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No hay forma de garantizar que no te desgarrarás durante el trabajo de parto. Sin embargo, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir ese riesgo. Comienza preparándote con anticipación con un buen cuidado prenatal, ejercitándote regularmente, comiendo bien, haciendo ejercicios Kegel, practicando relajación y técnicas de respiración para el parto, y masajeándote el perineo. También puedes considerar dar a luz en el agua o contratar a una partera para ayudarte durante el trabajo de parto, ya que ambas opciones pueden reducir las probabilidades de que te rasgues. Cuando sea tiempo de pujar, conversa con tu doctor sobre métodos de apoyo, entre los que se encuentran esperar a pujar y usar una compresa tibia. Más allá de eso, asegúrate de contratar a un especialista en neonatología comprensivo y dispuesto a trabajar para conseguir el objetivo de no desgarrarte durante el parto.

Método 1
Método 1 de 3:

Prepararte antes del trabajo de parto

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  1. Antes de entrar en trabajo de parto, es importante que te asegures de trabajar con el profesional de neonatología adecuado. Conversa con el doctor o la partera para determinar si tiene antecedentes de inducir al parto, adelantarlo o realizar episiotomías. Investiga en internet o pide referencias de pacientes anteriores para determinar los antecedentes del profesional en neonatología. [1]
    • Deja que el doctor sepa lo más antes posible del parto que quieres hacer todo lo posible para evitar un desgarro. Pregúntale si puede incorporar medidas para evitar que te desgarres en la planificación del parto.
    • Ten en cuenta que, en algunos casos, el desgarro es inevitable. El doctor debe estar dispuesto a hacer lo posible para evitar desgarrarte. Sin embargo, ten un plan para afrontar el desgarro si sucede.
    • Conversa con personas que conozcas y que hayan dado a luz. Pídeles recomendaciones de profesionales que practiquen la conservación del perineo durante el parto.
  2. El ejercicio regular permite mantener el cuerpo saludable y mejora la circulación, lo cual es beneficioso para la elasticidad de la piel. [2] Con el permiso de tu doctor o partera, procura hacer ejercicios de suaves a moderados durante 20 a 30 minutos. [3]
    • Dependiendo de las recomendaciones del profesional en neonatología, las actividades como hacer caminata rápida, nadar y montar bicicleta estacionaria pueden ser formas aceptables de ejercicio.
  3. Come de manera saludable . Seguir una dieta saludable hará que los tejidos sean saludables y retengan su elasticidad. Incluye una proporción equilibrada de frutas, vegetales, granos enteros y proteínas magras en tu dieta. Además, toma tu vitamina prenatal todos los días. [4]
  4. Los ejercicios Kegel fortalecen el suelo pélvico, lo cual hace que sea más resistente a los desgarros. Para realizar estos ejercicios, tensa los músculos del suelo pélvico durante 5 segundos y luego libera la contracción durante 5 segundos más. Hazlo de 5 a 10 veces consecutivas dependiendo de lo que tu cuerpo resista. [5]
    • Procura hacer al menos 3 series de 10 repeticiones al día.
  5. La evidencia científica sugiere que el masaje perineal durante el embarazo puede reducir el riesgo de desgarro y episiotomía. Procura pasar 10 minutos al día masajeando cuidadosamente el área perineal con 1 a 2 dedos lubricados. [6]
    • Conversa con tu profesional en neonatología sobre la técnica apropiada para los masajes. El profesional te mostrará el masaje para que obtengas el máximo beneficio.
    • La evidencia muestra que las mujeres con embarazos repetitivos experimentan menos beneficios con el masaje perineal.
  6. Aprender a respirar y relajarte durante el trabajo de parto reducirá el riesgo de desgarro y hará que te sientas mejor durante el mismo.
  7. El parto en el agua es cuando te sumerges en una bañera durante una parte o todo el trabajo de parto y el alumbramiento. Esa técnica puede reducir el riesgo de desgarro durante el alumbramiento. [7] Verifica si en el hospital o el centro de maternidad en el que te atenderás es posible dar a luz en el agua.
  8. Una partera puede hacer que te sientas más relajada durante el parto. Contratar a una partera también puede reducir el riesgo de utilizar fórceps o una epidural durante el trabajo de parto, los cuales incrementan el riesgo de desgarro. [8]
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Método 2
Método 2 de 3:

Pujar durante el trabajo de parto

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  1. Esta posición puede afectar la posibilidad y la extensión del desgarro. Las posiciones como las sentadillas pueden incrementar en gran medida las probabilidades de desgarro, mientras que recostarte boca arriba permite que la pelvis se abra más. Conversa con un profesional en neonatología sobre la mejor posición para minimizar el riesgo de desgarro mientras pujes. [9]
    • Además de recostarte, las posiciones de rodillas o “apoyarse en tus manos y rodillas” pueden minimizar el riesgo de desgarro. [10]
  2. Demorarte en pujar le dará tiempo a la vagina para estirarse y acomodar mejor al bebé. Conversa con tu doctor sobre el tiempo adecuado para pujar comunicándole que quieres esperar a que la vagina se estire y acomode al bebé. [11]
  3. Durante esta fase puede resultarte útil tener a alguien que te aplique una compresa tibia, como una franela, sobre el perineo para evitar desgarros. La compresa ayuda a incrementar el flujo de sangre en el área. Si ocurre el desgarro, la presión reducirá la gravedad del daño en el perineo. [12]
  4. Reducir la fricción alrededor del canal de parto puede ayudar a que el cuerpo del bebé venga al mundo con mucha facilidad. Antes de que comiences a pujar, conversa con tu doctor sobre las opciones de lubricación para que pujes con mayor facilidad y tengas menos riesgo de desgarrarte. [13]
  5. Sin importar cuán preparada estés, no es posible garantizar que no sufrirás un desgarro. No esperes demasiado para pujar ni realices acciones que podrían complicar más el trabajo de parto con el propósito de evitar un desgarro. Comprende que es posible que te desgarres y conversa con tu profesional en neonatología sobre minimizar la gravedad durante el alumbramiento y el cuidado apropiado que debes darle al área impactada posteriormente. [14]
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Método 3
Método 3 de 3:

Proporcionar cuidado especial al perineo después del trabajo de parto

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  1. Tan pronto como el profesional en neonatología te diga que puedes hacerlo, aplica una bolsa de hielo sobre el perineo. De ese modo, puedes reducir la inflamación e incomodidad, así como reducir el sangrado de cualquier desgarro que podría haber ocurrido. [15]
    • Pide una bolsa de hielo nueva cada pocas horas durante el transcurso de las primeras 12 horas después de dar a luz.
    • Por lo general, la partera o la enfermera te aplicará una bolsa de hielo después del parto sin que tengas que pedírselo. Pregúntale si la bolsa está en su lugar y hazle saber si no te han cambiado la bolsa de hielo después de algunas horas.
  2. Un baño de asiento tibio, el cual solamente te permite sumergir el área pélvica, puede aliviar la incomodidad. Usa un baño de asiento durante 20 minutos a la vez 1 a 3 veces al día para aliviar cualquier dolor. [16]
    • Puedes comprarlos en la mayoría de las farmacias y las boticas, así como en tiendas en línea.
  3. Haz lo posible por evitar presionar el perineo días después de dar a luz. Descansa y duerme de lado y evita sentarte por mucho tiempo. Cuando lo hagas, usa un asiento inflable o una almohada para evitar presionar tus nalgas. [17]
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