al enrollar tu saco de dormir puedes mantenerlo limpio, tendrás que asegurarte de limpiarlo bien regularmente a fin de deshacerte del sudor, tierra y mugre acumulados durante el campamento. Por lo general, los sacos sintéticos pueden lavarse en una máquina lavarropa, mientras que los de plumón deben limpiarse a mano en una tina con agua tibia.
  • Debes mantener el saco de dormir relativamente suelto mientras esté guardado. Si mantienes un saco de dormir moderno enrollado de manera muy ajustada por mucho tiempo, su relleno acolchado se dañará.
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