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Los labradores retriever son unos perros increíblemente lindos. Sus barrigas rellenas, su alegre sonrisa y sus colas batientes simplemente capturan nuestros corazones. Sin embargo, estos perros necesitan entrenamiento. Los labradores son animales que tienen mucha energía, en especial debido a que su raza fue criada para trabajar, cazar y correr todo el día. [1] Por suerte, son amigables y se pueden entrenar.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Entender a los labradores

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  1. El concepto de “malcriadez” es una característica humana que se ha aplicado de manera incorrecta a los animales. Tu labrador no es “malcriado” o “malo” por naturaleza. Más bien, él hace lo que los labradores hacen a su manera hasta que le enseñas otras conductas. Ten en cuenta que este no nació sabiendo automáticamente las reglas de vivir en un mundo de humanos. [2]
  2. Los labradores son generalmente perros inteligentes, alegres y enérgicos. Necesitan bastante atención y una manera de descargar su energía.
    • Los labradores se originaron y fueron criados en Terranova. Con frecuencia los pescadores los utilizaban para encontrar redes de pesca y pescados sueltos. Hasta ahora siguen siendo buenos “trabajadores” y nadadores.
    • La versatilidad del labrador es la razón por la que se ha utilizado esta raza para muchas "tareas", incluyendo búsqueda y rescate, trabajo policial, detección de drogas y servicio con invidentes, entre otros. [3]
  3. Darles lo que necesitan te ayudará a garantizar que no incurran en “malas conductas” como una manera de afrontar las carencias del trato que le dan.
    • Por ejemplo, los labradores tienen que jugar y se les tiene que sacar bien a caminar. [4] Si no se hace, a menudo el perro se aburre y se vuelve destructivo. Para mantenerlos siempre activos, jueguen a lanzar y atrapar, y llévalo a dar largas caminatas al menos dos veces al día. Una mayor actividad física ayudará al animal a mantener un buen estado de salud y lo cansará. Un labrador cansado sentirá menos ganas de comerse los alimentos de tu despensa y cavar hoyos en el jardín. La natación también es un ejercicio excelente para un perro, y jugar a lanzar y atrapar en el agua es una gran combinación que gasta una gran parte de su energía.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Ser un entrenador firme

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  1. No lo regañes. Tus órdenes deben ser simples y consecuentes. “No”, “Suelta” y “Espera” son órdenes firmes, simples y directas. “Deja de hacer eso, por todos los cielos” u “Oye, deja de comerte mi zapato” no servirán porque son muy complicadas. Recuerda que los perros no procesan el lenguaje como las personas.
  2. En general, gritarle a un perro no es efectivo. Esto sucede particularmente en el caso de los labradores que son una raza nerviosa por naturaleza. Utiliza una voz firme cuando le des instrucciones a tu perro, no le grites ni te descontroles. Estos animales son muy intuitivos, por lo que sentirán tu frustración y podrían reaccionar de manera similar.
    • Las órdenes firmes y asertivas le comunicarán al labrador lo que quieres que haga.
  3. Amonestar a un labrador mucho tiempo después del incidente no será efectivo. Si tienes que reprenderlo o corregirlo, tendrás que hacerlo antes de que pasen unos segundos de la acción. Los perros se olvidan de los acontecimientos segundos después de que estos ocurren, así que es fundamental abordar la conducta de inmediato para facilitar el proceso de reentrenamiento.
  4. Si vives en una casa con más de una persona, la familia también necesitará entrenamiento. Explícales a tus familiares y visitas lo que tu perro puede y no puede hacer. Por ejemplo, si no dejas que nadie lo alimente de la mesa, tendrás que informarles de esta regla a los demás. Si otros miembros de la familia o visitas no conocen la regla, podrían darle comida a tu perro, lo que será confuso para él y alterará el entrenamiento que has estado dándole.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Usar técnicas de entrenamiento estándares

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  1. Golpear a un labrador cuando se porta de una forma indeseable no lo ayudará a convertirse en un perro mejor entrenado. Más bien, este te tendrá temor, lo que finalmente irá en contra del proceso de entrenamiento. [5]
  2. Es fácil tratar de aplicar la moral y la motivación humanas a tu labrador, pero la realidad es que este no lo es y “simplemente es y hace”. Por ejemplo, comerse la manga de tu mejor camisa de trabajo no es un acto consciente que realiza tu perro para molestarte. Muchas veces la camisa simplemente está a la mano y se puede morder. [6]
    • Recompensar el buen comportamiento es más efectivo que castigar el malo. En lugar de exasperarte y enojarte con tu labrador por haber mordido tu camisa, aliéntalo a que muerda su juguete y recompénsalo con elogios cuando lo haga.
  3. El entrenamiento con clics permite proporcionar el refuerzo positivo de inmediato. A los labradores se les puede entrenar muy bien porque los motiva mucho la comida, por lo que el entrenamiento con un clicker es ideal para ellos. [7]
    • Este tipo de entrenamiento utiliza un sonido, un clic, para comunicarle al perro en qué momento ha hecho algo bien. El clicker es una cajita de plástico que se puede sostener en la palma de la mano y tiene una lengüeta de metal que se tiene que presionar rápidamente para generar un sonido. El método funciona porque le enseña al perro que cada vez que escuche el sonido del clicker, obtendrá un bocadito. A la larga el perro aprenderá que los clics siempre llegan seguidos de comida, que es un incentivo poderoso para esta raza. Una vez que tu perro haya hecho esta relación, podrás utiliza un clic para marcar el instante en que tu perro realice la conducta adecuada, como sentarse. Con el tiempo, él aprenderá que sentarse cuando le digan le conseguirá recompensas. [8] Aprende a entrenar a tu perro con un clicker .
  4. La mayoría de los perros tienen hambre todo el tiempo, y a los labradores en particular les atrae y motiva la comida. Recompensa el comportamiento deseado con comida y es probable que el perro lo repita. [9]
    • Por ejemplo, si tu labrador está mordisqueando tu sillón, aliéntalo a que recoja su juguete, luego recompénsalo con un bocadito y haz un alboroto. Los bocaditos pueden darle paso a los elogios poco a poco y con el tiempo, tu labrador aprenderá a no comerse tu sillón.
    • Los bocaditos deben ser pequeños, por ejemplo Mini Zukes, Charlie Bears, Bil Jac o hígado seco congelado. El hígado cocido es una alternativa menos costosa a comprar bocaditos para perros y además es muy fácil de preparar y cortar. Muchos perros incluso se esforzarán por su comida embolsada regular.
    • Proporcionar bocaditos como recompensa por la conducta que deseas alentar debe ser una medida solamente inicial. En poco tiempo tendrás que reemplazarlos con elogios como recompensa, pues de lo contrario el perro podría llegar a tener sobrepeso o incluso volverse obeso.
    • Algunos entrenadores recomiendan que los perros que tienen problemas de atención deben ganarse cada grano de su plato, en lugar de darles comidas abundantes de una sola vez. De esta forma, tu perro se concentrará mucho en ti y en la comida, lo que facilitará la comunicación del mensaje de que tiene que “aprender para comer”. [10]
  5. Por ejemplo, si a tu labrador se le ha dado por abalanzarse sobre los transeúntes u otros perros, o por ladrarles, debes tratar de distraerlo. Tienes que interrumpir el flujo de su pensamiento temporalmente hablándole, dándole una orden o por medio de una acción (como dar una pisada fuerte con un pie).
    • Anticipa y trabaja las técnicas de distracción con bocaditos cuando estén en un escenario donde la distracción sea baja y en casa. Asegúrate de seguir la técnica con elogios y bocaditos. Conforme vayan adquiriendo más confianza en los lugares tranquilos, incrementa el nivel de dificultad sacando a tu perro a caminar alrededor de la cuadra o cerca de un parque para perros a fin de poner a prueba sus habilidades. Poco a poco ve pasando a áreas más concurridas cuando el labrador ya responda de manera consecuente a órdenes como “Déjalo” o “Mírame”. Aumenta lentamente la distracción y ambos adquirirán más confianza en la capacidad de tu labrador de lidiar con la gente.
  6. Este profesional, por ejemplo uno que esté registrado en la Association of Professional Dog Trainers (APDT) en el caso de Estados Unidos, tendrá muchos conocimientos sobre perros y te ayudará a aprender habilidades básicas para lidiar con ellos. [11]
    • Es posible que tengas que comenzar con algunas lecciones privadas para aprender las técnicas básicas antes de que se te una tu labrador en un clase grupal.
    • Aunque es un gasto adicional, tener la asistencia de un profesional es muy beneficioso a la larga porque hará que tu enérgico perro y tú se comuniquen de manera eficaz.
    • Considera la posibilidad de consultar a un veterinario conductista. Este tipo de profesional tiene formación adicional y conocimientos sobre el comportamiento animal. El veterinario al que vas te puede dar la referencia de alguno de estos especialistas, que en Estados Unidos pertenecen al American College of Veterinary Behaviorists (ACVB). Busca una institución equivalente en tu país. [12]
  7. Estos son unos perros maravillosos, así que sé justo, consecuente y claro con él. ¡Él te recompensará con su amor y su cariño!
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Consejos

  • Piensa en esterilizar a tu labrador. Habla con el veterinario sobre el momento adecuado para realizarle este procedimiento a tu mascota. Esterilizar a un perro macho sin duda disminuirá cualquier causa hormonal por la que tu perro esté haciendo estragos. Los machos no esterilizados se vuelven mucho más activos e impacientes cuando una hembra está en celo y pueden comportarse mal en su ansiedad por aparearse. La esterilización no resolverá todos tus problemas, pero puede ser útil si se hace antes de que los comportamientos sexuales no deseados se hayan arraigado (normalmente antes de la madurez sexual que se da a los 6 a 12 meses de edad). Por otro lado, una hembra esterilizada ya no buscará una pareja para aparearse si el procedimiento se le realiza antes de alcanzar la madurez sexual, cuando tiene entre 6 y 12 meses de edad. [13]
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Advertencias

  • No utilices collares eléctricos en tu perro. Podrás arruinar a tu perro en un abrir y cerrar de ojos si lo utilizas de manera inapropiada. Este tipo de collares generan controversias y no se deben usar más que por profesionales con experiencia para propósitos muy específicos y limitados de entrenamiento (cazar, trabajo de larga distancia, etc). Los puntos de contacto de estos collares pueden provocar lesiones graves en un perro. Además, cuando no se les utiliza para corregirlos en el momento adecuado, harás que el perro se cierre rápidamente y corres el riesgo de que quede confundido y se vuelva agresivo. [14] Un collar electrónico se debe considerar como un último recurso de entrenamiento y solo debe utilizarlo un entrenador de perros profesional muy competente.
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