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La mayoría de los refrigeradores modernos no necesitan descongelarse, por lo que si tu electrodoméstico funciona adecuadamente no deberás tener muchos problemas para mantenerlo libre de hielo y escarcha. Solo recuerda mantener la puerta cerrada tanto como sea posible. Además, revisa las puertas y las juntas internas para asegurarte de que formen un sello hermético y no permitan que se filtre nada de aire caliente. Asimismo, intenta conservar el refrigerador limpio y ordenado por dentro y por fuera, para mantener el aire circulando correctamente. Si notas que se empieza a acumular escarcha o hielo en el refrigerador o el congelador, simplemente derrite o rompe los trozos pequeños.

Método 1
Método 1 de 3:

Solucionar problemas en las puertas

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  1. Abrir la puerta frecuentemente, aumenta los niveles de humedad al interior del refrigerador y el congelador, lo que puede conducir a la acumulación de hielo y escarcha. Evita dejar abiertas las puertas del refrigerador y el congelador mientras decides qué comer o intentas determinar qué ingredientes vas a sacar. En su lugar, haz una lista mental rápida de lo que necesitarás para que puedas sacarlo todo de una vez. Abre solo una puerta a la vez. Hazlo lo más rápido posible y cierra las puertas en menos de 1 minuto. [1]
    • Por ejemplo, si vas a hornear algo, saca los huevos, la mantequilla y la leche al mismo tiempo. De esta manera, solo tendrás que abrir la puerta una vez.
    • Si te cuesta trabajo recordar lo que tienes guardado en el refrigerador, mantén en la puerta una lista de lo que hay adentro.
  2. Si la puerta del refrigerador o el congelador tiende a quedarse abierta, o si se abre totalmente mientras metes y sacas los alimentos, se pueden elevar fácilmente los niveles de humedad al interior del aparato provocando que se acumule hielo. Pídele a otra persona que te ayude a mover el refrigerador aproximadamente a 30 cm (1 pie) de la pared. Dile a tu compañero que incline la parte superior del refrigerador hacia atrás, en dirección a la pared, para que queden expuestas las 2 patas frontales. Mientras lo mantiene en esta posición, gira las patas en sentido contrario a las manecillas del reloj. Desatornilla las patas ligeramente para hacerlas un poco más altas. De esta manera, la gravedad favorecerá el cierre de las puertas. [2]
    • Una vez que hayas ajustado las patas, abre las puertas y observa si la gravedad ayuda a que se cierren naturalmente. De lo contrario, repite este proceso para levantar aún más las patas delanteras.
    • Al terminar, regresa el refrigerador su sitio original.
  3. Si las bisagras del refrigerador o el congelador están flojas, las puertas no se sellarán por completo y esto aumentará la humedad al interior del aparato, lo que puede provocar la acumulación de hielo. Si notas que la puerta o los tornillos de las bisagras no están firmes, usa un destornillador para apretar los tornillos girándolos en sentido a las manecillas del reloj. Continúa apretándolos hasta que ya no puedas darles vuelta. [3]
    • Dependiendo del tipo de refrigerador que tengas, es posible que debas levantar una cubierta de plástico para que las bisagras queden expuestas.
  4. Si los sellos que recubren las puertas del refrigerador o el congelador están embarrados con restos de comida o cristales de hielo, no se cerrarán adecuadamente. Trabajando con una puerta a la vez, usa un trapo de limpieza húmedo y un jabón suave para trastes para fregar la parte interior del sello. También limpia el marco de la apertura refrigerador para garantizar que el sello pueda hacer contacto directamente. Usa una toalla seca para limpiar cualquier humedad que quede y luego cierra la puerta. [4]
    • Asegúrate de no dejar nada de humedad, ya que se puede formar un cristal de hielo.
  5. Observa los sellos flexibles de goma al interior de las puertas del refrigerador y el congelador, conocidos como juntas de refrigerador. Si alguno parece estar dañado, reemplázalo para garantizar que las puertas del aparato se cierren completamente. Contacta al fabricante del refrigerador para ordenar una junta de repuesto. Una vez que la tengas, desconecta el aparato y transfiere todos los artículos perecederos a hieleras. Desatornilla la junta dañada y luego atornilla la nueva en su lugar. [5]
    • Asegúrate de conocer el número de modelo del aparato, ya que lo necesitarás para conseguir la pieza de repuesto correcta.
    • Prueba el sello de la nueva junta antes de volver a conectar el refrigerador y empezar a llenarlo. Deberá hacer contacto directo con el marco de la abertura del refrigerador o el congelador sin que queden espacios.
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Método 2
Método 2 de 3:

Mantener organizado el refrigerador

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  1. Con el refrigerador o el congelador funcionando, mete la mano para localizar la fuente de aire frío. Normalmente está en la pared posterior del aparato. Si esta área está bloqueada por un gran volumen de alimentos, quítalos de ahí. Deja algo de espacio libre alrededor del mecanismo de enfriamiento para que el aire pueda fluir alrededor. [6]
    • No bloquees ninguna de las rejillas de ventilación con cajas o bolsas voluminosas. Mantén estos objetos más alejados de los costados y las paredes del aparato.
  2. Un aparato abarrotado restringe el flujo de aire y puede atrapar el aire frío en ciertos compartimentos, lo que puede provocar la formación de parches de escarcha. Guarda los objetos en los cajones y lugares designados, las frutas en los cajones de verduras, la carne en los cajones de carne, la mantequilla en la bandeja de mantequilla y los condimentos en los estantes angostos adentro de la puerta. Usa organizadores y bandejas de refrigerador para mantener el aparato ordenado y libre de caos. [7]
    • Toma algunos minutos a la semana para revisar si hay objetos viejos o caducados en el refrigerador. Tíralos tan pronto como se echen a perder y así hacer espacio para los alimentos frescos.
  3. Las rejillas sucias y obstruidas pueden provocar problemas de flujo de aire y acumulación de hielo. Aproximadamente dos veces al año, desatornilla las rejillas desde el interior del refrigerador. Usa un cepillo de cerdas, agua tibia y jabón suave para trastes para quitarles el polvo, suciedad y residuos de comida. Sécalas completamente antes de volver a colocarlas. [8]
    • Antes de desmontar las rejillas de ventilación, apaga el aparato y transfiere los alimentos perecederos a una hielera.
  4. Antes de limpiar el refrigerador , saca todo lo que tenga adentro y guarda temporalmente los artículos perecederos en una hielera. Usa una toalla de papel seca para retirar cualquier miga o residuo de comida. Después, friega los estantes y el interior usando un paño de limpieza con agua tibia y jabonosa. Seca las superficies antes de regresar todos los alimentos a su lugar. [9]
    • Si notas manchas o migas, límpialas lo más pronto posible para que no formen cristales de hielo.
  5. Aspira las bobinas del condensador en la parte posterior del refrigerador al menos dos veces al año. Apaga el refrigerador y guarda los artículos perecederos en hieleras. Mueve el aparato lo suficientemente alejado de la pared para que puedas acceder fácilmente a la parte posterior. Usa un aditamento de cepillo con cerdas suaves para aspirar el polvo y la suciedad de las bobinas. Después, regresa el refrigerador a su lugar habitual. [10]
    • Mueve el aditamento de la aspiradora en la dirección de las bobinas para que no las abolles.
    • Si tienes mascotas cuyo pelo pueda terminar detrás del refrigerador limpia las bobinas más frecuentemente.
    • Dependiendo del modelo de refrigerador que tengas, las bobinas del condensador pueden estar ubicadas debajo o encima del aparato. Consulta el manual de usuario para saber cómo acceder a estas bobinas.
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Método 3
Método 3 de 3:

Eliminar la acumulación de hielo

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  1. Ajusta los diales al interior del aparato para que cada sección permanezca a estas temperaturas. De esta manera, almacenarás los alimentos de forma segura y no fomentarás la acumulación del exceso de hielo en el refrigerador. Evita configurar el refrigerador a una temperatura más fría, ya que puedes provocar la formación de escarcha. [11]
    • Usa un termómetro para electrodomésticos para revisar la temperatura al interior del refrigerador y del congelador.
  2. Empapa un paño de limpieza o una esponja con agua caliente. Sostén el paño húmedo encima de cualquier acumulación de hielo o escarcha. Presiona hacia abajo suavemente para calentar el hielo que está debajo. Si el paño empieza a enfriarse, remójalo con un poco más de agua caliente y vuelve a colocarlo sobre la escarcha. Continúa este proceso hasta que la escarcha se derrita por completo. [12]
    • Usa una toalla de papel o un paño de limpieza seco para absorber cualquier humedad que quede antes de cerrar el refrigerador.
  3. Si tienes problemas para derretir los parches de hielo con agua caliente, usa un cepillo con cerdas medias o duras para retirar los trozos sólidos de hielo o intenta empujar los pedazos de escarcha con una cuchara de madera resistente. Una vez que hayas quitado la escarcha, coloca los cristales de hielo en un recipiente y viértelos en el fregadero de la cocina donde puedan derretirse. [13]
    • Evita usar un objeto afilado para romper el hielo acumulado, ya que correrás el riesgo de dañar el interior del refrigerador.
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Consejos

  • Los refrigeradores modernos están diseñados para que no tengas que descongelarlos. Sin embargo, los aparatos más viejos pueden necesitar que los descongeles periódicamente.
  • Si tienes problemas con un nuevo refrigerador que aún tiene garantía, contacta al fabricante para agendar un servicio de reparación. [14]
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