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La tarea de enseñar a un niño a ir al baño podría ser abrumadora, ¡tanto para ti como para el pequeño! Lo principal que deberás tomar en cuenta es si el niño está listo para usar la bacinica. Si lo está, entonces todo el proceso será mucho más fácil, sin contar que será más rápido. Lee a continuación para averiguar cómo preparar a tu hijo a ir al baño por sí solo, verás consejos para saber si el niño está listo, para armar un programa de entrenamiento efectivo, para felicitarlo por sus avances y darle los premios correctos. A sus marcas, listos, ¡a orinar!

Parte 1
Parte 1 de 5:

Preparación para el entrenamiento

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  1. Es importantísimo que tu niño esté mentalmente preparado para aprender a usar la bacinica, pues facilitará y acelerará mucho más el proceso. Un niño listo para aprender a ir al baño variará dependiendo del niño, podría estarlo entre los 18 y 36 meses. En general, las niñas tienden a aprender un poco más temprano que los niños: la edad promedio de las niñas es de 29 meses, mientras que los niños es de 31. [1] .
    • Podrás darte cuenta de que el niño está listo con las siguientes señales:
      • Muestra interés en el baño y la manera en que los demás lo usan.
      • Tiene buenas habilidades motoras, incluidas la capacidad para ir caminando al baño, subir las escaleras o bajarse los pantalones.
      • Buenas habilidades de lenguaje: puede comprender las instrucciones y las palabras relacionadas al baño, además puede comunicarse cuando quiere ir.
      • Defeca en momentos predecibles y tiene la capacidad para mantener el pañal seco por más de 2 horas.
      • Comprende, con palabras o expresiones faciales, cuando necesita orinar o defecar.
      • Tiene el deseo de complacer a los padres y portarse como un adulto.
    • Nunca deberás presionar a tu niño para que vaya al baño si no está listo, sino solo se resistirá y el proceso de enseñanza será frustrante y llevará mucho tiempo. Dale 1 o 2 meses más y verás que será mucho más fácil.
    • También se ha comprobado que una de las maneras más efectivas para enseñar a un niño a ir al baño es empezar el proceso mucho antes del inicio del proceso físico, con juegos y actividades para prepararlo para la idea general.
  2. Lo principal que deberás tener para enseñarle a tu hijo con éxito es paciencia. Enseñar a un niño a ir al baño es un proceso que no sucede de la noche a la mañana. Tú y él tendrán que trabajar juntos, superar todo accidente y revés. Si bien es habitual oír que algunos padres les enseñan a sus hijos con éxito en un solo fin de semana, es completamente normal que este proceso de entrenamiento tome hasta 6 meses. [1]
    • Trata constantemente de ser lo más optimista y alentador que puedas con el niño y enfrenta cualquier accidente con calma. Recuerda que ningún niño se graduará de la secundaria con pañales, ¡lo logrará !
    • También deberás tener presente que aunque tu niño vaya al baño perfectamente durante el día, es común que siga mojando la cama en la noche hasta los 5 años. Se supone que podrá estar completamente seco a los 6, pero hasta ese entonces, prepárate para usar pañales y sábanas de plástico en la noche. [2]
  3. Una bacinica es la opción más fácil y menos intimidante para un niño que no sabe ir al baño. Podrás conseguir todo tipo de bacinicas lindas, algunas vienen con la forma de los personajes animados favoritos de los niños. Estas serán una buena opción, pues querrás que tu niño se sienta lo más cómodo posible con la bacinica y esté entusiasta por usarla. También deberás considerar comprar una bacinica con un asiento desmontable, el cual podrás poner en el retrete una vez que tu niño esté listo.
    • Si decides usar el retrete desde el principio, asegúrate de comprar una banqueta para que sus pies estén firmes y seguros mientras está sentado. Así se sentirá más estable y le ayudará a eliminar el miedo a caerse.
    • Para empezar, considera la posibilidad de poner la bacinica en la sala de juegos o en la sala. Esto ayudará a tu niño a estar cómodo con la bacinica y esté menos intimidado por usarla. También hará que esté más dispuesto a usarla si la tiene a su alcance.
  4. Escoger el momento adecuado para enseñarle a ir al baño puede determinar grandemente tus posibilidades de éxito. Evita enseñarle si ha pasado recientemente por un periodo de cambio, por ejemplo, si ha nacido su hermano, si se ha mudado de casa o si ha empezado a ir a otra guardería, porque esos cambios podrían ser estresantes para un niño y enseñarle a ir al baño solo lo estresará más.
    • Escoge un momento en que puedas pasar largos periodos de tiempo con tu niño en casa para que así se sienta cómodo y seguro con su ambiente y siempre te tenga para animarlo y apoyarlo.
    • Muchos padres optan por enseñarles a sus hijos a ir al baño en los meses de verano, no solo porque tienden a tener más tiempo libre para pasar con sus hijos, sino también porque el niño estará usando menos capas de ropa, cosa que hará que el entrenamiento sea mucho más fácil para el niño.
  5. Un horario fijo puede ayudar a que las veces para ir al baño sean una rutina, lo cual ayudará al niño a adaptarse a su nueva responsabilidad y le ayudará a recordar ir por su cuenta. Para empezar, trata de escoger de 2 a 3 veces al día donde pondrás al niño en la bacinica y lo dejes sentado unos cuantos minutos. Si lo usa, excelente, pero si no, no te preocupes. Solo es necesario que el niño se acostumbre.
    • Para animar a tu niño a ir al baño, trata de escoger momentos del día en que sea más probable que necesite el baño, por ejemplo, a primera hora de la mañana, después de comer y antes de dormir. También podrás darle más líquidos con su comida, si quieres, ya que esto le ayudará a acelerar su sistema digestivo.
    • Haz que el tiempo en la bacinica sea parte de su rutina antes de irse a dormir: haz que se ponga su pijama, se lave la cara, se cepille los dientes y se siente en su bacinica. Pronto recordará hacerlo solo.
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Parte 2
Parte 2 de 5:

Haz que tu niño esté cómodo con la bacinica

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  1. Deja que se sienta cómodo con ella para que comprenda que no tiene nada de intimidante ni aterrador. Pon la bacinica en su área de juegos, donde pueda sentarse con toda su ropa puesta mientras lee un libro o juega con sus juguetes. Una vez que esté acostumbrado o incluso encantado de la bacinica, podrás ponerla en el cuarto de baño.
    • También usa alguna juegos, cuentos, actividad y apps para presentarle la idea de ir al baño.
  2. Luego, tendrá que comprender cuál es el uso de la bacinica. Para explicárselo, trata de llevar su pañal sucio sobre la bacinica y verter su contenido ahí. Dile que la bacinica es el lugar donde van el “pupú” o el “pipí”. Otra opción es que eches el contenido del pañal en el retrete y te despidas de él mientras tiras de la cadena.
    • También, si quieres demostrarle cómo se usa el retrete, lleva al niño al baño contigo cuando tengas que usarlo. Siéntalo en su bacinica mientras estás sentado en el retrete y le muestras cómo debe hacerlo. Con suerte, esto lo animará a usar la bacinica como “los grandes”.
    • Si es posible, quizá sea mejor que los niños pequeños vayan al baño con papá ¡para evitar confusiones! Sin embargo, deberás olvidarte de enseñarle a los varoncitos a orinar de pie por el momento, porque podría ser confuso (aparte de que será un desastre). Por ahora, haz que se siente en la bacinica para el número uno y el número dos
  3. Deja que se acostumbre a la bacinica sentándolo ahí 5 minutos, 3 veces al día. Anímalo a hacerlo, pero no te preocupes si no lo hace. Felicítalo por intentarlo y hazle saber que podrá intentarlo después.
    • Si se pone impaciente por salir, dale un libro o un juguete para que juegue y así no crea que la bacinica es un castigo.
    • Nunca lo obligues a sentarse en la bacinica si no quiere, sino solo harás que se resista más, lo cual puede afectar todo el proceso de entrenamiento.
  4. Trata de no confundir a tu niño usando palabras vagas o complejas para describir el acto de usar el baño o ciertas partes del cuerpo. Usa palabras infantiles fáciles y directas como “pipí”, “pupú” y “bacinica” cuando le hables.
    • Nunca utilices palabras como “sucio” o “asqueroso” para describir los procesos corporales naturales, sino el niño podría sentirse avergonzado de hacerlo, cosa que impactará negativamente tu proceso de entrenamiento. [1]
    • Si un niño se siente ansioso o avergonzado de usar la bacinica, empezará a aguantarse todo, lo que le ocasionaría problemas de salud como estreñimiento e infecciones del tracto urinario. Por esta razón, es importantísimo que el niño se sienta cómodo usando la bacinica. [3]
    • Ser abierto con el niño le dará confianza y entenderá que deberá sentirse orgulloso de él mismo por usar la bacinica correctamente.
  5. Los niños pueden sentirse extremadamente ansiosos con la bacinica por diversos motivos: si usan el retrete, algunos tendrán miedo de caerse dentro o del sonido al tirar de la cadena, otros niños verán su deposición, que considerarán como parte de ellos mismos y pensarán que lo están perdiendo al usar la bacinica. Por tal motivo, es importante que siempre estés con el pequeño mientras esté sentado en la bacinica, al menos al principio.
    • Sonríele, felicítalo mucho y usa un tono de voz calmado y tranquilizador en todo momento. También podrás cantar o jugar con tu niño mientras esté en la bacinica para que vea que usarla es una actividad divertida y no algo a lo cual temer.
  6. Muchos padres han comprobado que los libros que tratan sobre el entrenamiento para ir al baño son una herramienta sumamente útil para enseñarle a los niños a cómo y por qué usar la bacinica. Estos libros suelen ser graciosos, alentadores y tienen imágenes atractivas con las cuales los niños se pueden identificar.
    • Haz que tu niño participe del proceso de lectura haciéndole preguntas y pidiéndole que señale ciertos artículos de las imágenes. Cuando termines de leer, pregúntale si quiere usar su bacinica, al igual que el niñito o la niñita del libro.
    • Algunos libros populares relacionados con el entrenamiento para ir al baño son: Adiós, pañal (Vox, 2011), ¡Fuera el pañal! (Everest, 2009) y ¡Tengo pipí! (Corimbo, 2010). [4]
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Parte 3
Parte 3 de 5:

Crear buenos hábitos

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  1. Si aprendes a interpretar las señales de tu niño cuando quiere ir al baño, podrás llevarlo al baño rápidamente y animarlo a usar la bacinica en vez de hacerlo en el pañal.
    • Algunas de las señales más comunes que indican que un niño necesita el baño son: un cambio o pausa en su actividad, ponerse de cuclillas, apretar su pañal, gruñir, tener la cara roja.
    • Podrás ayudar a tu niño a reconocer esas señales por su cuenta preguntándole: “¿Necesitas usar la bacinica?” o “¿Quieres hacer pupú?” apenas veas las señales de advertencia. Anima a tu niño a decirte cada vez que tenga la necesidad ir al baño.
    • Ten presente que algunos niños estarán reacios a dejar de hacer lo que hacen, sobre todo si están jugando y divirtiéndose, solo para usar la bacinica. Tendrás que animarlos y darles muchas felicitaciones para que parezca algo significativo.
  2. Muchos padres recomiendan la técnica de sacar el pañal del niño y dejarlo correr desnudo por la casa durante un par de horas al día. El pequeño disfrutará sentirse así y también aprenderá a reconocer las señales de su organismo de querer ir al baño sin la seguridad de un pañal.
    • Recuerda que si usas este método, habrá “accidentes” (se orinará por ahí), pero uno de esos accidentes (o cinco) podría ser justo lo que necesites para que se dé cuenta ¡de la importancia de usar la bacinica!
    • No te muestres enfadado ni decepcionado cuando tu hijo tenga uno de esos accidentes, solo límpialo con calma y asegúrale que llegará a la bacinica la siguiente vez. Si lo regañas, podría preocuparse por usar la bacinica y empezará a aguantarse.
    • A muchos padres no les gusta usar pañales, porque ahora son tan absorbentes que un niño no puede darse cuenta si está mojado o no. Sin cierto grado de molestia, no podrá aprender de las señales de su organismo e ir al baño a tiempo. Si el niño está desnudo o solo con su ropa interior, ¡no confundirá la necesidad de ir! [5]
  3. El uso de la bacinica debe volverse una actividad diaria y natural para el niño y la mejor manera de lograrlo es incorporando el tiempo de la bacinica a su rutina diaria establecida.
    • Siéntalo en la bacinica después de cepillar sus dientes cada mañana o antes de su baño de la noche. Hazlo todos los días y noches sin falta y en poco tiempo tu niño se irá a sentar solo en la bacinica.
  4. Enséñale a limpiarse solo con papel higiénico antes de pararse de la bacinica. Facilítale la tarea dejándole siempre un rollo de papel higiénico (¡puede ser de los decorados!) al lado de la bacinica. Hacerlo será sumamente importante para las niñas, quienes deben limpiarse de delante hacia atrás para evitar la proliferación de bacterias. [2]
    • Quizá todavía necesite ayuda para limpiarse durante algún tiempo, sobre todo después del número dos, pero será bueno dejarlo acostumbrarse a intentarlo.
    • Cuando termine, permítele el honor de tirar de la cadena y despídete o haz hurras mientras todo se va por el retrete. ¡Felicítalo por un trabajo bien hecho!
  5. Los niños suelen impacientarse para regresar a sus asuntos importantes de juego una vez que terminan de usar la bacinica, pero deberás asegurarte de enfatizar la importancia de lavarse las manos antes de dejar el baño.
    • Para animarlo a lavarse las manos, consíguele una banqueta para que pueda llegar fácilmente al lavabo y cómprale un jabón antibacteriano de niño de un color vivo que disfrute usar.
    • Enséñale a tu niño a cantar una canción mientras se lava para que no se vea tentado a lavarse demasiado rápido. Haz que cante el alfabeto cuando empiece a lavarse las manos y dile que solo podrá dejar de hacerlo cuando llegue a la Z.
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Parte 4
Parte 4 de 5:

Tratar los éxitos y los fracasos

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  1. Lo más importante que deberás hacer durante el entrenamiento es darle un sinfín de ánimos, ya sea que tenga éxito usando la bacinica o no. Felicítalo por cada logro pequeño, desde cuando te dice que tiene ganas de ir al baño, cuando se baja solo los pantalones hasta cuando se sienta en el retrete por todo 1 minuto. Aunque no haga nada, dile “¡Buen trabajo!” por intentar y recuérdale que podrá volver a intentarlo después.
    • Solo ten cuidado no animarlo en exceso . Felicítalo con una voz apacible y no te emociones demasiado. Si tus ánimos son exagerados podrían generar cierta presión y tu niño podría sentirse ansioso por complacerte.
  2. Muchos niños responden bien a los incentivos o premios para usar la bacinica. El tipo de premios que decidas darle dependerá tanto de tu estilo de crianza como de la reacción del pequeño. Te describiremos algunas ideas a continuación:
    • Comida: algunos padres premian a sus hijos con dulces por usar exitosamente la bacinica. Por ejemplo, podrías darle tres chocolatitos o un osito de goma cada vez que logre usar la bacinica. Otros padres son precavidos al dar comida como premio, pues opinan que podría afectar los hábitos alimenticios del menor en el futuro. [6]
    • Tabla de estrellas: otra motivación común es que los padres crean una tabla de estrellas, donde el niño recibe una estrella dorada cada vez que utiliza exitosamente la bacinica. En ocasiones, la estrella dorada es motivación suficiente, pero otros padres dan más premios si el niño llega a cierto número de estrellas cuando termina la semana, por ejemplo, ir al parque u otro cuento antes de dormir.
    • Juguetes: otra buena opción es comprar un set de juguetitos (nada grande, solo una colección de carros de juguete o animales de plástico) y dejar que el niño elija uno cada vez que use la bacinica.
    • Alcancía: ¡algunos padres les dan a sus hijos incentivos económicos para usar la bacinica! Pon una alcancía en el baño y echa un centavo cada vez que tu niño use la bacinica. Cuando esté llena, podrá cobrar el dinero y comprarse lo que le gusta, un helado o un paseo en las máquinas del centro comercial. [6]
  3. Una manera excelente para que el niño se enorgullezca de usar la bacinica es dejarlo alardear con un amigo o familiar. Dale mucha importancia al hecho de que le diga a mamá o a papá lo bien que le fue con la bacinica cuando llegue a casa en la noche. Si no, cuéntales la noticia al tío o a la abuela y deja que tu niño les llame para darles la buena noticia.
    • Obtener reaccionas positivas y alentadoras de otra persona aparte de ti (el entrenador) dejará una impresión de lo bien que siente ser un niño o una niña “grande”.
    • Otro truco que usan los padres es pedirle a un amigo o familiar que se haga pasar por el héroe o el personaje animado favorito del niño por teléfono. Podría ser Dora la Exploradora, el Hombre Araña o Barney el Dinosaurio, quien sea. Cuéntale al héroe sobre los logros de ir al baño y cuando lo felicite, ¡se sentirá orgulloso hasta las nubes!
  4. Los regaños y los castigos no se permiten a la hora de enseñarle a ir al baño. Recuerda que tu niño recién ha desarrollado la capacidad de reconocer, controlar su vejiga y evacuaciones, y todavía sigue aprendiendo. No se orinará intencionalmente solo para molestarte o darte más trabajo.
    • Como ya lo hemos mencionado, regañar a un niño por un accidente o por no usar la bacinica podría generarle ansiedad por toda la cuestión. Por culpa de esa ansiedad podría empezar a aguantarse todo, lo cual causará más accidentes y conllevaría a problemas de salud y sicológicos en el futuro. [3]
    • Si tu niño se orina o defeca por casualidad, dale la seguridad de que no hay problema y que podrá usar la bacinica la próxima vez. Dile que estás orgulloso de él por intentarlo y que confías en que pronto usará la bacinica como un niño o una niña grande.
  5. Enseñar a un niño a ir al baño puede ser estresante y frustrante para los padres, pero recuerda que solo es temporal y que tu niño aprenderá a hacerlo tarde o temprano. Si las cosas marchan sobre ruedas, no empieces a entrar en pánico sobre si ha desarrollado problemas. Cuando tu niño esté listo, lo aprenderá muy bien.
    • Si tu niño parece no estar aprendiendo, lo mejor será dejar el entrenamiento por 1 o 2 meses y luego volver a intentarlo.
    • Recuerda que algunos niño no aprenden a ir al baño sino hasta los tres años ¡y es perfectamente normal!
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Parte 5
Parte 5 de 5:

Llevar el entrenamiento a otra dimensión

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  1. Cuando a tu niño le vaya bien con la bacinica constantemente, podrás llevarlo a comprar ropa interior de niños grandes. Se sentirá tan orgulloso y adulto al ponérsela que te hará sonreír. Déjale usar la ropa interior en casa, aunque quizá deba seguir usando pañales o pantalones de entrenamiento en la noche o cuando esté fuera de casa, porque sin duda habrá “accidentes”.
    • La ropa interior de tela en realidad ayudará a tu niño con el entrenamiento, porque podrá darse cuenta si la ropa interior está mojada, cosa que no es muy fácil de saber con los pañales absorbentes.
    • También estará tan contento con su ropa interior nueva que no querrá mojarla y por lo tanto, ¡la mantendrá seca con mayor diligencia!
  2. Aprender a usar la bacinica o el retrete en casa es una cosa, pero los baños desconocidos pueden ser intimidantes para un niño y podría negarse a usarlos. Para poder superar esto y evitar volver a ponerle pañales si quieres que los deje, lleva la bacinica contigo mientras estén fuera de casa. Las bacinicas con asientos desmontables son excelentes para esto, ¡porque pueden ponerse en el retrete para recrear la zona de confort del niño!
  3. Una vez que tu niño haya aprendido a orinar sentado, será hora que domine el arte de hacerlo de pie. Papá podrá ayudar con este aspecto mostrándole al pequeño cómo hacerlo. Solo ten presente que la puntería del pequeño no será la mejor y verás algunos intentos interesantes cuando trate de orinar en el tazón.
    • Otro gran método que algunos padres usan para enseñarles a sus hijos a orinar en el tazón es poner unos cuantos cereales de colores en el tazón del retrete y decirle que orine apuntándoles. ¡esto resulta ser un juego divertido que atrae el lado travieso de casi todos los niños! [7]
  4. Tus esfuerzos por enseñarle a tu hijo a usar el baño se verán minados si su niñera y maestros no lo animan a hacerlo. Tómate el tiempo para hablar con toda persona que cuide frecuentemente a tu hijo, ya sean sus abuelos o los empleados de la guardería, y explícales cortésmente lo importante que es que sigan la rutina que has implementado en casa. [5]
    • Hazles saber el horario normal del niño, las palabras que usas para referirte a cualquier actividad relacionada con la bacinica y pídeles que procuren hacer lo mismo. Así evitarás que el niño se confunda y afecte negativamente tu rutina de entrenamiento.
    • Envía siempre una muda de ropa, unos cuantos pañitos y algunos pañales de emergencia o pantalones de entrenamiento con tu niño cada vez que no esté en casa. Así será más fácil para quienes tengan que cuidarlo y ayudarás a que tu niño se sienta menos avergonzado si sucede algún “accidente”.
  5. Cuando esté seco o bastante seco casi todos los días, quizá esté listo para entrenarlo durante la siesta y la noche. De ser así, compra algunos paños de cama (al menos 3 para que los puedas cambar fácilmente) y pon uno encima de la sábana inferior de la cama del niño. Busca un paño cuya capa superior sea suave y tenga una capa de plástico debajo. Después de que lo hagas, pon la bacinica al lado de la cama cuando tu niño se vaya a dormir o a dormir la siesta.
    • Deja la puerta del dormitorio de tu niño abierta y anímalo a llamarte si se despierta con las ganas de ir. Si lo hace, ponlo rápidamente en la bacinica y felicítalo por hacerlo tan bien.
    • Si se orina en la cama, cambia la almohadilla y no le des tanta importancia al asunto. Trátalo con calma y sensatez, y dale la tranquilidad de que todo está bien. Recuerda que los niños pueden llegar a los 6 años antes de dejar de orinarse en la noche.
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Consejos

  • Cuando tengas tiempo, reflexiona en cómo manejas lo de enseñarle a tu hijo a usar el baño, porque será la primera gran lección de su vida. ¿Qué cambiarías o no cambiarías? ¿Hubieras tenido más paciencia? ¿Hubieras practicado más tiempo con él? ¿Hubieras conversado más al respecto? ¿Leído más libros? ¿Sacado las tablas las películas? ¿No hubieras apurado al pequeño o a ti mismo? Reflexiona y úsalo para tu nueva aventura: enseñar el abecedario, a leer, etc.
  • Haz que sea divertido. Sentarse en la bacinica será excelente para que el pequeño vea libros de baño, juegue con una pizarrita magnética o pinte con crayones y pegue pegatinas. Recuerda permanecer en la habitación con él o ella y vigilar que use juguetes apropiados para su edad.
  • Ensalza las virtudes de la ropa interior para que tu niño se emocione de usarla. Hasta se pondá la ropa interior encima del pañal para sentirse todo un “adulto”. Busca ropa interior divertida que tenga estampados o imágenes que tu niño quiera usar.
  • No tomes este entrenamiento como un asunto personal. Si bien algunas madres hacen comparaciones, todos los buenos padres y madres saben que todo niño, padre y familia ¡es diferente de todas las demás del mundo!
  • Si tu hijo está todo el día en la guardería y el establecimiento tiene su propio método de entrenamiento, deberás seguir su método cuando estés en casa.
  • Recuerda revisar si su ropa interior está seca. Encontrarlos “secos” tendrá un efecto positivo y hará que use menos pañales.
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Advertencias

  • No compares su capacidad de ir al baño con la de otros niños. Jamás le digas por ejemplo: “Jazmín todavía es pequeña y se pone calzones como una niña grande, pero tú usas pañales como un bebé”.
  • Cuando deje de usar pañales, no vuelvas a ponérselos.
  • Si tu niño se sigue orinando a los 4 años o más, te recomendamos llevarlo a un especialista de inmediato y no pasarlo por alto, porque podría ser un síntoma de algún problema físico o sicológico.
  • No hables de los “niños grandes vs. bebés” o “niñas grandes vs. bebés”, porque podría dejar una gran huella negativa en su nivel de autoconfianza.
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