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La comedia puede ser un género divertido cuando se trata de escribir, pues puedes hacer que las personas rían y se diviertan. Sin embargo, hacer una buena comedia puede ser difícil, ya que nada es más aburrido que un mal chiste. Una buena comedia mezcla el humor, el ingenio y la originalidad. Para escribir una comedia, empieza haciendo una lluvia de ideas. Luego, estructura la comedia apropiadamente para que cada chiste sea oportuno y puedas lograr que la gente se ría.

Método 1
Método 1 de 4:

Hacer una lluvia de ideas para la comedia

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  1. Empieza con un escenario que sea gracioso y entretenido. Piensa en una situación graciosa de tu propia vida. A menudo, un escenario divertido tendrá un conflicto menor, personajes interesantes y un remate (o el momento más gracioso). Lee las noticias y habla con amigos para buscar un escenario cómico. [1]
    • Por ejemplo, puedes imaginar un escenario gracioso tomando como base el divorcio de tu padre y luego su segundo matrimonio varios años después. También puedes llevar a la ficción una relación que haya acabado mal de tu propia vida y relatarla de manera graciosa.
  2. Otra manera en la que puedes obtener una idea para una comedia es crear un personaje que sea gracioso e ingenioso. Usa personas graciosas que conozcas como modelos para el personaje. Toma un personaje ficticio existente y dale un toque cómico. El personaje puede ser el protagonista de la comedia y añadir humor a cada escena. [2]
    • Por ejemplo, puedes crear un personaje tomando como base a tu madre, usando frases graciosas que te haya dicho en el pasado a medida que se desarrolla el diálogo del personaje. También puedes tomar a una figura histórica como Virginia Woolf y añadirle detalles cómicos, como una voz graciosa, para así crear un personaje.
  3. Piensa en ideas de la comedia que hayas visto o leído anteriormente. Luego trata de darles un toque personal. Convierte una idea familiar en algo original usando la creatividad. [3]
    • Por ejemplo, puedes tomar la idea familiar de una primera cena incómoda con los padres y hacer que una pareja se vista con atuendos que combinen para hacer que la situación sea un poco tonta.
  4. Profundiza en el mundo de la comedia leyendo varios buenos ejemplos del género (como novelas, obras o cuentos). También puedes echar un vistazo a guiones de comedia para obtener ideas e inspiración. Algunos buenos ejemplos son los siguientes: [4]
    • La fierecilla domada de William Shakespeare
    • La importancia de llamarse Ernesto de Oscar Wilde
    • Mi vida en rose de David Sedaris
    • Bossypants (Pantalones mandones) de Tina Fey
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Método 2
Método 2 de 4:

Escribir la comedia

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  1. El argumento de una comedia generalmente involucra al menos un personaje con un deseo; sin embargo, una serie de sucesos graciosos y desafortunados se interpondrán en el camino. Su deseo es lo que quiere ganar en la vida, de alguien más o por sí mismo. Por lo general, el argumento termina cuando el personaje obtiene lo que quiere o fracasa de una manera graciosa y exagerada. La clave es tener suficientes sucesos graciosos como para mantener el interés del lector, así como un protagonista al que pueda apoyar. [5]
    • Por ejemplo, puedes tener un argumento de comedia en el que el protagonista quiera graduarse de la escuela secundaria e ir a la universidad. Pero su mejor amigo, que es un alborotador, llega de visita. Juntos se meten en situaciones graciosas y ligeramente peligrosas que pueden impedir que el protagonista se gradúe.
  2. Un chiste constante es un chiste que se repite más de una vez en el curso de una comedia. Los chistes constantes son una buena manera de evocar los momentos iniciales de humor y hacer que el lector se ría. Distribuye chistes constantes a lo largo de la comedia para que el texto parezca conciso y escrito inteligentemente. [6]
    • Por ejemplo, puedes escribir un chiste acerca del peinado de un personaje. Luego, posteriormente en la comedia, puedes hacer que otro personaje comente el mismo peinado de una manera más graciosa.
  3. La mayoría de las buenas comedias tienen un chiste central o un punto alto de humor. Este punto alto puede ser el clímax de la historia o el momento clave de humor. Puede aparecer aproximadamente a los ¾ del texto o por la parte final.
    • Por ejemplo, puedes desarrollar el texto incluyendo escenarios pequeños y ligeramente peligrosos. Sigue desarrollándolo hasta que encuentres un escenario intenso y muy gracioso que represente la vida o la muerte para el protagonista.
  4. Las inversiones se llevan a cabo cuando inviertes o subviertes las expectativas del lector. Llevar a cabo esta acción puede mantener el interés del lector y obligarlo a prestar atención al texto. Trata de incluir tantas inversiones como puedas en la comedia para elevar el factor de la risa. [7]
    • Por ejemplo, en vez de hacer que un auto común vaya a recoger a dos personajes en el servicio de aparcamiento, haz que un auto de policía los recoja. También puedes hacer que en vez de que un camarero común atienda un restaurante, este sea el padre del protagonista.
  5. Muchos escritores de comedias exitosas trabajan con un compañero de escritura o con un equipo de escritores. Tener otra persona que te ayude a escribir la comedia puede hacer que sea más fácil para ti compartir ideas y pensamientos con alguien más. A menudo, si puedes hacer que tu compañero se ría con un chiste o con una idea, entonces vale la pena incluirla en la comedia. [8]
    • Puedes pedir a un amigo o a un colega que sea tu compañero. También puedes acercarte a alguien de la comunidad de escritores que admires o que te parezca gracioso, y pedirle que sea tu compañero.
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Método 3
Método 3 de 4:

Pulir la comedia

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  1. Cuando tengas un bosquejo de la comedia, muéstrala a amigos, familiares y colegas para obtener sus impresiones. Pregúntales si les parece graciosa e interesante. Fíjate en qué momento se ríen y qué chistes son poco efectivos. Sé receptivo con las críticas constructivas y escucha lo que tengan para decir. [9]
  2. Una buena comedia debe sonar graciosa o incluso más graciosa de lo que parece en la página. Lee el bosquejo en voz alta para ti mismo y para otras personas. Fíjate si alguna parte de la comedia es confusa o verbosa. Arréglala para que los chistes sean oportunos y tengan el mayor impacto en el lector o en el oyente. [10]
    • Si tienes muchos personajes en la comedia, puedes pedirles a amigos que lean las partes de los distintos personajes en voz alta. De esta manera, puedes determinar si cada personaje suena divertido e interesante en la página.
  3. Edita la comedia para que sea fácil de entender y coseches todas las risas posibles. Asegúrate de que cada escena aproveche al máximo cada momento de humor. Esta medida asegurará que la comedia sea divertida y exitosa para los lectores.
    • Una vez que revises la comedia, puedes evaluar la posibilidad de enviarla a editores y a revistas para que la compartan con una audiencia más amplia.
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Método 4
Método 4 de 4:

Escribir diferentes tipos de comedia

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  1. Usa el diálogo para añadir humor al guion. Incluye una discusión ingeniosa entre los personajes. Haz que un personaje esté lleno de frases cortas graciosas. Crea chistes constantes que repitan varios personajes a lo largo del guion. El diálogo te permite hacer que los personajes se digan chistes entre sí y que sean ingeniosos. [11]
    • Por ejemplo, puedes hacer que un personaje tenga un eslogan y un tono de voz distintivos cuando diga sus líneas, lo cual será gracioso.
  2. Desarrolla un personaje a lo largo de un periodo prolongado en una novela para que sea entrañable, ingenioso y gracioso para el lector. Dale una infancia divertida o un sentido del humor peculiar. Deja que la voz y las acciones del personaje aparezcan a medida que la novela progresa, y añade detalles graciosos y divertidos sobre el personaje. El lector tendrá una noción humorística del personaje. [12]
    • Por ejemplo, puedes tener un personaje que parezca secundario en la historia pero que siempre tenga un lado divertido. Luego puedes hacer que sea cada vez más importante a medida que la novela progrese, haciendo que su sentido del humor sea el foco central.
  3. El elemento sorpresa puede ser una manera divertida de hacer que el lector se sobresalte y se ría. Incluye un giro argumental que te parezca gracioso e inesperado. Mantén al espectador en ascuas y usa el suspenso para crear sorpresa y risa. [13]
    • Por ejemplo, puedes hacer una gran revelación a ¾ de la obra en la que un personaje resulte ser una mujer vestida de hombre. Puedes escenificar la revelación para que sea graciosa y sorprendente para la audiencia.
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