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Una tragedia es una obra dramática que involucra algún tipo de sufrimiento humano como su premisa central. Existen muchos tipos de tragedias, desde la tragedia griega y la isabelina hasta la ficción y el teatro dramático contemporáneos. La mayoría de las tragedias verdaderas muestran al público la ruina de un gran héroe, ya sea ocasionada por sus propias acciones o inacciones o por fuerzas que escapan a su control. [1] Las tragedias estaban diseñadas para purgar al público de las emociones negativas que se acumulan dentro de nosotros por medio de una liberación catártica de estos sentimientos. [2] Estudiar tragedias clásicas y aprender los pormenores de la escritura de ficción puede ayudarte a escribir tu propia obra teatral o novela trágica.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Estudiar la tragedia

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  1. Se han escrito muchas tragedias a través de la historia y cada una refleja la época y el lugar en el que se produjo. Muchos académicos consideran a las obras épicas de Homero entre los ejemplos más antiguos de la tragedia griega, en las que grandes héroes como Odiseo se enfrentaban a una serie de infortunios. Pero quizás las tragedias más conocidas sean aquellas escritas por William Shakespeare, como Hamlet o Julio César , en las que el héroe invariablemente muere después de un sufrimiento y una miseria enormes.
    • Las tragedias griegas tienden a abordar un solo tema y su trama, mientras que las tragedias inglesas (incluyendo las obras de Shakespeare) generalmente tienen múltiples tramas que están unidas por medio de la pérdida y el sufrimiento compartido. [3]
    • Consulta tu biblioteca local o busca en línea para encontrar una colección extensa de obras trágicas. Muchos académicos y críticos literarios publican sus propios listados de las que consideran las obras de literatura más importantes e influyentes.
  2. Aunque cada tragedia es única en sus personajes y puntos de la trama, hay algunos elementos básicos de la tragedia que tienden a aplicarse a todas las obras literarias del género. Una tragedia generalmente involucra ya sea a un héroe trágico (a menudo una persona de una gran importancia social) que sufre una gran ruina o muerte como resultado de alguna acción o inacción significativa, o a un chivo expiatorio (una persona de baja importancia social) a quien se le impusieron involuntariamente circunstancias trágicas más allá de su control. [4] La mayoría de las tragedias tendrá algunos de los siguientes tipos de personajes: [5]
    • El protagonista: el personaje principal, quien casi siempre es un héroe trágico.
    • El antagonista: cualquier persona o cosa contra la cual el protagonista luche (a menudo un villano, pero no siempre).
    • Complementos o contrapartes: personajes secundarios a menudo asociados con el protagonista o antagonista que revelan o complican algunos aspectos clave de los personajes principales.
    • Personajes de repertorio: a menudo se usan para exagerar o expandir alguna característica que surja en el resto de la tragedia.
    • Narradores o un coro: no necesariamente están presentes en todas las obras de tragedia pero son una parte importante de determinadas obras. A menudo se usan para comunicarse directamente con el público.
  3. Casi todas las tragedias giran en torno a un héroe trágico. En las primeras tragedias griegas, ese héroe a menudo era un dios pero, a medida que el género creció, el héroe trágico llegó a incluir héroes de guerra e incluso la realeza o figuras políticas. La regla general para los héroes trágicos hoy en día es que el personaje debe ser moralmente fuerte y esencialmente admirable para el público. [6]
    • El héroe trágico debe experimentar algún tipo de ruina (conocido como la hamartia o "error trágico"), a menudo como resultado de su hibris (a menudo se piensa en él como orgullo, aunque también incluye sobrepasar las limitaciones culturales o éticas de uno mismo).
    • El héroe trágico generalmente experimenta algún tipo de perspicacia o reconocimiento de su destino trágico (llamado la "anagnórisis"). Para este punto, sabe que no hay marcha atrás y que debe dejar que el destino trágico que le espera se desenvuelva.
    • Por encima de todo, el héroe trágico debe ser lastimero. Esto se debe a que está destinado a experimentar la ruina y el público aclamaría o sentiría una sensación de alivio si un villano experimentara infortunios. La verdadera tragedia de una obra trágica es que cualquiera podría experimentar la clase de sufrimiento que le ocurre al héroe y su ruina debería purgar las emociones negativas del público.
  4. Tal como todas las tragedias incluyen personajes únicos que se categorizan en "tipos" estándar, cada trama puede ser única y original a la vez que de todas formas se ciñe a una estructura predecible común. Los elementos esenciales de toda tragedia incluyen: [7]
    • La exposición: los "antecedentes" esenciales, los cuales pueden darse todos a la vez al principio de la obra o a lo largo de la pieza dramática por medio del diálogo y los soliloquios.
    • El conflicto: la tensión que surge como resultado de algún conflicto, generalmente ya sea entre el personaje y el ser, un personaje y otro, el personaje y el ambiente, el personaje y las fuerzas naturales o el personaje y un grupo.
    • El clímax: el punto en la obra en el que la tensión no puede revertirse y los eventos deben dirigirse hacia una de dos posibles conclusiones.
    • La resolución o el desenlace: la resolución o la liberación de la tensión, a menudo por medio de la muerte de uno o más personajes en la obra.
  5. La estructura de la trama de una tragedia normalmente depende de uno de tres tipos de tramas. Estos son: [8]
    • Climático: la tensión aumenta hacia un solo punto (el clímax) antes de la resolución, generalmente por medio de una estructura lineal compuesta de acciones causales.
    • Episódico: a menudo compuesto de numerosas escenas cortas y fragmentadas que involucran a muchos personajes y numerosos hilos de acción para resaltar varios aspectos de la humanidad.
    • Non sequitur : eventos inconsistentes que implican a personajes existenciales y a menudo poco desarrollados que están involucrados en algo relativamente insignificante destinado a resaltar la absurdidad de la existencia.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Desarrollar una trama

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  1. Las tragedias tradicionalmente se han escrito y representado como obras teatrales. Esto se remonta a las primeras tragedias, las cuales eran parte de una ceremonia dionisia en la que los actores se vestían de cabras para representar el sufrimiento o la muerte de un héroe. [9] Sin embargo, las tragedias también pueden escribirse para un público lector en lugar de un público espectador, lo que significa que las novelas o novelas cortas e incluso las obras de ficción para adultos jóvenes pueden clasificarse como obras de tragedia. [10]
    • El modo de narración que elijas dependerá tanto de tus áreas de fortaleza o tu zona de confort como escritor como de la naturaleza de la historia que contarás.
    • Si tienes experiencia equitativa (o eres equitativamente inexperto) tanto en la ficción como en las obras dramáticas, trata de elegir un modo que encaje con tu historia deseada. Puede ser más fácil idear una trama primero sin imponerle el formato de una obra teatral o una novela.
  2. Una vez que tengas una comprensión firme de la naturaleza de las tragedias y sus componentes estructurales básicos, tendrás que crear un boceto básico de la trama. La trama de la tragedia serán los eventos e incidentes básicos que se llevarán a cabo en tu obra. Debe tratar sobre alguna idea básica, aunque, en última instancia, la idea debe transmitirse por medio de la trama y los personajes en lugar de tratar simplemente "sobre" esa idea. [11] En otras palabras, tu historia debe significar algo sin decirle directamente al público qué significa literalmente la historia.
    • Si vas a basar tu tragedia en un mito existente, estarás limitado en cierto modo a los eventos de ese mito y no podrás desviarte significativamente de los puntos principales de la trama dentro de ese mito sin que el público pierda el interés. Sin embargo, podrías reinterpretar radicalmente un mito cuya conclusión sea vaga o ambigua. [12]
    • Como otra alternativa, podrías querer crear tu propia trama desde cero, en cuyo caso no estarás limitado por ningún personaje o evento canónico.
    • Elige una trama que te ayude a contar la historia que quieras escribir. No pienses en la trama como una restricción. En cambio, piensa en ella como una lente a través de la cual puedes escribir sobre alguna lucha o un aspecto de la humanidad.
  3. Una vez que tengas una idea básica para la historia, tendrás que hacer un boceto de la trama para esa historia. La forma más fácil de hacerlo es escribir algunos aspectos básicos de la historia de forma que puedas desarrollar esos aspectos más a fondo y organizarlos en una trama coherente. Un buen lugar para empezar es bosquejando las siguientes partes de la tragedia: [13]
    • La motivación: por qué el protagonista y el antagonista hacen lo que hacen en la historia.
    • La estructura básica: los eventos generales que componen la historia y la secuencia en la que estos eventos ocurren o dan inicio a otros eventos que se llevarán a cabo.
    • La conclusión: lo que pasará en última instancia para resolver la historia.
    • Las tramas secundarias: cualquier trama secundaria que quieras que complique la historia o desafíe aún más a los personajes.
  4. Ahora que has ideado una historia y trazado la estructura básica de la trama, debes crear los personajes que representarán tu tragedia. Necesitarás los personajes básicos que se encuentran en la mayoría de las tragedias, incluyendo un protagonista, un antagonista, personajes de complemento y personajes de repertorio. Para este punto, no tendrás que escribir ningún diálogo para los personajes pero debes pensar en cómo se desarrollarán en la página o en el escenario. Puedes monitorear estas ideas escribiendo unas cuantas oraciones o un párrafo de notas sobre cada personaje principal.
    • Piensa en qué tipo de personajes llenarían los papeles creados por tu historia.
    • Considera las relaciones entre cada personaje. Si interactúan en algún momento o tienen alguna clase de conocimiento el uno del otro, deben tener una relación clara e inequívoca. Las relaciones comunes normalmente se clasifican en dinámicas románticas, filiales, fraternales, entre agresor y víctima, entre rival y adversario, entre jefe y empleado o entre cuidador y receptor del cuidado. [14]
    • Recuerda incluir a un héroe trágico. Para este punto, debes decidir cuál será su ruina general y qué decisiones tomará que lo conducirán a este destino. [15]
    • Considera hacer que los personajes se cuestionen a sí mismos, a otros o a sus relaciones con los demás. También es posible que quieras darles opiniones fuertes y usar estas opiniones para desarrollar más a fondo la personalidad y papel de cada personaje. [16]
    • Tus personajes deben ser lo suficientemente realistas y humanos como para ser simpáticos y que sea fácil identificarse con ellos pero, debido a que vas a escribir una tragedia, es posible que quieras hacer que uno o más de los personajes sean de alguna manera superiores a los humanos. Esto puede tomar la forma de un heroísmo excepcional, una gran riqueza o poder o podría significar que uno o más de los personajes sean realmente sobrehumanos (dioses o diosas, magos, etc.). [17]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Escribir tu propia tragedia

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  1. Para este punto, debes haber ideado una premisa básica, bosquejado la serie de eventos que contará esa historia y creado personajes que representarán estos eventos. Una vez que termines esto, tendrás que expandir la trama hasta crear una historia completa y funcional. Dependiendo de dónde se encuentren tus fortalezas, esta puede ser la parte fácil o la parte extraordinariamente difícil de desarrollar una historia para ti.
    • Enfócate en los detalles. Los detalles son lo que le da vida a una historia pero también tienes que tener cuidado de no agobiar la historia con trivialidades inútiles. Si estás en duda, piensa en el principio del arma de Chéjov: si vas a incluir algo (como colocar una pistola en el escenario), debe ser relevante (por ejemplo, la pistola debe usarse de alguna forma significativa). [18]
    • Haz que las cosas sean más complejas. Esto puede significar simplemente añadir algún tipo de giro a la trama pero una forma más efectiva de complicar la historia sería desarrollar algo muy interesante o cautivador sobre algunos de los personajes principales. De esta forma, se vuelven más tridimensionales y, a su vez, más humanos. Recuerda: ninguna persona es tan simple como parece en la descripción de un personaje. [19]
    • Piensa en las formas en las que cada personaje cambia en el transcurso de la tragedia. Si cualquiera de los personajes principales emerge sin cambios después de la historia (además de, digamos, un villano que nunca sentirá remordimiento por sus acciones), tu tragedia no está lo suficientemente desarrollada. [20]
    • Deja que tus personajes sean emocionales. No los hagas emocionales de forma inverosímil pero asegúrate de que, al sufrir en la página, su sufrimiento sea aparente y reconocido por el público.
  2. Ya debes tener una idea general de lo que le sucederá al héroe trágico y qué serie de eventos conducirá a su destino. Sin embargo, a medida que pasas por el proceso de escribir la tragedia, debes expandir esa serie de eventos y entretejer elementos de la muerte del héroe a lo largo del libro o la obra teatral. Este es el elemento central de una obra de tragedia y requiere constancia a lo largo del manuscrito y tiempo suficiente para desarrollarse y desenvolverse en la página (o en el escenario). [21]
    • Si la tragedia del héroe involucra la venganza, el lector o el público debe comprender las razones por esta venganza desde las primeras escenas o capítulos. Por ejemplo, en la gran tragedia Hamlet de Shakespeare, se introduce al público el fantasma del rey Hamlet en la primera escena del primer acto y se sabe que su muerte será un aspecto significativo de la obra a continuación.
    • Todos los personajes importantes que sean relevantes para el héroe y su ruina deben introducirse a una etapa bastante temprana de la tragedia. La obra o la novela debe empezar dando información explicativa o pistas contextuales para explicar la situación del héroe y debe empezar a establecer desde el principio el ascenso del héroe hasta la arrogancia y su futura ruina.
  3. Las símiles y las metáforas históricamente han sido tremendamente importantes para cualquier tragedia exitosa. Le dan un significado adicional a las palabras sobre la página o las acciones en el escenario y permiten que el lector o el público se sienta involucrado en la historia descifrando las comparaciones y discerniendo el "panorama general" de tu obra. [22]
    • Las metáforas son comparaciones entre dos cosas, mientras que las símiles comparan cosas usando palabras como "como" o "tal". Todas las símiles son metáforas pero no todas las metáforas son símiles.
    • Un ejemplo de una metáfora sería "sus ojos brillan hacia los míos". El lector sabe que los ojos de un personaje no emiten luz literalmente y está claro que el autor quiso decir que un personaje tiene ojos vivos y cautivadores.
    • Un ejemplo de una símil sería "al llorar, sus ojos relucían como estrellas". Nuevamente, el lector sabe que los ojos del personaje no son literalmente similares a un cuerpo celestial pero tanto la símil como la metáfora le otorgan una calidad poética al lenguaje usado en una pieza escrita.
  4. Las escenas son el pan de cada día de una tragedia. Son la infraestructura en la que todo ocurre y cada escena debe tener un principio, un medio y un final claros que también contribuyan a la trama general.
    • Cada escena debe tener una estructura básica de preámbulo, acción, clímax y resolución o desaceleración. [23]
  5. Al expandir la trama, si te encuentras preguntándote si es lo suficientemente significativa, piensa en formas de hacer que haya más en juego. [24] Por ejemplo, si alguien tiene miedo de que su esposo sea secuestrado o asesinado, deja en claro al lector por qué eso sería trágico. ¿Ha perdido a alguien importante en el pasado? En el mundo que has creado, ¿podría sobrevivir como viuda? Todas estas preguntas marcarán la diferencia entre que el público piense "Qué desgracia que se haya muerto su esposo" y que piense "Este es un evento trágico que probablemente conduzca a su propia muerte".
    • Las tragedias están llenas de eventos terribles y desastrosos. Deja en claro que las cosas tristes que les ocurren a tus personajes son horribles más allá de la conmoción a nivel superficial.
  6. Tal como toda acción debe tener una reacción equitativa, la tensión de una tragedia debe tener una resolución. No puedes simplemente dejar eventos críticos sin resolver o terminar una tragedia sin que las vidas de todos hayan cambiado de alguna forma (generalmente desmoronándose). Todos los cabos sueltos deben atarse, cualquier cosa que haya sido puesta en marcha durante la tragedia debe suceder y las cosas horribles que hayan sucedido en la obra deben conducir a un sufrimiento, pérdida o muerte significativos. [25]
    • Deja que la resolución de la tensión conduzca a un final natural para la historia. La trama se verá afectada si la historia continúa por una longitud de tiempo significativa después de que se haya resuelto la tensión porque ya no habrá nada en juego que impulse la historia ni afecte a los personajes.
  7. . Como cualquier pieza escrita, tu tragedia tendrá que someterse a una o dos revisiones cuando esté terminada. Esto puede implicar proporcionar más detalles para desarrollar a un personaje, llenar los agujeros en la trama y añadir, quitar o reescribir escenas según sea necesario. Puedes revisar el manuscrito tú mismo o pedirle a alguien que conozcas y en quien confíes que te dé una evaluación honesta del manuscrito.
    • Date de dos a cuatro semanas después de terminar el manuscrito antes de intentar revisarlo. Puede ser difícil distanciarte de tu trabajo después de solo unos días y, debido a que la historia aún está reciente en tu mente, podrías pasar por alto determinadas cosas que no tendrían sentido para un lector externo.
    • Trata de darle una lectura completa antes de sentarte a hacer cambios. Solo toma notas de cualquier sección que sea confusa, poco desarrollada, innecesaria o irrelevante sin detenerte a corregirla. Luego, puedes decidir cómo remediar esos problemas una vez que hayas llegado al final del manuscrito.
    • Al leer y revisar, pregúntate si la historia tiene sentido en su conjunto, si la trama es cautivadora e interesante, si fluye bien o se siente entrecortada y si hay suficiente en juego para los personajes involucrados como para provocar una reacción emocional en los lectores o espectadores.
    • Piensa en el impacto que el producto final tendrá en los lectores o espectadores.
    • Recuerda que el héroe trágico debe ser un personaje simpático, con cualidades buenas y deseables cuya ruina resulte de sus propias decisiones, ya sea que estas sean acciones o inacciones. ¿La ruina de tu héroe ocasionará, en última instancia, que los lectores o espectadores sientan lástima y miedo? Si no, es posible que tengas que hacer revisiones significativas a tu manuscrito. [26]
  8. Una vez que hayas lidiado con los problemas más grandes del manuscrito durante la etapa de revisión, tendrás que hacer una edición minuciosa de toda la obra. Esto puede incluir revisar la ortografía, asegurarte de que haya concordancia entre el sujeto y el verbo, corregir discrepancias entre tiempos verbales y quitar cualquier parte de "relleno" del manuscrito.
    • Asegúrate de que la forma como elijas las palabras y expreses las oraciones sea precisa y meticulosa. Corta cualquier palabra innecesaria (de "relleno"), palabras o términos confusos y oraciones mal construidas. [27]
    • Evita repetir las mismas palabras innecesariamente. Esto da una impresión descuidada o débil. En su lugar, busca formas nuevas e interesantes de decir lo que tratas de decir. [28]
    • Resuelve cualquier oración demasiado larga y cualquier fragmento en tu obra. Estos pueden ser confusos para los lectores o espectadores y pueden ser difíciles de recitar para los actores. [29]
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Consejos

  • Considera a un coautor si no estás seguro sobre cómo empezar o terminar la tragedia.
  • Las tragedias son, como su nombre lo indica, trágicas. Una buena tragedia hará al público llorar pero también logrará una catarsis al final. Todo debe ser significativo de alguna forma y debe desarrollarse hacia algún cambio significativo para todos los personajes involucrados.
  • Si la tragedia no tiene éxito, está bien. Obtén la opinión de muchas personas antes de publicar tu libro pero recuerda que escribir es un regalo para el autor más que para cualquier otra persona. Ver tu obra frente a ti es el mejor regalo que te puedes dar y no debes dejar que los comentarios negativos te lo quiten.
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Advertencias

  • ¡No plagies! Es inmoral, ilegal (si planeas ganar dinero de tu obra) y puedes meterte en problemas serios.
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