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Ya sea que vayas a escribir ficción o no ficción, sátira o drama, es posible que escribir el diálogo tenga sus desafíos. Las partes de una historia en la que los personajes hablan sobresalen de los demás elementos, empezando por los guiones largos que se utilizan de forma casi universal en nuestro idioma. Estos son algunos de los pasos más comunes y establecidos para asegurar que tu historia tenga el aspecto correcto cuando tengas que determinar cómo darle formato adecuado al diálogo.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Utilizar la puntuación correcta

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  1. El diálogo involucra dos o más hablantes, por lo que los lectores necesitan algo que les informe cuándo termina el discurso de un personaje y empieza el de otro. Al hacerle sangría a un párrafo nuevo cada vez que empiece a hablar un personaje nuevo, brindas una pista visual para ayudar a los lectores a seguir el diálogo. [1]
    • Aunque un hablante solo diga la mitad de una sílaba y luego otra persona lo interrumpa, esa media sílaba de todos modos debe tener su propio párrafo con sangría.
    • En español, el diálogo se lee del lado izquierdo al derecho de la página. Por ende, lo primero que los lectores observan al ver un bloque de texto es el espacio en blanco en el margen izquierdo. [2]
  2. Por lo general, los escritores en español utilizan guiones largos (—) antes y después de todas las palabras que un personaje diga, como se observa en este ejemplo: "Berta caminaba por la calle cuando vio a su amigo Samuel. —¡Hola! —dijo, saludándolo con la mano". [3]
    • Un solo guion puede abarcar varias oraciones siempre y cuando se digan dentro de la misma porción de diálogo. Por ejemplo: "Eugenio argumentó: —¡Pero Laura no tuvo que terminar de cenar! ¡Ustedes siempre le dan un trato especial!".
    • Cuando un personaje cita a otra persona, utiliza el guion largo para indicar lo que el personaje diga y luego comillas alrededor del discurso que cite. Por ejemplo: "Eugenio argumentó: —¡Pero ustedes nunca le gritan “Termina tu cena” a Laura!".
    • En otros países, se utilizan las comillas simples en lugar de las comillas dobles. En muchos idiomas europeos y asiáticos, se utilizan en cambio los paréntesis angulares (<< >>) para marcar el diálogo.
  3. [4] La etiqueta de diálogo (también conocida como la frase indicativa) constituye la parte de la narración que deja en claro cuál es el personaje que habla. Por ejemplo, en la siguiente oración, Eugenio argumentó es la etiqueta de diálogo: "Eugenio argumentó: —¡Pero Laura no tuvo que terminar de cenar!".
    • Separa la etiqueta de diálogo del diálogo en sí usando dos puntos.
    • En caso de que la etiqueta venga antes del diálogo, los dos puntos se colocan antes del guion largo de apertura: "Eugenio argumentó: —¡Pero Laura no tuvo que terminar de cenar!".
    • En caso de que la etiqueta venga después del diálogo, no se utilizan los dos puntos sino otro guion largo: "—Pero Laura no tuvo que terminar de cenar —argumentó Eugenio".
    • Si es que la etiqueta interrumpe el flujo de una oración de diálogo, utiliza dos guiones largos que sigan las dos reglas anteriores: "—¡Pero Laura —argumentó Eugenio— nunca tiene que terminar de cenar!".
  4. Coloca signos de interrogación y exclamación dentro de los guiones, así: "—¿Qué está sucediendo? —preguntó Tamara—. ¡Estoy muy confundida ahora mismo!".
    • En caso de que la pregunta o la exclamación terminen el diálogo, no debes usar dos puntos para separar el diálogo de las etiquetas. Por ejemplo: "—¿Por qué pediste pizza de macarrones con queso para cenar? —preguntó Fátima, incrédula".
  5. Las rayas (--) se utilizan para indicar terminaciones abruptas e interrupciones en el diálogo. No son iguales a los guiones, los cuales por lo general deben usarse únicamente dentro de una misma palabra. Los puntos suspensivos (…) se utilizan cuando el diálogo se va terminando pero sin ser interrumpido abruptamente.
    • Por ejemplo, utiliza una raya para indicar un discurso que haya terminado de manera abrupta: "—¿Qué est-- —empezó a decir José".
    • Asimismo, es posible usar rayas para indicar cuándo el diálogo de una persona interrumpe el de otra: "—Solo quería decirte--
      —¡No lo digas!
      —--que prefiero el helado de chispas de chocolate".
    • Utiliza los puntos suspensivos cuando un personaje haya perdido el hilo de sus pensamientos o no pueda determinar qué decir: "—Bueno, supongo que quiero decir…".
  6. En caso de que, gramaticalmente, el diálogo empiece en la oración del personaje (en lugar de que empiece en la mitad de una oración), coloca la primera palabra en mayúscula como si fuera la primera palabra de la oración, aunque es posible que haya narración antes. [5]
    • Por ejemplo: "Eugenio argumentó: —¡Pero Laura no tuvo que terminar de cenar!". La P de "pero" técnicamente no inicia la oración pero empieza una oración en el mundo del diálogo y, por ende, se coloca en mayúscula.
    • Sin embargo, en caso de que la primera palabra citada no sea la primera palabra de una oración, evita colocarla en mayúscula: Eugenio argumentó que Laura "¡nunca tiene que terminar de cenar!".
  7. [6] En caso de que uno de tus personajes dé un discurso particularmente largo, al igual como lo harías con un ensayo o con las partes de tu historia que no sean diálogo, debes dividir el discurso en varios párrafos.
    • Utiliza un guion largo de apertura en donde normalmente lo usarías, pero no lo coloques al final del primer párrafo del discurso del personaje. Debido a que el discurso aún no ha terminado, no colocas la puntuación como si así fuera.
    • Sin embargo, sí debes colocar el signo de cierre de comillas latinas al principio del siguiente párrafo del discurso. Esto indica que es una continuación del discurso del párrafo anterior.
    • Coloca otro guion largo de cierre en donde termine el discurso del personaje, como lo harías normalmente.
  8. El diálogo directo es cuando alguien habla realmente, y se usa el guion largo para indicarlo. El diálogo indirecto es el discurso reportado, no el acto de que alguien hable directamente, y no se utiliza el guion largo. Por ejemplo: "Berta vio a su amigo Samuel en la calle y se detuvo a decirle hola".
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Hacer que el diálogo fluya con naturalidad

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  1. Puedes hacerlo de un par de formas, aunque la más evidente es el uso preciso de las etiquetas de diálogo. El lector no podrá confundirse si la oración indica con claridad que Eugenio, no Laura, es quien habla.
    • Si hay un diálogo largo que está claro que es únicamente entre dos personas, puedes optar por omitir del todo las etiquetas de diálogo. En este caso, dependerías de las divisiones de los párrafos y las sangrías para informarle al lector cuál es el personaje que está hablando.
    • Debes omitir las etiquetas de diálogo cuando haya más de dos personajes hablando solo si tu intención es que el lector posiblemente se confunda acerca de quién habla. Por ejemplo, en caso de que haya cuatro personajes discutiendo entre ellos, quizás quieras que el lector se haga la idea de que tan solo escucha trozos de la discusión sin poder determinar quién habla. La confusión de omitir las etiquetas de diálogo podría ayudar a lograrlo.
  2. Si bien es posible que tu instinto sea ponerle pimienta a tu historia usando tantas variaciones de "dijo" como puedas, las etiquetas como "se quejó" o "denunció" en realidad distraen de lo que los personajes dicen. "Dijo" es tan común que suele volverse básicamente invisible para los lectores. [7]
  3. No empieces cada oración de diálogo con "Eugenio dijo", "Laura dijo" o "Susana dijo", sino, en cambio, haz el intento de colocar algunas etiquetas de diálogo al final de las oraciones.
    • Coloca etiquetas de diálogo en el medio de una oración, interrumpiéndola, para así cambiarle el ritmo. Debes usar dos guiones largos para distinguir la etiqueta de diálogo (consulta el paso 3 de la sección anterior), por lo que habrá dos pausas en el medio de la oración hablada: "—¿Y cómo, exactamente —murmuró Laura en voz baja—, planeas lograrlo?".
  4. Los sustantivos propios nombran lugares, cosas y personas específicos y siempre se escriben en mayúscula, mientras que los pronombres son palabras en minúscula que reemplazan a los sustantivos completos, entre ellos los sustantivos propios. [8] [9] Puedes evitar la repetición de los nombres de tus personajes reemplazándolos de vez en cuando por los pronombres apropiados.
    • Algunos ejemplos de pronombres son "yo", "mí", "él", "ella", "sí mismo", "tú", "que", "ellos", "cada", "pocos", "muchos", "quien", "quienquiera", "cuyo", "alguien", "todos", etc.
    • Los pronombres siempre deben concordar en género y número con los sustantivos a los cuales hagan referencia. [10] [11]
    • Por ejemplo, los únicos pronombres apropiados para reemplazar a "Laura" son los singulares y femeninos ("ella", "sí misma").
    • Los únicos pronombres apropiados para reemplazar a "Laura y Eugenio" son pronombres masculinos plurales (porque, en español, se utilizan pronombres masculinos para referirse a grupos mixtos de personas): "ellos", "su", "sí mismos".
  5. Los espacios de diálogo son momentos breves de acción que interrumpen una secuencia de diálogo. [12] Pueden constituir una buena forma de demostrar lo que hace un personaje al mismo tiempo que dices lo que habla , y puede brindarle un empujón agradable de acción a una escena. Por ejemplo: "—Pásame ese destornillador. —Samuel sonrió y se limpió las manos cubiertas de grasa en los jeans—. Apuesto a que puedo arreglar esto".
  6. El mayor problema con el diálogo es que no suele sonar creíble. Uno habla con perfecta normalidad todos los días de su vida, así que debes confiar en tu propia voz. Imagina la forma como se sienta tu personaje y lo que quiera decir. Dilo en voz alta en tus propias palabras. Ese es tu punto de partida. Evita tratar de usar palabras grandes y sofisticadas que nadie utilice en una conversación regular sino, en cambio, usa una voz que escucharías en la vida cotidiana. Vuelve a leer el diálogo para ti mismo y fíjate si parece normal. [13]
  7. Si usas el diálogo para brindar exposición, esto, además de crear un diálogo soso, suele dar como resultado discursos tan largos que es probable que pierdan la atención del lector. En caso de que debas comunicar detalles sobre la trama o el trasfondo, haz el intento de mostrarlos mediante la narración en lugar del diálogo.
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Consejos

  • No olvides que menos suele ser más. Un error común que cometen los escritores al crear diálogos es escribir cosas en oraciones más largas de las que las personas dirían en realidad. Por ejemplo, en su mayoría, las personas omiten las palabras innecesarias en las conversaciones cotidianas.
  • Ten mucho cuidado si intentas incluir un acento en el diálogo. Para esto, a menudo se necesitará escribir de forma incorrecta para mostrar el sonido de los acentos (por ejemplo, "amoj" en lugar de "amor" para un acento francés), y esto puede terminar por abrumar visualmente al lector.
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