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La oxidación puede constituir un problema grave para tu vehículo. El daño ocasionado por el óxido puede arruinar los paneles de la carrocería e incluso perjudicar la resistencia y la rigidez del chasis. Para evitar estos problemas, debes cuidar el exterior del vehículo de manera adecuada y tomar medidas cuando comiencen a aparecer indicios de oxidación. La mejor manera de detener este problema es evitar que ocurra en primer lugar.

Método 1
Método 1 de 3:

Detectar la oxidación antes de que se propague

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  1. Estas áreas son un punto común de problemas para que la oxidación se desarrolle en un vehículo. Dado que tienden a estar sucias y son difíciles de ver con claridad, las personas no suelen inspeccionarlos. La mayoría de los fabricantes de neumáticos recomiendan rotarlos cada 10 000 km (6000 millas) mientras retiras la rueda del vehículo. Utiliza una linterna para revisar la oxidación del compartimiento. También debes revisar las áreas que los parachoques sujetan al vehículo cada vez que rotes los neumáticos. [1]
    • Si existe demasiada suciedad o barro en el compartimiento de la rueda como para revisar si existe óxido, puedes utilizar una manguera para rociar el área y luego verificarla nuevamente.
    • Utiliza la rotación de los neumáticos como un recordatorio para verificar que los parachoques no estén oxidados. A veces, los vehículos antiguos con parachoques metálicos se oxidan más rápido que la carrocería.
  2. Es más probable que el vehículo se oxide donde se juntan dos piezas metálicas, en especial si existe la posibilidad de que se rocen. El roce suele desgastar la protección provista por la pintura, dejando que se forme la oxidación. Camina alrededor del vehículo y revisa las áreas donde se encuentran los componentes (por ejemplo, en el marco de la puerta donde el capó se encuentra con los guardabarros y alrededor de la maletera). [2]
    • Abre las puertas, el capó y la maletera mientras revisas el vehículo en busca de oxidación.
    • Busca indicios de que la pintura está espumosa, ya que se puede desarrollar oxidación en la parte inferior.
  3. A menudo, esta área recibe el mayor castigo y, por lo tanto, es más propensa a oxidarse. Si resides en un área que nieva durante el invierno, la sal y otros productos químicos que se utilizan para tratar la nieve y el hielo en las carreteras pueden aumentar la probabilidad de que la oxidación se desarrolle debajo del vehículo. Debes revisar debajo del vehículo durante los cambios de aceite o al rotar los neumáticos para detectar indicios de formación de óxido. [3]
    • Debes revisar debajo del vehículo para verificar si existe óxido mientras realizas el cambio de aceite .
    • Nunca te ubiques debajo del vehículo sin un gato hidráulico .
  4. Tu vehículo está diseñado para resistir la mayoría de las inclemencias del clima normal. La pintura, el barniz y las piezas de plástico están diseñados para proteger el metal del vehículo contra la oxidación, pero con el tiempo estas formas de protección pueden verse perjudicadas. Si detectas un área del vehículo donde el agua tienden a acumularse (por ejemplo, la caja o una maletera con fugas), asegúrate de drenarla o secarla. [4]
    • Si la camioneta presenta fugas y acumula agua, deben existir drenajes que permitan que el agua salga. Si el agua no se drena, debes revisar el manual de servicio para ubicar los agujeros de drenaje y eliminar todas las obstrucciones.
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Método 2
Método 2 de 3:

Lavar el vehículo para evitar que se oxide

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  1. Aunque la suciedad no suele ser la causa directa de la oxidación, la suciedad y los sedimentos pueden desgastar la pintura con el paso del tiempo, en especial cuando alguien toque la pintura. Otras cosas que pueden reducir la protección del vehículo contra la oxidación incluyen el excremento de las aves y la gasolina que se derrama al llenar el tanque del vehículo. Con el tiempo, estas cosas desgastan la cera, el barniz y la pintura, dejando el metal susceptible a la oxidación. [5]
    • Debes lavar el vehículo cada pocas semanas para evitar que la arena y la suciedad desgasten la pintura.
    • El excremento de las aves y la gasolina pueden carcomer la pintura. Considera la posibilidad de lavar el vehículo si alguno de estos elementos entra en contacto con la pintura.
  2. Si resides en un área en la que nieva durante el invierno, los depósitos de sal y los químicos en la parte inferior del vehículo pueden perjudicar su capacidad de protección contra la oxidación. Lava la parte inferior del vehículo con regularidad para evitar que estos materiales permanezcan en su interior por demasiado tiempo. [6]
    • Muchos autoservicios de lavado de autos ofrecen la limpieza del chasis.
    • También puedes elevar el vehículo y rociar la parte inferior con una manguera.
  3. Si a menudo tienes que lidiar con este problema, puedes optar por agregar una pequeña cantidad de bicarbonato a la mezcla de agua y detergente con la que lavas el chasis y las ruedas de tu vehículo. Una cucharada de bicarbonato de sodio ayudará a neutralizar el efecto ácido de la sal y los productos químicos para derretir el hielo que se utilizan sobre las carreteras. [7]
    • Asegúrate de utilizar el bicarbonato junto con un detergente automotriz.
    • Una cucharada de bicarbonato es suficiente para limpiar el chasis de la mayoría de los vehículos.
  4. Si dejas que el detergente se seque encima, esto también puede reducir la vida útil de la pintura. Asegúrate de enjuagar todo el detergente del vehículo cada vez que lo laves. Nunca lo laves bajo la luz solar directa, ya que esto puede hacer que el detergente se seque más rápido sobre la pintura. [8]
    • Puedes optar por aplicar detergente sobre el vehículo por secciones (por ejemplo, la del capó) y luego enjuagar por completo antes de pasar a la siguiente sección del vehículo.
    • El detergente seco también atenúa la apariencia de la pintura sobre el vehículo.
  5. La cera hace más que solo proporcionarle a tu vehículo un brillo saludable, también protege la pintura contra la decoloración y los daños. Debes aplicar una capa de cera a tu vehículo dos veces al año para proporcionarle a la pintura una capa adicional de protección y ayudar a reducir las posibilidades de que el óxido se forme. [9]
    • La cera repele el agua y crea otra capa de protección para la pintura.
    • La cera también sirve para proteger la pintura de la luz solar directa.
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Método 3
Método 3 de 3:

Evitar que la oxidación se propague

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  1. Si detectas un punto de oxidación sobre tu vehículo, la mejor opción es que tomes medidas para evitar que se propague. Comienza por raspar el óxido con una cuchilla de afeitar o papel de lija de grano fino. Debes tener cuidado de no dañar la pintura que rodea el punto de óxido. [10]
    • Solo debes eliminar el óxido tratando de evitar raspar la pintura que lo rodea.
    • Si la pintura se desprende, significa que ya no se encuentra adherida al metal en esa área y es probable que se salga de todos modos. Si se desprende un área grande de pintura, es probable que tengas que volver a pintar esa parte del vehículo por completo.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Tom Eisenberg

    Técnico de automóviles
    Tom Eisenberg es el propietario y gerente de West Coast Tires & Service en Los Ángeles, California. Tom tiene más de 10 años de experiencia en la industria automotriz. Ha estado cambiando neumáticos desde los 16 años, y se ha abierto camino en el negocio desde ese entonces. La revista Modern Tire Dealer votó su tienda como una de los 10 mejores negocios en el país.
    Tom Eisenberg
    Técnico de automóviles

    El papel lija puede eliminar el óxido. Tom Eisenberg, propietario de West Coast Tires & Service, señala: "La eliminación del óxido depende del lugar donde se encuentre y de la gravedad que tenga. Puedes usar una lija para lijarlo ligeramente y luego aplicarle barniz y pintura. Si se trata de una carrrocería, mejor usa los servicios de un taller . Puedes arruinar la carrocería o formar una superficie irregular al pintar".

  2. Una vez que hayas raspado el óxido, debes aplicar un producto protector sobre el área. De esta manera, evitarás que el óxido se forme nuevamente. La mayoría de los productos protectores vienen con un pincel de aplicación. Sumerge este pincel en el producto y luego aplica una capa delgada sobre el área que estaba previamente oxidada. [11]
    • Si el producto no viene con un pincel de aplicación, puedes utilizar un hisopo o un paño pequeño para aplicarlo sobre el metal. No lo rocíes.
    • Puedes conseguir este producto protector en la mayoría de las tiendas de autopartes.
  3. Dependiendo del tipo de producto que escojas y el entorno, pueden pasar algunas horas hasta que el producto se seque por completo. Lee las instrucciones en el envase para asegurarte de que haya suficiente tiempo para que se cure por completo antes de continuar con el siguiente paso. [12]
    • El producto puede tardar más tiempo en secarse en ambientes más fríos o húmedos.
    • El producto se secará más rápido bajo la luz solar directa.
  4. Utiliza un pincel pequeño para aplicar la imprimación automotriz sobre el área que solía estar oxidada, por encima del producto protector. La capa de imprimación debe ser delgada pero completa, de manera que no logres ver ningún pedazo de metal a través de ella. Asegúrate de no aplicar demasiada imprimación como para que empiece a gotear. [13]
    • Utiliza papel absorbente o un paño para limpiar el exceso de imprimación antes de que gotee.
    • Deja que la imprimación se seque por completo antes de agregar la pintura automotriz.
  5. Puedes buscar el tono adecuado de pintura para realizar retoques de varias maneras. Muchos fabricantes de vehículos pueden proporcionarte un envase de pintura para retoques en función del número de chasis del vehículo. También puedes encontrar el código de pintura ubicado cerca de este número sobre la placa que se encuentra dentro de la puerta del conductor de varios vehículos. Utiliza ese código para comprar un envase de pintura automotriz para retoques con el código correspondiente. [14]
    • Ten cuidado de escoger una pintura que coincida exactamente con la del vehículo, o el retoque se destacará bajo la luz solar directa.
    • Puedes comprar pintura automotriz para retoques en la mayoría de las tiendas de autopartes y en algunos concesionarios.
  6. Sumerge el pincel de aplicación en la pintura para retoques y luego pásalo sobre la base seca. Evita emplear trazos largos, ya que pueden aparecer líneas sobre la pintura. Unta la pintura en el centro del área y deja que se distribuya de manera uniforme. [15]
    • Ten cuidado de no aplicar demasiada pintura para evitar que gotee.
    • Si el área es más grande que una moneda de diez centavos, es probable que también tengas que lijar el vehículo al agua .
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